martes, 26 de diciembre de 2017

¡VIVA EL NATALICIO DEL PRESIDENTE MAO TSE-TUNG!


 ¡Proletarios de todos los países, uníos!
¡VIVA EL NATALICIO DEL PRESIDENTE MAO TSE-TUNG!
“El mundo progresa y el futuro es brillante; nadie puede cambiar esta tendencia general de la historia. Debemos realizar entre el pueblo una propaganda constante sobre los progresos del mundo y su futuro luminoso, para que adquiera confianza en la victoria”
(Presidente Mao. Sobre las negociaciones de Chungching. 1945)
“Todos los reaccionarios son tigres de papel. Parecen temibles, pero en realidad no son tan poderosos. Visto en perspectiva, no son los reaccionarios sino el pueblo quien es realmente poderoso”
(Presidente Mao. Conversaciones con la corresponsal Anna Louise Strong. 1946)
De los tres grandes hitos históricos del siglo XX: la Revolución de Octubre de la cual celebramos este año su centenario (1917), el triunfo de la Revolución China (1949), y la Gran Revolución Cultural Proletaria (1966-1976), aplicación en la practica de la teoría de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado el Presidente Mao dirige dos de estos tres gloriosos sucesos para el proletariado, el triunfo de la Revolución China y la Gran Revolución Cultural Proletaria.

La Revolución China
 
La revolución china dirigida por el Presidente Mao se desarrolla sobre la base económica del imperialismo, “fase superior y última del capitalismo”, entre guerras mundiales, movimiento proletario internacional, movimiento de liberación nacional, lucha a muerte contra el revisionismo y restauración del capitalismo en la URSS. Ha sido con una persistente y firme lucha de dos líneas como se ha forjado la ideología del proletariado: marxismo-leninismo-maoísmo como tercera, nueva y superior etapa del marxismo.
La Revolución China dirigida por el Presidente Mao es una revolución trascendental para la humanidad por varias razones: por la inmensa movilización de masas, cientos de millones de obreros y campesinos participaron dirigidos por el partido comunista en la revolución, porque con la toma cabal del Poder se convirtió en prototipo para las revoluciones de nueva democracia, cuyos blancos son el imperialismo, la semifeudalidad y el capitalismo burocrático, revolución que es el derrocamiento de una clase por otra con violencia, con guerra popular prolongada y  porque la GRCP, como continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado, resolvió la cuestión pendiente de la revolución en condiciones de dictadura del proletariado.
La revolución democrática prepara las condiciones del paso al socialismo, de tal forma que una vez concluida se pasa de forma inmediata a la revolución socialista, sin etapas intermedias, ni “consolidación” de la nueva democracia, por tanto, hay que entender la revolución socialista como continuación de la revolución de nueva democracia en los países coloniales y semicoloniales, y la GRCP, como continuación de la revolución en la sociedad socialista.
Sobre el frente y la revolución de nueva democracia el Presidente Mao especifica que: “la burguesía nacional puede, en ciertos periodos y hasta cierto punto, participar en la lucha contra el imperialismo y los caudillos militares feudales. Por ello, en tales periodos, el proletariado debe establecer un frente único con la burguesía nacional y mantenerlo hasta donde sea posible”, “el firme aliado del proletariado es el campesinado”, “la burguesía urbana es asimismo un aliado digno de confianza”, y que una vez derribadas la clase terrateniente y la burguesía burocrática, la contradicción entre la clase obrera y la burguesía nacional pasa a ser “la contradicción principal en el orden interno”.
La Gran Revolución Cultural Proletaria es el desarrollo más trascendental del Presidente Mao. El Presidente Mao señala: “La sociedad socialista cubre una larga etapa histórica. Durante la etapa histórica del socialismo, aún existen clases, contradicciones de clase y lucha de clases; existe la lucha entre el camino socialista y el capitalista, y existe el peligro de restauración del capitalismo”. La Gran Revolución Cultural Proletaria es la solución al problema de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado: “La presente Gran Revolución Cultural Proletaria es completamente necesaria para consolidar la dictadura del proletariado, prevenir la restauración del capitalismo y construir el socialismo” (Presidente Mao).
La revolución china nos enseña que hay que apoyarse en las grandes masas, que las masas hacen la historia dirigidas por el Partido Comunista, que no hay revolución sin un combate despiadado contra el revisionismo y los seguidores de la vía capitalista, que el vórtice de la lucha de clases se da dentro del Partido en su Comité Central y, en definitiva, que lo fundamental del maoísmo es el Poder.

