Mostrando entradas con la etiqueta dictadura del proletariado. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta dictadura del proletariado. Mostrar todas las entradas

miércoles, 9 de julio de 2014

LA INTERNACIONAL COMUNISTA Y LA LUCHA POR LA DICTADURA DEL PROLETARIADO



VI. LA ESTRATEGIA Y LA TÁCTICA DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA EN LA LUCHA POR LA DICTADURA DEL PROLETARIADO.

(VI CONGRESO DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA: PROGRAMA)


1. Las ideologías adversas al comunismo en la clase obrera.

(...)

En el terreno teórico, la socialdemocracia ha traicionado al marxismo, completamente, pasando, a través de la etapa revisionista, al reformismo liberalburgués definido y, abiertamente, al socialimperialismo. Las enseñanzas de Marx sobre las contradicciones del capitalismo han sido remplazadas por ella por la teoría de su evolución armónica, las enseñanzas sobre las crisis y la pauperización del proletariado las ha relegado al archivo; la teoría inflamada de la lucha de clases, llena de amenazas, la ha convertido en prédica vulgar de la paz social; las enseñanzas sobre la exacerbación de las contradicciones de clase han sido remplazadas por la fabula pequeñoburguesa de la «democratización» del capital; la teoría de lo inevitable de las guerras imperialistas en el régimen capitalista, por la farsa burguesa del pacifismo y la prédica del «ultraimperialismo»; la teoría del derrumbamiento revolucionario del capitalismo, la ha cambiado por la moneda falsa del capitalismo «sano» que se transforma pacíficamente en socialismo; la revolución la ha reemplazado por la evolución, la destrucción del estado burgués, por su edificación activa; las enseñanzas sobre la dictadura del proletariado por la teoría de la coalición con la burguesía; las enseñanzas sobre la solidaridad internanacional, por las de la defensa de las patrias imperialistas; el materialismo-dialéctico de Marx, por la filosofía idealista y el coqueteo con los desechos religiosos de la burguesía.

En el interior de este reformismo socialdemocratico se manifiesta una serie de tendencias particularmente características desde el punto de vista de la degeneración burguesa de la socialdemocracia.

El «socialismo constructivo» (Macdonald y compañía), cuya sola denominación indica la idea de luchar contra la revolución del proletariado y de respeto al régimen capitalista, continúan las tradiciones liberalfilantrópicas, antirrevolucionarias y burguesas del fabianismo (los Web, B. Shaw, lord Olivier, etcétera). Al rechazar, por principio, la dictadura del proletariado y todo «procedimiento de violencia» en general, contra la burguesía, el «socialismo constructivo» apoya la lucha violenta contra el proletariado y los pueblos coloniales. Al mismo tiempo que es el apologista del estado capitalista, que predica, con el nombre de socialismo, el capitalismo de estado, que proclama -junto con los ideólogos más vulgares del imperialismo de los dos continentes- que la teoría de la lucha de clases es una teoría «precientifica», el «socialismo constructivo» predica verbalmente un programa moderado de nacionalización con indemnización, impuesto sobre la renta, la herencia y los extrabeneficios. Enemigo decidido de la dictadura del proletariado en la URSS, el «socialismo constructivo», en estrecha alianza con la burguesía, es un adversario activo del movimiento comunista del proletariado y de las revoluciones coloniales.

Una de las formas particulares del «socialismo constructivo» es el corporativismo o socialismo cooperativo (Charles Gide, Totomiantz y compañía), el cual rechaza asimismo enérgicamente la lucha de clases y propaga la organización cooperativa de los consumidores,
como medio de eliminar el capitalismo por vías pacíficas mientras que, de hecho, contribuye a fortalecerlo por todos los medios. El «cooperativísmo», que dispone, con las organizaciones de masa de la cooperación de consumo, de un vasto aparato de propaganda para ejercer una influencia cotidiana sistemática, sobre la clase obrera, lucha enérgicamente contra el movimiento obrero revolucionario, creando obstáculos a la realización de sus objetivos y representa actualmente uno de los factores más activos en el campo de la contrarrevolución reformista.

El llamado socialismo gremial (Penty, Orage, Hobson, ectétera) constituye una tentativa ecléctica para unir el sindicalismo «revolucionario» al fabianismo liberalburgués, la descentralización anarquista (las «ghildas» nacionales industriales) a la centralización estatal capitalista, la limitación artesana corporativa de la edad media al capitalismo contemporáneo. Tomando como punto de partida la exigencia verbal de la supresión del «sistema del asalariado» por considerarlo como una institución «inmoral» que debe ser abolida por medio del control obrero de la industria, el socialismo gremial deja completamente de lado el problema más importante; la cuestión del poder. Al aspirar a unir a los obreros, intelectuales y técnicos en una federación de «ghildas» (gremios) industrias nacionales y convertirlas por medios pacíficos (control desde el interior) en órganos de dirección de la industria en el marco del estado burgués, el socialismo gremial defiende de hecho a dicho estado, vela su carácter de clase, imperialista, antiproletario - y le asigna el puesto- de representante «por encima de las clases» de los intereses de los «consumidores» como contrapeso de los «productores» organizados en las «ghildas». Con su prédica de la «democracia funcional», es decir, de la representación de las clases de la sociedad capitalista, presentadas como profesiones con funciones sociales y de producción particulares, el socialismo gremial prepara el terreno para el «estado corporativo» del fascismo.

Al rechazar simultáneamente el parlamentarismo y la «acción directa», la mayoría de los socialistas gremiales condenan a la clase obrera a la inacción completa y a la sumisión pasiva a la burguesía. Se trata, pues, de un oportunismo tradeunionista utópico particular, y, como tal, no puede dejar de desempeñar un papel antirrevolucionarro.

Finalmente, una de las formas particulares del reformismo socialdemócrata es el austromarxismo. El austromarxismo, que figura en el ala «izquierda» de la socialdemocracia, representa una de las formas más sutiles de mistificación de las masas trabajadoras. Dicha
tendencia prostituye la terminología marxista, rompiendo al mismo tiempo decididamente con las bases del marxismo revolucionario (kantismo, machismo, etcétera, en el terreno filosófico); Coquetea con la religión, hace suya la teoría de los reformistas ingleses de la «democracia funcional»; se coloca en el punto de vista de la «edificación de la república», es decir, la edificación del estado burgués; recomienda la «cooperación de las clases» en el período llamado «equilibrio» de las fuerzas de clase, esto es, precisamente cuando madura las crisis revolucionaria. Esa teoría implica la justificación de la coalición con la burguesía para abatir la revolución proletaria, bajo la máscara de la defensa de la «democraca» contra los ataques de la reacción. Objetivamente, en la práctica, la violencia aceptada por el austromarxismo en los casos de ataque de la reacción, se convierte en violencia de la reacción contra la revolución del proletariado. El «papel funcional» del austromarxismo consiste en engañar a los obreros que van hacia el comunismo, y por esto el austromarxismo es un enemigo particularmente peligroso para el proletariado, más peligroso aún que los partidarios francos del socialimperialismo de rapiña.

Si todas estas tendencias, que forman parte del reformismo «socialista», son otras tantas agencias de la burguesía imperialista en el seno de la clase obrera, por otra parte, el comunismo tropieza con una serie de tendencias pequeñoburguesas que reflejan y expresan las oscilaciones de los sectores sociales inconsistentes (pequeña burguesía urbana, lumpen-proletariat, artesanos pauperizados, ciertos sectores campesinos, etcétera). Dichas tendencias, que se distinguen por su inconsistencia política extrema, a menudo cubren la política de derecha con una fraseología de izquierda o aen en el aventurerismo, remplazando el cálculo objetivo de las fuerzas por la gesticulación política vocinglera, pasando con frecuencia de una fanfarronada revolucionaria increíble al pesimismo más profundo y a la capitulación efectiva ante el enemigo. Estas tendencias, en ciertas condiciones, particularmente en los momentos en que se producen cambios bruscos de la situación política o en que es necesaria una retirada temporal, pueden convertirse en desorganizadores peligrosísimos de las filas proletarias y, por tanto, en freno del movimiento revolucionario del proletariado.

(...)

Todas estas tendencias coinciden con la socialdemocracia, principal enemigo de la revolución proletaria, en la cuestión política fundamental: la cuestión de la dictadura del proletariado. Por este motivo todas ellas actúan, de un modo más o menos determinado, contra la URSS, en su frente único con la socialdemocracia. Por otra parte, la socialdemocracia, que ha traicionado por completo al marxismo, apóyase cada vez más en la ideología de los fabianos y de los socialistas «constructivos» y gremiales. Estas tendencias se convierten en la ideología liberal reformista oficial del «socialismo» burgués de la Segunda Internacional.

En los países coloniales y entre las razas y los pueblos oprimidos en general, el comunismo tropieza en el movimiento obrero con la influencia de aquellas tendencias especiales, que en una fase determinada de desarrollo del movimiento han desempeñado un papel positivo importante, pero que, en una nueva etapa de evolución, se convierten en una fuerza de conservación.

El sun-yet-senismo era la ideología del «socialismo» pequeñoburgués populista. En la teoria de los «tres principios» (nacionalismo, democracia, socialismo), la noción de pueblo cubría y ocultaba la  noción de las clases; el socialismo era presentado no como un sistema específico y particular de producción realizado por el proletariado, sino como un bienestar social indeterminado; la lucha contra el imperialismo no se hallaba enlazada con las perspectivas de desarrollo de la lucha de clases en el interior del país. Por este motivo, el sun-yet-senismo que desempeñó en el primer estadio de la revolución china un inmenso papel positivo, como resultado de la diferenciación de clases en el país y del desarrollo ulterior de la revolución china, se convirtió de forma ideológica de dicha revolución en un obstáculo a la misma. Los epígonos del sun-yet-senismo, al preconizar con preferencia, precisamente, los principios ideológicos de este último, que han terminado por ser objetivamente reaccionarios, lo han convertido con ello en la ideología oficial del Kuomintang, el cual es, en la actualidad, una fuerza abiertamente contrarrevolucionaria. El progreso idelógico de las masas del proletariado chino y de los campesinos explotados debe ir acompañado de una lucha decidida contra la mistificación representada por el Kuomintang y la eliminación de las reminiseencias de la ideología del sun-yet-senismo.

Tendencias como el gandismo en la India, impregnadas de espíritu religioso, que idealizan las forrnas de existencia más atrasadas y económicamente reaccionarias, que ven la salvación en el retorno a lo viejo, que predican la pasividad y la negación de la lucha de clases, se convierten, en el proceso de desarrollo de la revolución, en una fuerza abiertamente contrarrcvolucionaria. El  gandismo es cada día más una ideología dirigida contra la revolución de las masas populares y, por ello, debe ser combatido decididamente por parte del comunismo.

El garvismo, que era antes la ideología de los pequeños propietarios y obreros negros en los Estados Unidos y que ejerce hoy todavía cierta influencia sobre las masas negras, se ha eonvertido, asímismo, en un obstáculo en el camino de la evolución revolucionaria. Después de haberse pronunciado en un principio por la igualdad social completa de derechos de los negros, se ha transformado en una especie de sionismo negro, el cual, en vez de la lucha contra el imperialismo norteamericano, ha lanzado la consigna «¡Retorno al África!» Esta ideología peligrosa, carente de todo rasgo deimocrático auténtico, que coquetea con los atributos de un «reinado negro» inexistente, debe ser combatida sañudamente pues, no sólo no fomenta, sino que obstaculiza la lucha libertadora de las masas negras contra el imperialismo norteamericano.

