¡Proletarios
de todos los países, uníos!
¡VIVA EL
DÍA DE LA MUJER PROLETARIA!
“En
cuanto a las mujeres, además de estar sometidas a estos tres
sistemas de autoridad, se encuentran dominadas por los hombres (la
autoridad marital). Estas cuatro formas de autoridad –política,
de clan, religiosa y marital- encarnan la ideología y el sistema
feudo-patriarcales en su conjunto y son cuatro gruesas sogas que
mantienen amarrado al pueblo chino, y en particular al campesinado.
Se ha descrito más arriba cómo los campesinos derrocan la autoridad
política de los terratenientes en el campo, que constituye el pilar
de los demás sistemas de autoridad. Con el derrocamiento de la
autoridad política de los terratenientes, comienzan a tambalear la
autoridad de clan, la religiosa y la marital.”
(Presidente
Mao Tse-tung “Informe sobre una investigación del movimiento
campesino en Junán”, Marzo de 1927)
“La
democracia burguesa es la democracia de las frases pomposas, de la
palabrería solemne, de las promesas rimbombantes, de las consignas
grandilocuentes de libertad e igualdad, pero, en
la práctica, todo eso oculta la falta de libertad y la desigualdad
de la mujer, la falta de libertad y la desigualdad de los
trabajadores y de los explotados.
¡Abajo
esta mentira! Abajo los falsarios que hablan de libertad e igualdad
para todos, mientras existe un sexo oprimido,
mientras existen clases opresoras, mientras existe la propiedad
privada sobre el capital y sobre las acciones, mientras existen
hartos que con sus excedentes de trigo esclavizan a los hambrientos.
No libertad para todos, no igualdad para todos, sino lucha
contra los opresores y explotadores, eliminación de la
posibilidad de oprimir y de explotar. ¡Esa es nuestra
consigna!”
(Lenin.
“El Poder soviético y la situación de la mujer”. T. 39,
págs. 285-288)
“Se
puede distinguir en el feminismo tres tendencias fundamentales, tres
colores sustantivos: feminismo burgués, feminismo pequeño burgués
y feminismo proletario. Cada uno de estos feminismos formula sus
reivindicaciones de una manera distinta. La mujer burguesa solidariza
en feminismo con el interés de la clase conservadora. La mujer
proletaria consustancia su feminismo con la fe de las multitudes
revolucionarias en la sociedad futura. La lucha de clases –hecho
histórico y no aserción teórica- se refleja en el plano feminista.
Las mujeres, como los hombres, son reaccionarias, centristas o
revolucionarias. No pueden por consiguiente, combatir juntas la misma
batalla. En el actual panorama humano, la clase diferencia más a los
individuos que en el sexo”.
(José
Carlos Mariátegui, citado en “El marxismo, Mariátegui y el
Movimiento Femenino”, CC del Partido Comunista del Perú,
Ediciones Bandera Roja, 1975)
Sobre el día de la
mujer
Es necesario partir de
que hay que tener claro que este día, 8 de Marzo, como cualquier
día, pertenece a la clase obrera, a las mujeres explotadas por el
capitalismo. Celebramos el 8 de Marzo porque históricamente es un
triunfo de la clase: por eso es el Día de la Mujer Trabajadora, de
la obrera, de la proletaria, el día de la mujer explotada, no es el
Día de la Mujer Burguesa, de las empresarias o capitalistas, no es
el Día de la Mujer Explotadora. Es el día en que todo el
proletariado rinde homenaje a las proletarias en lucha contra el
Capital y, por tanto, también contra las mujeres capitalistas,
prestando especial atención a los problemas que afectan a este
sector de nuestra clase.
Es
vil e infame que bajo las banderas de un “feminismo” coludido con
el reformismo burgués, con el miserable y putrefacto sistema
capitalista, con el imperialismo y con la reacción, se trate de
falsificar y traficar con el verdadero objetivo del Feminismo
Proletario: cuyo real y luminoso objetivo es aplastar, barrer, volar
en pedazos definitivamente al capitalismo, al imperialismo y a la
reacción, para que la clase obrera toda alcance el dorado comunismo.
Estamos
por moler, pulverizar, dinamitar este vil y caduco sistema.
Fue
en la II Conferencia de Mujeres Socialistas celebrada en Copenhague
en agosto de 1910 cuando se decidió por iniciativa de Clara Zetkin
convertir el 8 de marzo en el día de la mujer proletaria. Desde ese
momento hasta nuestros días, la mujer proletaria no ha cesado de
combatir por su emancipación y la de su clase, el proletariado, y
por la conquista del poder político por la clase obrera como única
forma de conquistar la plena igualdad real y no formal con el hombre.
