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miércoles, 24 de enero de 2024

Marcha Unitaria en Madrid en Apoyo a la Resistencia Palestina


 Ante la convocatoria de una marcha unitaria en Madrid por el apoyo al pueblo palestino, contra el genocidio del Estado sionista de Israel, publicamos de nuevo la posición del MPP y de los maoístas respecto a la cuestión de Palestina:

¡Proletarios de todos los países, uníos!

¡VIVA PALESTINA!
¡APLASTAR AL IMPERIALISMO Y AL SIONISMO CON GUERRA POPULAR!

El Movimiento Popular Perú, organismo generado del Partido Comunista del Perú para el trabajo en el extranjero, saluda al pueblo palestino y sus heroicos combatientes que dan sus vidas en la justa e invencible guerra de liberación nacional contra el invasor, el Estado sionista de Israel, avanzada e instrumento del imperialismo, principalmente yanqui. Llamamos al proletariado internacional y a los pueblos oprimidos del mundo, a todos los comunistas, revolucionarios y progresistas, a tensar las fuerzas y cerrar filas en torno al apoyo incondicional a la lucha palestina, desarrollando cada vez más acciones y movilizaciones contra la ocupación sionista y el genocidio en curso.

La heroica lucha del pueblo palestino brilla ante el mundo como símbolo de toda la lucha contra el imperialismo. La lucha palestina tiene importancia particular, porque es una lucha contra un Estado sionista explícitamente fundado con el propósito de servir al imperialismo en el Medio Oriente y a nivel mundial. El fundador del sionismo Theodor Herzl planteó en 1896: “construir para Europa [en Palestina] un muro contra Asia”, un Estado para “servir de avanzada de la civilización occidental frente al barbarismo”, y desde su fundación Israel ha prestado sus servicios sangrientos a las superpotencias y potencias imperialistas y sus lacayos en los países oprimidos, enviando sus expertos en genocidio, tortura y “contrainsurgencia” a América Latina, Asia, África y Europa y sirviendo como base del imperialismo, principalmente yanqui, en el Medio Oriente.

El sionismo, elaborado por el puñado más reaccionario y más chovinista de la burguesía judía en Europa, solo es una de las variantes de la ideología abiertamente racista y genocida del imperialismo del siglo XIX, lado a lado con el “destino manifiesto” del imperialismo yanqui y el nazismo del imperialismo alemán; ideologías para justificar la explotación, opresión y genocidio imperialistas con el mito de una “raza superior” que tiene el derecho “dado por dios” de aniquilar y oprimir a las “razas inferiores”. Antes de la Segunda Guerra Mundial, las burguesías imperialistas (e incluso los sionistas) centraron en “la cuestión judía” como el instrumento ideológico para justificar la guerra de rapiña en la Europa Oriental y la lucha contra la Unión Soviética y el movimiento comunista internacional. Hoy, los mismos imperialistas – y los mismos fascistas – llevan a cabo una constante campaña racista contra los pueblos árabes para justificar sus guerras de rapiña en el Medio Oriente y la explotación y opresión de los pueblos oprimidos en general con la patraña de “defender la civilización” contra los “extremistas fundamentalistas”.

Pero las patrañas y los mitos chovinistas del imperialismo están fracasando; la lucha del pueblo palestino y el genocidio sionista  - apoyado por el imperialismo – desenmascaran al imperialismo y sus gobiernos “democráticos” ante el mundo, revelando con toda claridad su carácter genocida y decrepito. A pesar de toda la propaganda y desinformación de los medios de comunicación, los reaccionarios no pueden engañar a las masas del mundo. Ahora, cientos de miles de personas se movilizan cada semana simultáneamente en todos los continentes en apoyo a Palestina y contra el genocidio en curso. Las manifestaciones, que inicialmente se realizaron en los países oprimidos y por la población árabe en diferentes países, están creciendo cada semana, en gran parte porque se incorporan cada vez más los pueblos de los países imperialistas. Así, a pesar del negro trabajo de los revisionistas  - la llamada “izquierda” social-chovinista que hoy está condenando la lucha justa del pueblo palestino en los parlamentos – las movilizaciones sirven a unir a los pueblos contra el imperialismo y unir la lucha de clases en cada país con el movimiento de liberación nacional de los pueblos oprimidos. Así también, estos acontecimientos confirman en forma contundente la contradicción principal en el mundo entre el imperialismo y los pueblos oprimidos, y que el tercer mundo es base de la revolución proletaria mundial.