Frente a todas estas tendencias se levanta el comunismo proletario; en su calidad de ideología del movimiento revolucionario internacional de la clase obrera, se distingue de todas estas tendencias y  en primer lugar, de la socialdemocracia, en que, en completo acuerdo con las enseñanzas de Marx y Engels, lleva a cabo una lucha revolucionaria teórica y práctica por la dictadura del proletariado aplicando todas las formas de acción proletaria de las masas.

 




domingo, 16 de marzo de 2014

EL DÍA INTERNACIONAL DE LAS OBRERAS - LENIN




V. I. LENIN

El día internacional de las obreras

Lo principal y fundamental del bolchevismo y de la Revolución de Octubre en Rusia consiste precisamente en la incorporación a la política de los que sufrían mayor opresión bajo el capitalismo. Los capitalistas los oprimían, los engañaban y los saqueaban con monarquía y con repúblicas democráticas burguesas. Esta opresión, este engaño, este saqueo del trabajo del pueblo por los capitalistas eran inevitables mientras existía la propiedad privada sobre la tierra y las fábricas.

La esencia del bolchevismo, la esencia del Poder soviético radica en concentrar la plenitud del poder estatal en manos de las masas trabajadoras y explotadas, desenmascarando la mentira y la hipocresía de la democracia burguesa y aboliendo la propiedad privada sobre la tierra y las fábricas. Estas masas toman a su cargo la política, es decir, la tarea de edificar una nueva sociedad. La obra es difícil; las masas están atrasadas y agobiadas en virtud de haber vivido bajo el capitalismo, de haber vivido bajo el capitalismo, pero no hay ni puede haber otra salida de la esclavitud asalariada, de la esclavitud capitalista.

Y no es posible incorporar las masas a la política sin incorporar a las mujeres. Porque, bajo el capitalismo, la mitad femenina del género humano esta doblemente oprimida. La obrera y la campesina son oprimidas por el capital, y además, incluso en las repúblicas burguesas más democráticas no tienen plenitud de derechos, ya que la ley les niega la igualdad con el hombre. Esto, en primer lugar, y en segundo lugar –lo que es más importante-, permanecen en la “esclavitud casera”, son “esclavas del hogar”, viven agobiadas por la labor más mezquina, más ingrata, más dura y más embrutecedora: la de la cocina y, en general, la de la economía doméstica familiar individual.

La revolución bolchevique, soviética, corta las raíces de la opresión y de la desigualdad de la mujer tan profundamente como no osó cortarlas jamás un solo partido ni una sola revolución en el mundo. En nuestro país, en la Rusia Soviética, no han quedado ni rastros de la desigualdad de la mujer y el hombre ante la ley. Una desigualdad sobremanera repulsiva, vil e hipócrita en el derecho matrimonial y familiar, la desigualdad en lo referente al niño, ha sido eliminada totalmente por el Poder soviético.
Esto constituye tan sólo el primer paso hacia la emancipación de la mujer. Pero ninguna república burguesa, aun la más democrática, se atrevió jamás a dar ni siquiera este primer paso. No se atrevió por temor ante la “sacrosanta propiedad privada”.

El segundo paso, el principal, ha sido la abolición de la propiedad privada sobre la tierra y las fábricas. Así, y únicamente así, se abre el camino para la emancipación completa y efectiva de la mujer, para su liberación de la “esclavitud casera”, mediante el paso de la pequeña economía doméstica individual a la grande y socializada.

El tránsito es difícil, pues se trata de transformar las “normas” más arraigadas, rutinarias, rudas y osificadas (a decir verdad, son bochorno y salvajismo, y no “normas”). Pero el tránsito ha comenzado, se ha puesto inicio a la obra, hemos entrado en el nuevo camino.

Y en el día internacional de las obreras, en innumerables reuniones de trabajadoras de todos los países del mundo resonarán saludos a la Rusia Soviética, que ha emprendido una obra difícil y pesada hasta lo inaudito, pero grande, de trascendencia universal, verdaderamente liberadora. Resonarán llamamientos optimistas, exhortando a no desfallecer ante la reacción burguesa, brutal y a menudo feroz. Cuanto más “libre” o “democrático” es un país burgués, tanto más brutalidades y ferocidades comete la banda capitalista contra la revolución de los obreros; la República democrática de los Estados Unidos de Norteamérica es, a este respecto, un ejemplo ilustrativo. Pero el obrero ha despertado ya en masa. La guerra imperialista ha despertado definitivamente a las masas durmientes, soñolientas y rutinarias tanto en América como en Europa y en la atrasada Asia.

Se ha roto el hielo en todos los confines del mundo.

La liberación de los pueblos del yugo del imperialismo, la liberación de los obreros y de las obreras del yugo del capital avanza inconteniblemente. La han impulsado decenas y cientos de millones de obreros y obreras, de campesinos y campesinas. Y por eso la causa de la emancipación del trabajo del yugo del capital triunfará en el mundo entero.


4.III.1921
Publicado el 8 de marzo de 1921, en el suplemento al núm. 51 de “Pravda”.
Firmado: N. Lenin
T. 42 , págs.368-370

miércoles, 8 de mayo de 2013

SOBRE LA MORAL COMUNISTA



LA JUVENTUD ESTA DISPUESTA A “VIAJAR” EN LAS CUATRO DIRECCIONES *
Chan Feng-meí
(Secretaría de la célula general de la Liga de la Juventud
Comunista en la brigada de producción Taikou, comuna Chang-
tien, distrito Kuantien, Liaoning.)


“Cuando los padres viven, los hijos no deben ir lejos”. Esto constituye un importante contenido en la reaccionaria doctrina de Confucio, cuya influencia es amplia y debe ser censurada.
¿Por qué Confucio planteó ritos y reglamentos como el que acabamos de citar? Sólo se puede encontrar la respuesta en la lucha de clases que se desarrollaba en la época en que vivió Confucio y en la posición política de éste.
Confucio vivió en las postrimerías del Período de Primavera y Otoño, período que registra un tremendo cambio social, el paso del sistema esclavista al sistema feudal. La clase terrateniente recién surgida rivalizó con la reaccionaria clase de los esclavistas, en lo económico, político e ideológico y lanzó vigorosos ataques contra ella, a la vez que los esclavos se levantaban en rebelión contra los propietarios esclavistas. Bajo esta situación revolucionaria llena de desórdenes bajo el cielo, la reaccionaria clase esclavista no solamente cayó en desintegración en lo tocante a la dominación económica y política, sino que también marchaba hacia la descomposición ideológica y moral en las relaciones de clan y tribu. Por aquel entonces, los ministros no eran fieles a sus reyes, los hijos no sentían amor por los padres y los hermanos menores no obedecían a los mayores; los esclavos escapaban y los hijos se iban lejos de sus hogares, todo esto destruía los conceptos tradicionales que sobre la familia tenía la clase de los esclavistas, debilitaba y perjudicaba su dominación reaccionaria. Bajo estas circunstancias, Confucio, colocándose en la posición reaccionaria esclavista, planteó una serie completa de ritos y reglamentos, incluyendo el reaccionario programa de “cuando los padres viven, los hijos no deben ir lejos”, tendientes todos ellos a salvaguardar la clase esclavista.
El núcleo del sistema ético de Confucio es lo que él llamó “piedad filial y deber fraternal”. Confucio abogó porque estos postulados fueran tomados como regla de virtud de la gente determinando que los hijos debían tomar por objetivo de su vida el sostener a sus padres, en caso contrario, según este abogado de los esclavistas, sería “despiadado” y “carente de virtud” y debería ser condenado. Confucio perseguía, al formular estos conceptos éticos de clan y tribu, proteger el sistema filial y legal esclavista “desde el supremo del Estado hasta el linaje familiar”. Al propagar que los hijos tuvieran piedad por sus padres, que los hijos debían actuar alrededor de los padres y, al difundir que los padres debían respetar y tener filialidad por el soberano, Confucio deseaba que todos los padres actuaran alrededor del “hijo del cielo”. En realidad, lo esencial de su exigencia era que las gentes “se dominaran a sí mismos y retornaran a los ritos”, que no “causaran daño a los superiores y desórdenes” y fueran dóciles “hijos piadosos”, “pueblo sumiso” de la tiranía esclavista. Confucio planteó los reglamentos y la doctrina filial de “cuando los padres viven, los hijos no deben ir lejos”, precisamente para lograr su finalidad criminal de defender la dominación reaccionaria de la clase esclavista. Pero esto no podía ser más que una  quimera.
El marxismo considera que las relaciones entre padres e hijos y las relaciones familiares en una sociedad clasista sólo pueden ser las existentes entre las clases. A una etapa histórica determinada, corresponden determinadas relaciones de familia que sólo pueden ser producto de las determinadas relaciones de producción existentes en dicha etapa histórica. A medida que se desarrollan y cambian las relaciones de producción, se desarrollan y cambian, correspondientemente, las relaciones de familia y sus conceptos. Esta es una tendencia histórica que ningún reaccionario es capaz de impedir. Los ritos y reglamentos reaccionarios de Confucio con toda su doctrina no lograron salvar de la ruina a la clase esclavista ni tampoco salvaron de la desintegración y la ruina a las familias aristócratas esclavistas. La causa radica en que el programa de Confucio representa la reacción. Confucio no quiso que los demás “fueran lejos” para organizar la rebelión contra los propietarios de esclavos, pero, él mismo “viajaba lejos” por los diferentes Estados a fin de dar sugerencias y planes a la clase esclavista de los diversos lugares, sin sentir ningún cansancio. Es claro que Confucio se oponía solamente al “viaje” revolucionario y no al contrarrevolucionario. En cuanto a esto último, no sólo no se oponía, sino que era el primero que encabezaba la violación de su propio rito, dejando así, al desnudo, su esencia de reaccionario.
Durante más de dos mil años, todo personaje representante de las clases explotadoras, traficó siempre con esa mercancía negra de la reaccionaria “doctrina filial”, como opio espiritual que adormece a la juventud, a fin de defender la dominación reaccionaria. Los arribistas e intrigantes antipartido Liu Shao-chi y Lin Piao, depositaron sus esperanzas, de hacer realidad su sueño de restaurar el capitalismo, en la joven generación; por ello, se opusieron y sabotearon en lo posible la integración de los Jóvenes instruidos con los obreros y campesinos, izaron de nuevo la bandera negra de la “tienda de Confucio” para invocar su espíritu y deliraron diciendo: “Si no sabes ser buen hijo, ¿cómo podrás ser un hombre?”, “la nostalgia del pueblo natal es sentimiento general de la gente”. Esta es una nueva edición del reaccionario programa confuciano de “cuando los padres viven, los hijos no deben ir lejos”. Ellos intentaban en vano envenenar a la juventud con “sentimientos entre madre e hijos”, “amor a los propios hijos” y cosas de semejante “naturaleza humana”, para hacer que los jóvenes concentraran su visión en el pequeño círculo de los padres y de’ la familia, haciéndoles así olvidar los intereses fundamentales del proletariado en su totalidad la causa del Partido, la gran meta de la revolución, y convertirlos en mediocres con corta vista. Taimadamente y partiendo de los conceptos de “virtud”, de “fidelidad y fllialidad” de clase explotadora, traficaban con las siniestras mercancías del apriorismo idealista e inculcaban en los jóvenes la teoría de “estudiar para ser funcionario”, llamándoles a “no prestar oído a lo que sucede fuera de la ventana y concentrar su atención en la lectura de los libros de los santos y sabios”, pregonando que “al obtener fama, ilustras a tu familia y tus antepasados sienten gran honor”. Utilizaban el egoísmo burgués para seducir a la juventud a fin de que siguiera el camino siniestro de apartarse de la política proletaria, se divorciara de las masas obreras y campesinas y de las tres prácticas revolucionarias — la lucha por la producción, la lucha de clases y la experimentación científica —, a fin de que se convirtiera en aristocracia espiritual burguesa que desprecia el trabajo manual, con el objetivo de hacer de la juventud una “fuerza servil” e instrumentos dóciles para la restauración capitalista. Pero la historia ha demostrado que esta artimaña no fue más que una vana intención.
El marxismo considera que en una sociedad de clases la moral tiene un carácter clasista. Engels señaló: “Hasta hoy toda teoría moral ha sido, en última instancia, producto de las condiciones económicas de la sociedad en el período correspondiente. Y como hasta el día la sociedad se ha agitado entre antagonismos de clase la moral ha sido siempre una moral de clase.” La moral del proletariado toma los mayores intereses y exigencias del proletariado y del resto del pueblo trabajador como su norma más alta y tiene como principio de su moral el servir a los intereses de la abrumadora mayoría de la gente en el mundo. Sienta  sobre la base clasista las relaciones familiares, sirve a la consolidación y desarrollo de la base económica socialista, a la consolidación y fortalecimiento de la dictadura del proletariado. El proletariado considera que si su clase en su conjunto no logra sus intereses, tampoco se lograrán los intereses de los padres, de la familia, ni de los individuos. El “viajar lejos” o no, no obedece a las necesidades de los padres sino a las de la revolución. La revolución no se limita a un lugar fijo (no tiene campos delimitados ni es estática) y los jóvenes deben tener una firme voluntad para “viajar” en las cuatro direcciones. Nosotros, los jóvenes, instruidos bajo la educación cuidadosa del Partido Comunista y del Presidente Mao y sobre todo a través del temple que nos ha dado la Gran Revolución Cultural Proletaria y la campaña de critica a Lin Piao y Confucio, llegamos a comprender plenamente que las falacias difundidas por estafadores del tipo de Liu Shao-chi y Lin Piao, falacias como la del “sentimiento entre madre e hijos”, “amor del hijo”, envenenan el alma y son como suave puñal que mata sin que aflore la sangre. Este entendimiento ha afirmado aún más nuestra decisión de seguir el camino de la integración con los obreros y campesinos. Millones de jóvenes revolucionarios instruidos, tras condenar seriamente las falacias de Liu Shao-chi y Lin Piao sobre “estudiar para ser funcionario”, “ir al campo para obtener un barniz de revolucionario”, “transformación mediante trabajo forzoso”, etc. se deciden a entregar toda su vida al Partido, a ir a las zonas rurales, a las regiones fronterizas y a aquellos lugares que presentan mayores dificultades, ya que se trata de una gran revolución que modifica las costumbres y los hábitos viejos, censurando severamente los viejos conceptos tradicionales representados por la doctrina de Confucio y Mencio.
Respondiendo al gran llamamiento del Presidente Mao, en 1968 yo vine desde a ciudad Lüta a establecerme aquí, en la brigada de producción Taikou de la comuna Changtien. En estos años de vida en el amplio escenario del campo, he salido al encuentro de la tempestad y he enfrentado al mundo limpiando ‘de mi mente las influencias dejadas por los viejos conceptos que nos hacen menospreciar a los campesinos y huir de las labores. Gracias a la ayuda y a la educación que los campesinos pobres y campesinos medios de la capa inferior me han brindado, mi conciencia política e ideológica se ha elevado considerablemente. La práctica de estos años me ha hecho comprender profundamente que ir a las zonas rurales a integrarse con las masas obreras y campesinas es un camino que se necesita seguir para llegar a ser continuadores de la causa revolucionaria del proletariado, que se trata de un problema de importancia fundamental para el largo período de la consolidación de la dictadura del proletariado y para prevenir la restauración del capitalismo. Los hechos han corroborado que, para los jóvenes instruidos, el ir a las zonas rurales implica una enorme significación en la tarea por eliminar las diferencias entre la ciudad y el campo, entre los obreros y los campesinos, entre el trabajo intelectual y el trabajo manual. Los jóvenes instruidos constituyen una fuerza vigorosa para transformar las costumbres y hábitos viejos en el campo y para transformar la sociedad.
En un patio no es posible adiestrar caballos alados ni en el florero pueden crecer pinos milenarios. Los jóvenes revolucionarios debemos poner la mirada en todas  partes, ir al campo, a las zonas fronterizas, a los lugares donde más nos necesiten. Debemos asumir la importante responsabilidad que nos asigna la historia y consagrar nuestra juventud a la realización del comunismo.