Hoy,
en plena crisis general del imperialismo, el reformismo, el
revisionismo y los imperialistas tratan de salvar la sociedad
burguesa dividiendo al proletariado y tratando de sembrar ilusiones
reformistas entre millones de proletarias. Para esto usan una
variante de la vieja teoría de la "naturaleza femenina
deficitaria" que ha servido para justificar la opresión de la
mujer. Teoría presentada ahora bajo el disfraz de la “teoría de
género” y que presentando al hombre como un depredador vuelve a
colocar a la mujer en el lugar de un cándido e ingenuo corderito. El
feminismo burgués, incapaz de dar ninguna respuesta a esta crisis,
como tampoco lo fue en la década de los 30 del siglo pasado, trata
de sembrar ilusiones entre las mujeres obreras con la teoría de
“género” con el objeto de mantener los privilegios dentro de la
sociedad capitalista de las mujeres de las clases dominantes y de
una parte de las mujeres pertenecientes a la aristocracia obrera. En
el Tercer Mundo directamente apuntan a dividir a los movimientos de
liberación nacional y a las guerras populares.
Si
tomamos la historia del movimiento femenino desde la Revolución
Francesa hasta el presente no es la historia del “tierno corderito”
ni de la “autodefensa”, es la historia de millones de mujeres que
asumieron y asumen su papel protagonista en la batalla contra la
vieja sociedad.
Durante
la Revolución Francesa, Héroigne de Méricourt combatió en primera
línea en el asalto a la Bastilla. Pauline León defendió la
militarización de las mujeres. Corría el otoño de 1792 cuando la
sociedad de “Amigas de la Libertad y de la Igualdad” se pusieron
a la cabeza de la revolución en Lyon y tomaron la ciudad. La
“Sociedad de las Republicanas Revolucionarias” se unió a los
sectores comunistas de la Revolución Francesa siendo perseguidas y
prohibidas por el Cté. de Sanidad Pública pues sus aspiraciones
políticas iban más allá que las de Robespierre.
De
la experiencia de la Comuna de París y del papel de las mujeres en
ésta, en la prensa inglesa de la época se llegó a publicar lo
siguiente: “Si los franceses sólo fueran mujeres ¡Qué pueblo tan
terrible sería!”. Todas estas miles de mujeres con plena
conciencia unieron la defensa de la dictadura del proletariado al
combate por su igualdad en la sociedad. A la historia del
proletariado ha pasado Louise Michel por su valor y abnegación en
la defensa de la Comuna.
La
revolución alemana, como la Revolución Rusa, también dieron como
fruto otras grandes revolucionarias como Rosa Luxemburgo, Clara
Zetkin, Kollantai, Krupskaya…
Durante
la II Guerra Mundial el ejército soviético fue el único en contar
con mujeres en primera línea. Destacamos las aproximadamente mil
mujeres que pilotaron cazas y bombarderos, en 1942 había 3
regimientos aéreos formados exclusivamente por mujeres, que
demostraban en los hechos que la mujer soviética había dejado la
tutela del marido para formar parte de la sociedad socialista con
plenos derechos. Por eso dieron su vida estas mujeres contra el
fascismo, por la defensa de la dictadura del proletariado y por la
defensa de su nueva posición en la nueva sociedad. Más del 70% de
las 800.000 mujeres que participaron en la Segunda Guerra Mundial en
el Ejército Rojo combatieron en el frente y de ellas 80.000 eran
oficiales. La mujer proletaria y la mujer campesina pobre han
participado también con las armas en la mano en los grandes
movimientos revolucionarios de nuestra época: en el movimiento de
liberación nacional, revoluciones de nueva democracia, revoluciones
socialistas y la Revolución Cultural en China.
Durante
la Revolución China millones de mujeres se movilizaron dirigidas
por el PCCH. La participación de la mujer en la guerra contra la
invasión japonesa aplastó la idea reaccionaria de que las mujeres
«solo sirven para el trabajo doméstico». La reforma agraria donde
también millones de mujeres participaron de forma activa tuvo como
resultado la demolición del sistema patriarcal-feudal. Las
campesinas conquistaron títulos de propiedad personales sobre la
tierra, dejaron de ser la “esposa de...”. La Revolución de Nueva
Democracia demolió la antigua estructura familiar, la mujer dejó su
minoría de edad respecto al hombre y pasó a estar en la vanguardia
de las transformaciones revolucionarias. Hizo más por la mujer la
reforma agraria: “¡la tierra para quien la trabaja!”, que los
millones de discursos sobre la igualdad con que bombardea a la mujer
obrera y pobre el imperialismo, la reacción y el revisionismo.