La revolución mundial
 
La cuenta regresiva para el hundimiento final del imperialismo se inició en la década de los 60 y comprende el ciclo de 50 a 100 años que estamos viviendo, en donde llegará, tras todo un conjunto de sucesivas conmociones, la debacle definitiva del imperialismo. Nos encontramos, por tanto, dentro de la ofensiva estratégica de la revolución proletaria mundial. La crisis general del imperialismo y las luchas de los pueblos muestran las acertadas tesis del Presidente Mao: que el “imperialismo es un tigre de papel” y el “este es rojo”, que ilustran tanto la descomposición del imperialismo como la fortaleza de la revolución, siendo la tendencia principal.
En la presente situación mundial los pueblos se levantan y luchan en todo el mundo contra el imperialismo y la reacción, siendo las guerras populares y luchas de liberación nacional bajo la bandera del maoísmo las formas más altas de estas luchas y la guerra popular en el Perú dirigida por el PCP y su CC, el faro y guía de la revolución proletaria mundial. Por el lado del imperialismo, dentro de su crisis final y tratando vanamente de salir de ésta, las superpotencias y potencias imperialistas están llevando a cabo un nuevo reparto del mundo a la vez que tratan de contener la revolución fomentando el revisionismo y el fascismo.
Hoy las superpotencias china y rusa, que vienen de la restauración capitalista, contienden con la superpotencia yanqui por ser los nuevos gendarmes del mundo. Es fundamental aplicar la correcta tesis del Presidente Mao de que tres mundos se delinean, frente a la teoría reaccionaria de Deng de alianza con el imperialismo. Hoy, los tres enemigos principales de los pueblos del mundo son las tres superpotencias que contienden por la hegemonía (EE.UU, China y Rusia), en los países coloniales o semicoloniales cada revolución debe especificar cuál es su enemigo principal a la vez que cierra la puerta a la entrada de otras superpotencias o potencias imperialistas. En los países imperialistas el enemigo principal de la revolución es la propia burguesía imperialista. El segundo mundo son las potencias imperialistas no superpotencias, que tratan de aprovechar la contienda entre las superpotencias para llegar a ser nuevas superpotencias, a la vez que desatan guerras imperialistas. El tercer mundo está compuesto por las naciones oprimidas de Asia, África y América Latina donde se desenvuelve un capitalismo burocrático y se encuentran sujetas a una superpotencia o potencia imperialista.

