Programa especial sobre la Guerra Popular en la India
Organizado por Iniciativa Comunista en Radio Almenara (106,7 FM en Madrid), con la participación del Movimiento por el Internacionalismo Proletario (MIP).
Link:
http://www.lahaine.org/index.php?p=71576
Mostrando entradas con la etiqueta maoísmo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta maoísmo. Mostrar todas las entradas
lunes, 23 de septiembre de 2013
ESPECIAL GUERRA POPULAR EN LA INDIA
Etiquetas:
guerra popular,
india,
maoísmo,
MIP
jueves, 22 de agosto de 2013
EL DETERMINISMO MARXISTA
JOSÉ
CARLOS MARIÁTEGUI
DEFENSA
DEL MARXISMO VII
EL
DETERMINISMO MARXISTA
tiene
un acento de fe, de voluntad, de
convicción
heroica y creadora, cuyo impulso
sería
absurdo buscar en un mediocre
y
pasivo sentimiento determinista.
Otra
actitud frecuente de los intelectuales que se entretienen en roer la
bibliografía marxista es la de exagerar interesadamente el
determinismo de Marx y su escuela, con el objeto de declararlos,
también desde este punto de vista, un producto de la mentalidad
mecanicista del siglo XIX, incompatible con la concepción heroica,
voluntarista de la vida, a que se inclina el mundo moderno después
de la Guerra.
Estos
reproches no se avienen con la crítica de las supersticiones
racionalistas y utopísticas y de fondo místico del movimiento
socialista. Pero Henri de Man no podía
dejar de echar mano de un argumento que tan fácil estrago hace en
los intelectuales del novecientos, seducidos por el esnobismo de la
reacción contra el “estúpido siglo diecinueve”. El revisionista
belga observa, a este respecto, cierta prudencia. “Hay que hacer
constar—declara— que Marx no merece el reproche que con
frecuencia se le dirige de ser un fatalista, en el sentido de que
negara la influencia de la volición humana en el desarrollo
histórico; lo que ocurre es que considera esta volición como predeterminada”. Y agrega que “tienen razón los discípulos de
Marx, cuando defienden a su maestro del reproche de haber predicado
esa especie de fatalismo”. Nada de esto le impide, sin embargo,
acusarlos de su “creencia en otro fatalismo, el de los fines
categoriales ineluctables”, pues, “según la concepción
marxista, hay una volición social social sometida
a leyes, la cual se cumple por medio de la lucha de clases y el
resultado ineluctable de la evolución económica que crea
oposiciones de intereses”.
En
sustancia, el neorrevisionismo adopta, aunque con discretas
enmiendas, la crítica idealista que reivindica la acción de la
voluntad y del espíritu. Pero esta crítica concierne sólo a la
ortodoxia socialdemocrática que, como ya está establecido, no es ni
ha sido marxista sino lasalliana; hecho probado hasta por el vigor
con que se difunde hoy en la socialdemocracia tudesca esta palabra de
orden: “el retorno a Lasalle”.
Para
que esta crítica fuera válida habría que empezar por probar que el
marxismo es la socialdemocracia, trabajo que Henri de Man se guarda
de intentar. Reconoce, por el contrario, en la III Internacional, la
heredera de la Asociación Internacional de Trabajadores, en cuyas
asambleas alentaba un misticismo muy próximo al de la cristiandad de
las catacumbas. Y consigna en su libro este juicio explícito:
Los
marxistas vulgares del comunismo son los verdaderos usufructuarios de
la herencia marxiana. No lo son en el sentido de que comprenden a
Marx mejor con referencia a su época, sino porque lo utilizan con
más eficacia para las tareas de su época, para la realización de
sus objetivos.
La
imagen que de Marx nos ofrece Kautsky se parece más al original que
la que Lenin popularizó entre sus discípulos; pero Kautsky ha
comentado una política en que Marx no ha influido nunca, mientras
que las palabras que, como santo y seña, tomó Lenin de Marx, son la
misma política después de muerto éste y continúan creando
realidades nuevas.
A
Lenin se le atribuye una frase que enaltece Unamuno en su La
Agonía del Cristianismo; la que pronunciara una vez,
contradiciendo a alguien que le observaba que su esfuerzo iba contra
la realidad: “¡Tanto peor para la realidad!”. El marxismo, donde
se ha mostrado revolucionario —vale decir, donde ha sido marxismo—
no ha obedecido nunca a un determinismo pasivo y rígido. Los
reformistas resistieron a la Revolución, durante la agitación
revolucionaria postbélica, con razones del más rudimentario
determinismo económico. Razones que, en el fondo, se identificaban
con las de la burguesía conservadora, y que denunciaban el carácter
absolutamente burgués, y no socialista, de ese determinismo. A la
mayoría de sus críticos, la Revolución Rusa aparece, en cambio,
como una tentativa racionalista, romántica, antihistórica, de
utopistas fanáticos.
Los
reformistas de todo calibre, en primer término, reprueban en los
revolucionarios su tendencia a forzar la historia, tachando de
“blanquista” y
“putschista” la táctica de los partidos de la III Internacional.
Marx no podía concebir ni proponer sino una política realista y,
por esto, extremó la demostración de que el proceso mismo de la
economía capitalista, cuanto más plena y vigorosamente se cumple,
conduce al socialismo; pero entendió, siempre como condición previa
de un nuevo orden, la capacitación espiritual e intelectual del
proletariado para realizarlo, a través de la lucha de clases. Antes
que Marx, el mundo moderno había arribado ya a un momento en que
ninguna doctrina política y social podía aparecer en contradicción
con la historia y la ciencia. La decadencia de las religiones tiene
un origen demasiado visible en su creciente alejamiento de la
experiencia histórica y científica. Y sería absurdo pedirle a una
concepción política, eminentemente moderna en todos sus elementos,
como el socialismo, indiferencia por este orden de consideraciones.
Todos los movimientos políticos contemporáneos, a comenzar por los
más reaccionarios, se caracterizan, como lo observa Benda en su
Trahison des Clercs (1), por su empeño en
atribuirse una estricta
correspondencia con el curso de la historia. Para los reaccionarios
de L’Action Frangaise (2), literalmente
más positivistas que cualquier revolucionario, todo el período que
inauguró la Revolución liberal es monstruosamente romántico y
antihistórico. Los límites y función del determinismo marxista
están fijados desde hace tiempo. Críticos ajenos a todo criterio de
partido, como Adriano Tilgher, suscriben la siguiente interpretación:
La
táctica socialista, para conducir a buen éxito, debe tener en
cuenta la situación histórica sobre la cual le toca operar y, donde
ésta es todavía inmadura para la instauración del socialismo,
guardarse bien de forzarle la mano; pero, de otro lado, no debe
remitirse quietistamente a la acción de los sucesos, sino,
insertándose en su curso, tender siempre más a orientarlos en
sentido socialista, de modo de hacerlos maduros para la
transformación final. La táctica marxista es, así, dinámica
y dialéctica como la doctrina misma de Marx: la voluntad socialista
no se agita en el
vacío, no prescinde de la situación preexistente, no se ilusiona de
mudarla con llamamientos al buen corazón de los hombres, sino que se
adhiere sólidamente a la realidad histórica, mas no resignándose
pasivamente a ella; antes bien, reaccionando contra ella siempre más
enérgicamente, en el sentido de reforzar económica y
espiritualmente al proletariado, de acentuar en él la conciencia de
su conflicto con la burguesía, hasta que habiendo llegado al máximo
de la exasperación, y la burguesía al extremo de las fuerzas del
régimen capitalista, convertido en un obstáculo para las fuerzas
productivas, pueda ser útilmente derribado
y sustituido, con ventaja para todos, por el régimen socialista.
