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jueves, 8 de agosto de 2013

Proposición acerca de la LINEA GENERAL DEL MCI

Proposición acerca de la
Línea General del
Movimiento Comunista
Internacional

Respuesta del Comité Central del Partido Comunista de China
a la Carta del Comité Central del Partido Comunista de la Unión
Soviética del 30 de Marzo de 1963




(…)


(8) Las vastas zonas de Asia, África y América Latina, son las zonas donde convergen contradicciones en el mundo contemporáneo; son las más vulnerables de las zonas que están bajo la dominación imperialista, y constituyen los centros de la tempestad de la revolución mundial, que en la actualidad asesta golpes directos al imperialismo.

El movimiento revolucionario democrático nacional en estas zonas y el movimiento revolucionario socialista internacional son las dos grandes corrientes históricas de nuestra época. La revolución democrática nacional en estas zonas es una importante parte integrante de la revolución mundial proletaria de nuestros días.

La lucha revolucionaria antiimperialista de los pueblos de Asia, África y América Latina golpea y debilita seriamente los cimientos mismos de la dominación del imperialismo y del colonialismo viejo y nuevo, y es en la actualidad una fuerza poderosa en defensa de la paz mundial.

Por lo tanto, en cierto sentido, la causa revolucionaria del proletariado internacional en su conjunto depende del desenlace de la lucha revolucionaria de los pueblos de esas zonas, que constituyen la abrumadora mayoría de la población del mundo.

Por lo tanto, la lucha revolucionaria antiimperialista de los pueblos de Asia, África y América Latina no es en absoluto un asunto de mera significación regional, sino de importancia general para la causa de la revolución mundial del proletariado
internacional en su conjunto.

Ahora hay quienes niegan la gran significación internacional de la lucha revolucionaria antiimperialista de los pueblos de Asia, África y América Latina y, so pretexto de eliminar las barreras que dividen a la gente según la pertenencia nacional, el color de la piel o el principio geográfico, tratan de borrar la línea divisoria entre las naciones oprimidas y las opresoras y entre los países oprimidos y los opresores y procuran refrenar la lucha revolucionaria de los pueblos de dichas zonas. Intentan, en realidad, acomodarse a las necesidades del imperialismo y crear una nueva "teoría" para justificar la dominación del imperialismo en estas zonas y la promoción de su política de colonialismo viejo y nuevo.

Semejante "teoría" no está destinada en verdad a eliminar las barreras que dividen a la gente según la pertenencia nacional, el color de la piel o el principio geográfico, sino a preservar la dominación de las llamadas "naciones superiores" sobre las naciones oprimidas. Es del todo natural que semejante "teoría" demagógica tropiece con el boicot de los pueblos de dichas zonas.

La clase obrera de los países socialistas y de todos los países capitalistas debe realmente llevar a la práctica las consignas combativas de "¡Proletarios de todos los países, uníos!" y de "¡Proletarios y naciones oprimidas de todo el mundo, uníos!'”, estudiar la experiencia revolucionaria de los pueblos de Asia, África y América Latina y apoyar con resolución sus acciones revolucionarias; debe considerar la causa de la liberación de estos pueblos como el más seguro apoyo a su propia causa y como algo que va directamente en su propio interés. Esta es la única manera de quebrar efectivamente las barreras que dividen a la gente según la pertenencia nacional, el color de la piel o el principio geográfico, y así es el verdadero internacionalismo proletario.

La clase obrera de los países capitalistas de Europa y América no puede liberarse sin la alianza con las naciones oprimidas y sin la liberación de estas últimas. Lenin tenía razón cuando decía: "En realidad, el movimiento revolucionario en los países adelantados seria prácticamente un engaño, sin la unión completa y más estrecha de los obreros en la lucha contra el capital en Europa y América con los cientos y cientos de millones de esclavos 'coloniales' oprimidos por el capital”. Ahora, en los destacamentos del movimiento comunista internacional hay quienes adoptan una actitud pasiva, desdeñosa y negativa hacia la lucha de las naciones oprimidas por la liberación. Están de hecho protegiendo los intereses de la burguesía monopolista, traicionando los del proletariado y degenerando en socialdemócratas.

La actitud que se adopte hacia la lucha revolucionaria de los pueblos asiáticos, africanos y latinoamericanos, es un importante criterio para distinguir a los revolucionarios de los no revolucionarios, a los que defienden realmente la paz mundial de los que alientan a las fuerzas de la agresión y de la guerra.

(9) Las naciones y pueblos oprimidos de Asia, África y América Latina están enfrentados a la tarea urgente de luchar contra el imperialismo y sus lacayos.

La historia ha encomendado a los partidos proletarios de estas zonas la gloriosa misión de mantener en alto la bandera de lucha contra el imperialismo, contra el colonialismo viejo y nuevo, por la independencia nacional y por la democracia popular, colocarse en las primeras filas del movimiento revolucionario democrático nacional y luchar por el porvenir socialista.

En estas zonas, los más amplios sectores de la población rehúsan vivir bajo el yugo del imperialismo. 'Estos sectores no solamente comprenden a los obreros. campesinos, intelectuales y pequeño burgueses, sino también a la burguesía nacional patriótica y hasta a un número de reyes, príncipes y aristócratas de sentimientos patrióticos.

El proletariado y su partido deben tener confianza en la fuerza de las masas populares y, sobre todo, unirse con los campesinos y establecer una sólida alianza obrero-campesina. Es de importancia primordial que los elementos avanzados del proletariado realicen actividades en las zonas rurales, ayuden a los campesinos a organizarse y eleven su conciencia de clase, su sentimiento de dignidad nacional y su confianza en las fuerzas propias.

EI proletariado y su partido deben, sobre la base de la alianza obrero-campesina, unir a todas las capas sociales que puedan ser unidas y organizar un amplio frente único contra el imperialismo y sus lacayos. Para consolidar y ampliar este frente único, es necesario que el partido del proletariado conserve su independencia ideológica, política y de organización y mantenga firmemente su hegemonía en la revolución.



(...)


Por lo general, la burguesía de esos países tiene un carácter doble. El partido del proletariado, cuando establece un frente único con la burguesía, debe seguir una política tanto de unidad como de lucha. Su política debe ser la de unirse con la burguesía a medida que ésta se inclina a ser progresista, antiimperialista y antifeudal, y de luchar al mismo tiempo contra las tendencias reaccionarias de la burguesía al compromiso y colusión con el imperialismo y las fuerzas del feudalismo.

La concepción del mundo del partido proletario en relación con el problema nacional es el internacionalismo, y no el nacionalismo. En la lucha revolucionaria, el partido proletario apoya al nacionalismo progresista y se opone al nacionalismo reaccionario. Debe siempre deslindar los campos con el nacionalismo burgués, y jamás debe dejarse cautivar por éste.

La Declaración de 1960 señala: "Los comunistas denuncian los intentos que el ala reaccionaria de la burguesía hace para presentar sus estrechos intereses egoístas de clase como los intereses de toda la nación y el uso demagógico que las consignas socialistas hacen, con los mismos fines, los políticos burgueses".

Si en el transcurso de la revolución el proletariado llega a marchar a la cola de los terratenientes y de la burguesía, será imposible la victoria real y completa de la revolución democrática nacional e incluso si se obtiene cierto tipo de victoria, será imposible consolidarla.

En el curso de la lucha revolucionaria de las naciones y pueblos oprimidos, el partido del proletariado sólo puede llevar hasta el fin la revolución democrática nacional y conducirla al camino del socialismo, si plantea independientemente su programa de lucha consecuente contra el imperialismo y los reaccionarios internos y por la independencia nacional y la democracia popular, trabaja independientemente entre las masas, desarrolla constantemente las fuerzas progresistas, se gana las fuerzas intermedias y aísla las fuerzas reaccionarias.