Dentro de este nuevo reparto del mundo que se está dando, el imperialismo necesita del fascismo. Fomentando ideas reaccionarias como la superioridad de raza, de cultura, civilización etc., trata de movilizar a las masas de los países imperialistas en apoyo de la guerra de reparto. Interviene en el tercer mundo presentando cuestiones “por encima de las clases”, como el cambio climático, género o el peligro de guerra nuclear. El fascismo no es un problema sólo de represión, necesitan movilizar a las masas a favor de la guerra imperialista, es una necesidad dentro de la contienda interimperialista dentro de la crisis final de este podrido sistema.
A la par, para impedir que los pueblos de los países oprimidos desarrollen guerras de liberación nacional dirigidas por el proletariado a través de su Partido Comunista, marxista-leninista-maoísta, principalmente maoísta, y se unan a nivel mundial, confluyendo en una guerra popular mundial que entierre al imperialismo, el imperialismo levanta el revisionismo, viejo y nuevo con membrete de “maoísta”. Las superpotencias y potencias imperialistas necesitan de una quinta columna con apariencia revolucionaria para desviar la revolución de su meta y poner a las masas detrás de los planes del imperialismo y la reacción.
Como ejemplo, la superpotencia yanqui, con la declaración de Trump sobre Jerusalén, muestra cómo trata de posicionarse en Medio Oriente por las armas y fomentando el sionismo y su ideario reaccionario de “democracia burguesa” y “superioridad” racial y religiosa sobre el pueblo palestino, un ataque más al pueblo palestino con la complicidad del revisionismo. Ver el papel de Öcalan, que obrando como lacayo de la superpotencia yanqui se ha convertido en brazo armado del imperialismo, al mismo tiempo que difunde las ideas reaccionarias de “civilización superior” y “democracia occidental”, que son precisamente utilizadas como pretexto ante las masas de los países imperialistas para la agresión imperialista en Medio Oriente y para este nuevo ataque al pueblo palestino.
También en Filipinas de forma abierta José María Sisón propone una alianza con el imperialismo, con la superpotencia china, y lleva años negociando con el Estado reaccionario por un lugar dentro del mismo para algunos dirigentes seguidores de la vía capitalista, negociaciones que se remontan al año 1986. Por tanto, vemos como los revisionistas tratan de desviar las luchas de las masas al servicio de una u otra superpotencia o potencia imperialista, siguiendo las tesis combatidas por el Presidente Mao: “transición pacífica” y el “imperialismo es fuerte”. Todo esto con la complicidad y apoyo de partidos y organizaciones revisionistas de Europa, algunas con membrete de “maoísta” y de los dirigentes revisionistas enquistados dentro de las direcciones  de los partidos maoístas del tercer mundo.
Por tanto, en este momento de crisis general y última del imperialismo, de agudización de todas las contradicciones, de levantamiento de todos los pueblos del mundo, de guerra imperialista, genocidio y fascismo, es necesario que la izquierda de los Partidos Comunistas que dirigen luchas armadas asuma su responsabilidad. A los Partidos Comunistas les corresponde iniciar y desarrollar guerra popular desarrollando campañas de rectificación en todos los países, imperialistas y oprimidos, combatir el revisionismo como enemigo principal, combatir los “procesos de paz” fomentados por los imperialistas, apuntar a lo más alto del maoísmo, la Gran Revolución Cultural Proletaria y atreverse a pasar el río de sangre del genocidio y del fascismo para avanzar en la unidad del MCI y oponer a la guerra imperialista, la guerra popular mundial.

¡VIVA LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA!

¡VIVA EL MAOÍSMO! ¡ABAJO EL REVISIONISMO!

¡ABAJO EL FASCISMO Y EL CHANTAJE NUCLEAR!

¡GUERRA POPULAR HASTA EL COMUNISMO!

¡VIVA EL NATALICIO DEL PRESIDENTE MAO TSE-TUNG!
Movimiento Popular Perú
Diciembre de 2017


miércoles, 13 de diciembre de 2017

STALIN: EN EL DÉCIMO ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE


Citas:

   " La Revolución de Octubre no se puede considerar sólo una revolución circunscrita `a un marco nacional´. Es, ante todo, una revolución de carácter internacional, de carácter mundial, pues representa un viraje radical en la historia de la humanidad, un viraje del viejo mundo, del mundo capitalista, al mundo nuevo, al mundo socialista."

"La Revolución de Octubre se caracteriza, ante todo, por haber roto el frente del imperialismo mundial, por haber derribado la burguesía imperialista en uno de los mayores países capitalistas y haber colocado en el Poder al proletariado socialista.

    La clase de los asalariados, la clase de los perseguidos, la clase de los oprimidos y de los explotados se elevó por vez primera en la historia de la humanidad a la posición de clase dominante, contagiando con su ejemplo a los proletarios de todos los países.
    Esto significa que la Revolución de Octubre inició una nueva época, la época de las revoluciones proletarias en los países del imperialismo."


