viernes, 29 de noviembre de 2019

70 ANIVERSARIO DE LA RP de CHINA


Se cumple este año el 70 aniversario de la proclamación de la República Popular de China y aprovechamos este aniversario para aclarar algunas cuestiones:

La primera. Para los que llevan décadas enfrentado al Presidente Mao con Stalin con el único objeto de justificar el abandono de la guerra popular para comenzar con el camino de las “negociaciones” y el cretinismo parlamentario como las organizaciones hoxhistas de Chile, Colombia, Brasil, Ecuador, Etiopía, etc., aclaramos:

Sobre la toma del Poder en China por parte del PCCh la posición de la COMINFORM es:

La victoria histórica de la revolución popular en China, ha significado una nuevo triunfo del marxismo-leninismo, un triunfo de la estrategia y táctica de Lenin-Stalin, ha sido un golpe poderoso contra todo el sistema imperialista mundial y los planes depredadores de los agresores anglo-americanos. Ha marcado una nueva página en la historia de la liberación nacional de

todos los pueblos oprimidos que luchan contra el imperialismo.” FOR A LASTING PEACE, FOR A PEOPLE’S DEMOCRACY! (Órgano de la COMINFORM, Belgrado) N. 9 (173), viernes, 29 de febrero, 1952. Editorial: NATIONAL-LIBERATION MOVEMENT OF PEOPLES. 

Sobre las diferencias de criterios entre el Presidente Mao y Stalin, aquí va la autocrítica de Stalin que se encuentra en el acta de un encuentro de Stalin con dirigentes búlgaros y yugoslavos:

“En particular, que ellos [el Politburó del Partido Bolchevique] invitaron a los camaradas chinos a encontrar algún tipo de "modus vivendi" [con el kuomintang] ya que consideraron que no había condiciones para un levantamiento exitoso en China. Los camaradas chinos, según Stalin, de palabra estaban de acuerdo con los camaradas soviéticos, pero en la práctica seguían acumulando efectivos. Los rusos les dieron dos veces asistencia en armas. También dice Stalin que resultó que los chinos, y no los camaradas soviéticos tenían razón.” (“Report of Milovan Djilas about a Secret Soviet - Bulgarian - Yugoslav Meeting, February 10, 1948, http://digitalarchive.wilsoncenter.org/document/117100)

Continuamos. La Revolución China, con su jefatura el Presidente Mao a la cabeza, puso en el centro el problema de la dirección de la Revolución:

¿Debe el proletariado seguir a la burguesía, o ésta al proletariado? Este problema, el de quién atañe la responsabilidad de dirigir la revolución china, es la clave de la cual depende el triunfo o fracaso de ésta. (1939)

Sin embargo, hoy vemos como el nuevo y el viejo revisionismo ya sea con la excusa del no hay condiciones, no somos fuertes, es necesario un “periodo de transición”, una república o una “constituyente”, capitula ante el imperialismo y la reacción, poniendo a la clase obrera bajo la dirección del imperialismo y de alguna facción de la gran burguesía.

Durante la revolución china también surgieron posiciones similares. La lucha contra la línea defendida por Chen Tu-siu es un ejemplo de ésto. También del combate contra el revisionismo como enemigo principal dentro del Partido y principalmente en la dirección de éste.

Chen Tu-siu fue el secretario general del PCCh desde su fundación en 1921 hasta su expulsión en 1927.

El 4 de abril de 1927 Chen Tu-sui planteará su versión de las “múltiples vías al socialismo”:

“La dictadura del proletariado es el objetivo de todos los partidos comunista. Aunque haya sido alcanzada en la Unión Soviética, cabe preguntarse si, habida cuenta de la situación política y económica de los países coloniales y semicoloniales, el paso del capitalismo debe efectuarse de la misma manera y atravesar las mismas etapas. En el estado actual de la revolución china, esta cuestión no se plantea inmediatamente o en un futuro cercano. Lo que necesita China es establecer una dictadura democrática de todas las clases oprimidas para luchar contra la contrarrevolución y no establecer la dictadura del proletariado...”