*Obreros,  campesinos y soldados critican a lin Piao y Confucio. Ediciones en lenguas extranjeras,  Pekín.

jueves, 18 de abril de 2013


NOTAS SOBRE EL CINEMA SOVIÉTICO


Ramón J. Sender, uno de nuestros primeros escritores que han puesto su pluma al servicio de la cultura y la clase proletaria. ha realizado últimamente un viaje de estudios por la Unión Soviética. Sus impresiones objetivas y subjetivas, su entusiasmo por la obra que están llevando a cabo los soviets en U.R.S.S. han quedado grabados en el diario madrileño La Libertad y han merecido el aplauso unánime y justo del proletariado español que ha visto en Sender a un defensor de su clase.
A su regreso de la Unión Soviética, Ramón J. Sender nos ha visitado en París. NUESTRO CINEMA ha solicitado sus impresiones sobre el cine soviético y sobre el cine en Rusia. Sender ha correspondido a nuestro deseo y nos ha concretado estas notas que tanto le agradecemos y con tanto placer ofrecemos a nuestros lectores.
N.C.


El cinema soviético podía ser un elemento de primer orden en la balanza comercial soviética si cuidaran más la producción para los mercados de los países capitalistas. Yo he visto obras sencillamente magníficas que no pueden exhibirse fuera de Rusia por razones políticas. Y es una lástima, porque en ellas hay lecciones técnicas a veces formidables.

   De modo general, lo característico. a mi juicio, es que han eliminado los factores eróticos o los han reducido a segundo o tercer término. Coincide con lo que acabamos de decir, la ausencia de lo sentimental en todos los aspectos. Se sustituye por la pasión social y política. Pero también esto está limitado cuidadosamente para evitar el peligro del «monumentalismo». Ya se ha visto que en esa manía de lo monumental cae de lleno el cine fascista.

   Con estos elementos y la casi eliminación del actor profesional, se logran films soberbios en las películas «de composición». En los documentales «de masas» no pueden ser igualados por ningún país, y eso no hace falta explicarlo. Esos dos géneros, en los que el cine soviético como el cine comercial burgués se divide, se consideran en la Unión como un arma más de lucha de clases. Los  realizadores jóvenes. Trauberg, Youtkevitch, Ermler, han dado obras maestras, algunas de las cuales son conocidas fuera de Rusia. Los viejos, como Eisenstein, son ya de solera clásica.

   Se proyectan también en los cines de Moscú y de las grandes ciudades algunos films de importación. Hemos visto en el cine Udarnic una película americana que hace años vimos aplaudir a la pequeña burguesía madrileña. La película era una «alta comedia». Gentes de frac, salones, conflicto sentimental y boda con los tipos característicos: el viejo soltero y cínico, la dama de alcurnia, el hijo heroico que vuelve de la guerra. El público lo componían obreros, soldados y campesinos –todos  son una de esas tres cosas en la Unión-, y ante las escenas más sentimentales y más patéticas reían como si se tratara de un film de Charlot. Hasta tal punto ha sido educada ya la sensibilidad del espectador de cine por la producción soviética.

   Técnicamente, el contraste de las películas americanas que se exhiben allá, con las soviéticas, no puede ser más desfavorable para aquéllas. El público lo percibe con fruición.

   Hay una critica rigurosa de los films desde todos los puntos de vista. Se desperdicia mucho celuloide porque, con justicia, se considera la pantalla como un formidable elemento educador. Las películas documentales son expuestas a una  «crítica de masas». Yo recuerdo un documental de la guerra en la frontera china, en donde hubo que cortar todo lo que significaba «composición». El documental debía ser un reflejo fiel de los hechos. Había también cierta fruición heroica que por indicación de los espectadores hubo que suprimir porque se prestaba al «monumentalismo». El sentido crítico de las masas de cine, allí es cada día más agudo y se le educa técnicamente desde la Prensa profesional. Yo he visto en el cine soviético reflejadas todas las modalidades de la organización social soviética. En especial la altura técnica y el sentido de la eficacia política.

   Dentro de la Unión el cine soviético representa un triunfo artístico que recuerda aquella certera previsión de Lenin: «El cine será el nuevo arte soviético». Esa previsión está totalmente realizada. Yo creo, sin embargo, que ahora que el  mercado europeo está amenazado por el cine fascista, el cinema soviético debía salir de las fronteras y dar la batalla fuera. Su triunfo sería seguro.


Ramón J. SENDER
Nuestro Cinema» núm. 13. Octubre 1933)

martes, 22 de enero de 2013

DICTADURA DEL PROLETARIADO - Presidente Mao Tse-Tung


SOBRE EL SOCIALISMO Y LA DICTADURA DEL PROLETARIADO
(3 – Presidente Mao Tse-tung)

El Presidente Mao Tse- tung en su elevación del marxismo a una nueva, tercera y superior etapa ha desarrollado extraordinariamente el socialismo científico como teoría y practica de la revolución, principalmente con su inmarcesible desarrollo de la gran revolución cultural proletaria. Así, el Presidente Mao con la revolución cultural proletaria, como continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado, profundizo y desarrollo grandiosamente la cuestión fundamental del socialismo y la dictadura del proletariado; estableció la forma como desarrollar la revolución, en las condiciones de la sociedad socialista y bajo el Estado de dictadura del proletariado, para proseguir la marcha inexorable hacia el comunismo.
Veamos puntos y situaciones que llevaron a esta conclusión trascendente. Sobre la revolución, en “Sobre la camarilla contrarrevolucionaria de Ju Feng”, el Presidente Mao escribió:

“Excepto la revolución que sustituyo a la comunidad primitiva por la esclavitud, es decir, que reemplazó un sistema en el que no existía la explotación por otro de explotación, todas las demás revoluciones del pasado concluyeron en el reemplazo de un sistema de explotación por otro. Para ellas no era necesario ni posible aplastar definitivamente la contrarrevolución. Sólo nuestra revolución, la revolución de las masas populares dirigida por el proletariado y el Partido Comunista, tiene como meta la eliminación definitiva de todos los sistemas de explotación y todas las clases”.