(…)


Los comunistas de los países capitalistas, al dirigir activamente las luchas actuales, deben vincularlas con la lucha por los intereses de largo alcance y de la causa en su conjunto, educar a las masas en el espíritu revolucionario del marxismo-Ieninismo, elevar sin cesar su conciencia política y tomar sobre si la tarea histórica de la revolución proletaria.

Proceder de otra manera, considerar que el movimiento actual es todo, determinar
el comportamiento de un caso para otro, adaptarse a los acontecimientos del día y sacrificar los intereses fundamentales del proletariado, esto es pura socialdemocracia.

La socialdemocracia es una corriente ideológica burguesa. Lenin señaló hace mucho que los partidos socialdemócratas son destacamentos políticos de la burguesía, sus agentes en el movimiento obrero y su principal pilar social. Los comunistas deben, en todo momento, deslindar claramente los campos con los partidos socialdemócratas en el problema fundamental de la revolución proletaria y de la dictadura del proletariado, y eliminar la influencia ideológica de la socialdemocracia en el movimiento obrero internacional y entre las masas obreras de los diversos países.


(...)


En los últimos años, el desbordamiento de la corriente revisionista en el movimiento obrero internacional, así como muchas experiencias y lecciones en el movimiento comunista internacional, han confirmado plenamente la justeza de la conclusión, hecha en las dos Declaraciones, de que el revisionismo es hoy el peligro principal en el movimiento comunista internacional.

Sin embargo, algunos afirman abiertamente que es el dogmatismo y no el revisionismo el peligro principal, o que el dogmatismo no es menos peligroso que el revisionismo, etc.

¿En qué principio se basa esto?

Un marxista-leninista firme, un verdadero partido marxista-leninista debe colocar los principios en el primer plano. No debe traficar con los principios, aprobar ya esto, ya aquello, y pronunciarse hoy por una cosa y mañana por otra.

A fin de defender la pureza del marxismo-leninismo y la posición de principio de las dos Declaraciones, los comunistas chinos continuarán junto con todos los marxistas-leninistas, la lucha irreconciliable contra el revisionismo contemporáneo.

Al combatir el revisionismo, peligro principal en el movimiento comunista internacional, los comunistas deben también luchar contra el dogmatismo. Como se señala en la Declaración de 1957. los partidos proletarios "deben atenerse firmemente a los principios de la conjugación de las tesis generales del marxismo-Ieninismo con la práctica concreta de la revolución y la construcción en sus países".

Esto quiere decir:

Por una parte, es necesario atenerse siempre a la verdad universal del marxismo-Ieninismo. De otra manera, se cometerá el error de oportunismo de derecha o de revisionismo.

Por otra parte, es preciso en todo tiempo partir de la realidad, mantener estrechos vínculos con las masas, sintetizar constantemente la experiencia de la lucha de las masas, y elaborar y aplicar independientemente una política y una táctica apropiadas a las condiciones del propio país. Se cometerá el error de dogmatismo si se procede de otra manera, copiando mecánicamente la política y la táctica de otro Partido Comunista, obedeciendo a ciegas a la voluntad de otros y aceptando, sin análisis, el programa y las resoluciones de otro Partido Comunista como línea propia.

Algunos violan ahora precisamente este principio fundamental, afirmado hace tiempo en la Declaración de 1957. So pretexto de "desarrollar de manera creadora el marxismo-Ieninismo", renuncian a la verdad universal del marxismo-leninismo. Además, hacen pasar por "verdad universal del marxismoleninismo" una receta nacida de conjeturas subjetivas y divorciada de la realidad y de las masas, y obligan a otros a aceptarla incondicionalmente.

He aquí el origen de muchos fenómenos graves producidos en el actual movimiento comunista internacional.


(…)


Las revoluciones sociales en las distintas etapas de la historia de la humanidad son históricamente inevitables y se rigen por leyes objetivas, independientes de la voluntad del hombre. La historia demuestra que no ha habido ninguna revolución que haya podido coronarse con la victoria sin recodos en el camino ni sacrificios.

La tarea del partido del proletariado reside en analizar, sobre la base de la teoría marxista-leninista las condiciones históricas concretas, plantear una estrategia y una táctica correctas, y conducir a las masas populares a sortear los escollos, evitar sacrificios innecesarios y llegar a la meta paso a paso. ¿ Es posible evitar todo sacrificio? Este no es el caso ni en las revoluciones de los esclavos, ni en las revoluciones de los siervos, ni en las revoluciones burguesas, ni en las revoluciones nacionales; ni tampoco es así en las revoluciones proletarias.

Aun cuando la línea de dirección de la revolución sea correcta, es imposible garantizar completamente que no se sufran ciertos reveses y sacrificios en el curso de la revolución. Pero siempre que se mantenga firmemente una línea correcta, la revolución se coronará finalmente con la victoria; renunciar a la revolución so pretexto de evitar los sacrificios, significa en realidad condenar al pueblo para siempre a la esclavitud y a infinitos sufrimientos y sacrificios.


(…)


Desde hace unos años, algunos, violando la teoría integra de Lenin sobre la relación entré jefes. partido, clase y masas, han planteado la llamada "lucha contra el culto a la personalidad": eso es erróneo y perjudicial.

La teoría de Lenin es como sigue:

1. Las masas se dividen en clases:
2. Las clases están generalmente dirigidas por partidos políticos;
3. Los partidos políticos los dirigen, por regla general, grupos
más o menos estables de las personas más autorizadas,
influyentes, expertas, elegidas para los cargos más responsables
y que se llaman jefes.

Lenin dijo: "todo esto es el abecé". ..

El partido del proletariado es Estado Mayor revolucionario y combativo del proletariado. Todo partido proletario debe practicar el centralismo basado en la democracia y formar una fuerte dirección marxista-leninista antes de poder erigirse en vanguardia organizada y combativa. Plantear la llamada “lucha contra el culto a la personalidad” es en realidad contraponer los jefes a las masas, socavar la dirección única del partido basada en el centralismo democrático, debilitar la fuerza combativa del partido y desintegrar sus filas.

Lenin criticó los puntos de vista erróneos que contraponen los jefes a las masas. Dijo que esto "es un absurdo ridículo y una imbecilidad".

El Partido Comunista de China siempre se ha opuesto a exagerar el papel del individuo, ha defendido y aplicado persistentemente el centralismo democrático dentro del Partido, y ha abogado por la ligazón de la dirección con las masas, considerando que, para dirigir con acierto, hay que saber sintetizar las opiniones de las masas.

Algunos vienen efectuando intensamente la llamada "lucha contra el culto a la personalidad", cuando en realidad hacen todo lo posible para denigrar el partido proletario y la dictadura del proletariado. Al mismo tiempo, no se les escapa ningún medio para ensalzar el papel de ciertos individuos, achacando a otros todos los errores y atribuyéndose todos los éxitos a sí mismos.

Aún más grave es que, so pretexto de la "lucha contra el culto a la personalidad", algunos intervengan burdamente en los asuntos internos de otros partidos y países hermanos, y cambien a la fuerza la composición de la dirección de otros partidos hermanos a fin de imponerles su propia línea errónea. ¿Qué es todo esto sino chovinismo de gran nación, sectarismo, escisionismo y actividad subversiva?

Ya es tiempo de hacer una propaganda seria y completa de la teoría íntegra de Lenin sobre la relación entre jefes, partido, clase y masas.

