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jueves, 27 de junio de 2013

GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA



El día 21 del presente mes se celebró en Madrid un encuentro entre compañeros y camaradas de varias organizaciones revolucionarias. El tema a debate fue la Gran Revolución Cultural Proletaria, presentándose dos ponencias como base de la lucha de dos líneas. Queremos saludar a todos los asistentes, amigos, compañeros y camaradas,  y saludar especialmente a la organización que puso la infraestructura necesaria para el desarrollo del importante evento. El siguiente documento es la ponencia presentada por el MIP.




«El paso del capitalismo al comunismo llena toda una época histórica. Mientras esta época no finalice, los explotadores siguen inevitablemente abrigando esperanzas de restauración, esperanzas que se convierten en tentativas».
J.Stalin citando a Lenin. «Fundamentos del Leninismo»



la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP) (1966-1976) es el más estremecedor proceso político y la mayor movilización de masas que ha visto la humanidad. Hito histórico en el desarrollo de la dictadura del proletariado hacia el afianzamiento de la clase obrera en el poder, por tanto de trascendental importancia histórica en la inevitable marcha hacia el comunismo.

La Gran Revolución Cultural Proletaria es lo más trascendental del desarrollo del marxismo-leninismo por el Presidente Mao, es la solución del gran problema pendiente de la continuación de la revolución en condiciones de dictadura del proletariado para llegar al comunismo y conjurar el peligro de restauración capitalista.

La Decisión del Partido Comunista de China sobre la GRCP (1966) establece los objetivos  de ésta: «Nuestro objetivo actual es aplastar, mediante la lucha, a los que ocupan puestos dirigentes y siguen el camino capitalista, criticar y repudiar a las “autoridades” reaccionarias burguesas en el campo académico, criticar y repudiar la ideología de la burguesía y demás clases explotadoras, y transformar la educación, la literatura y el arte y los demás dominios de la superestructura que no se corresponden a la base económica del socialismo, a fin de facilitar la consolidación y desarrollo del sistema socialista”. Por tanto, la revolución cultural marca los blancos en esta etapa de la revolución: los dirigentes seguidores de la vía capitalista dentro del Partido y del Estado.

El tópico “he aquí la fábrica del Estado y el Estado es el partido y el Partido son las masas y por tanto la fábrica es de las masas” fue barrido por la Revolución Cultural. También la tesis del “desarrollo de las fuerzas productivas” como motor de la historia fue aplastada. Los seguidores de la vía capitalista siguiendo a Deng y sus gatos, «da lo mismo si el gato es blanco o negro si caza ratones», llegaron y llegan al extremo de sostener que «cuanto mayor es la ganancia que una empresa socialista obtiene de esta manera (aumentando la producción, practicando una economía estricta, elevando la productividad del trabajo y reduciendo los costos), más riqueza se crea para el socialismo» a la vez que, como burgueses que son,  llaman a la disciplina de la clase obrera, a trabajar duro y a obedecer a los cuadros técnicos. 

 Lo que la burguesía puede llegar a tolerar e incluso incentivar es la «autogestión» ya sea yugoslava o piquetera, el cooperativismo o el sindicalismo, lo que no puede permitir es acabar con la división del trabajo capitalista dentro de la fábrica ni  la desaparición de la clase obrera, la clase explotada. Incluso puede permitir la planificación de la producción en un país, pero la planificación sin dictadura del proletariado, el capitalismo monopolista de estado no sólo no es socialismo, sino que es un producto propio de la época que vivimos, la del imperialismo, la del capital monopolista y su tendencia a la centralización del capital.

Por eso los comunistas chinos insistieron tanto en poner la política al mando, esto significó volver a poner la lucha de clases en el centro, el motor de la historia y centrar la economía política en la transformación de las relaciones de producción y no en las necesidades de la acumulación capitalista. 