Y sobre la “regla universal” de primero tomar el Poder para transformar la sociedad:

“Desde el punto de vista de la historia mundial, la revolución burguesa y el establecimiento de Estados burgueses tuvieron lugar antes y no luego de la revolución industrial. Aquí también la superestructura tuvo que ser transformada primero y el aparato de Estado puesto en su lugar antes que fuesen propagadas las ideas que permitían adquirir el poder real. Resulto de ello un sacudimiento profundo de las relaciones de producción. Cuando las nuevas relaciones de producción fueron bien establecidas, abrieron la vía al desarrollo de las fuerzas productivas. Pero un gran desarrollo de las fuerzas productivas proviene siempre de la transformación de las relaciones de producción. Tomemos el ejemplo de la historia del desarrollo del capitalismo. Al comienzo no hubo sino: un simple reagrupamiento de actividades; luego se crearon fábricas y talleres artesanales. En este estadio se establecieron las relaciones de producción capitalistas, pero los talleres artesanales no eran todavía la producción mecanizada. Las relaciones de producción capitalistas hicieron nacer necesidades de transformaciones técnicas, creando así las condiciones para la utilización de máquinas. En Inglaterra, la revolución industrial (fines del siglo XVIII- comienzos del siglo XIX) se produce luego de la revolución burguesa (que tuvo lugar después del siglo XVII). Igualmente en Alemania, Francia, Estados Unidos y Japón, el gran desarrollo industrial capitalista no comenzó si no luego de la transformación de la superestructura y de las relaciones de producción, transformación cuya forma varió según los países.
Primeramente crear opinión pública y apoderarse del poder político. Resolver el problema de los sistemas de propiedad luego, para llegar por fin a un gran desarrollo de las fuerzas productivas, he aquí la regla universal. Sobre tal punto, la revolución proletaria y la revolución burguesa se parecen fundamentalmente a pesar de ciertas diferencias. (Las relaciones de producción socialistas, por ejemplo, no existían antes de la revolución proletaria, mientras que las relaciones de producción capitalistas comenzaron a desarrollarse en la sociedad feudal.” (“Notas de lectura sobre el ‘Manual de Economía Política’ de la Unión Soviética”).

Así como sobre la necesidad de demoler la vieja superestructura para abolir las antiguas relaciones de producción:

“La historia de todas las revoluciones ha probado que no era necesario tener previamente desarrolladas las fuerzas productivas en su plenitud para poder transformar las relaciones de producción envejecidas. La revolución China comenzó por la propagación del marxismo. Gracias a esta propagación, nació una nueva opinión pública, facilitando así la revolución. Es necesario antes que nada demoler la antigua superestructura por la revolución para que las antiguas relaciones de producción puedan ser abolidas. Es después de la eliminación de éstas que se pueden crear nuevas relaciones de producción, abriendo una vía al desarrollo de las fuerzas productivas de la nueva sociedad. Solamente luego se puede desarrollar una gran revolución tecnológica, para desarrollar vigorosamente las fuerzas productivas, continuando al mismo tiempo la transformación de las relaciones de producción y las ideologías. El Manual no habla de las premisas materiales y no aborda más que raramente la superestructura.
Es decir el Estado de clase, la filosofía de clase y las ciencias de clase. La ciencia económica tiene por principal objeto de estudio las relaciones de producción. Pero es difícil separar la economía política y la concepción materialista de la historia. Es difícil explicar claramente los problemas relativos a la base económica y a las relaciones de producción sin tener en cuenta los problemas concernientes a la superestructura.” (Ibídem).

En cuanto a cómo surgió la Nueva China:

“Nuestra República Popular no fue formada de la noche a la mañana, sino que se desarrolló poco a poco partiendo de las bases revolucionarias. Algunas personalidades demócratas se han templado también en la lucha, en mayor o menor grado, y sufrieron junto a nosotros tribulaciones y penas. Algunos intelectuales se templaron en la lucha contra el imperialismo y las fuerzas reaccionarias, y muchos de ellos pasaron, después de la Liberación, por un proceso de transformación ideológica encauzada a trazar una clara distinción entre nosotros y el enemigo. La consolidación de nuestro Estado se debe, además, al hecho de que las medidas económicas que adoptamos son básicamente acertadas, a que la vida del pueblo es segura y mejora gradualmente, a que nuestra política respecto a la burguesía nacional y otras clases es asimismo correcta, etc.” (“Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo”).

Y en cuanto a la dictadura y sus funciones:

“Nuestro Estado es un Estado de dictadura democrática popular, dirigido por la clase obrera y basado en la alianza obrero-campesina. ¿Cuáles son las funciones de esta dictadura? Su primera función es reprimir dentro del país a las clases y elementos reaccionarios y a los explotadores que oponen resistencia a la revolución socialista, reprimir a los que sabotean la edificación socialista, es decir, resolver las contradicciones entre nosotros y el enemigo dentro del país. En esta esfera de nuestra dictadura están incluidas, por ejemplo, la detención y la condena a ciertos contrarrevolucionarios y, durante un determinado tiempo, la privación de derechos electorales y libertad de palabra a los terratenientes y los elementos de la burguesía burocrática. Para mantener el orden social y defender los intereses de las grandes masas populares, es igualmente necesario ejercer la dictadura sobre los ladrones, estafadores, asesinos, incendiarios, las bandas de malhechores y los diversos elementos perniciosos que violan seriamente el orden social. La dictadura tiene además otra función: defender nuestro país contra las actividades subversivas y la posible agresión de los enemigos exteriores. Cuando surge tal situación, la dictadura tiene a su cargo la tarea de resolver las contradicciones entre nosotros y el enemigo del exterior. El objetivo de la dictadura consiste en proteger a todo el pueblo para que pueda trabajar en paz y transformar a China, mediante la construcción, en un país socialista con una industria, una agricultura, una ciencia y una cultura moderna. ¿Quiénes ejercen la dictadura? Naturalmente, la clase obrera y el pueblo entero dirigido por ésta. La dictadura no se aplica dentro del pueblo. El pueblo no puede ejercer la dictadura sobre si mismo, ni una parte del pueblo puede oprimir a otra. Los que, en el seno del pueblo, violan las leyes, también deben ser castigados con arreglo a la ley, pero entre esto y la dictadura que reprime a los enemigos del pueblo existe una diferencia de principios. Dentro del pueblo se practica el centralismo democrático.” (Ibídem).

Y en lo referente a libertad y democracia:

“En realidad, en el mundo sólo hay libertad y democracia concretas, y no existen libertad ni democracia abstractas. En una sociedad donde existe lucha de clases, si hay libertad para que las clases explotadoras exploten al pueblo trabajador, no hay libertad para que éste no sea explotado; si hay democracia para la burguesía, no la hay para el proletariado y el resto del pueblo trabajador. En algunos países capitalistas también se permite la existencia legal de los Partidos Comunistas, pero únicamente en la medida en que esto no pone en peligro los intereses fundamentales de la burguesía; no esta permitida mas allá de ese limite. Los que piden libertad y democracia en abstracto creen que la democracia es un fin y no un medio. A veces la democracia parece un fin, pero en realidad es solo un medio. El marxismo nos enseña que la democracia forma parte de la superestructura y pertenece a la categoría de la política. Esto significa que, en fin de cuentas, la democracia sirve a la base económica. Lo mismo ocurre con la libertad. Tanto la democracia como la libertad son relativas y no absolutas, han surgido y se desarrollan en el curso de la historia. En el seno del pueblo, la democracia es correlativa con el centralismo, y la libertad, con la disciplina. Son dos aspectos opuestos de un todo único, contradictorios y a la vez unidos. No debemos recalcar unilateralmente uno de ellos negando el otro. En el seno del pueblo, no se puede prescindir de la libertad, tampoco se puede excluir la disciplina; no se puede prescindir de la democracia, tampoco se puede excluir el centralismo. Tal unidad de democracia y centralismo, de libertad y disciplina, constituye nuestro centralismo democrático. Bajo este sistema, el pueblo disfruta de una democracia y una libertad amplia, pero al mismo tiempo debe mantenerse dentro de los límites de la disciplina socialista. Esta verdad la comprenden bien las grandes masas populares.” (Ibídem).

Mas ya en marzo del 49 el Presidente Mao dijo:

“Triunfar en todo el país es solo el primer paso de una larga marcha de diez mil li. Este paso, aunque sea digno de nuestro orgullo, resulta relativamente minúsculo; lo que aun está por venir será mucho más digno de nuestro orgullo. La victoria de la revolución democrática popular de China, mirada retrospectivamente después de varios decenios, parecerá solo el breve prólogo de un largo drama. Un drama comienza por el prólogo, pero el prólogo no es la culminación. La revolución China es grandiosa, pero después de la revolución, el camino será aun mas largo y nuestra tarea, aún mas grandiosa y mas ardua”.

Así como en “Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo”, su gran obra de febrero del 57, especificó:

“Pero nuestro sistema socialista acaba de instaurarse; aún no esta cabalmente establecido ni consolidado por completo”. Y: “Toda cosa nueva experimenta dificultades y reveses en su crecimiento. Sueña quien crea que la causa del socialismo es como navegar viento en popa, empresa de éxito fácil en la que no se tropieza con dificultades ni se sufren reveses ni se requieren inmensos esfuerzos”.

En este mismo texto se reafirma la lucha de clases en el socialismo, y principalmente se sienta que en definitiva no esta resuelto quién vencerá a quien; esto es si el socialismo o el capitalismo vencerá políticamente, es decir en la lucha de clases actualmente en desarrollo, pues históricamente, en perspectiva, el socialismo necesariamente se impondrá; vencerá ineluctablemente:

“En China, aunque en lo fundamental se ha consumado la transformación social es la de la propiedad y han terminado las vastas y tempestuosas luchas de clase de las masas, características de los anteriores períodos revolucionarios, subsisten remanentes de las clases derrocadas: la clase terrateniente y la burguesía compradora; subsiste la burguesía, y la transformación de la pequeña burguesía solo acaba de empezar. La lucha de clases no ha terminado. La lucha de clases entre el proletariado y la burguesía, entre las diferentes fuerzas políticas y entre el proletariado y la burguesía en el terreno ideológico, será aun larga, tortuosa y a veces incluso muy enconada. El proletariado aspira a transformar el universo según su concepción del mundo, y la burguesía, según la suya. A este respecto, aun no ha sido resuelta en definitiva la cuestión de quien vencerá: el socialismo o el capitalismo.”