(24) La más importante experiencia del movimiento comunista internacional consiste en que el desarrollo y el triunfo de una revolución dependen de la existencia de un partido revolucionario del proletariado. Debe haber un partido revolucionario. Debe haber un partido revolucionario creado sobre la teoría revolucionaria marxista-leninista y en el estilo revolucionario marxista-leninista.

Debe haber un partido revolucionario que sepa integrar la verdad universal del marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución en su propio país. Debe haber un partido revolucionario que sepa ligar estrechamente la dirección con las amplias masas populares. Debe haber un partido revolucionario que pueda defender la verdad y corregir los errores y que sepa hacer la critica y la autocrítica.

Sólo un partido revolucionario de este tipo es capaz de conducir al proletariado y a las amplias masas populares a la victoria sobre el imperialismo y sus lacayos, lograr el triunfo definitivo de la revolución democrática nacional y conseguir la victoria de la revolución socialista.
Si un partido no es un partido revolucionario proletario, sino un partido reformista burgués; Si no es un partido marxista-leninista sino un partido revisionista; Si no es un partido de vanguardia del proletariado, sino un partido que va a la cola de la burguesía; Si no es un partido que representa los intereses del proletariado y las amplias masas trabajadoras, sino un partido que representa los intereses de la aristocracia obrera; Si no es un partido internacionalista, sino un partido nacionalista; Si no es un partido que sea capaz de pensar y juzgar por sí mismo y adquirir un conocimiento exacto de la tendencia de las diferentes clases en su propio país mediante una seria investigación y estudio, y que sepa aplicar la verdad universal del marxismo-leninismo e integrarla con la práctica concreta de
su propio país, sino un partido que repite ciegamente las palabras de otros, copia la experiencia ajena sin análisis, y da virajes siguiendo el bastón de mando de ciertas personas del extranjero, o sea, un partido que es una ensalada surtida en que hay de todo: revisionismo, dogmatismo y otras cosas, menos principios marxistas-leninistas.

Entonces, semejante partido no puede en absoluto dirigir la lucha revolucionaria del proletariado y las amplias masas populares, conquistar la victoria de la revolución, ni cumplir la gran misión histórica del proletariado.

Esta es una cuestión sobre la cual todos los marxistasleninistas, todos los obreros políticamente conscientes y todos los progresistas del mundo tienen que reflexionar a fondo.





Documento completo:


sábado, 27 de julio de 2013

ENGELS A AUGUSTO BEBEL (*)

EN HUBERTUSBURG
(Londres, 20 de junio de 1873)


Contestaré primero a su carta, pues la de Liebknecht se halla todavía en poder de Marx, y en estos momentos no puede encontrarla.

No ha sido Hepner, sino la carta de York a Hepner, firmada por el Comité, lo que nos ha hecho temer aquí que vuestra detención fuese aprovechada por la dirección del partido, desgraciadamente toda ella lassalleana, para convertir el "Volksstaat" [1] en algo parecido a un «honesto» "Neuer Social-Demokrat" [2]. York ha confesado de plano que tal era la intención, y en vista de que el Comité se atribuía el derecho de nombrar y destituir a los directores del periódico, el peligro ha sido, indudablemente, muy grande. El inminente destierro de Hepner dio aún más fuerza a estos planes. En tales circunstancias, era preciso que conociéramos la situación con toda exactitud. He aquí la razón de esta correspondencia...

Desde luego, usted puede juzgar mejor que nosotros cuál es la táctica que más le conviene al partido, sobre todo en los casos particulares, en lo que respecta a su actitud ante el lassalleanismo. Pero también debe ser tenido en cuenta lo siguiente. Cuando se encuentra uno, hasta cierto punto, en la situación de competidor con la Asociación General de Obreros Alemanes [3] --como es el caso de ustedes--, puede ocurrir fácilmente que se conceda demasiada atención al adversario y se adquiera la costumbre de pensar siempre y ante todo en él. Pero la Asociación General de Obreros Alemanes y el Partido Obrero Socialdemócrata aún constituyen, juntos, una minoría insignificante de la clase obrera alemana. Nuestra opinión, confirmada por una larga experiencia, es que una buena táctica de propaganda no debe proponerse arrebatar aquí y allí al adversario algunos militantes aislados o algunos grupos de militantes, sino influenciar a las grandes masas que todavía no se han incorporado al movimiento. Un solo individuo arrancado por nosotros a la masa virgen vale más que diez tránsfugas lassalleanos, que siempre traen al partido gérmenes de sus concepciones erróneas. Si lográsemos conquistar únicamente a las masas, sin sus dirigentes locales, la cosa no estaría mal. Por desgracia, siempre tenemos que aceptar además a un montón de líderes de esta clase, prisioneros de sus antiguas declaraciones públicas, cuando no de sus antiguos puntos de vista, y que ahora quieren demostrar por encima de todo que no han [456] abjurado de sus principios, sino que, por el contrario, es el Partido Obrero Socialdemócrata quien predica el verdadero lassalleanismo. Esta fue la desgracia ocurrida en Eisenach [4], inevitable tal vez en aquel entonces, pero no cabe duda de que todos esos elementos causaron daño al partido; y no estoy muy seguro de que sin su incorporación el partido tendría hoy menos fuerza de la que tiene. En todo caso, creo que sería una desdicha el que esos elementos recibieran refuerzos. 

No hay que dejarse engañar por los gritos de «unidad». Precisamente los que más abusan de esta consigna son los primeros en provocar disensiones; así ocurre con los actuales bakuninistas del Jura suizo, que han sido los instigadores de todas las escisiones y que por nada claman tanto como por la unidad. Estos fanáticos de la unidad, o bien son hombres de cortos alcances que desean mezclarlo todo en una masa indefinida, a la que basta dejar que se sedimente un poco para que se exacerben aún más las contradicciones de todos esos elementos que ahora se encuentran metidos en un mismo puchero (en Alemania tienen ustedes el excelente ejemplo de los señores que predican la reconciliación de los obreros con los pequeños burgueses); o bien se trata de personas que, consciente o inconscientemente (como Mülberger, por ejemplo), quieren desvirtuar el movimiento. Por eso, los sectarios más inveterados y los peores intrigantes y aventureros son los que en ciertos momentos más ruido arman en torno a la unidad. En lo que llevamos de vida nadie nos ha proporcionado tan grandes disgustos ni nos ha jugado tan malas pasadas como esos ruidosos predicadores de la unidad.

Es lógico y está muy bien que toda dirección de partido busque éxitos en su trabajo. Pero hay circunstancias en las que se debe tener el valor de renunciar a los éxitos inmediatos en aras de cosas más importantes. Sobre todo un partido como el nuestro, cuyo éxito final está plenamente asegurado y cuyo crecimiento en nuestra época y ante nuestros propios ojos ha sido tan gigantesco, no necesita, siempre y en todas las condiciones, obtener éxitos inmediatos. Tomemos el ejemplo de la Internacional. Después de la Comuna logró éxitos enormes. Los burgueses, muertos de miedo, la creían omnipotente. La gran masa de militantes de la Internacional pensaba que las cosas iban a continuar así eternamente. Nosotros sabíamos perfectamente que el globo tenía que reventar.

Gente de lo más despreciable se había adherido a la Internacional. Los sectarios que se hallaban en sus filas se aprovecharon abusivamente de su condición de miembros de la Internacional y llegaron en su desfachatez a suponer que se les iba a tolerar las más grandes necedades y vilezas. Pero nosotros no lo toleramos.