La implacable lucha y resistencia del pueblo palestino y el genocidio sionista en curso generan problemas para todos los imperialistas, agravando aún más su crisis general y última. El imperialismo yanqui necesita el Estado sionista para mantener su control del Medio Oriente, pero su apoyo a Israel le genera cada vez más problemas. La economía de esta superpotencia en crisis no permite apoyar económica y militarmente a todos sus lacayos en el mundo, agravando las contradicciones internas de la gran burguesía yanqui. Y así como fue el caso con Sudáfrica, el apoyo a un régimen descaradamente racista y genocida agudiza aún más el odio de los pueblos contra el imperialismo yanqui, y pone en riesgo sus relaciones con gobiernos aliados en el Medio Oriente y otros lugares. Hay indicaciones de que los yanquis están considerando sustituir los regímenes de Israel y de Palestina por nuevos regímenes títeres, una “solución de dos Estados” según el modelo de la “revolución arcoíris” en Sudáfrica para estar en mejores condiciones para continuar la explotación y opresión imperialista de Palestina. Ver la entrevista con Hillary Clinton del 8 de noviembre, donde dice “creo que es necesario que haya un nuevo liderazgo de los israelíes y los palestinos para tener alguna posibilidad de llegar a algún tipo de acuerdo de paz.”

Igualmente, la situación actual genera problemas para los imperialistas chinos y rusos. Con su estrategia reaccionaria de presentarse como los “imperialistas buenos” y movilizar a los pueblos del mundo en un “frente global” contra el imperialismo yanqui, se encuentran obligados a intervenir contra el genocidio y la intervención yanqui, pero todavía no quieren entrar en confrontación directa con los yanquis e iniciar una nueva guerra mundial. China y Rusia, en colusión y pugna con los demás imperialistas, también tienen la necesidad reaccionaria de contener y reprimir la lucha de liberación nacional de los países oprimidos, y la guerra en Palestina está socavando y desenmascarando sus planes.

Lo que corresponde a los comunistas del mundo es enarbolar y concretizar el apoyo firme e incondicional a la guerra de liberación de Palestina, y desenmascarar a todos los revisionistas y otros que ahora buscan socavar el movimiento de apoyo a Palestina; lacayos del imperialismo que “condenan la violencia de ambos bandos”, pero en realidad son apologistas del genocidio, de la explotación y la opresión. También corresponde a los comunistas promover y coadyuvar al proceso de construir o reconstituir el Partido Comunista en Palestina para dirigir la lucha de liberación nacional y desarrollarla como guerra popular así como en todos los países, siendo que la burguesía en las naciones oprimidas en esta época ya no es capaz de dirigir a los pueblos para barrer a los imperialistas y llevar la revolución hasta su fin.

Hace décadas, el imperialismo yanqui y sus lacayos en el mundo árabe han aplicado su plan de reprimir, aislar y aniquilar principalmente a los dirigentes y las organizaciones proletarias y revolucionarias, mientras han promovido y alimentado los movimientos religiosos. Al mismo tiempo, la influencia negra del revisionismo ha contribuido a debilitar, dividir y liquidar las organizaciones comunistas en la región, y consecuentemente los comunistas allí inevitablemente tienen que hacer la lucha implacable contra el revisionismo y asumir y aplicar la ideología universal del proletariado, el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo. Solo así será posible unir a todas las clases del pueblo bajo dirección proletaria en un frente único para la guerra de liberación nacional y nunca venderse a ninguna superpotencia o potencia imperialista.

“Hoy día la realidad es una, los mismos contendientes de la I y II Guerra Mundiales, están generando, están preparando la III nueva guerra mundial. Eso debemos saber y nosotros como hijos de un país oprimido somos parte del botín ¡No lo podemos consentir! ¡Basta ya de explotación imperialista! ¡Debemos acabar con ellos!. Somos del tercer mundo y el tercer mundo es base de la revolución proletaria mundial, con una condición, que los Partidos Comunistas enarbolen y dirigan. ¡Es lo que hay que hacer!” (El Discurso del Presidente Gonzalo)

¡VIVA LA INVENCIBLE GUERRA DE LIBERACIÓN NACIONAL DE PALESTINA!
¡APLASTAR Y BARRER AL IMPERIALISMO Y AL SIONISMO CON GUERRA POPULAR!
¡LA SANGRE NO AHOGA LA REVOLUCIÓN SINO LA RIEGA!
¡UNIR A LOS PUEBLOS BAJO DIRECCIÓN PROLETARIA CONTRA TODOS LOS IMPERIALISTAS Y SUS GUERRAS!