En “Discurso ante la Conferencia Nacional del Partido Comunista de China sobre el trabajo de propaganda”, febrero de 1957, el Presidente Mao trata sobre las grandes transformaciones que genera el socialismo, su consolidación gradual, su necesidad de un largo período histórico para consolidarse y la seguridad de construir un Estado socialista:

“Estamos viviendo un período de grandes cambios sociales. Durante un largo tiempo la sociedad China ha estado sufriendo grandes transformaciones. La Guerra de Resistencia contra el Japón fue una de ellas y, la otra, la Guerra de Liberación. Pero el carácter del cambio actual es mucho mas profundo que el de los anteriores. Estamos ahora construyendo el socialismo. Cientos de millones de personas participan en el movimiento de transformación socialista. Las relaciones de clase están cambiando en todo el país. La pequeña burguesía agrícola y artesanal y la burguesía de la industria y el comercio han sufrido ambas un cambio. Se ha transformado el sistema económico de la sociedad; la economía individual es ahora economía colectiva y la propiedad privada capitalista esta siendo transformada en propiedad publica socialista. Cambios de tal magnitud, por supuesto se reflejan en la mentalidad de la gente. La existencia social del hombre determina su conciencia. La gente de diferentes clases, estratos y grupos sociales reaccionan de diverso modo ante los grandes cambios de nuestro sistema social. Las grandes masas del pueblo vehementemente los apoyan, dado que la vida misma confirmó que el socialismo es el único camino para China. Eliminar el antiguo sistema social y establecer uno nuevo, el sistema del socialismo, es una gran batalla, un gran cambio en el sistema social y en las relaciones de los hombres entre si. Debe decirse que, básicamente, la situación es saludable. Pero el nuevo sistema social recién ha sido establecido y requiere tiempo para su consolidación. No debe suponerse que el nuevo sistema puede ser totalmente consolidado en el mismo momento en que se implanta, porque eso es imposible. La consolidación debe ser gradual. Para lograr su firmeza final es necesario no sólo llevar a cabo la industrialización socialista del país y perseverar en la revolución socialista en el frente económico, sino también sostener constante y ardua lucha revolucionaria socialista y poner en ejecución la educación socialista en los frentes político e ideológico. Además, se requiere la contribución de diversos factores internacionales. En China la lucha para consolidar el sistema socialista, la lucha para decidir cual prevalecerá: el socialismo o el capitalismo, cubrirá un largo período histórico. Pero todos debemos advertir que este nuevo sistema del socialismo, incuestionablemente se consolidara. Con toda seguridad podemos construir un Estado socialista con moderna industria, moderna agricultura, y modernas ciencia y cultura.”

Otro problema sustantivo de la cuestión fundamental analizada, socialismo y dictadura del proletariado, es la construcción y desarrollo del socialismo; sobre éste el maoísmo parte de:

“¿qué pasara si nuestro país no establece una economía socialista? Se convertirá en un país revisionista, de hecho en un Estado burgués, y la dictadura del proletariado se transformara en dictadura de la burguesía; es mas, en una dictadura reaccionaria y fascista. Este es un problema que merece nuestra alta vigilancia y espero que los camaradas reflexionen seriamente sobre él”. “En cuanto a la construcción de una poderosa economía socialista, China requiere, no ya 50 años, sino cien o un tiempo aún más largo. En su país (Inglaterra), el desarrollo del capitalismo llevó varios centenares de años. Quedo fuera de la cuenta el siglo XVI, que forma parte de la Edad Media. Del siglo XVII hasta ahora, ya han pasado más de 360 años. En nuestro país, la construcción de una poderosa economía socialista, según mi cálculo, requerirá más de una centuria”.
“Más de tres siglos de desarrollo han necesitado las fuerzas productivas del capitalismo para llegar a lo que son hoy día. En comparación con el capitalismo, el socialismo tiene muchas ventajas. El desarrollo económico de nuestro país será mucho más rápido que el de los países capitalistas. Sin embargo, China tiene una inmensa población, su base es débil y su economía atrasada”.
“Si se emplearon tres siglos y varios decenios para construir una poderosa economía capitalista, ¿qué tiene de malo construir una poderosa economía socialista en nuestro país en un período de unos 50 a unos 100?”.

Y llama a pensar en que:

“Respecto a la construcción socialista, aún actuamos muy a ciegas. Para nosotros, la economía socialista es, en muchos aspectos, un incógnito reino de la necesidad”.

Así como, por otro lado, establece:

“¿Socialismo o comunismo? ¿En qué momento se puede decir que ha acabado la construcción del socialismo? Hemos formulado dos criterios:
1.      La conclusión de la construcción del socialismo se manifiesta por la aplicación general del sistema socialista de propiedad de todo el pueblo.
2.      Cuando el sistema de propiedad de todo el pueblo haya reemplazado al sistema de propiedad colectiva de las comunas populares.
Ciertos camaradas no están de acuerdo en distinguir ambos sistemas de propiedad. Pretenden que en las comunas populares sólo existe el sistema de propiedad de todo el pueblo. En realidad hay dos sistemas: Uno es el sistema de propiedad de todo el pueblo del tipo Aceria de Anshan, el otro es el sistema de propiedad de la gran colectividad de la comuna popular.
Si se ignora esto, ¿para qué sirve entonces la edificación socialista? Stalin trazó la línea de demarcación entre los dos sistemas y preconizó tres condiciones para pasar al comunismo. Dichas tres condiciones fundamentales no son malas.
Las dos primeras pueden ser resumidas como sigue:
1) aumento de la producción social; 2) pasaje del sistema de propiedad colectiva al sistema de propiedad de todo el pueblo; sustitución del sistema de intercambio de mercancías por un sistema de intercambio de productos; pasaje de la etapa del valor de cambio a la etapa del valor de uso. En China las dos condiciones significan: 1) aumentar enérgicamente la producción y desarrollar simultáneamente la industria y la agricultura, siempre conservando el principio de crecimiento preferencial de la industria pesada; 2) llevar el sistema de propiedad de la pequeña colectividad al nivel de sistema de propiedad de todo el pueblo. Quienes entre nosotros trazan líneas demarcatorias y pretenden que ya entramos en la era del sistema de propiedad de todo el pueblo se equivocan.

La tercera condición fijada por Stalin concierne a la cultura: preconiza un incremento de la educación física y de la educación de todo el pueblo. Para alcanzar este objetivo, Stalin propone cuatro medidas: 1) la jornada de trabajo de seis horas; 2) la institucionalización de la educación politécnica; 3) el mejoramiento de las condiciones de vivienda; 4) el aumento de salarios y la disminución de los precios.
Las tres condiciones de Stalin son excelentes, pero falta una condición político-ideológica. Dichas condiciones, citadas arriba, tienden esencialmente a aumentar la producción. Una abundancia muy grande de producción facilita, en efecto, el pasaje del sistema de producción colectiva al sistema de propiedad de todo el pueblo. Pero para aumentar la producción es preciso producir más, mas rápidamente, mejor y de una manera más económica. Y si se quiere llegar a ese resultado es preciso poner la política en el puesto de mando y esforzarse para alcanzar simultáneamente los cuatro objetivos: cantidad, rapidez, calidad, economía. También es preciso lanzar movimientos de rectificación para destruir la ideología del poder legal de la burguesía.
Sumar una forma de estructura tal como la comuna popular a un país como China es volver más fácil la realización de los cuatro objetivos: cantidad, rapidez, calidad, economía.
¿Cuál es la significación del sistema general de propiedad de todo el pueblo? Este sistema significa: 1) que los medios de producción de la sociedad pertenecen a todo el pueblo; 2) que los productos de la sociedad pertenecen a todo el pueblo.
¿Cuál es la naturaleza de la comuna popular? Es la unidad de base de la estructura social China que agrupa obreros, campesinos, soldados, intelectuales y comerciantes. Actualmente constituye la organización administrativa de base.
En cuanto a la milicia, está destinada a enfrentar al extranjero, particularmente al imperialismo.
La comuna popular es la mejor forma de organización para la realización de los dos pasajes: el pasaje del socialismo de hoy al sistema general de propiedad de todo el pueblo, y el pasaje del sistema general de propiedad de todo el pueblo al comunismo. Luego de estos pasajes, la comuna popular constituirá la estructura de base de la sociedad comunista.” (“Sobre ‘Problemas económicos del socialismo en la URSS’ de Stalin”).

Y sobre mercancía, valor y planificación:

“Si desarrollamos sensiblemente la producción mercantil, no es teniendo como objetivo un beneficio, sino en el interés del campesinado, de la alianza entre los obreros y los campesinos, del desarrollo de la producción”. “Luego de las campañas de rectificación contra los derechistas, el trabajo no es más una mercancía. No se trabaja más para obtener dinero sino para servir al pueblo. Esto es posible solamente si el trabajo no es más una mercancía”. “La ley del valor no desempeña un poder regulador. Este papel lo juega la planificación y el principio que consiste en poner la política en el puesto de mando. En la sociedad China, la ley del valor no desempeña un papel regulador, es decir un papel decisivo. Lo que juega un papel decisivo en la producción es la planificación.” (“Notas sobre ‘Problemas económicos del socialismo en la URSS’”).

Y:

“En el dominio del trabajo de planificación, si rehusamos hacer un balance y adoptamos la política de dejar hacer, si nos mostramos demasiado prudentes y excluimos toda audacia, se termina por destruir el desarrollo proporcionado. Estos métodos de trabajo son ambos erróneos. Un plan es una ideología. La ideología es el reflejo de una realidad y ella actúa sobre la realidad...Ello muestra claramente que cosas como los planes, que forman parte de las ideologías, tienen una gran influencia sobre el progreso o la ausencia de progreso de la economía, tanto como el ritmo de desarrollo económico.” (“Notas de lectura sobre el ‘Manual de Economía Política’ de la URSS”).

Y combatiendo la posición revisionista de los “estímulos materiales”:

“Algunos dicen que el socialismo debe prestar mayor atención al estimulo material que el capitalismo. ¡Tal tesis no tiene verdaderamente ningún sentido!”
“Considerar la distribución de los medios de consumo como una fuerza motriz decisiva es revisar el punto de vista de Marx...”
Así como: “El Manual prosigue en estos términos: ‘Antes que nada debemos extraer beneficios del factor que es el estimulo material’. Habla como si la actividad creadora de las masas dependiera de los intereses materiales. El Manual no pierde ocasión de hablar de los intereses materiales personales, como si buscara sin cesar llamar a dichos intereses para atraer a la gente. Ello refleja el espíritu de una parte considerable de los cuadros de los servicios económicos y de los cuadros dirigentes. Refleja igualmente una situación en la cual el trabajo político e ideológico no ha retenido suficientemente la atención. En estas condiciones no hay otra salida que apoyarse en los estímulos materiales. La primera mitad de la frase ‘de cada uno según a su capacidad, a cada uno según su trabajo’ se refiere a la necesidad de hacer un esfuerzo máximo por la producción. ¿Por qué entonces recortar dicha frase en dos y hablar de una manera parcial de los estímulos materiales? Si así se publicitan los intereses materiales el capitalismo se convierte en invencible”.
Y además: “Incluso si se admite que el estímulo material es un principio importante no puede ser de ninguna manera el único. Debe haber otro principio: aquél del estimulo del espíritu en el dominio político-ideológico. Además el estímulo material no puede ser tratado únicamente en términos de intereses personales. Debe ser tratado también en términos de intereses colectivos, de primacía de los intereses colectivos sobre los intereses personales, de prioridad de los intereses a largo plazo sobre los intereses provisorios, de primacía de los intereses generales sobre los intereses particulares.” (Ibídem).