   " La vieja `teoría´ de que los explotados no pueden arreglárselas sin los explotadores, al igual que la cabeza y las otras partes del cuerpo no pueden arreglárselas sin el estómago, no es patrimonio exclusivo de Menenio Agripa, célebre senador romano en la historia antigua. Esta `teoría´ es hoy la piedra angular de la `filosofía´ política de la socialdemocracia, en general, y de la política socialdemócrata de coalición con la burguesía imperialista, en particular. Esta `teoría´, que ha adquirido el carácter de prejuicio, es actualmente uno de los obstáculos más graves para el desarrollo revolucionario del proletariado de los países capitalistas. Uno de los resultados más importantes de la Revolución de Octubre consiste en que ha asestado el golpe de gracia a esta falsa `teoría´."

    "No se puede acabar con el capitalismo sin acabar con el socialdemocratismo en el movimiento obrero. Por eso, la era de la agonía del capitalismo es, al mismo tiempo, la era de la agonía del socialdemocratismo en el movimiento obrero.
    La gran importancia de la Revolución de Octubre reside, entre otras cosas, en que anuncia el triunfo inevitable del leninismo sobre el socialdemocratismo en el movimiento obrero mundial."



EL CARACTER INTERNACIONAL
DE LA REVOLUCION DE OCTUBRE
 En el X aniversario de Octubre

    La Revolución de Octubre no se puede considerar sólo una revolución circunscrita "a un marco nacional". Es, ante todo, una revolución de carácter internacional, de carácter mundial, pues representa un viraje radical en la historia de la humanidad, un viraje del viejo mundo, del mundo capitalista, al mundo nuevo, al mundo socialista. 

    En el pasado, las revoluciones acababan, generalmente, con la sustitución de un grupo de explotadores por otro grupo de explotadores en el timón del gobierno. Cambiaban los explotadores, pero la explotación continuaba. Así ocurrió en la época de los movimientos libertadores de los esclavos. Así ocurrió en el período de las sublevaciones de los siervos. Así ocurrió en el período de las conocidas "grandes" revoluciones de Inglaterra, de Francia y de Alemania. No me refiero a la Comuna de París, que fue el primer intento del proletariado -- glorioso y heroico, pero, con todo, un intento fallido -- de volver la historia contra el capitalismo. 

    La Revolución de Octubre se distingue por principio de estas revoluciones. Se propone como objetivo, no el que una forma de explotación sustituya a otra forma de explotación, que un grupo de explotadores reemplace a otro grupo de explotadores, sino la supresión de toda clase de explotación del hombre por el hombre, la supresión de todos y cada uno de los grupos de explotadores, la instauración de la dictadura del proletariado, la instauración del Poder de la clase más revolucionaria entre todas las clases oprimidas que han existido hasta hoy, la organización de una nueva sociedad, de la sociedad socialista sin clases. 

    Precisamente por eso, el triunfo de la Revolución de Octubre marca un cambio radical en la historia de la humanidad, un cambio radical en los destinos históricos del capitalismo mundial, un cambio radical en el movimiento de liberación del proletariado mundial, un cambio radical en los métodos de lucha y en las formas de organización, en el modo de vida y en las tradiciones, en la cultura y en la ideología de las masas explotadas del mundo entero. 

    En esto reside la razón fundamental de que la Revolución de Octubre sea una revolución de carácter internacional, de carácter mundial. 

    Y en esto radica también la profunda simpatía que sienten las clases oprimidas de todos los países por la Revolución de Octubre, en la cual ven la garantía de su liberación. 

    Podrían señalarse varias cuestiones fundamentales en las que la Revolución de Octubre influye sobre el desarrollo del movimiento revolucionario del mundo entero. 

    1. La Revolución de Octubre se caracteriza, ante todo, por haber roto el frente del imperialismo mundial, por haber derribado la burguesía imperialista en uno de los mayores países capitalistas y haber colocado en el Poder al proletariado socialista. 

    La clase de los asalariados, la clase de los perseguidos, la clase de los oprimidos y de los explotados se elevó por vez primera en la historia de la humanidad a la posición de clase dominante, contagiando con su ejemplo a los proletarios de todos los países. 

    Esto significa que la Revolución de Octubre inició una nueva época, la época de las revoluciones proletarias en los países del imperialismo.
 