Sabiendo perfectamente que el globo tenía que reventar algún día, procuramos no aplazar la catástrofe y lograr que la Internacional saliese de ella limpia e incorrupta. El globo estalló en La Haya [5], y ya sabe usted que la mayoría de los miembros del Congreso regresó a sus casas profundamente desilusionada. Pero estos decepcionados, que se imaginaban que en la Internacional hallarían el ideal de la fraternidad y la reconciliación universales, provocaban casi todos ellos en sus organizaciones locales peleas mucho más graves de las que estallaron en La Haya. Ahora, los intrigantes sectarios predican la reconciliación y nos acusan de ser unos intratables y unos dictadores. Pero, ¿cuál hubiera sido el resultado si nosotros hubiésemos adoptado en La Haya una actitud conciliadora, si hubiésemos tratado de encubrir la escisión inminente? Los sectarios, esto es, los bakuninistas, habrían tenido un año más a su disposición para realizar en nombre de la Internacional estupideces
e infamias aún mayores; los obreros de los países más adelantados se habrían apartado llenos de repulsión; el globo no habría estallado, se habría desinflado lentamente, asaeteado a alfilerazos, y el Congreso siguiente, en el que forzosamente tendría que haber estallado la crisis, se habría convertido en la más vulgar y escandalosa de las
peleas personales, pues el sacrificio de los principios ya se habría realizado en La Haya.

Pero entonces la Internacional habría muerto realmente, asesinada por la «unidad». En lugar de eso, nos desembarazamos honrosamente de los elementos podridos (los miembros de la Comuna que asistieron a la última sesión decisiva, decían que ninguna sesión de la Comuna les había producido una impresión tan terrible como aquella reunión encargada de juzgar a los que habían traicionado al proletariado europeo); durante diez meses les habíamos permitido que mintieran, calumniaran e intrigaran todo lo que quisieran, ¿y cuál ha sido el resultado? Esos supuestos representantes de la enorme mayoría de la Internacional declaran ahora que no se atreven a presentarse en el próximo Congreso (más detalles en el artículo que envío al "Volksstaat" al mismo tiempo que esta carta [*]). Y si tuviéramos que hacerlo otra vez, procederíamos, en términos generales, de la misma manera; los errores tácticos, claro está, son siempre posibles.

En todo caso, estoy seguro de que con el tiempo los mejores elementos de entre los lassalleanos vendrán ellos mismos al partido, por lo que no sería razonable arrancar el fruto antes de que esté maduro, como pretenden hacerlo los grajos de la unificación.

Por lo demás, ya el viejo Hegel decía que un partido demuestra su triunfo aceptando y resistiendo la escisión [6].
El movimiento proletario pasa necesariamente por diversas fases de desarrollo, y en cada una de ellas se atasca parte de la gente, que ya no sigue adelante. Esa es la única razón de que en la práctica la «solidaridad del proletariado» se lleve a cabo en todas partes por diferentes grupos de partido que luchan entre sí a vida o muerte, como las sectas cristianas del Imperio romano en la época de las peores persecuciones.

Tampoco debe olvidar usted que si, por ejemplo, el "Neuer Social-Demokrat" tiene más suscriptores que el "Volksstaat", eso se debe a que cada secta es necesariamente fanática, y gracias a ese fanatismo --sobre todo donde la secta es nueva, como ocurre, por ejemplo, con la Asociación General de Obreros Alemanes en Schleswig-Holstein-- consigue éxitos momentáneos mucho más importantes que el partido que representa simplemente el movimiento real, sin extravagancias sectarias. Por otra parte, el fanatismo es algo que no dura mucho.

Termino mi carta, pues va a salir el correo. Quiero añadir a toda prisa que Marx no puede emprenderla con Lassalle [7] mientras no quede terminada la traducción al francés [*] (probablemente a fines de julio); además, necesita descansar a toda costa, pues se encuentra muy fatigado....

"Bolshevik", núm. 10, 1932.

(*) las letras en negrita y el énfasis puesto en partes del texto es obra nuestra.
[1] 54. "Der Volksstaat" («El Estado del pueblo»), órgano central del Partido Socialdemócrata Obrero de Alemania (los eisenachianos), se publicó en Leipzig del 2 de octubre de 1869 al 29 de setiembre de 1876. La dirección general corría a cargo de G. Liebknecht, y el director de la editorial era A. Bebel. Marx y Engels colaboraban en el periódico, prestándole constante ayuda en la redacción del mismo. Hasta 1869, el periódico salía bajo el título "Demokratisches Wochenblatt" (véase la nota 94).
Trátase del artículo de J. Dietzgen "Carlos Marx. «El Capital. Crítica de la Economía política»", Hamburgo,
1867, publicado en "Demokratisches Wochenblatt", núms. 31, 34, 35 y 36 del año 1868.- 96, 178, 314, 324, 452,
[2]238. "Neuer Social-Demokrat" («El Nuevo Socialdemócrata»), periódico alemán, se publicó en Berlín de 1871 a 1876. Organo de la Asociación General de Obreros Alemanes fundada por Lassalle. Sostenía una lucha contra la dirección marxista de la Internacional y el Partido Obrero Socialdemócrata Alemán. Apoyaba a los bakuninistas y los representantes de otros partidos antiproletarios.- 299, 453, 455.
[3] 285. "Asociación General de Obreros Alemanes", organización política de los obreros alemanes, fundada en 1863 con la participación activa de Lassalle. La Asociación existió hasta 1875, cuando, en el Congreso de Gotha se produjo la unificación de los lassalleanos y los eisenachianos (partido encabezado por Liebknecht y Bebel) para formar el Partido Socialista Obrero de Alemania.- 438, 455.
[4] 305. En Eisenach, en el Congreso de los socialdemócratas de Alemania, Austria y Suiza, celebrado el 7-9 de agosto de 1869, fue creado el Partido Socialdemócrata Obrero Alemán, cuyo programa respondía al espíritu de las exigencias de la Internacional; sin embargo, se hacían en él varias concesiones a los lassalleanos.- 456.
[5] 242. El Congreso de la Asociación Internacional de los Trabajadores celebrado en La Haya tuvo lugar del 2 al 7 de septiembre de 1872. Asistieron a sus labores 65 delegados de 15 organizaciones nacionales. En el
Congreso dirigido personalmente por Marx y Engels, se dio cima a la lucha de los fundadores del socialismo
científico y de sus adeptos contra toda clase de sectarismo pequeñoburgués en el movimiento obrero. La
actividad escisionista de los anarquistas fue condenada y sus líderes fueron expulsados de la Internacional. Los acuerdos del Conereso de La Haya colocaron los cimientos para la creación de partidos políticos de la clase obrera independientes en los diversos países.- 309, 457, 459.
[*] F. Engels. "En la Internacional". (N. de la Edit.)
[6] 306. Hegel. "Fenomenología del espíritu", párrafo "Verdad de la educación".- 458.
[7] 307. En 1872-1873, Liebknecht y Hepner pidieron reiteradas veces a Marx que escribiera un folleto o un
artículo para "Volksstaat" criticando las concepciones de Lassalle.- 458.
[*] Se trata de la traducción del tomo primero de "El Capital". (N. de la Edit.)

viernes, 12 de julio de 2013

VERDAD Y CONOCIMIENTO




  VERDAD Y CONOCIMIENTO

Tchang En_tsé   


Presentamos parte de un documento publicado durante la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP) como muestra de nuestro compromiso por dar armas de combate al proletariado internacional y a las masas oprimidas, principalmente a la clase obrera y masas de los países del tercer mundo, en el combate contra el nuevo revisionismo disfrazado de maoísmo.