(La
Crisi Mondiale e Saggi critice di Marxismo e Socialismo).
El
carácter voluntarista del socialismo no es, en verdad, menos
evidente, aunque sí menos entendido por la crítica, que su fondo
determinista. Para valorarlo basta, sin embargo, seguir el desarrollo
del movimiento proletario; desde la acción de Marx y Engels en
Londres, en los orígenes de la I Internacional, hasta su actualidad,
dominada por el primer experimento de Estado socialista: la URSS. En
ese proceso, cada palabra, cada acto del marxismo tiene un acento de
fe, de voluntad, de convicción heroica y creadora, cuyo impulso
sería absurdo buscar en un mediocre
y pasivo sentimiento determinista.
- La traición de los intelectuales.
- Acción Francesa: grupo fascista francés.
http://www.solrojo.org/SR39.pdf
Etiquetas:
dialéctica,
lucha de dos líneas,
maoísmo,
mariategui,
nueva síntesis,
revisionismo
jueves, 8 de agosto de 2013
Proposición acerca de la LINEA GENERAL DEL MCI
Proposición
acerca de la
Línea
General del
Movimiento
Comunista
Internacional
Respuesta
del Comité Central del Partido Comunista de China
a la
Carta del Comité Central del Partido Comunista de la Unión
Soviética
del 30 de Marzo de 1963
(…)
(8)
Las vastas zonas de Asia, África y América Latina, son las zonas
donde convergen contradicciones en el mundo contemporáneo; son las
más vulnerables de las zonas que están bajo la dominación
imperialista, y constituyen los centros de la tempestad de la
revolución mundial, que en la actualidad asesta golpes directos al
imperialismo.
El
movimiento revolucionario democrático nacional en estas zonas y el
movimiento revolucionario socialista internacional son las dos
grandes corrientes históricas de nuestra época. La revolución
democrática nacional en estas zonas es una importante parte
integrante de la revolución mundial proletaria de nuestros días.
La
lucha revolucionaria antiimperialista de los pueblos de Asia, África
y América Latina golpea y debilita seriamente los cimientos mismos
de la dominación del imperialismo y del colonialismo viejo y nuevo,
y es en la actualidad una fuerza poderosa en defensa de la paz
mundial.
Por
lo tanto, en cierto sentido, la causa revolucionaria del proletariado
internacional en su conjunto depende del desenlace de la lucha
revolucionaria de los pueblos de esas zonas, que constituyen la
abrumadora mayoría de la población del mundo.
Por
lo tanto, la lucha revolucionaria antiimperialista de los pueblos de
Asia, África y América Latina no es en absoluto un asunto de mera
significación regional, sino de importancia general para la causa de
la revolución mundial del proletariado
internacional
en su conjunto.
Ahora
hay quienes niegan la gran significación internacional de la lucha
revolucionaria antiimperialista de los pueblos de Asia, África y
América Latina y, so pretexto de eliminar las barreras que dividen a
la gente según la pertenencia nacional, el color de la piel o el
principio geográfico, tratan de borrar la línea divisoria entre las
naciones oprimidas y las opresoras y entre los países oprimidos y
los opresores y procuran refrenar la lucha revolucionaria de los
pueblos de dichas zonas. Intentan, en realidad, acomodarse a las
necesidades del imperialismo y crear una nueva "teoría"
para justificar la dominación del imperialismo en estas zonas y la
promoción de su política de colonialismo viejo y nuevo.
Semejante
"teoría" no está destinada en verdad a eliminar las
barreras que dividen a la gente según la pertenencia nacional, el
color de la piel o el principio geográfico, sino a preservar la
dominación de las llamadas "naciones superiores" sobre las
naciones oprimidas. Es del todo natural que semejante "teoría"
demagógica tropiece con el boicot de los pueblos de dichas zonas.
La
clase obrera de los países socialistas y de todos los países
capitalistas debe realmente llevar a la práctica las consignas
combativas de "¡Proletarios de todos los países, uníos!"
y de "¡Proletarios y naciones oprimidas de todo el mundo,
uníos!'”, estudiar la experiencia revolucionaria de los pueblos de
Asia, África y América Latina y apoyar con resolución sus acciones
revolucionarias; debe considerar la causa de la liberación de estos
pueblos como el más seguro apoyo a su propia causa y como algo que
va directamente en su propio interés. Esta es la única manera de
quebrar efectivamente las barreras que dividen a la gente según la
pertenencia nacional, el color de la piel o el principio geográfico,
y así es el verdadero internacionalismo proletario.
La
clase obrera de los países capitalistas de Europa y América no
puede liberarse sin la alianza con las naciones oprimidas y sin la
liberación de estas últimas. Lenin tenía razón cuando decía: "En
realidad, el movimiento revolucionario en los países adelantados
seria prácticamente un engaño, sin la unión completa y más
estrecha de los obreros en la lucha contra el capital en Europa y
América con los cientos y cientos de millones de esclavos
'coloniales' oprimidos por el capital”. Ahora, en los destacamentos
del movimiento comunista internacional hay quienes adoptan una
actitud pasiva, desdeñosa y negativa hacia la lucha de las naciones
oprimidas por la liberación. Están de hecho protegiendo los
intereses de la burguesía monopolista, traicionando los del
proletariado y degenerando en socialdemócratas.
La
actitud que se adopte hacia la lucha revolucionaria de los pueblos
asiáticos, africanos y latinoamericanos, es un importante criterio
para distinguir a los revolucionarios de los no revolucionarios, a
los que defienden realmente la paz mundial de los que alientan a las
fuerzas de la agresión y de la guerra.
(9)
Las naciones y pueblos oprimidos de Asia, África y América Latina
están enfrentados a la tarea urgente de luchar contra el
imperialismo y sus lacayos.
La
historia ha encomendado a los partidos proletarios de estas zonas la
gloriosa misión de mantener en alto la bandera de lucha contra el
imperialismo, contra el colonialismo viejo y nuevo, por la
independencia nacional y por la democracia popular, colocarse en las
primeras filas del movimiento revolucionario democrático nacional y
luchar por el porvenir socialista.
En
estas zonas, los más amplios sectores de la población rehúsan
vivir bajo el yugo del imperialismo. 'Estos sectores no solamente
comprenden a los obreros. campesinos, intelectuales y pequeño
burgueses, sino también a la burguesía nacional patriótica y hasta
a un número de reyes, príncipes y aristócratas de sentimientos
patrióticos.
El
proletariado y su partido deben tener confianza en la fuerza de las
masas populares y, sobre todo, unirse con los campesinos y establecer
una sólida alianza obrero-campesina. Es de importancia primordial
que los elementos avanzados del proletariado realicen actividades en
las zonas rurales, ayuden a los campesinos a organizarse y eleven su
conciencia de clase, su sentimiento de dignidad nacional y su
confianza en las fuerzas propias.
EI
proletariado y su partido deben, sobre la base de la alianza
obrero-campesina, unir a todas las capas sociales que puedan ser
unidas y organizar un amplio frente único contra el imperialismo y
sus lacayos. Para consolidar y ampliar este frente único, es
necesario que el partido del proletariado conserve su independencia
ideológica, política y de organización y mantenga firmemente su
hegemonía en la revolución.
(...)
Por
lo general, la burguesía de esos países tiene un carácter doble.