“Las autoridades militares de Shangai han declarado que obedecerán al gobierno central... El Partido Comunista ama el orden y la paz como cualquier otro”

En el campo, “el programa de autodefensa” de Chen Tu-siu aprobado por la Tercera Sesión Ampliada del Comité Central del PCCh llamaba a los campesinos a respetar los límites de la legalidad reaccionaria, perpetuar el dominio de los terratenientes en el campo y alejar a las masas de la administración de cualquier asunto estatal con la justificación de mantener el frente unido con el Kuomitang contra el enemigo principal, el Japón:

“Aunque las fuerzas armadas de los terratenientes reaccionarios son un intrumento en manos de los terratenientes y de los déspotas locales y shenshi malvados para despojar y oprimir al pueblo y proteger sus propios intereses, es imposible desarraigar tal organización por el momento”
“Ahora es necesario para los campesinos pedir la autodefensa armada. Sin embargo, hay dos cosas que deben ser observadas:
1. No deben ir más allá de los límites de la autodefensa (tal como la interferencia en los asuntos administrativos y el desarme de las fuerzas armadas de los terratenientes. (...)
2. No deben tener ninguna organización permanente; de otro modo, habría frecuentes conflictos por el poder entre los campesinos, por un lado, y los terratenientes , su ejército, las guarniciones armadas, etc., por otro. (...)
D. En los Cuerpos de Autodefensa debe hacerse mas énfasis en la formación política que en la militar.” (Chen Tu-sui)

La respuesta de la derecha del Kuomitang a la política de conciliación de clases llevada adelante por el CC del PCCh con Chen Tu-sui a la cabeza fue la de de miles comunistas asesinados y detenidos en todo el país. El 12 de abril en Shangai fueron asesinados 300 y otros 5000 comunistas desaparecieron.El terror blanco se extendió a otros lugares de China (Kanchow, Yangtsé, Chekiang, Cantón, etc.)

La política de “moderación” y “respetabilidad” del PCCh no cambió. El 30 de Junio el CC del Partido Comunista Chino redacta una declaración de 11 puntos entre los que se encuentran:

“El kuomitang, por ser una alianza de los obreros, de los campesinos y de los pequeños capitalistas contra el imperialismo, debe asegurar naturalmente la dirección de la revolución nacional”
“Las organizaciones populares, obreras, campesinas y otras, han de ser sometidas a las órdenes y el control del Kuomitang; las reivindicaciones de los movimientos populares, obreros y campesinos, etc., se adecuarán a las resoluciones del Congreso o del Comité Ejecutivo Central del Kuomitang, así como a los decretos del gobierno”

“Los comunistas que actualmente forman parte del gobierno pueden solicitar su retirada para reducir las dificultades políticas actuales”

Esta renuncia del Partido Comunista a la dirección de la revolución poniéndose a la cola de la burguesía (Kuomitang) tampoco evitó la persecución del Partido Comunista por el ala “izquierda” del Kuomitang.

La política de conciliación con la burguesía china, las concesiones de la dirección del PCCh no evitarán el ataque de la burguesía china contra el Partido Comunista. El 15 de julio la “izquierda” del Kuomitang expulsa a los comunistas de la organización y del ejército, las sedes de los sindicatos son cerradas y ocupadas militarmente, los militantes comunistas y sus dirigentes perseguidos. El 28 de febrero de 1928 la mayor parte del Kuomitang de “izquierda” se pasará a las filas de la derecha bajo la dirección de Chiang Kai-Shek.