Precisamente por esto, esta movilización en el campo de las ideas no tendría ningún sentido si no sirviera para transformar la realidad. Cuando en 1966 se inicia la GRCP todavía persiste en China la pequeña propiedad agrícola, la división en la fábrica entre cuadros técnicos y obreros, entre trabajo manual e intelectual, sigue la diferencia entre campo y ciudad, entre comunas ricas y comunas pobres, entre las zonas de la costa más desarrolladas y las del interior menos desarrolladas, entre trabajo doméstico y trabajo social, persiste el elitismo en la educación, etc., es decir hay toda una base material para el desarrollo de la ideología del individualismo burgués. La Revolución Cultural era la primera de sucesivas revoluciones culturales donde las masas bajo dirección del Partido Comunista, y en condiciones de dictadura del proletariado, transforman  la sociedad para caminar hacia una nueva sociedad sin clases, el comunismo.


SOBRE LA DICTADURA DEL PROLETARIADO.

«En cada lugar y unidad donde haya que tomar el poder, es necesario poner en práctica la política de triple integración revolucionaria al establecer un órgano provisional de poder que sea revolucionario y representativo y que goce de autoridad proletaria. Es preferible que este órgano de poder se llame Comité Revolucionario» (Presidente Mao tse-tung, 1967).

En toda la República Popular China se van a ir formando nuevos órganos de poder expresión de la dictadura del proletariado, los miembros de esos órganos del nuevo poder elegidos por las masas podían ser revocados en cualquier momento por éstas. El primer caso es el de una fábrica de vidrio de Shangai donde se constituye un «comité para empeñarse en la revolución y promover la producción», de ahí la experiencia se generaliza a toda la nación. De esta forma se extienden por toda la República Popular China los Comités Revolucionarios de «triple unión», formados por cuadros del Partido Comunista Chino, representantes de las masas y representantes de la milicia o del Ejército Popular y encargados de la gestión de las provincias, municipios y centros de trabajo, un frente único bajo la dirección de la clase obrera contra la burguesía enquistada en el Partido y en el Estado. Así tenemos Partido Comunista, Frente, expresado en el nuevo poder, Ejército Rojo y la milicia, las masas armadas.


LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL EN LA INDUSTRIA.

«El pueblo debe tener derecho a hacerse cargo de la superestructura. Por lo que se refiere a los derechos del pueblo, no podemos admitir que el Estado esté administrado por sólo una parte de la gente y que el pueblo sólo pueda disfrutar de sus derechos al trabajo, instrucción y seguros sociales bajo el control de ciertas personas» (Presidente Mao Tse-Tung, Notas de lectura sobre el manual de economía política de la Unión Soviética. 1960)

«En la página 414 del manual se habla de los diferentes derechos que gozan los trabajadores, pero no se mencionan sus derechos de gestión del país, a la gestión de las diversas empresas, de las organizaciones culturales y de la educación. En realidad estos son los derechos más importantes de los trabajadores en el sistema socialista. Estos derechos fundamentales, sin los cuales el derecho a trabajar, a la instrucción, al descanso, etc., no tienen ningún valor». (Presidente Mao Tse-Tung, Notas de lectura sobre el manual de economía política de la unión Soviética. 1960)

Durante la GRCP la lucha contra los seguidores de la vía capitalista también tiene su manifestación en los centros de trabajo. El problema de las diferencias salariales, de la división del trabajo entre obreros y expertos, entre trabajo manual y trabajo intelectual diferenciaron a la línea roja de la línea burguesa.

 Los comunistas siempre hemos sido muy claros, y ya, en nuestro Programa, el «Manifiesto Comunista», se rechaza la división del trabajo dentro de la fábrica capitalista: “la industria ha transformado el pequeño taller del maestro patriarcal en la gran fábrica capitalista del capitalista industrial. Masas de obreros, hacinados en la fábrica, están organizados en forma militar. Como soldados rasos de la industria están colocados bajo la vigilancia de una jerarquía completa de oficiales. No son solamente esclavos de la clase burguesa, del Estado burgués, sino diariamente, a todas horas, esclavos de la máquina, del capataz y, sobre todo, del patrón de la fábrica.”

La burguesía propuso el incentivo material como motor de desarrollo de la economía, en concreto se especificó en el «salario por piezas» frente al salario por tiempo, más produces más cobras, poniendo el peso sobre el interés individual, trabajo para ganar más. En el caso de los cuadros técnicos: estudio para ganar más y tener mejor posición social. Se trataba de dividir a la clase obrera. Los que «mejor» trabajan, los más «capaces» más cobran.