Y considerando la vital importancia que para el desarrollo del socialismo tiene el campesinado, recordemos lo dicho por el Presidente Mao ya en el período de la resistencia antijaponesa:

“Durante miles de años, ha reinado entre las masas campesinas la economía individual, en la cual cada familia y hogar constituye una unidad productiva. Esta forma de producción individual, dispersa, fue el cimiento económico del régimen feudal, y hundió a los campesinos en una pobreza perpetua. El único camino para cambiar tal estado de cosas es la colectivización gradual”.

Y en 1953, al establecer las transformaciones socialistas de la agricultura como parte de la línea general:

“Si hablamos de la agricultura, el único camino para la agricultura de nuestro país es el camino socialista”.

Así como al criticar el otorgamiento de tierras predicado por el “Manual”, plantea el método de trabajo con el campesinado:

“Esto significa que el gobierno confisca las tierras para darlas a los campesinos a fin de que ellos puedan redistribuirlas. Se trata aquí de un espíritu de otorgamiento; no se compromete en la lucha de clases ni en los movimientos de masa. Esta concepción es en la realidad una concepción derechista. Nuestro método consiste en apoyarnos en los campesinos pobres, unirnos con los campesinos medios (campesinos medios inferiores) y apoderarnos de las tierra de los terratenientes. El Partido debe asumir la dirección de este proceso sin monopolizar el trabajo. Debemos adoptar una serie de medidas concretas: visitar a los campesinos pobres para encuestarlos sobre sus sufrimientos, reclutar activistas, reunir a todos aquellos que tienen el mismo origen de clase, constituir un núcleo sólido, convocar asambleas para que todos los que sufren cuenten sus sufrimientos, organizar las fuerzas de clase y desatar la lucha de clases.” (El ya citado “Notas...”).

Y sobre la alianza obrero-campesina, sustento de la dictadura del proletariado, y su desarrollo ligado a las transformaciones socialistas de la agricultura:

“Entre nosotros, la alianza de los obreros y de los campesinos pasó ya por dos etapas: la primera fundada sobre la revolución agraria; la segunda fundada en el movimiento de las cooperativas. Sin el movimiento de las cooperativas ciertamente se habría producido una bipolarización del campesinado, impidiendo así la consolidación de la alianza entre los obreros y campesinos tanto como el mantenimiento de una política de compras y ventas agrupadas por el Estado. Es solamente sobre la base de la cooperativización que la política de compras y ventas agrupadas del Estado puede ser mantenida y aplicada. Ahora nuestra alianza obrero-campesina deberá progresar apoyándose en la mecanización. Si no hay más que los movimientos cooperativos y de las comunas populares sin mecanización, la alianza obrero-campesina no podrá consolidarse. En el movimiento de las cooperativas, si no hay más que una pequeña cooperativización, la alianza obrero-campesina no podrá tampoco consolidarse. El movimiento de las cooperativas debe por consiguiente pasar a las comunas populares. Y la propiedad de los equipos de producción de base debe convertirse en propiedad de las comunas populares de base. La propiedad de las comunas populares debe, a su vez, convertirse en propiedad del Estado. Entonces, sobre la base de una combinación de la nacionalización y de la mecanización, nosotros podremos realmente consolidar la alianza obrero-campesina, haciendo desaparecer progresivamente las diferencias entre obreros y campesinos.” (Ibídem).

Así como sobre la transformación de los intelectuales:

“Ahora bien, es preciso transformar no solamente a los intelectuales burgueses sino también a los intelectuales de origen obrero o campesino que en muchos aspectos están influenciados por la burguesía. En el medio literario y artístico esta transformación ha sido demostrada por el caso de Liu Chao-Tang que, convertido en escritor, atacó vigorosamente al socialismo. La concepción del mundo de los intelectuales se manifiesta a menudo en su actitud ante el saber. ¿Este pertenece a ciertos individuos o a todo el mundo? Algunos consideran el conocimiento como su propiedad privada y esperan venderlo al mejor precio. Rehúsan venderlo mientras el precio no sea suficientemente elevado. Ellos son solamente expertos pero no son ‘rojos’. Ellos dicen que el Partido es ‘incompetente’ por lo tanto incapaz de dirigir a los ‘competentes’. Los que trabajan en el cine dicen que el Partido no puede dirigir el cine. Los que hacen danza afirman que el Partido no puede dirigir la danza. Y los que se embarcan en la investigación atómica afirman que el Partido no puede dirigir la investigación científica sobre la energía atómica. En una palabra, el Partido no puede dirigir absolutamente nada.
En el conjunto del proceso de la revolución socialista y de la edificación socialista, la transformación de los intelectuales constituye un problema muy importante. Nos equivocamos si no subrayamos este problema y adoptamos una actitud de compromiso frente a todo lo que es burgués.” (Ibídem).

Y en cuanto al proceso de la humanidad, la gran comprensión dialéctica de concebir el paso del socialismo al comunismo y el desarrollo de éste a través de la revolución:

“Ciertamente, el pasaje al comunismo no significa el derrocamiento de una clase por otra clase. Pero no puede decirse que no sea una revolución social, puesto que la sustitución de una relación de producción por otra relación de producción es un salto cualitativo, es decir una revolución. En China, la transformación de la economía individualista en economía colectiva y la transformación de la economía colectiva en economía de todo el pueblo constituyen revoluciones en el dominio de las relaciones de producción. No se puede decir que la conversión del principio socialista ‘a cada uno según su trabajo’ en el principio comunista ‘a cada uno según su necesidad’ no constituya una revolución en el dominio de las relaciones de producción. Ciertamente, el principio ‘a cada uno según sus necesidades’ será puesto en aplicación progresivamente. Es posible que cuando el aprovisionamiento de artículos de primera necesidad llegue a ser suficiente, nosotros los distribuyamos a cada uno según sus necesidades. Dicha distribución será extendida a otros artículos a medida que las fuerzas productivas se desarrollen.
Tomemos el ejemplo del desarrollo de las comunas populares chinas. En el momento de la conversión del sistema de propiedad en el nivel del equipo de base en sistema de propiedad en el nivel de comuna de base, ¿no se arriesga producir conflictos en una parte de la población? Dicho problema merece ser estudiado. Para realizar esta conversión, una de las condiciones determinantes es que los ingresos que provienen de la economía comunal constituyan más de la mitad de los ingresos globales de la comuna popular. La aplicación del sistema de propiedad en el nivel de la comuna popular de base es provechosa a los miembros ordinarios de la comuna. Por ello estimamos que la inmensa mayoría de la gente no se opondrá a dicho cambio. Pero en el momento del mismo, los antiguos cuadros de los equipos de producción perderán la dirección de dichos equipos y su poder administrativo disminuirá de manera pareja. ¿Se opondrán ellos entonces a dicha transformación?
En dicho proceso de transformación, es posible que surja el problema de ciertos ‘grupos que hayan adquirido privilegios’ y ello a despecho de que en una sociedad socialista las clases hayan sido abolidas. Los miembros de estos grupos, satisfechos del sistema existente, no desearan cambiar. La aplicación de los principios ‘a cada uno según su trabajo’ o ‘ganar más trabajando más’, por ejemplo, les es provechosa. En consecuencia, puede suceder que se sientan mal cuando dichos principios cedan su lugar al principio ‘a cada uno según sus necesidades’… Ahora bien, el establecimiento de todo nuevo sistema exige necesariamente la destrucción del anterior. La construcción sin destrucción no existe. Si se destruye se provoca la oposición de una parte de la gente. El hombre es un animal extraño. Cuando se encuentra en una situación privilegiada se muestra arrogante...No tener en cuenta ello es muy peligroso.” (Ibídem).

Y:

“Aunque no haya guerra en el sistema socialista, la lucha existe siempre, lucha de diferentes sectores en el seno del pueblo. Aunque en el sistema socialista no haya revolución en el curso de la cual una clase derroque a la otra, la revolución existe siempre. El paso del socialismo al comunismo es una revolución. El paso de un estadio a otro estadio del comunismo es también una revolución. Existen igualmente revoluciones técnicas y revoluciones culturales. El comunismo pasará necesariamente por muchos estadios. Habrá por consiguiente muchas revoluciones.”(Ibídem).

Fue en estas condiciones y sobre estas bases que el Presidente Mao Tsetung preparó y dirigió la Gran Revolución Cultural Proletaria, en cuya documentación sustancial estableció:

“La sociedad socialista cubre una etapa histórica bastante larga. Durante la etapa histórica del socialismo, aun existen clases, contradicciones de clase y lucha de clases; existen la lucha entre el camino socialista y el capitalista y el peligro de restauración capitalista. Es preciso comprender lo largo y complicado de esta lucha y elevar nuestra vigilancia. Es necesario realizar la educación socialista. Es necesario comprender y tratar de manera correcta el problema de las contradicciones de clase y de la lucha de clases y distinguir acertadamente las contradicciones entre nosotros y el enemigo de las existentes en el seno del pueblo, y tratarlas de manera correcta. De otro modo, un país socialista como el nuestro, se convertirá en su contrario, degenerara y se producirá la restauración. De ahora en adelante, debemos hablar de esto cada año, cada mes y cada día, de modo que tengamos una comprensión relativamente clara de este problema y sigamos una línea marxista-leninista.”(X Sesión Plenaria del VIII Comité Central del PCCH; 1962).

E invocando “no olvidar jamás las clases y la lucha de clases” en mayo del 63:

“La lucha de clases, la lucha por la producción, y la experimentación científica son los tres grandes movimientos revolucionarios para construir un poderoso país socialista. Estos movimientos constituyen una sólida garantía de que los comunistas se verán libres del burocratismo e inmunes contra el revisionismo y el dogmatismo y permanecerán siempre invencibles. Son una garantía segura de que el proletariado será capaz de unirse con las amplias masas trabajadoras y practicar una dictadura democrática. Si, en ausencia de estos movimientos, se dejase surgir a los terratenientes, campesinos ricos, contrarrevolucionarios, elementos nocivos y otros monstruos, y frente a esto nuestros cuadros cerrasen los ojos e incluso, en muchos casos, no distinguieran entre los enemigos y nosotros, sino que colaboraran con ellos y quedaran corrompidos y desmoralizados; si con ello nuestros cuadros fueran arrastrados al campo enemigo o el enemigo lograra colarse en nuestras filas, y si muchos de nuestros obreros, campesinos e intelectuales fueran dejados indefensos ante las tácticas blandas y las duras del enemigo, entonces no haría falta mucho tiempo, tal vez solo algunos años o una década, o varias décadas a lo sumo, para que se produjera inevitablemente una restauración contrarrevolucionaria en escala nacional, el partido marxista-leninista se transformara en partido revisionista o partido fascista y toda China cambiará de color.”