Movimiento Popular Perú
Noviembre de 2023




martes, 5 de septiembre de 2023

SUECIA 2023: POLÍTICA FASCISTA, BELICISMO Y MÁS EXPLOTACIÓN

 


¡Proletarios de todos los países, uníos!


SUECIA 2023:
POLÍTICA FASCISTA, BELICISMO Y MÁS EXPLOTACIÓN

El aumento de los precios de los alimentos y la energía, el rápido crecimiento de la pobreza, la abolición de los derechos de la clase obrera y el continuo deterioro deliberado de la sanidad, la educación y el transporte público. Esta ofensiva de la burguesía contra el pueblo trabajador viene produciéndose desde hace mucho tiempo, pero ahora se está intensificando rápidamente. No es casualidad que esto ocurra paralelamente a una política cada vez más abiertamente fascista y reaccionaria, independientemente de que partidos estén en el gobierno en ese momento; el aumento de la vigilancia, la abolición gradual del Estado de Derecho y de la libertad de expresión y de prensa, el belicismo y las campañas de incitación fascista y racista; todo esto es lo que caracteriza ahora la retórica y la política de todos los partidos parlamentarios de diferentes maneras, y esto se aplica tanto a la derecha clásica como a la llamada “izquierda” parlamentaria y reformista.


¡Rechazar el pago de la crisis de los imperialistas!

¡Abajo las políticas fascistas y el belicismo!

Estos acontecimientos no son el resultado de ninguna tendencia política temporal, y no es el pueblo quien ha elegido esta política. Las razones residen en el hecho de que el capitalismo mundial – el imperialismo – está sumido en una crisis profunda y desesperada. Este sistema basado en la explotación de la inmensa mayoría por unos pocos crea contradicciones que no pueden resolverse sin derribar todo el sistema. Mientras una pequeña camarilla de capitalistas monopolistas de cada país explota a su “propia” clase obrera, todo el sistema se basa en que la burguesía de unos pocos países ricos e imperialistas (superpotencias como EEUU, China y Rusia, pero también potencias imperialistas más pequeñas como Suecia) saquean a los países oprimidos del tercer mundo; países a los que durante cientos de años se les ha impedido desarrollar su propio capitalismo independiente y en su lugar se les ha asignado el papel de suministrar al imperialismo mano de obra barata y recursos naturales. Sin las enormes superganancias de este saqueo, los imperialistas no podrían mantener el relativo "bienestar” de los países imperialistas, y su dominio perdería asidero. Para todos aquellos que quieren acabar con este podrido sistema de explotación y opresión, es por tanto esencial unir la lucha de la clase obrera de cada país con la lucha de las naciones oprimidas por la verdadera autonomía e independencia.

Al igual que en el pasado cuando el imperialismo ha estado en crisis, hoy los imperialistas intentan desesperadamente salvar su sistema de dos maneras: 1) Haciendo que la clase obrera y el pueblo paguen la crisis del capital; con subidas de precios, recortes y una bajada general del nivel de vida de la población, se garantiza que los capitalistas monopolistas sigan obteniendo ganancias billonarias. 2) Volviendo a repartirse los mercados mundiales entre ellos. En lucha entre sí, las potencias imperialistas tratan de apropiarse de una mayor parte del botín del saqueo de las semicolonias oprimidas de África, Asia, América Latina y Europa del Este, y buscan la dominación económica, política y militar mundial. De esto trataron tanto la Primera como la Segunda Guerra Mundial, y hoy vemos que están dispuestas a lanzar otra matanza global con el mismo propósito.