Para el proletariado y los comunistas el objetivo es que el proletariado también ejerza su dirección en el centro de trabajo. Los problemas que se plantean en el centro de trabajo no son teóricos, hasta entonces todas las innovaciones técnicas relacionadas con el mayor bienestar de los obreros eran rechazadas por los cuadros técnicos seguidores de la vía capitalista por considerarlas poco beneficiosas económicamente, mientras que aquellas que aseguraban la sumisión del trabajador a la burguesía eran reforzadas, ahora las innovaciones técnicas se ejecutaban bajo el control obrero, dando énfasis al aspecto político y subordinado el técnico al político.

 Al mismo tiempo se trata de reducir las diferencias salariales y limitar la división del trabajo entre trabajo manual y trabajo intelectual. Sobre el tema del incentivo material la propia derecha trató de desarmar a la clase obrera, incentivó el individualismo y trató de justificar las diferencias salariales entre obreros y entre técnicos y obreros como si esto fuera un fenómeno natural debido a las diferencias en las aptitudes «naturales» de cada individuo y no por las relaciones de producción existentes.

Por tanto, en los propios centros de trabajo no solamente los cuadros técnicos participan del trabajo manual si no que los propios obreros participan de la gestión de los centros de trabajo para que la producción sirva a las necesidades de las masas. Cabe destacar la relación entre la universidad, los institutos técnicos y los centros de trabajo. Los investigadores participan del trabajo con los propios trabajadores manuales, toman contacto con las necesidades de las masas y desarrollan su labor científica con objetivos prácticos al servicio de éstas. A la vez estas estancias en los centros de producción sirven para que los trabajadores eleven sus conocimientos teóricos sobre los problemas prácticos que aparecen en el día a día, participan en las labores de investigación e innovación y controlan el proceso productivo.


LA TESIS DEL DESARROLLO DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS:

La tesis del desarrollo de las fuerzas productivas ha sido defendida constantemente por la burguesía infiltrada dentro del movimiento comunista internacional. Trosky, en su combate por la restauración del capitalismo en la URSS socialista también levantó ésta bandera: «El marxismo considera el desarrollo de la técnica el resorte principal del progreso, y construye el programa comunista sobre la dinámica de las fuerzas productivas». Una vez triunfante la contrarrevolución en la URSS tras la muerte de Stalin, la burguesía en el poder también pone el acento en la técnica. En un folleto distribuido por la delegación soviética en la Conferencia Sindical Internacional de los Ingenieros, Cuadros y Técnicos (El papel de los Ingenieros y de los Técnicos en la URSS. Turín, 1975) se pudo leer: «El ingeniero, como educador de la joven generación de la clase obrera, juega un papel muy importante». Ya no son los cuadros los que tienen que ser educados por las masas, ahora es la clase obrera la que tiene que ser educada por los técnicos, que son los que conocen a fondo los problemas del «resorte principal del progreso», la técnica. No debe extrañar que con la restauración capitalista en la URSS la clase obrera, ahora sin partido, no se dejara engañar por el «Estado de todo el pueblo», el envoltorio con el que se quería disfrazar la dictadura de la burguesía, y boicoteara la producción tanto con sus luchas como con la pasividad en el trabajo y el absentismo laboral.

Volviendo a la GRCP, frente a la tesis del desarrollo de las fuerzas productivas, el Presidente Mao puso en el centro la lucha de clases y en el problema del poder. Para la burguesía la fábrica es sólo una unidad de producción que da problemas técnicos o disciplinarios, para los comunistas el centro de trabajo, además de ser un lugar dedicado a la producción, es un lugar donde la clase obrera y la burguesía se disputan el poder y los Comités Revolucionarios, los órganos a través de los cuales la clase obrera ejerce su dictadura, ponen la política al mando, llevan adelante la revolución y promueven la producción siendo el desarrollo de la milicia, el pueblo armado la garantía contra la restauración capitalista.

Sobre el final de la GRCP y el golpe de estado de Teng compartimos plenamente la valoración del PCP: “La restauración del capitalismo en China, después del golpe contrarrevolucionario del 76, no es la negación de la GRCP, sino llanamente parte de la contienda entre restauración y contrarrestauración y, por el contrario, nos muestra la trascendental importancia histórica que tiene la GRCP”.