El partido del proletariado, cuando establece un frente único con la
burguesía, debe seguir una política tanto de unidad como de lucha.
Su política debe ser la de unirse con la burguesía a medida que
ésta se inclina a ser progresista, antiimperialista y antifeudal, y
de luchar al mismo tiempo contra las tendencias reaccionarias de la
burguesía al compromiso y colusión con el imperialismo y las
fuerzas del feudalismo.
La
concepción del mundo del partido proletario en relación con el
problema nacional es el internacionalismo, y no el nacionalismo. En
la lucha revolucionaria, el partido proletario apoya al nacionalismo
progresista y se opone al nacionalismo reaccionario. Debe siempre
deslindar los campos con el nacionalismo burgués, y jamás debe
dejarse cautivar por éste.
La
Declaración de 1960 señala: "Los comunistas denuncian los
intentos que el ala reaccionaria de la burguesía hace para presentar
sus estrechos intereses egoístas de clase como los intereses de toda
la nación y el uso demagógico que las consignas socialistas hacen,
con los mismos fines, los políticos burgueses".
Si
en el transcurso de la revolución el proletariado llega a marchar a
la cola de los terratenientes y de la burguesía, será imposible la
victoria real y completa de la revolución democrática nacional e
incluso si se obtiene cierto tipo de victoria, será imposible
consolidarla.
En
el curso de la lucha revolucionaria de las naciones y pueblos
oprimidos, el partido del proletariado sólo puede llevar hasta el
fin la revolución democrática nacional y conducirla al camino del
socialismo, si plantea independientemente su programa de lucha
consecuente contra el imperialismo y los reaccionarios internos y por
la independencia nacional y la democracia popular, trabaja
independientemente entre las masas, desarrolla constantemente las
fuerzas progresistas, se gana las fuerzas intermedias y aísla las
fuerzas reaccionarias.
(…)
Los
comunistas de los países capitalistas, al dirigir activamente las
luchas actuales, deben vincularlas con la lucha por los intereses de
largo alcance y de la causa en su conjunto, educar a las masas en el
espíritu revolucionario del marxismo-Ieninismo, elevar sin cesar su
conciencia política y tomar sobre si la tarea histórica de la
revolución proletaria.
Proceder
de otra manera, considerar que el movimiento actual es todo,
determinar
el
comportamiento de un caso para otro, adaptarse a los acontecimientos
del día y sacrificar los intereses fundamentales del proletariado,
esto es pura socialdemocracia.
La
socialdemocracia es una corriente ideológica burguesa. Lenin señaló
hace mucho que los partidos socialdemócratas son destacamentos
políticos de la burguesía, sus agentes en el movimiento obrero y su
principal pilar social. Los comunistas deben, en todo momento,
deslindar claramente los campos con los partidos socialdemócratas en
el problema fundamental de la revolución proletaria y de la
dictadura del proletariado, y eliminar la influencia ideológica de
la socialdemocracia en el movimiento obrero internacional y entre las
masas obreras de los diversos países.
(...)
En
los últimos años, el desbordamiento de la corriente revisionista en
el movimiento obrero internacional, así como muchas experiencias y
lecciones en el movimiento comunista internacional, han confirmado
plenamente la justeza de la conclusión, hecha en las dos
Declaraciones, de que el revisionismo es hoy el peligro principal en
el movimiento comunista internacional.
Sin
embargo, algunos afirman abiertamente que es el dogmatismo y no el
revisionismo el peligro principal, o que el dogmatismo no es menos
peligroso que el revisionismo, etc.
¿En
qué principio se basa esto?
Un
marxista-leninista firme, un verdadero partido marxista-leninista
debe colocar los principios en el primer plano. No debe traficar con
los principios, aprobar ya esto, ya aquello, y pronunciarse hoy por
una cosa y mañana por otra.
A
fin de defender la pureza del marxismo-leninismo y la posición de
principio de las dos Declaraciones, los comunistas chinos continuarán
junto con todos los marxistas-leninistas, la lucha irreconciliable
contra el revisionismo contemporáneo.
Al
combatir el revisionismo, peligro principal en el movimiento
comunista internacional, los comunistas deben también luchar contra
el dogmatismo. Como se señala en la Declaración de 1957. los
partidos proletarios "deben atenerse firmemente a los principios
de la conjugación de las tesis generales del marxismo-Ieninismo con
la práctica concreta de la revolución y la construcción en sus
países".
Esto
quiere decir:
Por
una parte, es necesario atenerse siempre a la verdad universal del
marxismo-Ieninismo. De otra manera, se cometerá el error de
oportunismo de derecha o de revisionismo.
Por
otra parte, es preciso en todo tiempo partir de la realidad, mantener
estrechos vínculos con las masas, sintetizar constantemente la
experiencia de la lucha de las masas, y elaborar y aplicar
independientemente una política y una táctica apropiadas a las
condiciones del propio país. Se cometerá el error de dogmatismo si
se procede de otra manera, copiando mecánicamente la política y la
táctica de otro Partido Comunista, obedeciendo a ciegas a la
voluntad de otros y aceptando, sin análisis, el programa y las
resoluciones de otro Partido Comunista como línea propia.
Algunos
violan ahora precisamente este principio fundamental, afirmado hace
tiempo en la Declaración de 1957. So pretexto de "desarrollar
de manera creadora el marxismo-Ieninismo", renuncian a la verdad
universal del marxismo-leninismo. Además, hacen pasar por "verdad
universal del marxismoleninismo" una receta nacida de conjeturas
subjetivas y divorciada de la realidad y de las masas, y obligan a
otros a aceptarla incondicionalmente.
He
aquí el origen de muchos fenómenos graves producidos en el actual
movimiento comunista internacional.
(…)
Las
revoluciones sociales en las distintas etapas de la historia de la
humanidad son históricamente inevitables y se rigen por leyes
objetivas, independientes de la voluntad del hombre. La historia
demuestra que no ha habido ninguna revolución que haya podido
coronarse con la victoria sin recodos en el camino ni sacrificios.
La
tarea del partido del proletariado reside en analizar, sobre la base
de la teoría marxista-leninista las condiciones históricas
concretas, plantear una estrategia y una táctica correctas, y
conducir a las masas populares a sortear los escollos, evitar
sacrificios innecesarios y llegar a la meta paso a paso. ¿ Es
posible evitar todo sacrificio? Este no es el caso ni en las
revoluciones de los esclavos, ni en las revoluciones de los siervos,
ni en las revoluciones burguesas, ni en las revoluciones nacionales;
ni tampoco es así en las revoluciones proletarias.
Aun
cuando la línea de dirección de la revolución sea correcta, es
imposible garantizar completamente que no se sufran ciertos reveses y
sacrificios en el curso de la revolución. Pero siempre que se
mantenga firmemente una línea correcta, la revolución se coronará
finalmente con la victoria; renunciar a la revolución so pretexto de
evitar los sacrificios, significa en realidad condenar al pueblo para
siempre a la esclavitud y a infinitos sufrimientos y sacrificios.
(…)
Desde
hace unos años, algunos, violando la teoría integra de Lenin sobre
la relación entré jefes. partido, clase y masas, han planteado la
llamada "lucha contra el culto a la personalidad": eso es
erróneo y perjudicial.
La
teoría de Lenin es como sigue:
1.
Las masas se dividen en clases:
2.
Las clases están generalmente dirigidas por partidos políticos;
3.
Los partidos políticos los dirigen, por regla general, grupos
más
o menos estables de las personas más autorizadas,
influyentes,
expertas, elegidas para los cargos más responsables
y
que se llaman jefes.