Así como el punto 17 de la “Proposición acerca de la línea general del Movimiento Comunista Internacional”, de junio 63, documento redactado bajo dirección personal del Presidente Mao:

“La continuación de la lucha de clases durante un largo período histórico después de la toma del Poder por el proletariado, constituye una ley objetiva, independiente de la voluntad del hombre, sólo que la forma de la lucha de clases difiere de lo que era antes de la toma del Poder.
Después de la Revolución de Octubre, Lenin señaló en repetidas ocasiones:
Los explotadores derrocados tratan siempre, y en mil formas, de recobrar el ‘paraíso’ que les ha sido arrebatado.
En la atmósfera pequeñoburguesa, se engendran constantemente, por un proceso espontáneo, nuevos elementos capitalistas.
Debido a la influencia burguesa, así como al cerco y la actividad corruptora del ambiente pequeñoburgués, también pueden surgir elementos degenerados, o nuevos burgueses, en las filas de la clase obrera y entre los funcionarios de las instituciones del Estado.
El cerco capitalista internacional, la amenaza de intervención armada y las intrigas de descomposición pacífica por parte del imperialismo, constituyen las condiciones exteriores de la continuación de la lucha de clases en los países socialistas.
La vida ha confirmado estas conclusiones de Lenin.
En ningún país socialista, aunque hayan pasado decenios e incluso más tiempo después de la industrialización socialista y la colectivización de la agricultura, puede decirse que ya no existen lacayos burgueses, parásitos, especuladores, pillos, tunantes, maleantes, desfalcadores de fondos públicos y otros elementos por el estilo, gentes que Lenin denunció con energía y en repetidas ocasiones; ni tampoco se puede decir que a los países socialistas ya no les hace falta cumplir o que ya les es posible abandonar la tarea, planteada por Lenin, de ‘vencer ese contagio, esa peste, esa llaga que el socialismo hereda del capitalismo.’
En los países socialistas, se requiere un largo período histórico para resolver gradualmente la cuestión de ‘quién vencerá a quien’ –el socialismo o el capitalismo. La lucha entre el camino del socialismo y el del capitalismo abarca todo este período histórico. Esta lucha a veces se intensifica y a veces se calma, transcurre a modo de ondas, y en ocasiones incluso se vuelve muy violenta. Sus formas son variadas.
La Declaración de 1957 dice muy bien: ‘para la clase obrera, la toma del Poder no es más que el comienzo de la revolución, y no su coronamiento.’
Es erróneo y contrario a la realidad objetiva y al marxismo-leninismo negar la existencia de la lucha de clases en el período de la dictadura del proletariado y negar la necesidad de llevar hasta el fin la revolución socialista en los frentes económico, político e ideológico.”

En tanto que el 64 reiteraba:

“Se requiere un período muy dilatado para resolver la lucha de quién vencerá a quién: el socialismo o el capitalismo, en los frentes político e ideológico. Para conseguir el éxito no bastan unos decenios, se necesitarán de cien a centenas de años. En cuanto al tiempo, más vale prepararse para un período largo’ y no para uno corto; en cuanto al trabajo, más vale considerar la tarea como difícil que como fácil. Pensar y actuar de esta manera resulta más provechoso y menos perjudicial”

Y el año 65:

“El blanco principal del actual movimiento son los elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido”.
“Entre los elementos con poder seguidores del camino capitalista, algunos actúan sobre el escenario mientras otros operan entre bastidores”
Apoyándolos “hay algunas gentes a nivel superior –en las comunas, territorios, distritos, prefecturas, e incluso a nivel provincial y en departamentos centrales- que se oponen a la construcción del socialismo.”

El poderoso desarrollo de la Gran Revolución Cultural Proletaria comenzó en 1966; en el hito inicial de la misma, la “Circular del Comité Central del Partido Comunista de China”, mayo 66, el Presidente Mao escribió párrafos sustantivos. Refiriéndose a los representantes de la burguesía:

“Existe un número de tales representantes en el Comité Central del Partido y en los organismos partidarios, gubernamentales y otros a los niveles central, provincial, municipal y de región autónoma”.

Y:

“¿Acaso se puede permitir igualdad alguna en los problemas fundamentales como la lucha del proletariado contra la burguesía, la dictadura del proletariado sobre la burguesía, la dictadura del proletariado en la superestructura -incluidos los diversos terrenos de la cultura-y los incesantes esfuerzos del proletariado por depurar al Partido Comunista de los representantes de la burguesía infiltrados en sus filas, los cuales agitando ‘banderas rojas’, combaten la bandera roja? Los viejos socialdemócratas durante las últimas décadas, y los revisionistas contemporáneos desde hace más de diez años, jamás han permitido que exista igualdad alguna entre el proletariado y la burguesía. Niegan por completo que la historia de la humanidad de los varios milenios es la historia de la lucha de clases, niegan por completo la lucha de clases del proletariado contra la burguesía, y niegan por completo la revolución del proletariado contra la burguesía y su dictadura sobre ella. Por el contrario, ellos son lacayos fieles de la burguesía y el imperialismo y, asociados con éstos, insisten en la ideología burguesa de la opresión y explotación al proletariado y en el sistema social capitalista, y combaten la ideología marxista-leninista y el sistema social socialista. Forman una gavilla de contrarrevolucionarios anticomunistas y antipopulares. La lucha que libran contra nosotros es una lucha a muerte, y en ella no cabe ninguna igualdad. Por lo tanto, nuestra lucha contra ellos tiene que ser también una lucha a muerte. Entre nosotros y ellos no existen en absoluto relaciones de igualdad, sino relaciones de opresión de una clase por otra, es decir, de la dictadura del proletariado sobre la burguesía; no pueden existir relaciones de ninguna otra índole, como las de una supuesta igualdad, de coexistencia pacifica entre las clases explotadas y las explotadoras, de humanidad, justicia y virtud, etc.”
“No hay construcción sin destrucción. La destrucción significa crítica y repudio, significa revolución. La destrucción quiere decir razonamiento, y razonamiento es construcción. La destrucción va primero, y en su curso ya implica la construcción.”
“De hecho, aquellos elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido que apoyan a los tiranuelos de academia burgueses, y aquellos representantes de la burguesía infiltrados en el Partido que protegen a esos tiranuelos, son en verdad grandes tiranuelos del Partido que no leen libros ni periódicos, que no mantienen contacto con las masas, ni poseen ningún conocimiento, que se apoyan únicamente en ‘actuar en forma arbitraria y reprimir a la gente con su autoridad’ y usurpan el nombre del Partido.”
“Han dejado salir de sus guaridas a todos los monstruos y demonios, que han saturado, durante muchos años, nuestros periódicos, la radiodifusión, revistas y libros, manuales, discursos, obras literarias y artísticas, películas, la ópera y el drama, los quyi (narraciones artísticas), artes plásticas, música, danzas, etc. Al hacer todo esto, no han abogado nunca por la necesidad de aceptar la dirección del proletariado ni de solicitar la ratificación de nadie.”
“Mantener en alto la gran bandera de la revolución cultural proletaria, denunciar por completo la posición reaccionaria burguesa de las llamadas ‘autoridades académicas’ anti-Partido y antisocialistas, criticar y repudiar a fondo las ideas reaccionarias burguesas en los círculos académicos, educacionales, periodísticos, literarios y artísticos y editoriales, y apoderarse de la dirección en estos dominios de la cultura. Para realizarlo, hay que, al mismo tiempo, criticar y repudiar a los representantes burgueses que se han infiltrado en el Partido, el Gobierno, el ejército y los diversos sectores culturales, y depurar a todos estos de dichos representantes burgueses o remover algunos de ellos de sus cargos. Sobre todo, no debemos confiar a esos elementos la dirección del trabajo de la revolución cultural. Pero, en realidad, muchos de ellos han estado o están asumiendo este trabajo, lo cual resulta extremadamente peligroso.”
“Los representantes burgueses que se han infiltrado en el Partido, el Gobierno, el ejército y los diversos sectores culturales, son un grupo de revisionistas contrarrevolucionarios que se apoderarán del Poder y convertirán la dictadura del proletariado en dictadura de la burguesía si se les presenta la oportunidad. A algunas de estas personas, ya las hemos calado; a otras todavía no. Y en algunas todavía confiamos y las preparamos para ser nuestros continuadores. Por ejemplo, gente tipo Jruschov todavía anida a nuestro lado; los comités del Partido a todo nivel deben prestar plena atención a esto.”

Aparte, el Presidente Mao además estableció:

“La presente gran revolución cultural es sólo la primera, y en el futuro habrá sin duda muchas otras. En la revolución, el problema de quién vencerá a quién sólo será resuelto en un largo período histórico. Si no se resuelven adecuadamente las cosas, en cualquier momento habrá posibilidad para una restauración capitalista. Todos los miembros del Partido Comunista y el pueblo de todo el país no deben pensar que todo será resuelto después de una o dos grandes revoluciones culturales, o inclusive tres o cuatro. Debemos estar siempre muy alertas y jamás bajar la vigilancia.”

Y definiendo los objetivos y esencia políticos de esa grandiosa revolución, hito trascendental de la revolución proletaria mundial:

“La presente Gran Revolución Cultural Proletaria es completamente necesaria y muy oportuna para consolidar la dictadura del proletariado, prevenir la restauración del capitalismo y construir el socialismo.”
La Gran Revolución Cultural Proletaria es, en esencia, una gran revolución política emprendida, en las condiciones del socialismo, por el proletariado contra la burguesía y todos las demás clases explotadoras; es la continuación de la prolongada lucha entre el Partido Comunista de China y las amplias masas populares revolucionarias bajo su dirección, por una parte, y los reaccionarios del Kuomintang, por la otra; es la continuación de la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía.”

Y destacando su función en lo económico:

La Gran Revolución Cultural Proletaria es una poderosa fuerza motriz para el desarrollo de las fuerzas productivas sociales de nuestro país”. Y en lo ideológico su problema básico guiado por el principio de “combatir el concepto de lo privado, y criticar y repudiar el revisionismo”; pues, “la gran revolución cultural proletaria es una gran revolución que llega al alma misma de la gente y esta destinada a resolver el problema de su concepción del mundo”.

Insistiendo sobre este punto, el Presidente, el año 67, ante la delegación militar de Albania dijo:

“Ahora me gustaría hacerles una pregunta: ¿Cuál creen Uds. que es la meta de la gran revolución cultural? (Algunos asistentes responden: ‘luchar contra los dirigentes seguidores del camino capitalista dentro del partido). luchar contra los dirigentes seguidores del camino capitalista es la tarea principal, pero de ninguna manera la meta. La meta es resolver el problema de la concepción del mundo; es la cuestión de extirpar las raíces del revisionismo.
El Comité Central ha puesto énfasis una y otra vez en que las masas se deben educar y liberar a si mismas, porque la concepción del mundo no se les puede imponer. Para transformar la ideología es necesario que las causas externas actúen a través de las causas internas, aunque éstas últimas son lo principal. ¿Cómo podría llamarse una victoria la gran revolución cultural si no se transforma la concepción del mundo? Si no se transforma la concepción del mundo, aunque haya ahora 2,000 dirigentes seguidores del camino capitalista en esta gran revolución cultural, habrá 4,000 la próxima vez.”

Gran Revolución Cultural Proletaria en la cual:

“Se justifica la rebelión contra los reaccionarios”; “la clase obrera debe dirigirlo todo” y “El proletariado debe ejercer una dictadura omnímoda sobre la burguesía en la superestructura, incluidos todos los dominios culturales”.

Revolución cuya complejidad y difícil condición se expresan magistralmente así:

“En el pasado, combatimos por el Sur y el Norte; era relativamente fácil hacer tales guerras, pues el enemigo era evidente. Esta Gran Revolución Cultural Proletaria es mucho más difícil que ese tipo de guerra.”
“El problema está en que se confunden los que han cometido errores ideológicos con aquellos cuyas contradicciones con nosotros son las que existen entre nosotros y el enemigo, y es difícil por un tiempo diferenciarlos.”