Como trascendental es el salto que dio la ideología comunista durante la GRCP, no podemos olvidar que la GRCP nos dio el maoísmo, la tercera y superior etapa del marxismo, siendo el Presidente Gonzalo al que le ha correspondido la tarea de establecer el maoísmo como tercera y superior etapa del marxismo.

EL PCP Y LA REVOLUCIÓN CULTURAL:

Como uno de los desarrollos del Presidente Gonzalo al maoísmo plantea la militarización y la construcción concéntrica de los partidos comunistas. Tres son las razones:

La primera porque estamos en la ofensiva estratégica de la Revolución Proletaria.

Las otras dos razones hacen referencia al problema de la lucha entre restauración capitalista y contrarrestauración en el socialismo, al problema de la continuación de la lucha de clases bajo dictadura del proletariado.
Aprendiendo de la experiencia de la GRCP y de la situación que se dio en la China socialista donde coexistieron dos cabezas, la política y la militar, lo que permitió el golpe de estado de 1976 y la restauración capitalista, el Presidente Gonzalo planteó:

1. Que los partidos comunistas deben militarizarse y ejercer la dictadura omnímoda de los tres instrumentos, forjarse en la guerra popular y potenciar la organización armada de las masas, la milicia popular, para que engulla al ejército. Por esto nos dice “forjar a los militantes comunistas, primero y principalmente, como combatientes y como administradores”; por eso todo militante estará forjado en la GP y alerta contra cualquier intento de restauración”.

2. Porque marchamos a una sociedad militarizada. Militarizando al Partido plasmamos un paso hacia la militarización de la sociedad que es la perspectiva estratégica para garantizar la dictadura del proletariado. La sociedad militarizada es el mar armado de masas de que nos hablaban Marx y Engels, que cautela la conquista y defensa del Poder conquistado.


LA GRCP Y EL NUEVO REVISIONISMO

Las principales tesis levantadas por el nuevo revisionismo, que se autodenomina como maoísta, ya fueron combatidas y aplastadas por el Presidente Mao y los comunistas chinos durante la GRCP.

Sobre «la teoría del genio», que se une a la vieja tesis de «Quienes trabajan con la mente gobiernan; quienes trabajan con las manos son gobernados», nos reafirmamos en que el conocimiento sólo puede venir de la práctica revolucionaria y de que son las masas las que hacen la historia. Como el Presidente Mao dijo: «los humildes son los más inteligentes; la élite es la más ignorante».

Sobre la teoría de la benevolencia que «implica amar a todos los hombres» nos reafirmamos en la violencia revolucionaria y en la dictadura del proletariado. El Presidente Mao señaló: «Para corregir un error, hay que sobrepasar los límites justos, de otra manera el error no será corregido», también sobre el movimiento campesino en China especificó: «Para decirlo con toda franqueza , en todas las aldeas se necesita un breve periodo de terror», es decir para destruir el viejo orden hacen falta grandes movimientos de masas y realmente revolucionarios. Las masas no quieren un socialismo ni de intelectuales ni de «rostro humano».

Sobre «la doctrina del medio» que afirma que «Si dos partes luchan entre sí, se hacen hostiles; si están en paz, llegan a la amistad», la rechazamos y la aplastamos, estamos por la lucha de clases. La clase obrera y los pueblos del mundo quieren la revolución y no conciliar con la burguesía, solamente luchando se puede avanzar. Dentro de las organizaciones revolucionarias y dentro de los Partidos comunistas sólo se puede avanzar combatiendo las actitudes,ideas, posiciones burguesas que se dan dentro mediante lucha de dos líneas y no conciliando.

El marxismo se ha desarrollado siempre en lucha. Así la experiencia de la Revolución de Octubre y el combate al revisionismo de la II Internacional nos dio el leninismo. Del mismo modo la Revolución China y la Gran revolución Cultural Proletaria, el combate al revisionismo soviético y a la burguesía dentro del propio PCCH, representada por Liu Sao Chi, Deng y Lin Piao nos dieron el maoísmo, y hoy el maoísmo, la ideología del proletariado, se desarrolla sobre la experiencia de las guerras populares y guerras revolucionarias que se están desarrollando en el mundo principalmente la guerra popular en el Perú dirigida omnimodamente por el PCP y en combate a la burguesía disfrazada de maoísta como la LOD y la LOI tanto en el propio Perú como a nivel internacional.