Lenin
dijo: "todo esto es el abecé". ..
El
partido del proletariado es Estado Mayor revolucionario y combativo
del proletariado. Todo partido proletario debe practicar el
centralismo basado en la democracia y formar una fuerte dirección
marxista-leninista antes de poder erigirse en vanguardia organizada y
combativa. Plantear la llamada “lucha contra el culto a la
personalidad” es en realidad contraponer los jefes a las masas,
socavar la dirección única del partido basada en el centralismo
democrático, debilitar la fuerza combativa del partido y desintegrar
sus filas.
Lenin
criticó los puntos de vista erróneos que contraponen los jefes a
las masas. Dijo que esto "es un absurdo ridículo y una
imbecilidad".
El
Partido Comunista de China siempre se ha opuesto a exagerar el papel
del individuo, ha defendido y aplicado persistentemente el
centralismo democrático dentro del Partido, y ha abogado por la
ligazón de la dirección con las masas, considerando que, para
dirigir con acierto, hay que saber sintetizar las opiniones de las
masas.
Algunos
vienen efectuando intensamente la llamada "lucha contra el culto
a la personalidad", cuando en realidad hacen todo lo posible
para denigrar el partido proletario y la dictadura del proletariado.
Al mismo tiempo, no se les escapa ningún medio para ensalzar el
papel de ciertos individuos, achacando a otros todos los errores y
atribuyéndose todos los éxitos a sí mismos.
Aún
más grave es que, so pretexto de la "lucha contra el culto a la
personalidad", algunos intervengan burdamente en los asuntos
internos de otros partidos y países hermanos, y cambien a la fuerza
la composición de la dirección de otros partidos hermanos a fin de
imponerles su propia línea errónea. ¿Qué es todo esto sino
chovinismo de gran nación, sectarismo, escisionismo y actividad
subversiva?
Ya
es tiempo de hacer una propaganda seria y completa de la teoría
íntegra de Lenin sobre la relación entre jefes, partido, clase y
masas.
(24)
La más importante experiencia del movimiento comunista internacional
consiste en que el desarrollo y el triunfo de una revolución
dependen de la existencia de un partido revolucionario del
proletariado. Debe haber un partido revolucionario. Debe haber un
partido revolucionario creado sobre la teoría revolucionaria
marxista-leninista y en el estilo revolucionario marxista-leninista.
Debe
haber un partido revolucionario que sepa integrar la verdad universal
del marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución en
su propio país. Debe haber un partido revolucionario que sepa ligar
estrechamente la dirección con las amplias masas populares. Debe
haber un partido revolucionario que pueda defender la verdad y
corregir los errores y que sepa hacer la critica y la autocrítica.
Sólo
un partido revolucionario de este tipo es capaz de conducir al
proletariado y a las amplias masas populares a la victoria sobre el
imperialismo y sus lacayos, lograr el triunfo definitivo de la
revolución democrática nacional y conseguir la victoria de la
revolución socialista.
Si
un partido no es un partido revolucionario proletario, sino un
partido reformista burgués; Si no es un partido marxista-leninista
sino un partido revisionista; Si no es un partido de vanguardia del
proletariado, sino un partido que va a la cola de la burguesía; Si
no es un partido que representa los intereses del proletariado y las
amplias masas trabajadoras, sino un partido que representa los
intereses de la aristocracia obrera; Si no es un partido
internacionalista, sino un partido nacionalista; Si no es un partido
que sea capaz de pensar y juzgar por sí mismo y adquirir un
conocimiento exacto de la tendencia de las diferentes clases en su
propio país mediante una seria investigación y estudio, y que sepa
aplicar la verdad universal del marxismo-leninismo e integrarla con
la práctica concreta de
su
propio país, sino un partido que repite ciegamente las palabras de
otros, copia la experiencia ajena sin análisis, y da virajes
siguiendo el bastón de mando de ciertas personas del extranjero, o
sea, un partido que es una ensalada surtida en que hay de todo:
revisionismo, dogmatismo y otras cosas, menos principios
marxistas-leninistas.
Entonces,
semejante partido no puede en absoluto dirigir la lucha
revolucionaria del proletariado y las amplias masas populares,
conquistar la victoria de la revolución, ni cumplir la gran misión
histórica del proletariado.
Esta
es una cuestión sobre la cual todos los marxistasleninistas, todos
los obreros políticamente conscientes y todos los progresistas del
mundo tienen que reflexionar a fondo.
Documento
completo:
Etiquetas:
lucha de dos líneas,
maoísmo,
nuevo revisionismo,
PCCH,
Revolución China
viernes, 12 de julio de 2013
VERDAD Y CONOCIMIENTO
VERDAD Y CONOCIMIENTO
Tchang En_tsé
Presentamos parte de un
documento publicado durante la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP) como
muestra de nuestro compromiso por dar armas de combate al proletariado
internacional y a las masas oprimidas, principalmente a la clase obrera y masas
de los países del tercer mundo, en el combate contra el nuevo revisionismo
disfrazado de maoísmo.
El documento «Verdad y
conocimiento» de Tchang En-tsé se reedita en China en 1970 como parte de la
directiva del Presidente Mao Tse-tung para que «Que la filosofía sea
liberada de la sala de conferencias y de los libros de filósofos y se convierta en un arma en manos de las
masas». Esta consigna surge como necesidad para
combatir a la burguesía todavía enquistada en el Partido y en los aparatos de
Estado y dar un paso más en la GRCP y en la movilización de las masas. La
burguesía, ahora disfrazada de ultraizquierda, trabaja en su labor por la
restauración del capitalismo presentando la ideología del proletariado como una
serie de citas, un comunismo muerto y sin aplicación concreta, sin capacidad de
transformar la sociedad.
Ya en el prólogo del conocido como el «libro rojo» Lin Piao
afirmaba que para las masas «conviene aprender de memoria sus frases clave,
estudiarlas y aplicarlas reiteradamente» o lo siguiente «Para asimilar
efectivamente el pensamiento de Mao Tse-tung, es necesario estudiar una y otra
vez los muchos conceptos fundamentales del Presidente Mao; conviene aprender de
memoria sus frases clave, estudiarlas y aplicarlas reiteradamente.». En definitiva
se trata de que la clase obrera no ejerza su dictadura, de arrebatarle a las masas
y a la clase obrera su mayor arma de combate, su ideología, convirtiendo la
rica experiencia del proletariado en unas cuantas frases memorizadas y
estériles.
Hoy el nuevo revisionismo encabezado por
Avakian, como muestra del temor de la pequeña burguesía ante la revolución
proletaria ataca el maoísmo y sus principios, al PCP y a su organismo generado para el trabajo en el extranjero, el MPP. De esta forma se
expresaba Avakian recientemente: «Algunos camaradas se han negado a condenar, incluso
hasta la fecha, al puñado de partidarios del PCP en el extranjero, cuyos
ataques extremadamente virulentos en contra del camarada Avakian y el CoMRI
solo encuentran su par en los excesos de sus fantasías sobre el actual estado
de la guerra popular en el Perú.» (Carta a los Partidos y organizaciones participantes
del Movimiento Revolucionario Internacionalista, Mayo 2012). De esta posición participan
ya, siguiendo el llamado de Avakian, sus
camaradas, todo el nuevo revisionismo antimaoísta. Ya sea silenciando
los documentos del CC del PCP, los documentos del MPP y a Sol Rojo, atacando
directamente a la guerra popular en el Perú, al Partido que la dirige, el PCP,
a su CC, o atacando a su organismo autogenerado para el trabajo en el
extranjero, el MPP, o reconociendo otros supuestos organismos o bases que
trabajan para la reacción y el imperialismo y que trafican con la guerra
popular en el Perú.