El documento «Verdad y conocimiento» de Tchang En-tsé se reedita en China en 1970 como parte de la directiva del Presidente Mao Tse-tung para que «Que la filosofía sea liberada de la sala de conferencias y de los libros de filósofos  y se convierta en un arma en manos de las masas». Esta consigna surge como necesidad para combatir a la burguesía todavía enquistada en el Partido y en los aparatos de Estado y dar un paso más en la GRCP y en la movilización de las masas. La burguesía, ahora disfrazada de ultraizquierda, trabaja en su labor por la restauración del capitalismo presentando la ideología del proletariado como una serie de citas, un comunismo muerto y sin aplicación concreta, sin capacidad de transformar la sociedad.

Ya en el prólogo del conocido como el «libro rojo» Lin Piao afirmaba que para las masas «conviene aprender de memoria sus frases clave, estudiarlas y aplicarlas reiteradamente» o lo siguiente «Para asimilar efectivamente el pensamiento de Mao Tse-tung, es necesario estudiar una y otra vez los muchos conceptos fundamentales del Presidente Mao; conviene aprender de memoria sus frases clave, estudiarlas y aplicarlas reiteradamente.». En definitiva se trata de que la clase obrera no ejerza su dictadura, de arrebatarle a las masas y a la clase obrera su mayor arma de combate, su ideología, convirtiendo la rica experiencia del proletariado en unas cuantas frases memorizadas y estériles.

Hoy el nuevo revisionismo encabezado por Avakian, como muestra del temor de la pequeña burguesía ante la revolución proletaria ataca el maoísmo y sus principios, al PCP y a su organismo generado para el trabajo en el extranjero, el MPP. De esta forma se expresaba Avakian recientemente: «Algunos camaradas se han negado a condenar, incluso hasta la fecha, al puñado de partidarios del PCP en el extranjero, cuyos ataques extremadamente virulentos en contra del camarada Avakian y el CoMRI solo encuentran su par en los excesos de sus fantasías sobre el actual estado de la guerra popular en el Perú.» (Carta a los Partidos y organizaciones participantes del Movimiento Revolucionario Internacionalista, Mayo 2012). De esta posición participan ya, siguiendo el llamado de Avakian, sus  camaradas, todo el nuevo revisionismo antimaoísta. Ya sea silenciando los documentos del CC del PCP, los documentos del MPP y a Sol Rojo, atacando directamente a la guerra popular en el Perú, al Partido que la dirige, el PCP, a su CC, o atacando a su organismo autogenerado para el trabajo en el extranjero, el MPP, o reconociendo otros supuestos organismos o bases que trabajan para la reacción y el imperialismo y que trafican con la guerra popular en el Perú.

El propio Avakian, en el mismo documento, justifica estos ataques: «En oposición a esto (a la nueva síntesis y al revisionismo moderno), se ha consolidado una línea y cosmovisión que eleva estos mismos errores a nivel de principio», es decir se ataca al MPP y a Sol Rojo por su defensa del maoísmo, y lo que Avakian llama errores son los principios fundamentales del maoísmo defendidos a muerte por el MPP. Que nadie se deje engañar, es al MPP al que Avakian muestra todo su odio de clase burgués. En la obra que presentamos, «Verdad y conocimiento», ya se alerta que «La burguesía hace pasar por error las leyes científicas más rigurosas y verdaderas si ellas no se acomodan a sus intereses, por ejemplo, el marxismo-leninismo.», hoy maoísmo.

Sobre el conocimiento de la verdad objetiva tomamos firme posición por lo planteado en el documento de Tchang En-tsé, en lo fundamental:

La verdad objetiva es una: no podrían existir múltiples verdades, según las diversas clases sociales. Pero todas las clases sociales no tienen las mismas posibilidades de descubrir la verdad; el descubrimiento de la verdad supone unos límites que son la posición de clase. Esta opinión se resume así: sólo una clase, cuyos intereses vayan en el sentido de las leyes de desarrollo objetivo del mundo, puede descubrir y utilizar la verdad objetiva; una clase cuyos intereses van en contra del sentido no podría alcanzar, y, por el contrario, le hace falta oponerse a esta verdad, atacarla, perseguirla, como lo hace Avakian cuando defiende la «verdad» al margen de las clases y sus intereses.

La burguesía se empeña por todos los medios en escamotear el carácter de clase de la verdad, para camuflar y disimular su naturaleza reaccionaria.

Liu Shao-chi propuso abiertamente la consigna: «Todos los hombres son iguales frente a la verdad», consigna que hoy ha sido actualizada por su nieto putativo, un recalcitrante avakianista virtual: «tú tienes tu verdad, yo tengo la mía y nos respetamos»; es esta una consigna burguesa por lo cual se rechaza completamente el carácter de clase de la verdad y en la que la burguesía se fundaba, y lo sigue haciendo, para hacer pasar lo blanco por negro, confundir lo verdadero y lo falso, proteger a la burguesía, y atacar al proletariado y a su ideología, hoy marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo.

Esta consigna burguesa de la igualdad de todos ante la verdad, que es, en nuestros días, una hipocresía, era ya una mistificación cuando la burguesía la lanzó por primera vez. En una sociedad donde existe la lucha de clases «la igualdad de todos ante la verdad», no existe, esto es fundamentalmente imposible, lo que existe es la desigualdad y la opresión.

Por esto los comunistas debemos sostener el carácter de clase de la verdad y llevar a cabo una lucha sin compromiso contra todo lo burgués dentro del Movimiento Comunista Internacional y todos los sofismas que niegan el carácter de clase de la verdad.




Para acceder al documento:


jueves, 4 de julio de 2013

"NACER CON CONOCIMIENTOS" - UN INVENTO



“NACER CON CONOCIMlENTOS”—UN
INVENTO; LOS CONOCIMIENTOS PRO-
VIENEN ÚNICAMENTE DE LA PRACTICA*

Lí Feng-Ian

(Pintora campesina del distrito Jusien, Shensí.)


Lin Piao, siguiendo las huellas de Confucio, agitaba la bandera raída de “dominarse y retornar a los ritos”, pregonaba la “teoría del genio” disfrazándose a si mismo de “genio” “nacido con conocimientos”, calumniaba a los trabajadores, calificándolos de “salvajes” y “necios inferiores”. Al pregonar esto, Lin Piao perseguía el objetivo de crear una base teórica para usurpar la dirección del Partido y el Poder del Estado y restaurar así el capitalismo.

¿Son congénitos los conocimientos y la capacidad del hombre o provienen de la práctica? El Presidente Mao indicó que las ideas correctas del hombre “sólo pueden provenir de la práctica social, de las tres clases de práctica: la lucha por la producción, la lucha de clases y los experimentos científicos en la sociedad”. Es decir, los conocimientos y la capacidad del hombre no son congénitos sino que se adquieren en la práctica social. La práctica crea conocimientos verídicos y la lucha incrementa la capacidad. En el mundo no existe ningún tipo de “genio” “nacido con conocimientos”.

En la atroz y vieja sociedad, las autoridades políticas, de clan, religiosa y marital eran corno cuatro sogas que nos mantenían amarradas y oprimidas en la capa más baja de la sociedad. En la Nueva China socialista, el Partido ha abierto un ancho camino para incorporamos a las mujeres en los tres movimientos revolucionarios: la lucha por la producción, la lucha de clases y la experimentación científica. Las campesinas, pobres y medias de la capa inferior han tomado parte activa en dichos movimientos, en la Gran Revolución Cultural Proletaria y en la campaña de crítica a L-in Piao y Confucio. De esta manera, su fisonomía espiritual se ha transformado mucho y su conciencia sobre la lucha de clases y la lucha entre las dos líneas se ha elevado sucesivamente. Miles y miles de mujeres vanguardias han ingresado en el Partido Comunista y en la Liga de la Juventud Comunista de China. Muchas han sido promovidas a puestos dirigentes, a diversos niveles, administrando importantes asuntos del Estado. Estos titánicos y estremecedores cambios son resultado de la revolución que dirigida por el Presidente Mao y el Partido Comunista, nos estimula a levantarnos y a luchar; también constituyen una demostración de la superioridad del sistema socialista.