    Esta revolución desposeyó a los terratenientes y capitalistas de los instrumentos y medios de producción, convirtiéndolos en propiedad social y contraponiendo, de este modo, la propiedad socialista a la propiedad burguesa. De esta manera, puso en evidencia la mentira de los capitalistas de que la propiedad burguesa es inviolable, sagrada y eterna. 

    Esta revolución arrancó el Poder a la burguesía, despojó de los derechos políticos a la burguesía, destruyó la máquina del Estado burgués y entregó el Poder a los Soviets, contraponiendo, de este modo, al parlamentarismo burgués, como democracia capitalista, el Poder socialista de los Soviets, como democracia proletaria. Tenía razón Lafargue al decir, ya en 1887, que, al día siguiente de la revolución, "todos los antiguos capitalistas serían privados de los derechos electorales” 

    De esta manera, la Revolución de Octubre puso en evidencia la mentira de los socialdemócratas de que hoy es posible el tránsito pacífico al socialismo por la senda del parlamentarismo burgués. 

    Pero la Revolución de Octubre no se detuvo ni podía detenerse aquí. Después de destruir lo viejo, lo burgués, emprendió la edificación de lo nuevo, de lo socialista. Los diez años de la Revolución de Octubre son diez años de edificación del Partido, de los sindicatos, de los Soviets, de las cooperativas, de las organizaciones culturales del transporte, de la industria y del Ejército Rojo. Los éxitos indiscutibles, alcanzados por el socialismo en la U.R.S.S. en el frente de la edificación, han demostrado claramente que el proletariado puede gobernar con éxito el país sin burguesía y en contra de la burguesía, puede levantar con éxito la industria sin burguesía y en contra de la burguesía, puede dirigir con éxito toda la economía nacional sin burguesía y en contra de la burguesía, puede edificar con éxito el socialismo, a pesar del cerco capitalista. 

    La vieja "teoría" de que los explotados no pueden arreglárselas sin los explotadores, al igual que la cabeza y las otras partes del cuerpo no pueden arreglárselas sin el estómago, no es patrimonio exclusivo de Menenio Agripa, célebre senador romano en la historia antigua. Esta "teoría" es hoy la piedra angular de la "filosofía" política de la socialdemocracia, en general, y de la política socialdemócrata de coalición con la burguesía imperialista, en particular. Esta "teoría", que ha adquirido el carácter de prejuicio, es actualmente uno de los obstáculos más graves para el desarrollo revolucionario del proletariado de los países capitalistas. Uno de los resultados más importantes de la Revolución de Octubre consiste en que ha asestado el golpe de gracia a esta falsa "teoría". 

    ¿Acaso es necesario todavía demostrar que estos resultados, y otros semejantes, de la Revolución de Octubre no han podido ni pueden dejar de ejercer gran influencia sobre el movimiento revolucionario de la clase obrera de los países capitalistas? 

    Hechos tan notorios para todo el mundo como los progresos del comunismo en los países capitalistas, como la creciente simpatía de los proletarios de todos los países hacia la clase obrera de la U.R.S.S. y, por último, la afluencia de delegaciones obreras al País de los Soviets, indican de un modo indiscutible que la semilla lanzada por la Revolución de Octubre empieza ya a dar sus frutos. 

    2. La Revolución de Octubre hizo cuartearse al imperialismo, no sólo en los centros de su dominación, no sólo en las "metrópolis". Fue también un golpe contra la retaguardia del imperialismo, contra su periferia, minando la dominación del imperialismo en las colonias y en los países dependientes. 

    Al derrocar a los terratenientes y a los capitalistas, la Revolución de Octubre rompió las cadenas de la opresión nacional y colonial y liberó de ellas a todos los pueblos oprimidos de un vasto Estado, sin excepción. El proletariado no puede liberarse sin liberar a los pueblos oprimidos. Rasgo característico de la Revolución de Octubre es el haber llevado a cabo, en la U.R.S.S., estas revoluciones nacionales y coloniales, no bajo la bandera de la hostilidad nacional y de los choques entre las naciones, sino bajo la bandera de la confianza mutua y de la amistad fraternal entre los obreros y los campesinos de los pueblos de la U.R.S.S., no en nombre del nacionalismo, sino en nombre del internacionalismo.
 