El propio Avakian, en el mismo documento,
justifica estos ataques: «En oposición a esto (a la nueva síntesis y al revisionismo
moderno), se ha consolidado una línea y cosmovisión que eleva estos mismos
errores a nivel de principio», es decir se ataca al MPP y a Sol Rojo por su
defensa del maoísmo, y lo que Avakian llama errores son los principios
fundamentales del maoísmo defendidos a muerte por el MPP. Que nadie se deje
engañar, es al MPP al que Avakian muestra todo su odio de clase burgués. En la
obra que presentamos, «Verdad y conocimiento», ya se alerta que «La burguesía hace pasar por error las leyes científicas más rigurosas y
verdaderas si ellas no se acomodan a sus intereses, por ejemplo, el
marxismo-leninismo.», hoy maoísmo.
Sobre el conocimiento de la verdad objetiva
tomamos firme posición por lo planteado en el documento de Tchang En-tsé, en lo fundamental:
La verdad objetiva es una:
no podrían existir múltiples verdades, según las diversas clases sociales. Pero
todas las clases sociales no tienen las mismas posibilidades de descubrir la
verdad; el descubrimiento de la verdad supone unos límites que son la posición
de clase. Esta opinión se resume así: sólo una clase, cuyos intereses vayan en
el sentido de las leyes de desarrollo objetivo del mundo, puede descubrir y
utilizar la verdad objetiva; una clase cuyos intereses van en contra del
sentido no podría alcanzar, y, por el contrario, le hace falta oponerse a esta
verdad, atacarla, perseguirla, como lo hace Avakian cuando defiende la «verdad»
al margen de las clases y sus intereses.
La burguesía se empeña por
todos los medios en escamotear el carácter de clase de la verdad, para camuflar
y disimular su naturaleza reaccionaria.
Liu Shao-chi propuso
abiertamente la consigna: «Todos los hombres son iguales frente a la verdad»,
consigna que hoy ha sido actualizada por su nieto putativo, un recalcitrante avakianista
virtual: «tú tienes tu verdad, yo tengo la mía y nos respetamos»; es esta una
consigna burguesa por lo cual se rechaza completamente el carácter de clase de
la verdad y en la que la burguesía se fundaba, y lo sigue haciendo, para hacer
pasar lo blanco por negro, confundir lo verdadero y lo falso, proteger a la
burguesía, y atacar al proletariado y a su ideología, hoy marxismo-leninismo-maoísmo,
principalmente maoísmo.
Esta consigna burguesa de
la igualdad de todos ante la verdad, que es, en nuestros días, una hipocresía,
era ya una mistificación cuando la burguesía la lanzó por primera vez. En una
sociedad donde existe la lucha de clases «la igualdad de todos ante la verdad»,
no existe, esto es fundamentalmente imposible, lo que existe es la desigualdad
y la opresión.
Por esto los comunistas debemos
sostener el carácter de clase de la verdad y llevar a cabo una lucha sin
compromiso contra todo lo burgués dentro del Movimiento Comunista Internacional
y todos los sofismas que niegan el carácter de clase de la verdad.
Para acceder al
documento:
Etiquetas:
Avakian,
Gran Revolución Cultural Proletaria,
maoísmo,
MIP,
nueva síntesis,
nuevo revisionismo,
Revolución China
jueves, 4 de julio de 2013
"NACER CON CONOCIMIENTOS" - UN INVENTO
“NACER CON CONOCIMlENTOS”—UN
INVENTO; LOS CONOCIMIENTOS PRO-
VIENEN ÚNICAMENTE DE LA PRACTICA *
Lí Feng-Ian
(Pintora
campesina del distrito Jusien, Shensí.)
Lin Piao, siguiendo las huellas de Confucio, agitaba la
bandera raída de “dominarse y retornar a los ritos”, pregonaba la “teoría del genio” disfrazándose a si mismo de “genio” “nacido con conocimientos”,
calumniaba a los trabajadores, calificándolos de “salvajes” y “necios
inferiores”. Al pregonar esto, Lin Piao perseguía el objetivo de crear una base
teórica para usurpar la dirección del Partido y el Poder del Estado y restaurar
así el capitalismo.
¿Son congénitos los conocimientos y la capacidad del hombre
o provienen de la práctica? El Presidente Mao indicó que las ideas correctas
del hombre “sólo pueden provenir de la práctica social, de las tres clases de
práctica: la lucha por la producción, la lucha de clases y los experimentos
científicos en la sociedad”. Es decir, los conocimientos y la capacidad del
hombre no son congénitos sino que se adquieren en la práctica social. La práctica
crea conocimientos verídicos y la lucha incrementa la capacidad. En el mundo no
existe ningún tipo de “genio” “nacido con conocimientos”.
En la atroz y vieja sociedad, las autoridades políticas, de
clan, religiosa y marital eran corno cuatro sogas que nos mantenían amarradas y
oprimidas en la capa más baja de la sociedad. En la Nueva China
socialista, el Partido ha abierto un ancho camino para incorporamos a las
mujeres en los tres movimientos revolucionarios: la lucha por la producción, la
lucha de clases y la experimentación científica. Las campesinas, pobres y
medias de la capa inferior han tomado parte activa en dichos movimientos, en la Gran Revolución
Cultural Proletaria y en la campaña de crítica a L-in Piao y Confucio. De esta manera, su fisonomía espiritual se ha transformado mucho y
su conciencia sobre la lucha de clases y la lucha entre las dos líneas se ha
elevado sucesivamente. Miles y miles de mujeres vanguardias han ingresado en el
Partido Comunista y en la Liga
de la Juventud Comunista
de China. Muchas han sido promovidas a puestos dirigentes, a diversos niveles,
administrando importantes asuntos del Estado. Estos titánicos y estremecedores cambios son resultado de la revolución que dirigida por el
Presidente Mao y el Partido Comunista, nos estimula a levantarnos y a luchar;
también constituyen una demostración de la superioridad del sistema socialista.
El contraste entre el presente y el pasado no sólo muestra
que los conocimientos y la capacidad del hombre no son congénitos, sino que
provienen de la práctica social; también que la posición política y las
condiciones de vida de los pueblos trabajadores no son decididas por el “hado”,
sino por el sistema social.
Nosotras, junto con el resto de los trabajadores, y con
nuestras propias manos, hemos creado las riquezas materiales de la sociedad así
como también las espirituales. Tomemos mi aprendizaje de dibujar como ejemplo:
en la vieja sociedad, mi familia era muy pobre y no pude ir
a la escuela. Después de la
Liberación fui a la escuela nocturna y tomé un cursillo breve
para aprender a leer y escribir. Antes me gustaba hacer papeles recortados,
pero no sabía dibujar. En 1958, para prepararme, el Partido me envió al curso
de capacitación de bellas artes para horas libres, en la obra de embalse
organizado por el distrito, para que aprendiera a pintar al mismo tiempo que
participaba en las labores. En la primera clase, estudié el escrito del
Presidente Mao “Intervenciones en el Foro de Yenán sobre Arte y Literatura”.