 MIP (Movimiento por el Internacionalismo Proletario), 
Mayo 2013

miércoles, 8 de mayo de 2013

SOBRE LA MORAL COMUNISTA



LA JUVENTUD ESTA DISPUESTA A “VIAJAR” EN LAS CUATRO DIRECCIONES *
Chan Feng-meí
(Secretaría de la célula general de la Liga de la Juventud
Comunista en la brigada de producción Taikou, comuna Chang-
tien, distrito Kuantien, Liaoning.)


“Cuando los padres viven, los hijos no deben ir lejos”. Esto constituye un importante contenido en la reaccionaria doctrina de Confucio, cuya influencia es amplia y debe ser censurada.
¿Por qué Confucio planteó ritos y reglamentos como el que acabamos de citar? Sólo se puede encontrar la respuesta en la lucha de clases que se desarrollaba en la época en que vivió Confucio y en la posición política de éste.
Confucio vivió en las postrimerías del Período de Primavera y Otoño, período que registra un tremendo cambio social, el paso del sistema esclavista al sistema feudal. La clase terrateniente recién surgida rivalizó con la reaccionaria clase de los esclavistas, en lo económico, político e ideológico y lanzó vigorosos ataques contra ella, a la vez que los esclavos se levantaban en rebelión contra los propietarios esclavistas. Bajo esta situación revolucionaria llena de desórdenes bajo el cielo, la reaccionaria clase esclavista no solamente cayó en desintegración en lo tocante a la dominación económica y política, sino que también marchaba hacia la descomposición ideológica y moral en las relaciones de clan y tribu. Por aquel entonces, los ministros no eran fieles a sus reyes, los hijos no sentían amor por los padres y los hermanos menores no obedecían a los mayores; los esclavos escapaban y los hijos se iban lejos de sus hogares, todo esto destruía los conceptos tradicionales que sobre la familia tenía la clase de los esclavistas, debilitaba y perjudicaba su dominación reaccionaria. Bajo estas circunstancias, Confucio, colocándose en la posición reaccionaria esclavista, planteó una serie completa de ritos y reglamentos, incluyendo el reaccionario programa de “cuando los padres viven, los hijos no deben ir lejos”, tendientes todos ellos a salvaguardar la clase esclavista.
El núcleo del sistema ético de Confucio es lo que él llamó “piedad filial y deber fraternal”. Confucio abogó porque estos postulados fueran tomados como regla de virtud de la gente determinando que los hijos debían tomar por objetivo de su vida el sostener a sus padres, en caso contrario, según este abogado de los esclavistas, sería “despiadado” y “carente de virtud” y debería ser condenado. Confucio perseguía, al formular estos conceptos éticos de clan y tribu, proteger el sistema filial y legal esclavista “desde el supremo del Estado hasta el linaje familiar”. Al propagar que los hijos tuvieran piedad por sus padres, que los hijos debían actuar alrededor de los padres y, al difundir que los padres debían respetar y tener filialidad por el soberano, Confucio deseaba que todos los padres actuaran alrededor del “hijo del cielo”. En realidad, lo esencial de su exigencia era que las gentes “se dominaran a sí mismos y retornaran a los ritos”, que no “causaran daño a los superiores y desórdenes” y fueran dóciles “hijos piadosos”, “pueblo sumiso” de la tiranía esclavista. Confucio planteó los reglamentos y la doctrina filial de “cuando los padres viven, los hijos no deben ir lejos”, precisamente para lograr su finalidad criminal de defender la dominación reaccionaria de la clase esclavista. Pero esto no podía ser más que una  quimera.
El marxismo considera que las relaciones entre padres e hijos y las relaciones familiares en una sociedad clasista sólo pueden ser las existentes entre las clases. A una etapa histórica determinada, corresponden determinadas relaciones de familia que sólo pueden ser producto de las determinadas relaciones de producción existentes en dicha etapa histórica. A medida que se desarrollan y cambian las relaciones de producción, se desarrollan y cambian, correspondientemente, las relaciones de familia y sus conceptos. Esta es una tendencia histórica que ningún reaccionario es capaz de impedir. Los ritos y reglamentos reaccionarios de Confucio con toda su doctrina no lograron