    Precisamente por esto, porque en nuestro país las revoluciones nacionales y coloniales transcurrieron bajo la dirección del proletariado y bajo la bandera del internacionalismo, precisamente por esto, los pueblos parias, los pueblos esclavos, se han elevado por vez primera en la historia de la humanidad a la condición de pueblos verdaderamente libres y verdaderamente iguales, contagiando con su ejemplo a los pueblos oprimidos del mundo entero. 

    Esto significa que la Revolución de Octubre inició una nueva época, una época de revoluciones coloniales, que se llevan a efecto en los países oprimidos del mundo en alianza con el proletariado, bajo la dirección del proletariado. 

    Antes, "se admitía" que el mundo estaba dividido, desde tiempos inmemoriales, en razas inferiores y superiores, en negros y blancos, de los cuales los primeros no son aptos para la civilización y están condenados a ser objeto de explotación, mientras que los segundos son los únicos exponentes de la civilización, llamados a explotar a los primeros. 

    Hoy, esta leyenda hay que considerarla destruida y desechada. Uno de los resultados más importantes de la Revolución de Octubre consiste en que ha asestado el golpe de gracia a esta leyenda, demostrando en la práctica que los pueblos no europeos liberados, incorporados al cauce del desarrollo soviético, son tan capaces como los pueblos europeos de impulsar una cultura realmente avanzada y una civilización realmente avanzada. 

    Antes, "se admitía" que el único método para liberar a los pueblos oprimidos era el método del nacionalismo burgués, el método de separación de las naciones unas de otras, el método de desunirlas, el método de acentuar la hostilidad nacional entre las masas trabajadoras de distintas naciones. 

    Hoy, esta leyenda hay que considerarla refutada. Uno de los resultados más importantes de la Revolución de Octubre consiste en que ha asestado el golpe de gracia a esta leyenda, demostrando en la práctica la posibilidad y la conveniencia del método proletario, internacionalista, de liberación de los pueblos oprimidos, como el único método acertado, demostrando en la práctica la posibilidad y la conveniencia de una alianza fraternal entre los obreros y campesinos de los más diversos pueblos sobre los principios de voluntariedad y de internacionalismo. La existencia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, prototipo de la futura unificación de los trabajadores de todos los países en una sola economía mundial, no puede por menos de servir de prueba inmediata de esto. 

    Huelga decir que estos resultados, y otros semejantes, de la Revolución de Octubre no podían ni pueden dejar de ejercer una gran influencia sobre el movimiento revolucionario de las colonias y los países dependientes. Hechos como el incremento del movimiento revolucionario de los pueblos oprimidos en China, en Indonesia, en la India, etc. y la creciente simpatía de estos pueblos hacia la U.R.S.S. lo evidencian de modo indiscutible. 

    Ha pasado la era en que se podía explotar y oprimir con toda tranquilidad a las colonias y a los países dependientes. 

    Ha comenzado la era de las revoluciones libertadoras en las colonias y en los países dependientes, la era del despertar del proletariado de estos países, la era de su hegemonía en la revolución. 

    3. Al arrojar la semilla de la revolución tanto en los centros del imperialismo como en su retaguardia, al debilitar la potencia del imperialismo en las "metrópolis" y al hacer vacilar su dominación en las colonias, la Revolución de Octubre ha puesto en tela de juicio la existencia misma del capitalismo mundial en su conjunto.
 
    Si, bajo las condiciones del imperialismo, el desarrollo espontáneo del capitalismo se ha transformado -- en virtud de su desigualdad, en virtud del carácter inevitable de los conflictos y de los choques armados y, por último, en virtud de la carnicería imperialista sin precedentes -- en un proceso de descomposición y agonía del capitalismo, la Revolución de Octubre y, como resultado de ella, el desprendimiento de un país enorme del sistema mundial del capitalismo, no podían por menos de acelerar este proceso, socavando, paso a paso, las bases mismas del imperialismo mundial. 