Cuando se trata de descargar la crisis sobre los hombros del pueblo y fomentar más guerra, la “democracia” liberal burguesa ya no sirve. En su lugar, la clase dominante necesita reforzar su dictadura, su aparato estatal represivo, para tratar de impedir y aplastar la resistencia popular que inevitablemente generan sus políticas. Con este fin, y para dividir a la clase obrera y al pueblo y facilitar la explotación, promueven la agitación racista y la patraña sobre la “delincuencia”. Con el pretexto de la “amenaza rusa”, el “terrorismo” o la “pandemia”, recortan los derechos y libertades democráticos que dicen defender, y el parlamentarismo se convierte en una fachada cada vez más descarada de su dictadura. En el sistema parlamentario actual no se permiten desviaciones reales de las políticas decididas por la burguesía. Todos los partidos del parlamento son partidos burgueses, que compiten por dar la mejor forma a las políticas de la burguesía; ya sea con bonitas palabras sobre “bienestar” e “igualdad” para intentar contener la rebelión, o con agitación abiertamente fascista y racista. En la práctica, hoy vemos cómo todos ellos, desde el SD [los “Demócratas Suecos”*] hasta V [el “Partido de Izquierda”**], apoyan el aumento de la explotación, la represión y el belicismo.

Este proceso de fascistización y reaccionarización está teniendo lugar hoy en todo el mundo; en EEUU, China y Rusia, en Francia, Inglaterra y Alemania – y en Suecia también. Mientras estos imperialistas luchan entre sí por el territorio y la hegemonía mundial, todos están del mismo lado para tratar de aplastar cualquier rebelión y salvar su moribundo sistema de explotación.


¡Rechazar el apoyo a las guerras de los imperialistas!

La superpotencia mayor y más agresiva, Estados Unidos, intenta desesperadamente salvar su posición como superpotencia hegemónica en la lucha contra la nueva y emergente superpotencia China y la superpotencia atómica Rusia. Las demás potencias imperialistas se alinean con una u otra superpotencia para maximizar su propia parte del botín y promover sus propios intereses globales. Ninguno de estos imperialistas es “menos malo” que los demás; ninguno de ellos está interesado en otra cosa que no sea aumentar sus ganancias y mantener el sistema de explotación. Así, por ejemplo, los capitalistas monopolistas imperialistas suecos han podido expandirse enormemente en Europa del Este desde los años 90 con la ayuda de las fuerzas armadas de la OTAN y con la UE como instrumento político, y las corporaciones suecas se enriquecen sin límites explotando a la clase obrera y los recursos naturales en, por ejemplo, Ucrania y los países bálticos. Y no tienen vergüenza de sí mismos; las oficinas gubernamentales suecas, por ejemplo, afirman en su página web: “Alrededor de 100 empresas suecas están activas en Ucrania y Suecia es uno de los diez mayores inversores en el país […] Los bajos salarios en Ucrania contribuyen al interés de las empresas suecas.”

Además, la guerra en sí es una fantástica máquina de ganancias para el capital, en particular a través de la venta de armas. La industria bélica sueca (SAAB, Bofors, etc.) se ha enriquecido durante mucho tiempo con las matanzas, y tiene las de ganar con el belicismo actual. El periódico Näringslivet escribe que “el precio de las acciones de SAAB se ha disparado desde el estallido de la guerra en Ucrania”, y el director general de SAAB confirma: “sólo podemos concluir que hay un gran interés en este momento y que estas decisiones crean una buena base para el crecimiento”.

Como ocurrió antes de la Primera y la Segunda Guerras Mundiales, hoy la socialdemocracia y la “izquierda” reformista están totalmente del lado de los imperialistas, apoyando sus guerras de saqueo y reparto con el pretexto de “defender la democracia”. Detrás de una fachada de “crítica” simbólica a la OTAN, partidos como la “izquierda” han dicho sistemáticamente sí a la participación de Suecia en las guerras ilegales de agresión de EEUU en lugares como Afganistán y Libia; guerras genocidas cuyo único propósito es servir al poder y a las ganancias de la burguesía. Los políticos que se atreven a expresar incluso el más cauteloso cuestionamiento de la política de guerra ven terminadas abruptamente sus carreras.

La clase obrera internacional no tiene nada que ganar eligiendo bando en la guerra de los imperialistas; al contrario, es nuestro deber condenar y combatir a todos los imperialistas. La clase obrera de Suecia necesita en primer lugar luchar contra la burguesía sueca, el Estado imperialista sueco, su explotación, su opresión, su monopolio de la violencia y sus guerras de saqueo, y de la misma manera la clase obrera de todos los países imperialistas debe librar una lucha similar contra su propia burguesía. Sólo si la clase obrera del mundo se une y dirige a los pueblos del mundo, negándose a participar en las guerras de los explotadores y volviendo sus armas contra los imperialistas, será posible acabar de una vez por todas con la explotación y las guerras. Esta es una lucha que no puede librarse en el marco del sistema y de su “democracia”, sino sólo por la clase obrera organizándose con total independencia del Estado y de los partidos de la burguesía. Para ello, la clase en cada país necesita su vanguardia, su Partido Comunista, cuya tarea es dirigir y unir todas las luchas del pueblo en una sola lucha para aplastar todo el sistema de explotación, construir el socialismo y continuar la lucha hasta que ya no haya más explotación ni clases.