salvar de la ruina a la clase esclavista ni tampoco salvaron de la desintegración y la ruina a las familias aristócratas esclavistas. La causa radica en que el programa de Confucio representa la reacción. Confucio no quiso que los demás “fueran lejos” para organizar la rebelión contra los propietarios de esclavos, pero, él mismo “viajaba lejos” por los diferentes Estados a fin de dar sugerencias y planes a la clase esclavista de los diversos lugares, sin sentir ningún cansancio. Es claro que Confucio se oponía solamente al “viaje” revolucionario y no al contrarrevolucionario. En cuanto a esto último, no sólo no se oponía, sino que era el primero que encabezaba la violación de su propio rito, dejando así, al desnudo, su esencia de reaccionario.
Durante más de dos mil años, todo personaje representante de las clases explotadoras, traficó siempre con esa mercancía negra de la reaccionaria “doctrina filial”, como opio espiritual que adormece a la juventud, a fin de defender la dominación reaccionaria. Los arribistas e intrigantes antipartido Liu Shao-chi y Lin Piao, depositaron sus esperanzas, de hacer realidad su sueño de restaurar el capitalismo, en la joven generación; por ello, se opusieron y sabotearon en lo posible la integración de los Jóvenes instruidos con los obreros y campesinos, izaron de nuevo la bandera negra de la “tienda de Confucio” para invocar su espíritu y deliraron diciendo: “Si no sabes ser buen hijo, ¿cómo podrás ser un hombre?”, “la nostalgia del pueblo natal es sentimiento general de la gente”. Esta es una nueva edición del reaccionario programa confuciano de “cuando los padres viven, los hijos no deben ir lejos”. Ellos intentaban en vano envenenar a la juventud con “sentimientos entre madre e hijos”, “amor a los propios hijos” y cosas de semejante “naturaleza humana”, para hacer que los jóvenes concentraran su visión en el pequeño círculo de los padres y de’ la familia, haciéndoles así olvidar los intereses fundamentales del proletariado en su totalidad la causa del Partido, la gran meta de la revolución, y convertirlos en mediocres con corta vista. Taimadamente y partiendo de los conceptos de “virtud”, de “fidelidad y fllialidad” de clase explotadora, traficaban con las siniestras mercancías del apriorismo idealista e inculcaban en los jóvenes la teoría de “estudiar para ser funcionario”, llamándoles a “no prestar oído a lo que sucede fuera de la ventana y concentrar su atención en la lectura de los libros de los santos y sabios”, pregonando que “al obtener fama, ilustras a tu familia y tus antepasados sienten gran honor”. Utilizaban el egoísmo burgués para seducir a la juventud a fin de que siguiera el camino siniestro de apartarse de la política proletaria, se divorciara de las masas obreras y campesinas y de las tres prácticas revolucionarias — la lucha por la producción, la lucha de clases y la experimentación científica —, a fin de que se convirtiera en aristocracia espiritual burguesa que desprecia el trabajo manual, con el objetivo de hacer de la juventud una “fuerza servil” e instrumentos dóciles para la restauración capitalista. Pero la historia ha demostrado que esta artimaña no fue más que una vana intención.
El marxismo considera que en una sociedad de clases la moral tiene un carácter clasista. Engels señaló: “Hasta hoy toda teoría moral ha sido, en última instancia, producto de las condiciones económicas de la sociedad en el período correspondiente. Y como hasta el día la sociedad se ha agitado entre antagonismos de clase la moral ha sido siempre una moral de clase.” La moral del proletariado toma los mayores intereses y exigencias del proletariado y del resto del pueblo trabajador como su norma más alta y tiene como principio de su moral el servir a los intereses de la abrumadora mayoría de la gente en el mundo. Sienta  sobre la base clasista las relaciones familiares, sirve a la consolidación y desarrollo de la base económica socialista, a la consolidación y fortalecimiento de la dictadura del proletariado. El proletariado considera que si su clase en su conjunto no logra sus intereses, tampoco se lograrán los intereses de los padres, de la familia, ni de los individuos. El “viajar