El contraste entre el presente y el pasado no sólo muestra que los conocimientos y la capacidad del hombre no son congénitos, sino que provienen de la práctica social; también que la posición política y las condiciones de vida de los pueblos trabajadores no son decididas por el “hado”, sino por el sistema social.

Nosotras, junto con el resto de los trabajadores, y con nuestras propias manos, hemos creado las riquezas materiales de la sociedad así como también las espirituales. Tomemos mi aprendizaje de dibujar como ejemplo:


en la vieja sociedad, mi familia era muy pobre y no pude ir a la escuela. Después de la Liberación fui a la escuela nocturna y tomé un cursillo breve para aprender a leer y escribir. Antes me gustaba hacer papeles recortados, pero no sabía dibujar. En 1958, para prepararme, el Partido me envió al curso de capacitación de bellas artes para horas libres, en la obra de embalse organizado por el distrito, para que aprendiera a pintar al mismo tiempo que participaba en las labores. En la primera clase, estudié el escrito del Presidente Mao “Intervenciones en el Foro de Yenán sobre Arte y Literatura”.

Cuanto más estudiaba tanto mayor comprensión adquiría. La enseñanza del Presidente Mao de que el arte y la literatura “se crean para los obreros, campesinos y soldados y son utilizados por ellos” señaló la dirección para mí. El espíritu y entusiasmo revolucionarios con que los comuneros luchaban contra el cielo y la tierra me educaron y estimularon mucho. Entonces dibujé “Los héroes someten a los dragones” y varias otras pinturas grandes de propaganda. La exposición de esas pinturas en el sitio de construcción animó la voluntad combativa de las masas y me dejó ver el papel de las bellas artes y afirmó mi decisión de dibujar para la revolución. En 1963, en el movimiento de la educación socialista, con el apoyo de la célula del Partido, visité a muchos viejos campesinos pobres de nuestro equipo de producción quienes antes de la Liberación padecían de grandes sufrimientos, y guardando profundo odio hacia la vieja sociedad dibuje varias series de pinturas relatando la historia saturada de sangre y de lágrimas de los campesinos pobres y campesinos medios de la capa inferior. En la Gran Revolución Cultural Proletaria dibujé murales y diapositivas para propagar el pensamiento Mao Tse tung y la victoria de esta revolución. Todo esto fue un proceso de temple en el transcurso de la dura práctica revolucionaria. Al comienzo dejaba en la pintura la figura de una persona lejana más grande que la de primer plano y no podía colocar las piernas y los brazos en sus lugares debidamente. Gracias a la preocupación del Partido y el apasionado apoyo de los campesinos pobres y medios de la capa inferior yo practicaba con entusiasmo, llevaba siempre un cuaderno de bosquejos para dibujar en cualquier momento y lugar. A veces hacía algunos trazos incluso cuando preparaba la comida.

Mediante repetidas prácticas tanto los pinceles como las manos me iban obedeciendo poco a poco. Las masas me elogiaban diciendo que lo que dibujaba se parecía a lo real.

Al inicio, yo no sabía dibujar. Pero ¿significa eso que era una “tonta” de nacimiento? No. Y ahora lo que dibujo es relativamente verosímil. ¿Puedo por eso, calificarme de inteligente de nacimiento? Tampoco.

El saber dibujar se debe a la práctica. Soy jefa del grupo de trasplante de algodón en nuestro equipo de producción. En la práctica laboral, viendo el espectáculo emotivo de la  rica cosecha de algodón dibujé una pintura titulada “Recogiendo jubilosamente nuevo algodón”, en que aparecían figuras de muchas mujeres que estaban recogiendo algodón. Pero al ver mi obra, algunos de los comuneros dijeron: “¿Se trata del algodonal de nuestro equipo? Pero ¡no expresa ninguna característica!” Y otros comentaron: “Están metidas en la labor, y ¿para qué recogen algodón?” Tienen razón. Hay que dibujar con un tema que exprese el entusiasmo con el cual los comuneros venden el algodón al Estado para apoyar la construcción socialista, después de lograr una rica cosecha.

Más tarde, dejando el espectáculo de recoger el algodón como fondo, pinté un cuadro en que los comuneros iban  a entregar con ardor al Estado el algodón transportado en carretas de caballos y carretillas. Así su tema es más claro. Todos dijeron que resultaba bien. De hecho, la creación de este cuadro se debe a la inteligencia de las masas. Sin éstas, no habría creación de que hablar.

En poco más de diez años, con la dirección del Partido y la ayuda de los camaradas, he dibujado más de 300 pinturas. Acabo de hacer algunos trabajos para el pueblo. El Partido y el pueblo me han ofrecido un gran honor; en 1973, fui a Pekín para visitar y estudiar la exposición nacional de bellas artes, allí recibí el entusiasta estímulo de los camaradas dirigentes. Yo, una mujer que no sabía leer ni escribir una palabra en la vieja sociedad he sido elegida subsecretaria de la célula del Partido y lucho con el pincel por la revolución.

Todo esto demuestra que sólo la sociedad socialista puede poner en pleno juego la actividad, sabiduría e inteligencia de las mujeres trabajadoras. El proceso de aprender a dibujar constituye una severa crítica a la “teoría del genio” “nacido con conocimientos”, planteada por Confucio y Lin Piao. El hecho testimonia que “nacer con conocimientos” es un disparate. Los conocimientos verídicos sólo pueden provenir de la práctica. Me he
decidido, en la actual campaña de crítica a Lin Piao y Confucio, a sacar más y mejores pinturas para la revolución, refutando la “teoría del genio” “nacido con conocimientos” pregonada por Confucio y Lin Piao.




* de: "Obreros, campesinos y soldados critican a Lin Piao y a confucio". Ed. lenguas extranjeras, Pekín.


jueves, 27 de junio de 2013

GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA



El día 21 del presente mes se celebró en Madrid un encuentro entre compañeros y camaradas de varias organizaciones revolucionarias. El tema a debate fue la Gran Revolución Cultural Proletaria, presentándose dos ponencias como base de la lucha de dos líneas. Queremos saludar a todos los asistentes, amigos, compañeros y camaradas,  y saludar especialmente a la organización que puso la infraestructura necesaria para el desarrollo del importante evento. El siguiente documento es la ponencia presentada por el MIP.




«El paso del capitalismo al comunismo llena toda una época histórica. Mientras esta época no finalice, los explotadores siguen inevitablemente abrigando esperanzas de restauración, esperanzas que se convierten en tentativas».
J.Stalin citando a Lenin. «Fundamentos del Leninismo»



la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP) (1966-1976) es el más estremecedor proceso político y la mayor movilización de masas que ha visto la humanidad. Hito histórico en el desarrollo de la dictadura del proletariado hacia el afianzamiento de la clase obrera en el poder, por tanto de trascendental importancia histórica en la inevitable marcha hacia el comunismo.

La Gran Revolución Cultural Proletaria es lo más trascendental del desarrollo del marxismo-leninismo por el Presidente Mao, es la solución del gran problema pendiente de la continuación de la revolución en condiciones de dictadura del proletariado para llegar al comunismo y conjurar el peligro de restauración capitalista.