La ofensiva de la burguesía en contra de los comunistas, los sindicalistas, las organizaciones campesinas revolucionarias y la derrota temporal de la revolución agudizaron la lucha de dos líneas dentro del Partido. Expulsado Chen Tu-sui el 7 de agosto de 1927 del Partido. Aplastada la línea oportunista de derecha, el nuevo Comité Central enviaba una circular a todos los miembros del Partido que decía:

En reciente resolución del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista (CEIC) se señala que la dirección de nuestro Partido ha cometido graves errores de oportunismo. El CEIC hizo un llamamiento a todo el Partido para que hiciera una crítica completa y correcta a nuestros errores. Los errores mencionados no son ni individuales ni casuales son el resultado de la errónea línea oportunista seguida por el Partido.  (...)

1) El contenido básico de la revolución china es la revolución agraria. Toda tendencia que considera como elementos antagónicos la revolución anti-imperialista, la lucha de clases y la revolución social, es una tendencia incorrecta y está impregnada de oportunismo.
2) Deben de ser eliminados todos los oportunistas y dar puestos de responsabilidad a obreros.
3) Se debe prestar atención al hecho de armar a los obreros y darles entrenamiento militar para participar en luchas callejeras. Se deben preparar para entrar en coordinación con los levantamientos campesinos.
4) Una de las principales tareas del Partido, en la etapa actual, es la de preparar sistemáticamente, insurrecciones campesinas, organizadas en la mayor escala posible.
5) Debemos hacer todo lo posible para conseguir armas y armar a las masas de obreros y campesinos.

Acerca de los miembros del Partido que tomaron posición por la línea oportunista de derecha el Presidente Mao se expresaba así:

“Hacían concesiones a la política antipopular del Kuomitang, tenían más confianza en el Kuomitang que en las masas populares, no se atrevían a movilizar sin reservas para la lucha, no se atrevían a ampliar las regiones liberadas ni a engrosar los ejércitos populares en las regiones ocupadas por los invasores japoneses, y entregaban al Kuomitang la dirección de la Guerra de Resistencia”

En el combate al oportunismo de derecha el Presidente Mao toma posición por los “excesos”:

“La revolución no es ofrecer un banquete, ni escribir una obra, ni pintar un cuadro o hacer un bordado; no puede ser tan elegante, tan tranquila y delicada, tan apacible, amable, cortés moderada y magnánima. La revolución es una insurrección, es un acto de violencia por la cual una clase derroca a otra. La revolución en el campo es una revolución mediante la cual el campesinado derroca el poder de la clase terrateniente” (1927)

A esta lucha de dos líneas dentro del Partido inevitablemente le sucedieron otras como reflejo de la lucha de clases dentro de éste. Tras la derrota de la Revolución de 1927 causada por la línea oportunista de derecha de Chen Tu-sui, también se manifestó el oportunismo de izquierda en varias ocasiones bajo la teoría de la “victoria rápida de la revolución” y la “insurrección armada” en oposición a la línea del Presidente Mao. Cabe destacar que el PCCh bajo la dirección temporal de los “izquierdistas” Wang Ming y Po Ku sufrió sus mayores derrotas. Bajo esta dirección se perdieron casi un 90% de los efectivos del Partido, del Ejército y de las bases de apoyo, dejando a millones de personas sometidas de nuevo al imperialismo y a la semifeudalidad.

Conviene recordar que es mérito del Presidente Mao aplastar tanto al oportunismo de derechas como de izquierdas dentro del Partido y conducir al Partido Comunista a la toma del Poder en todo el país.
Hoy comprobamos como nuevamente el revisionismo viejo y nuevo, como Chen Tui-su, confía más en Evo Morales, Puigdemont, Maduro, Correa, Duterte, al-Asad o Lula, etc., en las superpotencias (China, Rusia o USA) y potencias imperialistas que en las masas. 

La revolución china y sus enseñanzas permanecen con plena vigencia (dirección proletaria de la revolución, autosostenimiento y combate al revisionismo como enemigo principal). Y más cuando podemos ver en la práctica a dónde lleva el camino del revisionismo: la capitulación ante el imperialismo y la reacción.