Cuanto más estudiaba tanto mayor comprensión adquiría. La
enseñanza del Presidente Mao de que el arte y la literatura “se crean para los
obreros, campesinos y soldados y son utilizados por ellos” señaló la dirección
para mí. El espíritu y entusiasmo revolucionarios con que los comuneros
luchaban contra el cielo y la tierra me educaron y estimularon mucho. Entonces
dibujé “Los héroes someten a los dragones” y varias otras pinturas grandes de
propaganda. La exposición de esas pinturas en el sitio de construcción animó la
voluntad combativa de las masas y me dejó ver el papel de las bellas artes y
afirmó mi decisión de dibujar para la revolución. En 1963, en el movimiento de
la educación socialista, con el apoyo de la célula del Partido, visité a muchos
viejos campesinos pobres de nuestro equipo de producción quienes antes de la Liberación padecían de
grandes sufrimientos, y guardando profundo odio hacia la vieja sociedad dibuje
varias series de pinturas relatando la historia saturada de sangre y de
lágrimas de los campesinos pobres y campesinos medios de la capa inferior. En la Gran Revolución
Cultural Proletaria dibujé murales y diapositivas para propagar el pensamiento
Mao Tse tung y la victoria de esta revolución. Todo esto fue un proceso de temple
en el transcurso de la dura práctica revolucionaria. Al comienzo dejaba en la
pintura la figura de una persona lejana más grande que la de primer plano y no
podía colocar las piernas y los brazos en sus lugares debidamente. Gracias a la
preocupación del Partido y el apasionado apoyo de los campesinos pobres y
medios de la capa inferior yo practicaba con entusiasmo, llevaba siempre un
cuaderno de bosquejos para dibujar en cualquier momento y lugar. A veces hacía
algunos trazos incluso cuando preparaba la comida.
Mediante repetidas prácticas tanto los pinceles como las
manos me iban obedeciendo poco a poco. Las masas me elogiaban diciendo que lo
que dibujaba se parecía a lo real.
Al inicio, yo no sabía dibujar. Pero ¿significa eso que era
una “tonta” de nacimiento? No. Y ahora lo que dibujo es relativamente
verosímil. ¿Puedo por eso, calificarme de inteligente de nacimiento? Tampoco.
El saber dibujar se debe a la práctica. Soy jefa del grupo
de trasplante de algodón en nuestro equipo de producción. En la práctica laboral,
viendo el espectáculo emotivo de la rica
cosecha de algodón dibujé una pintura titulada “Recogiendo jubilosamente nuevo
algodón”, en que aparecían figuras de muchas mujeres que estaban recogiendo
algodón. Pero al ver mi obra, algunos de los comuneros dijeron: “¿Se trata del
algodonal de nuestro equipo? Pero ¡no expresa ninguna característica!” Y otros
comentaron: “Están metidas en la labor, y ¿para qué recogen algodón?” Tienen
razón. Hay que dibujar con un tema que exprese el entusiasmo con el cual los
comuneros venden el algodón al Estado para apoyar la construcción socialista,
después de lograr una rica cosecha.
Más tarde, dejando el espectáculo de recoger el algodón como
fondo, pinté un cuadro en que los comuneros iban a entregar con ardor al Estado el algodón
transportado en carretas de caballos y carretillas. Así su tema es más claro.
Todos dijeron que resultaba bien. De hecho, la creación de este cuadro se debe
a la inteligencia de las masas. Sin éstas, no habría creación de que hablar.
En poco más de diez años, con la dirección del Partido y la
ayuda de los camaradas, he dibujado más de 300 pinturas. Acabo de hacer algunos
trabajos para el pueblo. El Partido y el pueblo me han ofrecido un gran honor;
en 1973, fui a Pekín para visitar y estudiar la exposición nacional de bellas
artes, allí recibí el entusiasta estímulo de los camaradas dirigentes. Yo, una
mujer que no sabía leer ni escribir una palabra en la vieja sociedad he sido
elegida subsecretaria de la célula del Partido y lucho con el pincel por la
revolución.
Todo esto demuestra que sólo la sociedad socialista puede
poner en pleno juego la actividad, sabiduría e inteligencia de las mujeres
trabajadoras. El proceso de aprender a dibujar constituye una severa crítica a
la “teoría del genio” “nacido con conocimientos”, planteada por Confucio y Lin
Piao. El hecho testimonia que “nacer con conocimientos” es un disparate. Los
conocimientos verídicos sólo pueden provenir de la práctica. Me he
decidido, en la actual campaña de crítica a Lin Piao y
Confucio, a sacar más y mejores pinturas para la revolución, refutando la “teoría
del genio” “nacido con conocimientos” pregonada por Confucio y Lin Piao.
* de: "Obreros, campesinos y
soldados critican a Lin Piao y a confucio". Ed. lenguas extranjeras, Pekín.
Etiquetas:
feminismo,
Gran Revolución Cultural Proletaria,
maoísmo,
movimiento femenino,
nuevo revisionismo,
Revolución China
jueves, 27 de junio de 2013
GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA
El día 21 del presente mes se celebró en Madrid un encuentro entre compañeros y camaradas de varias organizaciones revolucionarias. El tema a debate fue la Gran Revolución Cultural Proletaria, presentándose dos ponencias como base de la lucha de dos líneas. Queremos saludar a todos los asistentes, amigos, compañeros y camaradas, y saludar especialmente a la organización que puso la infraestructura necesaria para el desarrollo del importante evento. El siguiente documento es la ponencia presentada por el MIP.
«El paso del capitalismo al comunismo llena toda una época histórica.
Mientras esta época no finalice, los explotadores siguen
inevitablemente abrigando esperanzas de restauración, esperanzas que se
convierten en tentativas».
J.Stalin citando a Lenin. «Fundamentos
del Leninismo»
la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP) (1966-1976) es el más estremecedor proceso político
y la mayor movilización de masas que ha visto la humanidad. Hito histórico en el desarrollo de la
dictadura del proletariado hacia el afianzamiento de la clase obrera en el
poder, por tanto de trascendental importancia histórica en la inevitable marcha
hacia el comunismo.
La Gran Revolución Cultural Proletaria es lo más
trascendental del desarrollo del marxismo-leninismo por el Presidente Mao, es
la solución del gran problema pendiente de la continuación de la revolución en
condiciones de dictadura del proletariado para llegar al comunismo y conjurar
el peligro de restauración capitalista.
La Decisión del Partido Comunista de China sobre
la GRCP (1966) establece los objetivos
de ésta: «Nuestro objetivo actual es aplastar, mediante la lucha, a los
que ocupan puestos dirigentes y siguen el camino capitalista, criticar y
repudiar a las “autoridades” reaccionarias burguesas en el campo académico,
criticar y repudiar la ideología de la burguesía y demás clases explotadoras, y
transformar la educación, la literatura y el arte y los demás dominios de la
superestructura que no se corresponden a la base económica del socialismo, a
fin de facilitar la consolidación y desarrollo del sistema socialista”. Por
tanto, la revolución cultural marca los blancos en esta etapa de la revolución:
los dirigentes seguidores de la vía capitalista dentro del Partido y del
Estado.
El tópico “he aquí la fábrica del Estado y el
Estado es el partido y el Partido son las masas y por tanto la fábrica es de
las masas” fue barrido por la Revolución Cultural. También la tesis del “desarrollo
de las fuerzas productivas” como motor de la historia fue aplastada. Los seguidores
de la vía capitalista siguiendo a Deng y sus gatos, «da lo mismo si el gato es
blanco o negro si caza ratones», llegaron y llegan al extremo de sostener que
«cuanto mayor es la ganancia que una empresa socialista obtiene de esta manera
(aumentando la producción, practicando una economía estricta, elevando la
productividad del trabajo y reduciendo los costos), más riqueza se crea para el
socialismo» a la vez que, como burgueses que son, llaman a la disciplina de la clase obrera, a
trabajar duro y a obedecer a los cuadros técnicos.