    Más aún. La Revolución de Octubre, al hacer cuartearse el imperialismo, creó, al mismo tiempo, con la primera dictadura proletaria, una base potente y abierta para el movimiento revolucionario mundial, base que este movimiento no había tenido jamás antes y en la que ahora puede apoyarse. Creó un centro potente y abierto del movimiento revolucionario mundial, centro que no había tenido jamás antes y en torno al cual ese movimiento puede ahora adquirir cohesión, organizando el frente único revolucionario de los proletarios y de los pueblos oprimidos de todos los países contra el imperialismo.
 
    Esto significa, en primer lugar, que la Revolución de Octubre infirió una herida de muerte al capitalismo mundial, de la que éste no se repondrá jamás. Y por eso precisamente, el capitalismo jamás recobrará el "equilibrio" y la "estabilidad" que tenía antes de Octubre. 

    El capitalismo podrá estabilizarse parcialmente, podrá racionalizar su producción, entregar el gobierno del país al fascismo, reprimir temporalmente a la clase obrera, pero no volverá jamás a disfrutar de la "tranquilidad" y la "seguridad", del "equilibrio" y la "estabilidad" de que hacía gala antes, pues la crisis del capitalismo mundial ha alcanzado un grado tal de desarrollo, que la hoguera de la revolución se encenderá inevitablemente, ya en los centros del imperialismo, ya en la periferia, haciendo trizas los remiendos capitalistas y aproximando, día tras día, la caída del capitalismo. Punto por punto como en la conocida fábula: "si saca el rabo, se le hunde el hocico; si saca el hocico, se le hunde el rabo". 

    Esto significa, en segundo lugar, que la Revolución de Octubre elevó a cierta altura la fuerza y la importancia, la valentía y la voluntad combativa de las clases oprimidas del mundo entero, obligando a las clases dominantes a tenerlas en cuenta como un factor nuevo e importante. Hoy, ya no se puede ver en las masas trabajadoras del mundo una "multitud ciega" que vaga en las tinieblas y carece de horizontes, ya que la Revolución de Octubre encendió el faro que les alumbra el camino y les brinda perspectivas. Si antes no había una tribuna universal pública, desde la que se pudieran manifestar y plasmar los anhelos y las aspiraciones de las clases oprimidas, hoy esta tribuna existe y es la primera dictadura proletaria. 

    ¿Acaso puede dudarse de que si esta tribuna fuese destruida, sobre la vida politico-social de los "países adelantados" se abatirían para largo tiempo las tinieblas de una negra y desenfrenada reacción? No puede negarse que el simple hecho de la existencia del "Estado bolchevique" pone un freno a las negras fuerzas de la reacción y facilita a las clases oprimidas la lucha por su liberación. Y esto es precisamente lo que explica ese odio bestial que los explotadores de todos los países sienten hacia los bolcheviques. 

    La historia se repite, aunque sobre bases nuevas. Lo mismo que antiguamente, en la época de la caída del feudalismo, la palabra "jacobino" provocaba en los aristócratas de todos los países horror y repugnancia, también hoy, en la época de la caída del capitalismo, la palabra "bolchevique" provoca horror y repugnancia en la burguesía de todos los países. Y a la inversa: así como antes el asilo y la escuela de los representantes revolucionarios de la burguesía ascensional era París, hoy el refugio y la escuela de los representantes revolucionarios del proletariado ascensional es Moscú. El odio a los jacobinos no salvó al feudalismo del derrumbamiento. ¿Acaso puede dudarse de que el odio a los bolcheviques no salvará tampoco al capitalismo de su caída inevitable? 

    Ha pasado la era de la "estabilidad" del capitalismo, arrastrando consigo la leyenda de la inamovilidad del orden burgués. 

    Ha comenzado la era del hundimiento del capitalismo. 