La Decisión del Partido Comunista de China sobre la GRCP (1966) establece los objetivos  de ésta: «Nuestro objetivo actual es aplastar, mediante la lucha, a los que ocupan puestos dirigentes y siguen el camino capitalista, criticar y repudiar a las “autoridades” reaccionarias burguesas en el campo académico, criticar y repudiar la ideología de la burguesía y demás clases explotadoras, y transformar la educación, la literatura y el arte y los demás dominios de la superestructura que no se corresponden a la base económica del socialismo, a fin de facilitar la consolidación y desarrollo del sistema socialista”. Por tanto, la revolución cultural marca los blancos en esta etapa de la revolución: los dirigentes seguidores de la vía capitalista dentro del Partido y del Estado.

El tópico “he aquí la fábrica del Estado y el Estado es el partido y el Partido son las masas y por tanto la fábrica es de las masas” fue barrido por la Revolución Cultural. También la tesis del “desarrollo de las fuerzas productivas” como motor de la historia fue aplastada. Los seguidores de la vía capitalista siguiendo a Deng y sus gatos, «da lo mismo si el gato es blanco o negro si caza ratones», llegaron y llegan al extremo de sostener que «cuanto mayor es la ganancia que una empresa socialista obtiene de esta manera (aumentando la producción, practicando una economía estricta, elevando la productividad del trabajo y reduciendo los costos), más riqueza se crea para el socialismo» a la vez que, como burgueses que son,  llaman a la disciplina de la clase obrera, a trabajar duro y a obedecer a los cuadros técnicos. 

 Lo que la burguesía puede llegar a tolerar e incluso incentivar es la «autogestión» ya sea yugoslava o piquetera, el cooperativismo o el sindicalismo, lo que no puede permitir es acabar con la división del trabajo capitalista dentro de la fábrica ni  la desaparición de la clase obrera, la clase explotada. Incluso puede permitir la planificación de la producción en un país, pero la planificación sin dictadura del proletariado, el capitalismo monopolista de estado no sólo no es socialismo, sino que es un producto propio de la época que vivimos, la del imperialismo, la del capital monopolista y su tendencia a la centralización del capital.

Por eso los comunistas chinos insistieron tanto en poner la política al mando, esto significó volver a poner la lucha de clases en el centro, el motor de la historia y centrar la economía política en la transformación de las relaciones de producción y no en las necesidades de la acumulación capitalista. 

Precisamente por esto, esta movilización en el campo de las ideas no tendría ningún sentido si no sirviera para transformar la realidad. Cuando en 1966 se inicia la GRCP todavía persiste en China la pequeña propiedad agrícola, la división en la fábrica entre cuadros técnicos y obreros, entre trabajo manual e intelectual, sigue la diferencia entre campo y ciudad, entre comunas ricas y comunas pobres, entre las zonas de la costa más desarrolladas y las del interior menos desarrolladas, entre trabajo doméstico y trabajo social, persiste el elitismo en la educación, etc., es decir hay toda una base material para el desarrollo de la ideología del individualismo burgués. La Revolución Cultural era la primera de sucesivas revoluciones culturales donde las masas bajo dirección del Partido Comunista, y en condiciones de dictadura del proletariado, transforman  la sociedad para caminar hacia una nueva sociedad sin clases, el comunismo.


SOBRE LA DICTADURA DEL PROLETARIADO.

«En cada lugar y unidad donde haya que tomar el poder, es necesario poner en práctica la política de triple integración revolucionaria al establecer un órgano provisional de poder que sea revolucionario y representativo y que goce de autoridad proletaria. Es preferible que este órgano de poder se llame Comité Revolucionario» (Presidente Mao tse-tung, 1967).

En toda la República Popular China se van a ir formando nuevos órganos de poder expresión de la dictadura del proletariado, los miembros de esos órganos del nuevo poder elegidos por las masas podían ser revocados en cualquier momento por éstas. El primer caso es el de una fábrica de vidrio de Shangai donde se constituye un «comité para empeñarse en la revolución y promover la producción», de ahí la experiencia se generaliza a toda la nación. De esta forma se extienden por toda la República Popular China los Comités Revolucionarios de «triple unión», formados por cuadros del Partido Comunista Chino, representantes de las masas y representantes de la milicia o del Ejército Popular y encargados de la gestión de las provincias, municipios y centros de trabajo, un frente único bajo la dirección de la clase obrera contra la burguesía enquistada en el Partido y en el Estado. Así tenemos Partido Comunista, Frente, expresado en el nuevo poder, Ejército Rojo y la milicia, las masas armadas.


LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL EN LA INDUSTRIA.

«El pueblo debe tener derecho a hacerse cargo de la superestructura. Por lo que se refiere a los derechos del pueblo, no podemos admitir que el Estado esté administrado por sólo una parte de la gente y que el pueblo sólo pueda disfrutar de sus derechos al trabajo, instrucción y seguros sociales bajo el control de ciertas personas» (Presidente Mao Tse-Tung, Notas de lectura sobre el manual de economía política de la Unión Soviética. 1960)

«En la página 414 del manual se habla de los diferentes derechos que gozan los trabajadores, pero no se mencionan sus derechos de gestión del país, a la gestión de las diversas empresas, de las organizaciones culturales y de la educación. En realidad estos son los derechos más importantes de los trabajadores en el sistema socialista. Estos derechos fundamentales, sin los cuales el derecho a trabajar, a la instrucción, al descanso, etc., no tienen ningún valor». (Presidente Mao Tse-Tung, Notas de lectura sobre el manual de economía política de la unión Soviética. 1960)

Durante la GRCP la lucha contra los seguidores de la vía capitalista también tiene su manifestación en los centros de trabajo. El problema de las diferencias salariales, de la división del trabajo entre obreros y expertos, entre trabajo manual y trabajo intelectual diferenciaron a la línea roja de la línea burguesa.

 Los comunistas siempre hemos sido muy claros, y ya, en nuestro Programa, el «Manifiesto Comunista», se rechaza la división del trabajo dentro de la fábrica capitalista: “la industria ha transformado el pequeño taller del maestro patriarcal en la gran fábrica capitalista del capitalista industrial. Masas de obreros, hacinados en la fábrica, están organizados en forma militar. Como soldados rasos de la industria están colocados bajo la vigilancia de una jerarquía completa de oficiales. No son solamente esclavos de la clase burguesa, del Estado burgués, sino diariamente, a todas horas, esclavos de la máquina, del capataz y, sobre todo, del patrón de la fábrica.”

La burguesía propuso el incentivo material como motor de desarrollo de la economía, en concreto se especificó en el «salario por piezas» frente al salario por tiempo, más produces más cobras, poniendo el peso sobre el interés individual, trabajo para ganar más. En el caso de los cuadros técnicos: estudio para ganar más y tener mejor posición social. Se trataba de dividir a la clase obrera. Los que «mejor» trabajan, los más «capaces» más cobran.

Para el proletariado y los comunistas el objetivo es que el proletariado también ejerza su dirección en el centro de trabajo. Los problemas que se plantean en el centro de trabajo no son teóricos, hasta entonces todas las innovaciones técnicas relacionadas con el mayor bienestar de los obreros eran rechazadas por los cuadros técnicos seguidores de la vía capitalista por considerarlas poco beneficiosas económicamente, mientras que aquellas que aseguraban la sumisión del trabajador a la burguesía eran reforzadas, ahora las innovaciones técnicas se ejecutaban bajo el control obrero, dando énfasis al aspecto político y subordinado el técnico al político.

 Al mismo tiempo se trata de reducir las diferencias salariales y limitar la división del trabajo entre trabajo manual y trabajo intelectual. Sobre el tema del incentivo material la propia derecha trató de desarmar a la clase obrera, incentivó el individualismo y trató de justificar las diferencias salariales entre obreros y entre técnicos y obreros como si esto fuera un fenómeno natural debido a las diferencias en las aptitudes «naturales» de cada individuo y no por las relaciones de producción existentes.