Lo que la
burguesía puede llegar a tolerar e incluso incentivar es la «autogestión» ya
sea yugoslava o piquetera, el cooperativismo o el sindicalismo, lo que no puede
permitir es acabar con la división del trabajo capitalista dentro de la fábrica
ni la desaparición de la clase obrera,
la clase explotada. Incluso puede permitir la planificación de la producción en
un país, pero la planificación sin dictadura del proletariado, el capitalismo
monopolista de estado no sólo no es socialismo, sino que es un producto propio
de la época que vivimos, la del imperialismo, la del capital monopolista y su
tendencia a la centralización del capital.
Por eso los comunistas chinos insistieron tanto
en poner la política al mando, esto significó volver a poner la lucha de clases
en el centro, el motor de la historia y centrar la economía política en la
transformación de las relaciones de producción y no en las necesidades de la
acumulación capitalista.
Precisamente por esto, esta movilización en el
campo de las ideas no tendría ningún sentido si no sirviera para transformar la
realidad. Cuando en 1966 se inicia la GRCP todavía persiste en China la pequeña
propiedad agrícola, la división en la fábrica entre cuadros técnicos y obreros,
entre trabajo manual e intelectual, sigue la diferencia entre campo y ciudad,
entre comunas ricas y comunas pobres, entre las zonas de la costa más
desarrolladas y las del interior menos desarrolladas, entre trabajo doméstico y
trabajo social, persiste el elitismo en la educación, etc., es decir hay toda
una base material para el desarrollo de la ideología del individualismo
burgués. La Revolución Cultural era la primera de sucesivas revoluciones
culturales donde las masas bajo dirección del Partido Comunista, y en condiciones de dictadura
del proletariado, transforman la sociedad
para caminar hacia una nueva sociedad sin clases, el comunismo.
SOBRE LA DICTADURA DEL PROLETARIADO.
«En cada lugar y unidad donde haya que tomar el
poder, es necesario poner en práctica la política de triple integración
revolucionaria al establecer un órgano provisional de poder que sea revolucionario
y representativo y que goce de autoridad proletaria. Es preferible que este
órgano de poder se llame Comité Revolucionario» (Presidente Mao tse-tung, 1967).
En toda la República Popular China se van a ir
formando nuevos órganos de poder expresión de la dictadura del proletariado,
los miembros de esos órganos del nuevo poder elegidos por las masas podían ser
revocados en cualquier momento por éstas. El primer caso es el de una fábrica
de vidrio de Shangai donde se constituye un «comité para empeñarse en la
revolución y promover la producción», de ahí la experiencia se generaliza a
toda la nación. De esta forma se extienden por toda la República Popular China
los Comités Revolucionarios de «triple unión», formados por cuadros del Partido
Comunista Chino, representantes de las masas y representantes de la milicia o
del Ejército Popular y encargados de la gestión de las provincias, municipios y
centros de trabajo, un frente único bajo la dirección de la clase obrera contra
la burguesía enquistada en el Partido y en el Estado. Así tenemos Partido
Comunista, Frente, expresado en el nuevo poder, Ejército Rojo y la milicia, las
masas armadas.
LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL EN LA INDUSTRIA.
«El pueblo debe tener derecho a hacerse cargo de
la superestructura. Por lo que se refiere a los derechos del pueblo, no podemos
admitir que el Estado esté administrado por sólo una parte de la gente y que el
pueblo sólo pueda disfrutar de sus derechos al trabajo, instrucción y seguros
sociales bajo el control de ciertas personas» (Presidente Mao Tse-Tung, Notas
de lectura sobre el manual de economía política de la Unión Soviética. 1960)
«En la página 414 del manual se habla de los
diferentes derechos que gozan los trabajadores, pero no se mencionan sus
derechos de gestión del país, a la gestión de las diversas empresas, de las
organizaciones culturales y de la educación. En realidad estos son los derechos
más importantes de los trabajadores en el sistema socialista. Estos derechos
fundamentales, sin los cuales el derecho a trabajar, a la instrucción, al
descanso, etc., no tienen ningún valor». (Presidente Mao Tse-Tung, Notas de
lectura sobre el manual de economía política de la unión Soviética. 1960)
Durante la GRCP la lucha contra los seguidores
de la vía capitalista también tiene su manifestación en los centros de trabajo.
El problema de las diferencias salariales, de la división del trabajo entre
obreros y expertos, entre trabajo manual y trabajo intelectual diferenciaron a
la línea roja de la línea burguesa.
Los
comunistas siempre hemos sido muy claros, y ya, en nuestro Programa, el
«Manifiesto Comunista», se rechaza la división del trabajo dentro de la fábrica
capitalista: “la industria ha transformado el pequeño taller del maestro
patriarcal en la gran fábrica capitalista del capitalista industrial. Masas de
obreros, hacinados en la fábrica, están organizados en forma militar. Como soldados
rasos de la industria están colocados bajo la vigilancia de una jerarquía
completa de oficiales. No son solamente esclavos de la clase burguesa, del
Estado burgués, sino diariamente, a todas horas, esclavos de la máquina, del
capataz y, sobre todo, del patrón de la fábrica.”
La burguesía propuso el incentivo material como
motor de desarrollo de la economía, en concreto se especificó en el «salario
por piezas» frente al salario por tiempo, más produces más cobras, poniendo el
peso sobre el interés individual, trabajo para ganar más. En el caso de los
cuadros técnicos: estudio para ganar más y tener mejor posición social. Se
trataba de dividir a la clase obrera. Los que «mejor» trabajan, los más
«capaces» más cobran.
Para el proletariado y los comunistas el
objetivo es que el proletariado también ejerza su dirección en el centro de
trabajo. Los problemas que se plantean en el centro de trabajo no son teóricos,
hasta entonces todas las innovaciones técnicas relacionadas con el mayor
bienestar de los obreros eran rechazadas por los cuadros técnicos seguidores de
la vía capitalista por considerarlas poco beneficiosas económicamente, mientras
que aquellas que aseguraban la sumisión del trabajador a la burguesía eran
reforzadas, ahora las innovaciones técnicas se ejecutaban bajo el control obrero,
dando énfasis al aspecto político y subordinado el técnico al político.
Al mismo
tiempo se trata de reducir las diferencias salariales y limitar la división del
trabajo entre trabajo manual y trabajo intelectual. Sobre el tema del incentivo
material la propia derecha trató de desarmar a la clase obrera, incentivó el
individualismo y trató de justificar las diferencias salariales entre obreros y
entre técnicos y obreros como si esto fuera un fenómeno natural debido a las
diferencias en las aptitudes «naturales» de cada individuo y no por las
relaciones de producción existentes.
Por tanto, en los propios centros de trabajo no
solamente los cuadros técnicos participan del trabajo manual si no que los
propios obreros participan de la gestión de los centros de trabajo para que la
producción sirva a las necesidades de las masas. Cabe destacar la relación
entre la universidad, los institutos técnicos y los centros de trabajo. Los
investigadores participan del trabajo con los propios trabajadores manuales,
toman contacto con las necesidades de las masas y desarrollan su labor
científica con objetivos prácticos al servicio de éstas. A la vez estas
estancias en los centros de producción sirven para que los trabajadores eleven
sus conocimientos teóricos sobre los problemas prácticos que aparecen en el día
a día, participan en las labores de investigación e innovación y controlan el
proceso productivo.