lejos” o no, no obedece a las necesidades de los padres sino a las de la revolución. La revolución no se limita a un lugar fijo (no tiene campos delimitados ni es estática) y los jóvenes deben tener una firme voluntad para “viajar” en las cuatro direcciones. Nosotros, los jóvenes, instruidos bajo la educación cuidadosa del Partido Comunista y del Presidente Mao y sobre todo a través del temple que nos ha dado la Gran Revolución Cultural Proletaria y la campaña de critica a Lin Piao y Confucio, llegamos a comprender plenamente que las falacias difundidas por estafadores del tipo de Liu Shao-chi y Lin Piao, falacias como la del “sentimiento entre madre e hijos”, “amor del hijo”, envenenan el alma y son como suave puñal que mata sin que aflore la sangre. Este entendimiento ha afirmado aún más nuestra decisión de seguir el camino de la integración con los obreros y campesinos. Millones de jóvenes revolucionarios instruidos, tras condenar seriamente las falacias de Liu Shao-chi y Lin Piao sobre “estudiar para ser funcionario”, “ir al campo para obtener un barniz de revolucionario”, “transformación mediante trabajo forzoso”, etc. se deciden a entregar toda su vida al Partido, a ir a las zonas rurales, a las regiones fronterizas y a aquellos lugares que presentan mayores dificultades, ya que se trata de una gran revolución que modifica las costumbres y los hábitos viejos, censurando severamente los viejos conceptos tradicionales representados por la doctrina de Confucio y Mencio.
Respondiendo al gran llamamiento del Presidente Mao, en 1968 yo vine desde a ciudad Lüta a establecerme aquí, en la brigada de producción Taikou de la comuna Changtien. En estos años de vida en el amplio escenario del campo, he salido al encuentro de la tempestad y he enfrentado al mundo limpiando ‘de mi mente las influencias dejadas por los viejos conceptos que nos hacen menospreciar a los campesinos y huir de las labores. Gracias a la ayuda y a la educación que los campesinos pobres y campesinos medios de la capa inferior me han brindado, mi conciencia política e ideológica se ha elevado considerablemente. La práctica de estos años me ha hecho comprender profundamente que ir a las zonas rurales a integrarse con las masas obreras y campesinas es un camino que se necesita seguir para llegar a ser continuadores de la causa revolucionaria del proletariado, que se trata de un problema de importancia fundamental para el largo período de la consolidación de la dictadura del proletariado y para prevenir la restauración del capitalismo. Los hechos han corroborado que, para los jóvenes instruidos, el ir a las zonas rurales implica una enorme significación en la tarea por eliminar las diferencias entre la ciudad y el campo, entre los obreros y los campesinos, entre el trabajo intelectual y el trabajo manual. Los jóvenes instruidos constituyen una fuerza vigorosa para transformar las costumbres y hábitos viejos en el campo y para transformar la sociedad.
En un patio no es posible adiestrar caballos alados ni en el florero pueden crecer pinos milenarios. Los jóvenes revolucionarios debemos poner la mirada en todas  partes, ir al campo, a las zonas fronterizas, a los lugares donde más nos necesiten. Debemos asumir la importante responsabilidad que nos asigna la historia y consagrar nuestra juventud a la realización del comunismo.

*Obreros,  campesinos y soldados critican a lin Piao y Confucio. Ediciones en lenguas extranjeras,  Pekín.

miércoles, 29 de agosto de 2012

MI VIDA-Presidente Mao Tse Tung



MI VIDA

MAO TSE TUNG
 (1937)


La marcha victoriosa del ejército comunista y su llegada
triunfal a Kansú y Shensi con sus fuerzas vitales intactas, se
deben, en primer lugar, a la justa dirección del Partido
Comunista pero también a la gran habilidad, al valor, a la
voluntad, a la fortaleza casi sobrehumana y al ardor
revolucionario de los cuadros de base de nuestra población de
soviets. El Partido Comunista de China ha estado siempre, está
ahora y estará siempre agradecido al marxismo-leninismo y
continuará luchando contra todas las tendencias oportunistas.
Esta firmeza es una de las razones de su fuerza invencible y la
inevitabilidad de su victoria final.