Como señala con acierto la editorial de Sol Rojo 47:

“la burguesía y sus agentes revisionistas ya no son capaces de encabezar ningún movimiento revolucionario o antiimperialista. En su tarea de defender a sus viejos Estados y el sistema de explotación y opresión sí pueden traficar con el odio justo de las masas contra el imperialismo, pero sólo para buscar el ¨cambio de amo¨, sujetándose a una superpotencia o potencia imperialista para desprenderse de otra (...) Corresponde a todos los comunistas seguir luchando implacablemente contra toda conciliación o convergencia con tal revisionismo dentro de cada uno de los Partidos Comunistas a nivel internacional, porque sólo es en lucha constante contra la derecha que la verdadera izquierda puede avanzar y construir los Partidos Comunistas marxistas-leninistas-maoístas militarizados que necesitamos para poder preparar, iniciar y desarrollar la guerra popular hasta la victoria en todos los países. Y sólo con esta lucha sin tregua contra el revisionismo va a ser posible unirnos a nivel mundial bajo el maoísmo, y así con guerra popular mundial finalmente acabar con el imperialismo y toda su explotación, su opresión y sus guerras genocidas dentro de los 50-100 años como establece el Presidente Mao.”

Estas son algunas de las enseñanzas de la Revolución China.

jueves, 7 de noviembre de 2019

¡BOICOT ELECCIONES!





SOBRE LA VIOLENCIA REVOLUCIONARIA Y EL CRETINISMO PARLAMENTARIO.

La violencia revolucionaria y el cretinismo parlamentario forman una contradicción antagónica y evidentemente una cuestión fundamental del marxismo.

Ya Marx habló de la violencia como partera de la historia y en el Manifiesto, junto con Engels, sentó:

“Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente. Que las clases dominantes también ante una Revolución Comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar. ¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES, UNÌOS!”.

Así como Lenin escribió:

“Sin una guerra civil no ha habido todavía ninguna revolución importante en la historia, sin una guerra civil ningún marxista serio se imagina el tránsito del capitalismo al socialismo”; reiterando que “entre el capitalismo y el socialismo media un largo período de ‘dolores de parto’-que la violencia es siempre la partera de la vieja sociedad” y que el Estado burgués “no puede sustituirse por el Estado proletario (por la dictadura del proletariado) mediante la ‘extinción’, sino solo, por regla general, mediante la revolución violenta”; así como insistió en que “la necesidad de educar sistemáticamente a las masas en ésta, precisamente en esta idea sobre la revolución violenta, es algo básico de toda la doctrina de Marx y Engels”.

De igual manera el Presidente Mao Tsetung partiendo de “todos los comunistas tienen que comprender esta verdad: El poder nace del fusil”, estableció

“...en sociedad de clases las revoluciones y las guerras revolucionarias Son inevitables, pues sin ellas no puede haber saltos en el desarrollo social, las clases dominantes reaccionarias no pueden ser derrocadas ni el pueblo puede conquistar el poder político”; “la tarea central y la forma superior de una revolución es la toma del Poder por medio de las armas, es la solución del problema por medio de la guerra. Este principio marxista-leninista de la revolución tiene validez universal, tanto en China como en los demás países”; y, “La experiencia de la lucha de clases en la era del imperialismo nos enseña que sólo mediante el poder del fusil pueden la clase obrera y las masas trabajadoras derrotar a la burguesía y los terratenientes armados; en este sentido podemos decir que solamente con fusiles puede transformarse el mundo entero”.