Por tanto, en los propios centros de trabajo no solamente los cuadros técnicos participan del trabajo manual si no que los propios obreros participan de la gestión de los centros de trabajo para que la producción sirva a las necesidades de las masas. Cabe destacar la relación entre la universidad, los institutos técnicos y los centros de trabajo. Los investigadores participan del trabajo con los propios trabajadores manuales, toman contacto con las necesidades de las masas y desarrollan su labor científica con objetivos prácticos al servicio de éstas. A la vez estas estancias en los centros de producción sirven para que los trabajadores eleven sus conocimientos teóricos sobre los problemas prácticos que aparecen en el día a día, participan en las labores de investigación e innovación y controlan el proceso productivo.


LA TESIS DEL DESARROLLO DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS:

La tesis del desarrollo de las fuerzas productivas ha sido defendida constantemente por la burguesía infiltrada dentro del movimiento comunista internacional. Trosky, en su combate por la restauración del capitalismo en la URSS socialista también levantó ésta bandera: «El marxismo considera el desarrollo de la técnica el resorte principal del progreso, y construye el programa comunista sobre la dinámica de las fuerzas productivas». Una vez triunfante la contrarrevolución en la URSS tras la muerte de Stalin, la burguesía en el poder también pone el acento en la técnica. En un folleto distribuido por la delegación soviética en la Conferencia Sindical Internacional de los Ingenieros, Cuadros y Técnicos (El papel de los Ingenieros y de los Técnicos en la URSS. Turín, 1975) se pudo leer: «El ingeniero, como educador de la joven generación de la clase obrera, juega un papel muy importante». Ya no son los cuadros los que tienen que ser educados por las masas, ahora es la clase obrera la que tiene que ser educada por los técnicos, que son los que conocen a fondo los problemas del «resorte principal del progreso», la técnica. No debe extrañar que con la restauración capitalista en la URSS la clase obrera, ahora sin partido, no se dejara engañar por el «Estado de todo el pueblo», el envoltorio con el que se quería disfrazar la dictadura de la burguesía, y boicoteara la producción tanto con sus luchas como con la pasividad en el trabajo y el absentismo laboral.

Volviendo a la GRCP, frente a la tesis del desarrollo de las fuerzas productivas, el Presidente Mao puso en el centro la lucha de clases y en el problema del poder. Para la burguesía la fábrica es sólo una unidad de producción que da problemas técnicos o disciplinarios, para los comunistas el centro de trabajo, además de ser un lugar dedicado a la producción, es un lugar donde la clase obrera y la burguesía se disputan el poder y los Comités Revolucionarios, los órganos a través de los cuales la clase obrera ejerce su dictadura, ponen la política al mando, llevan adelante la revolución y promueven la producción siendo el desarrollo de la milicia, el pueblo armado la garantía contra la restauración capitalista.

Sobre el final de la GRCP y el golpe de estado de Teng compartimos plenamente la valoración del PCP: “La restauración del capitalismo en China, después del golpe contrarrevolucionario del 76, no es la negación de la GRCP, sino llanamente parte de la contienda entre restauración y contrarrestauración y, por el contrario, nos muestra la trascendental importancia histórica que tiene la GRCP”.

Como trascendental es el salto que dio la ideología comunista durante la GRCP, no podemos olvidar que la GRCP nos dio el maoísmo, la tercera y superior etapa del marxismo, siendo el Presidente Gonzalo al que le ha correspondido la tarea de establecer el maoísmo como tercera y superior etapa del marxismo.

EL PCP Y LA REVOLUCIÓN CULTURAL:

Como uno de los desarrollos del Presidente Gonzalo al maoísmo plantea la militarización y la construcción concéntrica de los partidos comunistas. Tres son las razones:

La primera porque estamos en la ofensiva estratégica de la Revolución Proletaria.

Las otras dos razones hacen referencia al problema de la lucha entre restauración capitalista y contrarrestauración en el socialismo, al problema de la continuación de la lucha de clases bajo dictadura del proletariado.
Aprendiendo de la experiencia de la GRCP y de la situación que se dio en la China socialista donde coexistieron dos cabezas, la política y la militar, lo que permitió el golpe de estado de 1976 y la restauración capitalista, el Presidente Gonzalo planteó:

1. Que los partidos comunistas deben militarizarse y ejercer la dictadura omnímoda de los tres instrumentos, forjarse en la guerra popular y potenciar la organización armada de las masas, la milicia popular, para que engulla al ejército. Por esto nos dice “forjar a los militantes comunistas, primero y principalmente, como combatientes y como administradores”; por eso todo militante estará forjado en la GP y alerta contra cualquier intento de restauración”.

2. Porque marchamos a una sociedad militarizada. Militarizando al Partido plasmamos un paso hacia la militarización de la sociedad que es la perspectiva estratégica para garantizar la dictadura del proletariado. La sociedad militarizada es el mar armado de masas de que nos hablaban Marx y Engels, que cautela la conquista y defensa del Poder conquistado.


LA GRCP Y EL NUEVO REVISIONISMO

Las principales tesis levantadas por el nuevo revisionismo, que se autodenomina como maoísta, ya fueron combatidas y aplastadas por el Presidente Mao y los comunistas chinos durante la GRCP.

Sobre «la teoría del genio», que se une a la vieja tesis de «Quienes trabajan con la mente gobiernan; quienes trabajan con las manos son gobernados», nos reafirmamos en que el conocimiento sólo puede venir de la práctica revolucionaria y de que son las masas las que hacen la historia. Como el Presidente Mao dijo: «los humildes son los más inteligentes; la élite es la más ignorante».

Sobre la teoría de la benevolencia que «implica amar a todos los hombres» nos reafirmamos en la violencia revolucionaria y en la dictadura del proletariado. El Presidente Mao señaló: «Para corregir un error, hay que sobrepasar los límites justos, de otra manera el error no será corregido», también sobre el movimiento campesino en China especificó: «Para decirlo con toda franqueza , en todas las aldeas se necesita un breve periodo de terror», es decir para destruir el viejo orden hacen falta grandes movimientos de masas y realmente revolucionarios. Las masas no quieren un socialismo ni de intelectuales ni de «rostro humano».

Sobre «la doctrina del medio» que afirma que «Si dos partes luchan entre sí, se hacen hostiles; si están en paz, llegan a la amistad», la rechazamos y la aplastamos, estamos por la lucha de clases. La clase obrera y los pueblos del mundo quieren la revolución y no conciliar con la burguesía, solamente luchando se puede avanzar. Dentro de las organizaciones revolucionarias y dentro de los Partidos comunistas sólo se puede avanzar combatiendo las actitudes,ideas, posiciones burguesas que se dan dentro mediante lucha de dos líneas y no conciliando.

El marxismo se ha desarrollado siempre en lucha. Así la experiencia de la Revolución de Octubre y el combate al revisionismo de la II Internacional nos dio el leninismo. Del mismo modo la Revolución China y la Gran revolución Cultural Proletaria, el combate al revisionismo soviético y a la burguesía dentro del propio PCCH, representada por Liu Sao Chi, Deng y Lin Piao nos dieron el maoísmo, y hoy el maoísmo, la ideología del proletariado, se desarrolla sobre la experiencia de las guerras populares y guerras revolucionarias que se están desarrollando en el mundo principalmente la guerra popular en el Perú dirigida omnimodamente por el PCP y en combate a la burguesía disfrazada de maoísta como la LOD y la LOI tanto en el propio Perú como a nivel internacional.


 MIP (Movimiento por el Internacionalismo Proletario), 
Mayo 2013