LA TESIS DEL DESARROLLO DE LAS FUERZAS
PRODUCTIVAS:
La tesis del desarrollo de las fuerzas
productivas ha sido defendida constantemente por la burguesía infiltrada dentro
del movimiento comunista internacional. Trosky, en su combate por la restauración
del capitalismo en la URSS socialista también levantó ésta bandera: «El
marxismo considera el desarrollo de la técnica el resorte principal del
progreso, y construye el programa comunista sobre la dinámica de las fuerzas
productivas». Una vez triunfante la contrarrevolución en la URSS tras la muerte
de Stalin, la burguesía en el poder también pone el acento en la técnica. En un
folleto distribuido por la delegación soviética en la Conferencia Sindical
Internacional de los Ingenieros, Cuadros y Técnicos (El papel de los Ingenieros
y de los Técnicos en la URSS. Turín, 1975) se pudo leer: «El ingeniero, como
educador de la joven generación de la clase obrera, juega un papel muy
importante». Ya no son los cuadros los que tienen que ser educados por las
masas, ahora es la clase obrera la que tiene que ser educada por los técnicos,
que son los que conocen a fondo los problemas del «resorte principal del
progreso», la técnica. No debe extrañar que con la restauración capitalista en
la URSS la clase obrera, ahora sin partido, no se dejara engañar por el «Estado
de todo el pueblo», el envoltorio con el que se quería disfrazar la dictadura
de la burguesía, y boicoteara la producción tanto con sus luchas como con la
pasividad en el trabajo y el absentismo laboral.
Volviendo a la GRCP, frente a la tesis del
desarrollo de las fuerzas productivas, el Presidente Mao puso en el centro la lucha
de clases y en el problema del poder. Para la burguesía la fábrica es sólo una
unidad de producción que da problemas técnicos o disciplinarios, para los
comunistas el centro de trabajo, además de ser un lugar dedicado a la
producción, es un lugar donde la clase obrera y la burguesía se disputan el
poder y los Comités Revolucionarios, los órganos a través de los cuales la
clase obrera ejerce su dictadura, ponen la política al mando, llevan adelante
la revolución y promueven la producción siendo el desarrollo de la milicia, el
pueblo armado la garantía contra la restauración capitalista.
Sobre el final de la GRCP y el golpe de estado
de Teng compartimos plenamente la valoración del PCP: “La restauración del
capitalismo en China, después del golpe contrarrevolucionario del 76, no es la
negación de la GRCP, sino llanamente parte de la contienda entre restauración y
contrarrestauración y, por el contrario, nos muestra la trascendental
importancia histórica que tiene la GRCP”.
Como trascendental es el salto que dio la
ideología comunista durante la GRCP, no podemos olvidar que la GRCP nos dio el
maoísmo, la tercera y superior etapa del marxismo, siendo el Presidente Gonzalo
al que le ha correspondido la tarea de establecer el maoísmo como tercera y superior
etapa del marxismo.
EL PCP Y LA REVOLUCIÓN CULTURAL:
Como uno de los desarrollos del Presidente
Gonzalo al maoísmo plantea la militarización y la construcción concéntrica de
los partidos comunistas. Tres son las razones:
La primera porque estamos en la ofensiva
estratégica de la Revolución Proletaria.
Las otras dos razones hacen referencia al
problema de la lucha entre restauración capitalista y contrarrestauración en el
socialismo, al problema de la continuación de la lucha de clases bajo dictadura
del proletariado.
Aprendiendo de la experiencia de la GRCP y de la
situación que se dio en la China socialista donde coexistieron dos cabezas, la
política y la militar, lo que permitió el golpe de estado de 1976 y la
restauración capitalista, el Presidente Gonzalo planteó:
1. Que los partidos comunistas deben
militarizarse y ejercer la dictadura omnímoda de los tres instrumentos,
forjarse en la guerra popular y potenciar la organización armada de las masas,
la milicia popular, para que engulla al ejército. Por esto nos dice “forjar a
los militantes comunistas, primero y principalmente, como combatientes y como
administradores”; por eso todo militante estará forjado en la GP y alerta
contra cualquier intento de restauración”.
2. Porque marchamos a una sociedad militarizada.
Militarizando al Partido plasmamos un paso hacia la militarización de la
sociedad que es la perspectiva estratégica para garantizar la dictadura del
proletariado. La sociedad militarizada es el mar armado de masas de que nos
hablaban Marx y Engels, que cautela la conquista y defensa del Poder
conquistado.
LA GRCP Y EL NUEVO REVISIONISMO
Las principales tesis levantadas por el nuevo
revisionismo, que se autodenomina como maoísta, ya fueron combatidas y
aplastadas por el Presidente Mao y los comunistas chinos durante la GRCP.
Sobre «la teoría del genio», que se une a la
vieja tesis de «Quienes trabajan con la mente gobiernan; quienes trabajan con
las manos son gobernados», nos reafirmamos en que el conocimiento sólo puede
venir de la práctica revolucionaria y de que son las masas las que hacen la
historia. Como el Presidente Mao dijo: «los humildes son los más inteligentes;
la élite es la más ignorante».
Sobre la teoría de la benevolencia que «implica
amar a todos los hombres» nos reafirmamos en la violencia revolucionaria y en
la dictadura del proletariado. El Presidente Mao señaló: «Para corregir un
error, hay que sobrepasar los límites justos, de otra manera el error no será
corregido», también sobre el movimiento campesino en China especificó: «Para
decirlo con toda franqueza , en todas las aldeas se necesita un breve periodo
de terror», es decir para destruir el viejo orden hacen falta grandes
movimientos de masas y realmente revolucionarios. Las masas no quieren un
socialismo ni de intelectuales ni de «rostro humano».
Sobre «la doctrina del medio» que afirma que «Si
dos partes luchan entre sí, se hacen hostiles; si están en paz, llegan a la
amistad», la rechazamos y la aplastamos, estamos por la lucha de clases. La
clase obrera y los pueblos del mundo quieren la revolución y no conciliar con
la burguesía, solamente luchando se puede avanzar. Dentro de las organizaciones
revolucionarias y dentro de los Partidos comunistas sólo se puede avanzar
combatiendo las actitudes,ideas, posiciones burguesas que se dan dentro
mediante lucha de dos líneas y no conciliando.
El marxismo se ha desarrollado siempre en lucha.
Así la experiencia de la Revolución de Octubre y el combate al revisionismo de
la II Internacional nos dio el leninismo. Del mismo modo la Revolución China y
la Gran revolución Cultural Proletaria, el combate al revisionismo soviético y
a la burguesía dentro del propio PCCH, representada por Liu Sao Chi, Deng y Lin
Piao nos dieron el maoísmo, y hoy el maoísmo, la ideología del proletariado, se
desarrolla sobre la experiencia de las guerras populares y guerras
revolucionarias que se están desarrollando en el mundo principalmente la guerra
popular en el Perú dirigida omnimodamente por el PCP y en combate a la burguesía
disfrazada de maoísta como la LOD y la LOI tanto en el propio Perú como a
nivel internacional.
MIP (Movimiento por el Internacionalismo Proletario),
Mayo 2013
Etiquetas:
Gran Revolución Cultural Proletaria,
maoísmo,
MIP,
nuevo revisionismo,
Presidente Mao Tse Tung,
Revolución China
Suscribirse a:
Entradas (Atom)