En cuanto al cretinismo parlamentario condenado por Marx, Lenin fue sumamente contundente:

“Los bernstenianos aceptaron y aceptan el marxismo con excepción de su aspecto directamente revolucionario. Consideran la lucha parlamentaria no como uno de los medios de lucha que se utiliza particularmente en ciertos períodos históricos, sino como la forma de lucha principal y casi la exclusiva, que hace innecesarias la ‘violencia’, la ‘toma’, la ‘dictadura’.” Y: “Sólo los bribones o los tontos pueden creer que el proletariado debe primero conquistar la mayoría en las votaciones realizadas bajo el yugo de la burguesía, bajo el yugo de la esclavitud asalariada, y que sólo después debe conquistar el Poder. Esto es el colmo de la estulticia o de la hipocresía, esto es sustituir la lucha de clases y la revolución por votaciones bajo el viejo régimen, bajo el viejo Poder.”; y: “Esto es ya el más puro y el más vil oportunismo, es ya renunciar de hecho a la revolución acatándola de palabra.” (Las citas de Lenin en este párrafo corresponden al folleto “La revolución proletaria y el revisionismo de Jruschov” del PCCh).

Ligada a esta contradicción tener en cuenta la posición de Marx sobre las elecciones, ya transcrita, sobre la periódica autorización a los oprimidos para que elijan a sus opresores; y principalmente la del Presidente Mao:

“Algunos dicen que las elecciones son algo muy bueno y algo muy democrático. Por lo que a mí respecta, elecciones es sencillamente una palabra rimbombante, y no creo que hayan ningunas elecciones genuinas. El distrito de Pekín me ha elegido a mí para servir como representante a la Asamblea, Nacional Popular, ¿pero cuántos en Pekín realmente me entendían? Yo percibo que el cargo de Premier de Chou En-lai fue un nombramiento del Comité Central.”

Estrechamente vinculada a la cuestión de la violencia revolucionaria y el cretinismo parlamentario, está la inobjetable y demoledora posición de Lenin sobre el revisionismo en el frente sindical, planteada en "La bancarrota de la II Internacional":

“Las organizaciones legales de masas de la clase obrera son tal vez el signo distintivo más importante de los partidos socialistas correspondientes a la época de la II internacional...Era evidente que el paso a las acciones revolucionarias significaba la disolución de las organizaciones legales por la policía, y el viejo partido, desde Legien hasta Kautsky inclusive, sacrificó los objetivos revolucionarios del proletariado al mantenimiento de las actuales organizaciones legales. Por mucho que se quiera negarlo, el hecho está ahí. El derecho del proletariado a la revolución ha sido vendido por el plato de lentejas de unas organizaciones autorizadas por la ley policiaca vigente.
[…]
Un cuadro muy edificante. Esta gente ha sido tan corrompida y tan embrutecida por la legalidad burguesa que ni siquiera puede comprender la necesidad de otras organizaciones, la necesidad de unas organizaciones ilegales que dirijan la lucha revolucionaria. Esta gente ha llegado a imaginarse que los sindicatos legales, existentes por gracia de la autorización policiaca, representan un límite, más allá del cual no se puede pasar; que se puede concebir, en general, el mantenimiento de esos sindicados en época de crisis como sindicatos dirigentes. Ahí tenéis la dialéctica viva del oportunismo: el simple crecimiento de los sindicatos legales, la simple costumbre de unos filisteos algo obtusos, aunque concienzudos, a no hacer más que llevar libro de contabilidad, ha tenido por consecuencia que en el momento de la crisis estos concienzudos filisteos se han convertido en unos traidores, en unos tránsfugas, en unos estranguladores de la energía revolucionaria de las masas. Y esto no ha ocurrido por azar. El tránsito a la organización revolucionaria es una necesidad, lo exige el cambio de la situación histórica, lo reclama la época de las acciones revolucionarias del proletariado; pero este tránsito sólo es posible si se realiza pasando por encima de los antiguos líderes, estranguladores de la energía revolucionaria, pasando por encima del viejo partido, destruyéndolo.
Pero los filisteos contrarrevolucionarios, como es natural, claman: “anarquismo”; igual que clamaba “anarquismo” el oportunista E. David cuando arremetía contra Carlos Liebknecht. Por lo visto, los únicos socialistas honrados que quedan en Alemania son los dirigentes a quienes los oportunistas acusan de anarquismo...”

¡ELECCIONES, NO!
¡GUERRA POPULAR, SI!

Comité Central
Partido Comunista del Perú
1990