    4. No se debe considerar que la Revolución de Octubre es sólo una revolución en el campo de las relaciones económicas y politico-sociales. Es, al mismo tiempo, una revolución en los cerebros, una revolución en la ideología de la clase obrera. La Revolución de Octubre surgió y se consolidó bajo la bandera del marxismo, bajo la bandera de la idea de la dictadura del proletariado, bajo la bandera del leninismo, que es el marxismo de la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias. Representa, por tanto, el triunfo del marxismo sobre el reformismo, el triunfo del leninismo sobre el socialdemocratismo, el triunfo de la III Internacional sobre la II Internacional.

    La Revolución de Octubre abrió un abismo infranqueable entre el marxismo y la ideología socialdemócrata, entre la política del leninismo y la política de la socialdemocracia. 

    Antes, hasta el triunfo de la dictadura del proletariado, la socialdemocracia podía alardear con la bandera del marxismo, sin negar abiertamente la idea de la dictadura del proletariado, pero sin hacer tampoco nada, absolutamente nada, por acercar la realización de esta idea; se comprende que esta actitud de la socialdemocracia no suponía amenaza alguna para el capitalismo. Entonces, en aquel período, la socialdemocracia se identificaba formalmente, o casi se identificaba, con el marxismo. 

    Hoy, después del triunfo de la dictadura del proletariado, cuando todo el mundo ha visto con claridad meridiana a dónde conduce el marxismo y qué puede significar su triunfo, la socialdemocracia ya no puede alardear con la bandera del marxismo, ya no puede coquetear con la idea de la dictadura del proletariado, sin crear cierto peligro para el capitalismo. Después de haber roto hace ya mucho con el espíritu del marxismo, se ha visto obligada a romper también con la bandera del marxismo, enfrentándose abierta y francamente contra la obra del marxismo, contra la Revolución de Octubre, contra la primera dictadura del proletariado habida en el mundo. 

    Ahora tenía que desentenderse y se desentendió, en efecto, del marxismo, ya que, en las condiciones actuales, no es posible llamarse marxista sin apoyar abierta y abnegadamente la primera dictadura proletaria del mundo, sin librar una lucha revolucionaria contra la propia burguesía, sin crear las condiciones para el triunfo de la dictadura del proletariado en el propio país. 

    Entre la socialdemocracia y el marxismo se ha abierto un abismo. Desde ahora, el único portador y baluarte del marxismo es el leninismo, el comunismo. 

    Pero las cosas no han parado aquí. Después de deslindar los campos entre la socialdemocracia y el marxismo, la Revolución de Octubre fue más allá, arrojando a la primera al campo de los defensores directos del capitalismo contra la primera dictadura proletaria habida en el mundo. Cuando señores como los Adler y Bauer, los Wels y Levi, los Longuet y Blum difaman al "régimen soviético", ensalzando la "democracia" parlamentaria, quieren decir con ello que luchan y seguirán luchando en pro de la restauración del orden capitalista en la U.R.S.S., en pro del mantenimiento de la esclavitud capitalista en los Estados "civilizados". 

    La actual ideología socialdemócrata es el puntal ideológico del capitalismo. Lenin tenía mil veces razón al decir que los actuales políticos socialdemócratas son "verdaderos agentes de la burguesía en el seno del movimiento obrero, lugartenientes obreros de la clase de los capitalistas" y que, en "la guerra civil entre el proletariado y la burguesía", se colocarán inevitablemente "al lado de los 'versalleses' contra los 'comuneros'".

    No se puede acabar con el capitalismo sin acabar con el socialdemocratismo en el movimiento obrero. Por eso, la era de la agonía del capitalismo es, al mismo tiempo, la era de la agonía del socialdemocratismo en el movimiento obrero. 

    La gran importancia de la Revolución de Octubre reside, entre otras cosas, en que anuncia el triunfo inevitable del leninismo sobre el socialdemocratismo en el movimiento obrero mundial.
    Ha terminado la era de la dominacion de la II Internacional del socialdemocratismo en el movimiento obrero. 

    Ha comenzado la era de la dominación del leninismo y de la III Internacional.

Publicado el 6 y el 7 de noviem-
bre de 1927 en el num. 255 de

Pravda.