Gran Revolución que en la tempestad revolucionaria de Shanghai, enero del 67, enarboló el llamamiento del Presidente Mao de:

“¡Revolucionarios proletarios, uníos para arrebatar el Poder al puñado de dirigentes seguidores del camino capitalista dentro del Partido”; y su importante instrucción: “El ejército Popular de liberación debe apoyar a las amplias masas de la izquierda”.

Conformándose los comités revolucionarios para ejercer la dirección unificada de la revolución, forma de Poder concretada en:

“La experiencia fundamental del comité revolucionario reside en tres puntos: primero, tiene representantes de los cuadros revolucionarios; segundo, tiene representantes de las fuerzas armadas; tercero, tiene representantes de las masas revolucionarias. Se forma así una integración triple revolucionaria. El comité revolucionario debe ejercer una dirección unificada, acabar con la superposición excesiva en la estructura administrativa, tener ‘menos pero mejores tropas y una administración más simple’ y organizar un grupo dirigente revolucionarizado que se mantenga en contacto con las masas.”

Gran Revolución que asimismo se desarrolló siguiendo el principio de “empeñarse en la revolución y promover la producción, el trabajo y los preparativos para enfrentar la guerra”, dentro del concepto estratégico de “hacer preparativos para enfrentar la guerra, hacer preparativos contra las calamidades naturales y hacerlo todo en bien del pueblo”.
La Gran Revolución Cultural Proletaria, como continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado, marca así el rumbo de la revolución proletaria mundial en su heroica e irrefrenable marcha al comunismo; y en la más gigantesca epopeya revolucionaria de la humanidad conquistó victorias imperecederas para el proletariado internacional. Sin embargo, en 1968, con profunda comprensión de la historia y del internacionalismo proletario, el Presidente Mao nos enseñó:

“Hemos conquistado grandes victorias. Pero, la clase derrotada seguirá haciendo forcejeos. Esa gente existe todavía, y también esa clase. Por eso, no podemos hablar de victoria final. No podemos hacerlo incluso en los próximos decenios. No debemos perder la vigilancia. Según el punto de vista leninista, la victoria final de un país socialista no sólo requiere los esfuerzos de su propio proletariado y de sus amplias masas populares, sino que depende, además, del triunfo de la revolución mundial y de la abolición del sistema de explotación del hombre por el hombre en todo el globo terrestre, o sea, la emancipación de toda la humanidad. Por lo tanto, es erróneo, contrario al leninismo, y no corresponde a la realidad hablar a la ligera de la victoria final de la revolución en nuestro país.”

En abril de 1969, el Presidente Mao dijo:

“Parece imprescindible realizar la Gran Revolución Cultural Proletaria, pues nuestra base no es sólida. A juzgar por mi observación, temo que en una mayoría bastante grande de fábricas –no digo todas, ni la abrumadora mayoría de ellas- la dirección no estaba en manos de los genuinos marxistas y las masas obreras. No es que no hubiera buenas gentes entre aquellos encargados y la dirección de las fábricas. Las había. Había buenas gentes entre los secretarios, subsecretarios y miembros de los comités del Partido y entre los secretarios de las células del Partido pero seguían la línea de Liu Shao-chi, simplemente recurrían al incentivo material, ponían las ganancias al mando y, en vez de promover la política proletaria, daban premios, y cosas por el estilo”. “Pero había de hecho gentes malas en las fábricas” “Esto demuestra que no se ha finalizado la revolución.”

Y apuntando contra el derecho burgués:

“Lenin habló de un Estado burgués sin capitalistas construido para proteger el derecho burgués. Nosotros mismos hemos construido un Estado como ese, en que las cosas no difieren mucho de las de la vieja sociedad, pues hay jerarquización y rigen un sistema salarial de ocho categorías, la distribución según el trabajo y el intercambio de valores iguales”.

Combatiendo el revisionismo del viento revocatorio anti-revolución cultural de Teng y sus secuaces, el Presidente Mao planteó:

“Luego de la revolución democrática, los obreros, los campesinos pobres y campesinos medios inferiores no se han detenido y quieren hacer la revolución. En cambio, una parte de los militantes del Partido se muestran renuentes a seguir adelante, y algunos han retrocedido y se han puesto contra la revolución. ¿Por qué? Porque éstos, como altos funcionarios que han llegado a ser, buscan proteger los intereses de los altos funcionarios”.

“Sucede que la revolución socialista les cae sobre su propia cabeza, y así durante la cooperativización agrícola ya hubo en el Partido quienes se opusieron, y cuando se critica el derecho burgués, su sentimiento es de rechazo. Se está haciendo la revolución socialista, sin embargo no se comprende dónde está la burguesía. Está justamente dentro del Partido Comunista, y son los dirigentes seguidores del camino capitalista en el Partido. Los seguidores del camino capitalista siguen todavía su camino”.

“Revocar veredictos justos va en contra de la voluntad del pueblo”.

“Sin lucha es imposible avanzar”. “Siendo los millones, ¡¿podemos prescindir de la lucha?!”.

“¡Qué es eso de tomar las tres instrucciones como clave! La estabilidad y su unidad no significan renunciar a la lucha de clases. La lucha de clases es como la cuerda clave de una red y todo lo demás son mallas”.

“Esta persona no se empeña en la lucha de clases; nunca ha mencionado esta clave. Sigue todavía con su ‘gato blanco o gato negro’, sin hacer distinción entre el imperialismo y el marxismo”.

Y sintetizando la lucha de clases en China y el PCCH:

“Llevamos 50 años cantando La Internacional; sin embargo, en 10 ocasiones aparecieron en nuestro Partido quienes intentaron crear la división. A mi modo de ver, eso va a ocurrir aún 10, 20, 30 veces más. ¿No lo creen ustedes? Aunque no lo crean, yo lo creo de todas maneras. ¿Dejarán de existir las luchas cuando hayamos llegado al comunismo? No lo creo. Aun en el comunismo, habrá igualmente luchas, sólo que serán luchas entre lo nuevo y lo caduco, entre lo correcto y lo erróneo. Incluso de aquí a decenas de miles de años, lo erróneo tampoco valdrá ni podrá sostenerse.”

    “En China, desde que el emperador fue derribado en 1911, ningún reaccionario ha sido capaz de mantenerse por mucho tiempo en el Poder. La dominación más larga de la reacción (Chiang Kai-shek) sólo duró 20 años, pero él también se vino abajo cuando el pueblo se Levantó en rebelión. Chiang Kai shek subió al Poder valiéndose de la confianza depositada en él por Sun Yat-sen y de la Academia de Juangpu que tenía a su cargo y reuniendo en torno suyo a una gran pandilla de reaccionarios. Una vez que él se volvió contra el Partido Comunista, prácticamente toda la clase terrateniente y toda la burguesía lo apoyaron. Además, el Partido Comunista carecía de experiencias en aquél entonces. De este modo, Chiang Kai-shek logró imponerse temporalmente, con gran regocijo. Durante estos 20 años, no obstante, nunca logró unificar el país. Tuvo lugar en ese tiempo la guerra entre el Kuomintang y el Partido Comunista, las guerras entre el Kuomintang y los diferentes caudillos militares, la guerra entre China y el Japón y, finalmente, la guerra civil gran escala, de 4 años, que arrojó a Ching Kni-shek hacia un grupo de islas. Si la derecha lleva a cabo un golpe de Estado anticomunista en China, estoy seguro de que no conocerá tampoco la paz, y muy probablemente su dominación será de corta vida, ya que esto no podrá ser tolerado por ninguno de los revolucionarios, que representan los intereses del pueblo, constituido por más del 90 por ciento de la población.” “Conclusión: las perspectivas son brillantes, pero el camino tiene vueltas y revueltas, frases estas ya consabidas.”

En 1975, “Renmín Ribao” y “Hongqi” publicaron la siguiente Nota a la publicación “Marx, Engels y Lenin, Sobre la dictadura del proletariado”:

“Nuestro gran líder el Presidente Mao impartió hace poco una importante instrucción acerca de la cuestión de la teoría.
El Presidente Mao dijo: ¿POR QUE LENIN HABLABA DE LA NECESIDAD DE EJERCER LA DICTADURA SOBRE LA BURGUESÍA? ES PRECISO TENER UNA CLARA COMPRENSIÓN DE ESTA CUESTIÓN. LA FALTA DE CLARIDAD AL RESPECTO CONDUCIRÁ AL REVISIONISMO. HAY QUE HACERLO SABER A TODA LA NACIÓN.
Refiriéndose al sistema socialista, el Presidente Mao indicó: EN UNA PALABRA, CHINA ES UN PAÍS SOCIALISTA. ANTES DE LA LIBERACIÓN NO DIFERÍA MUCHO DEL CAPITALISMO. AHORA TODAVÍA PRACTICA UN SISTEMA SALARIAL DE OCHO GRADOS, LA DISTRIBUCIÓN A CADA UNO SEGÚN SU TRABAJO Y EL INTERCAMBIO POR MEDIO DEL DINERO, LOS CUALES APENAS SON DISTINTOS DE AQUELLOS EXISTENTES EN LA VIEJA SOCIEDAD. LO DIFERENTE ES QUE EL SISTEMA DE PROPIEDAD HA CAMBIADO. Señaló: NUESTRO PAÍS PRACTICA AHORA UN SISTEMA DE MERCANCÍAS, Y EL SISTEMA SALARIAL ES DESIGUAL, CUYO EL DE OCHO GRADOS, ETC. ESTO SOLO PUEDE SER RESTRINGIDO BAJO LA DICTADURA DEL PROLETARIADO. COMO CONSECUENCIA, SERIA MUY FÁCIL PARA TIPOS COMO LIN PIAO IMPULSAR EL SISTEMA CAPITALISTA SI SUBIERAN AL PODER. POR ESO, DEBEMOS ESTUDIAR MAS OBRAS MARXISTA-LENINISTAS.
El Presidente Mao puntualizó además: LENIN DIJO: “LA PEQUEÑA PRODUCCIÓN ENGENDRA CAPITALISMO Y BURGUESÍA CONSTANTEMENTE, CADA DÍA, CADA HORA, DE MODO ESPONTANEO Y EN MASA”. ESTO TAMBIÉN OCURRE EN UNA PARTE DE LOS OBREROS Y UNA PARTE DE LOS MIEMBROS DEL PARTIDO. TANTO EN LAS FILAS DEL PROLETARIADO COMO ENTRE LOS TRABAJADORES DE LOS ORGANISMOS OFICIALES HAY PERSONAS QUE INCURREN EN EL ESTILO DE VIDA BURGUÉS.
La instrucción del Presidente Mao dilucida profundamente la teoría marxista sobre la dictadura del proletariado y destaca la suma importancia que tiene el estudio de la teoría de la dictadura del proletariado en la actualidad. Esto debe merecer gran atención de todos los camaradas del Partido y del pueblo entero.”


¡ELECCIONES, NO!
¡GUERRA POPULAR, SÍ!

Comité Central
Partido Comunista del Perú
1990