Durante
la Gran Revolución Cultural Proletaria más de 300 millones de
mujeres se movilizaron contra el revisionismo de Liu, Deng y Lin
Piao, lucha entre el camino comunista y el camino capitalista. Se
crearon talleres colectivos de trabajo doméstico, comedores
colectivos, se apuntaba a que la sociedad fuera responsable de los
hijos y que éstos no fueran responsabilidad de la familia (propiedad
de...) ni del Estado. El objetivo fue acabar con el carácter privado
de la familia y de las tareas domésticas liberando a la mujer
totalmente del mundo del hogar. Chian Ching es la mejor expresión de
la incorporación de millones de mujeres dirigidas por el Partido de
la clase obrera, el PCCH, a la transformación revolucionaria de la
sociedad y al combate contra la restauración del capitalismo.
Situación de la mujer
La burguesía sigue
tratando de crear la ilusión de que sin destruir la sociedad
burguesa es posible la plena igualdad de la mujer con el fin de
dividir a la clase obrera. Sin embargo los datos de violencia contra
la mujer en los supuestos “paraísos” imperialistas son
contundentes. En el informe de la ONU “The World's Women 2010.
Trends and Statistics” recogen entre otros los siguientes
datos: “en Suecia el 25% de las mujeres han sufrido en algún
momento de sus vidas una agresión sexual, el 28% en Dinamarca”.
Si miramos al Tercer Mundo, además de sufrir las consecuencias
de la crisis y la semifeudalidad, las guerras imperialistas apoyadas
también por gobiernos “feministas” como el de Zapatero en
España, (Libia, Siria, Irak…) suponen un ataque brutal a las
condiciones de vida de la mujer proletaria y campesina pobre y a sus
derechos conquistados con décadas de lucha y sangre.
El capitalismo sólo es
capaz de da una igualdad jurídica formal a las mujeres, en modo
alguno puede emanciparlas. Con el desarrollo del imperialismo la
concepción burguesa frente a la condición femenina se reaccionariza
cada vez más y profundiza más la opresión social, económica,
política e ideológica sobre las mujeres, aunque se pinte y camufle
de mil maneras.
Politización,
movilización y organización de las mujeres, esa es la tarea en la
cual contenderán duramente las líneas burocrática y democrática
para: organizar a las mujeres corporativamente y en beneficio de las
clases explotadoras, o democráticamente para servir al pueblo,
respectivamente.
Por tanto, dentro del
movimiento femenino combaten dos posiciones de clase antagónicas: La
proletaria y la burguesa. Revolución o contrarrevolución.
Sobre la lucha de la
mujer y la guerra popular
Hoy, como ayer, el
revisionismo, la reacción y el revisionismo difunden el feminismo
burgués para enrumbar a las mujeres hacia el cretinismo
parlamentario y desviarlas así de su camino: la guerra popular,
dirigida por un partido comunista marxista-leninista-maoísta,
militarizado.
Hoy, la base de masas de
la revolución proletaria mundial está en el Tercer Mundo y son
millones de proletarias y campesinas pobres las que se han
incorporado para combatir al imperialismo, la reacción y al
revisionismo. Combate que va unido al de su emancipación. Es fácil
comprobar la incorporación de la mujer bajo la bandera del maoísmo
a las guerras populares en el Perú, India, Turquía..., pues su
liberación está unida al triunfo de la clase obrera. En el Perú la
guerra popular dirigida por el PCP no sólo ha movilizado a la mujer
en el campo y la ciudad, desde la lucha reivindicativa hasta la
guerra popular, si no que en el Nuevo Poder ha conquistado el papel
que la vieja sociedad le niega.
Por
todo esto millones de mujeres se han incorporado a las filas de la
revolución proletaria de forma consciente y dirigidas por verdaderos
partidos comunistas como en el Perú, el PCP, partido
marxista-leninista-maoísta-pensamiento gonzalo, principalmente
pensamiento gonzalo, aplastan el cretinismo parlamentario, destruyen
la vieja sociedad a la vez que van construyendo la nueva, demostrando
que su presente y futuro está unido a la transformación
revolucionaria del mundo.
En
el Día de la Mujer Proletaria queremos reafirmarnos en que la
emancipación de la mujer sólo será posible emancipando a la clase,
al proletariado; porque sólo así, hombres y mujeres proletarios,
unidos, como un solo puño de acero, volaremos en mil pedazos a este
decadente sistema, y marcharemos juntos hacia el esplendoroso futuro
de una nueva sociedad, hacia el comunismo.
¡VIVA EL DÍA DE LA
MUJER PROLETARIA!
¡VIVA EL MAOÍSMO, ABAJO
EL REVISIONISMO!
¡GUERRA POPULAR HASTA EL
COMUNISMO!
Movimiento por el Internacionalismo Proletario (MIP), marzo 2013
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