¡ABAJO LOS IMPERIALISTAS SUECOS Y SU BELICISMO!

¡ABAJO EL ESTADO BURGUÉS Y LAS POLÍTICAS FASCISTAS!

¡UNIR A LOS PUEBLOS BAJO LA DIRECCIÓN DE LA CLASE OBRERA CONTRA TODOS LOS IMPERIALISTAS!


Circulo de Estudios 24 de Septiembre,

Suecia 2023



* SD, “Sverigedemokraterna” [Demócratas Suecos]; el partido formado por los elementos fascistas y abiertamente nazis en Suecia en los años 80; ahora uno de los partidos más grandes en el parlamento y sirviendo como asesores al gobierno actual.


** V, “Vänsterpartiet” [Partido de Izquierda]; lo que queda del Partido Comunista de Suecia, el cual era sujetado al revisionismo soviético desde 1956 hasta 1990, y ahora está cada vez más abiertamente tomando posición por la plena colaboración sueca con el imperialismo yanqui y sus guerras (aunque formalmente y en su propaganda se opone a que el país se incorpora en la OTAN).

lunes, 26 de enero de 2015

AVANCE DE LA REVISTA SOL ROJO Nº 42

AVANCE DE LA REVISTA SOL ROJO Nº 42
 
POR UN AVANCE AUDAZ DE LOS COMUNISTAS EN TODO EL MUNDO:
ARMAR A LAS MASAS PARA APLASTAR AL REVISIONISMO Y CONQUISTAR EL PODER


En la lucha actual por imponer el maoísmo y aplastar el revisionismo en las filas del movimiento comunista internacional, el Partido Comunista del Perú viene insistiendo en que lo fundamental del maoísmo es el Poder. Es decir, como está definido en nuestra Base de Unidad Partidaria: "El Poder para el proletariado, el Poder para la dictadura del proletariado, el Poder basado en una fuerza armada dirigida por el Partido Comunista. Más explícitamente: 1) El Poder bajo dirección del proletariado, en la revolución democrática; 2) el Poder para la dictadura del proletariado, en las revoluciones socialista y culturales; 3) el Poder basado en una fuerza armada dirigida por el Partido Comunista, conquistado y defendido mediante la guerra popular”.  Y como se expresa en nuestra consigna "Guerra popular hasta el Comunismo", estos principios son validos durante todo el proceso de la revolución proletaria, desde sus primeros pasos hasta el barrimiento final del imperialismo y toda explotación y el triunfo del comunismo en todo el mundo. 

Por otro lado, el revisionismo, desde Bernstein y Kautsky, pasando por Jruschov, Teng hasta Avakian y Prachanda, siempre ha tenido como objetivo central revisar precisamente la posición marxista en cuanto al Poder y sustituir la lucha armada para conquistar el Poder y la dictadura del proletariado con diferentes formas de reformismo, "vías pacíficas", democracia y liberalismo burgueses. De verdad, la lucha entre las dos posiciones no es una lucha entre diferentes "tácticas" o métodos para llegar al socialismo y el comunismo, sino una lucha entre la revolución proletaria mundial por un lado y la capitulación frente al imperialismo y la reacción por el otro lado. Así como el marxismo se imponía en la lucha contra el socialismo burgués y pequeño burgués en los tiempos de Marx y Engels, y el marxismo-leninismo se imponía en la lucha contra el revisionismo de Kautsky, Trotsky y otros, hoy día es el marxismo-leninismo-maoísmo que asume el enarbolar, defender y aplicar la línea proletaria en cuanto al Poder. 

Así vemos como tantos movimientos y luchas armadas justas, revolucionarias y antiimperialistas se encuentran desviados y desarmados por los dirigentes revisionistas y oportunistas que venden la sangre derramada y los intereses del proletariado y de los pueblos por un plato de lentejas - hasta que tales movimientos llegan a convertirse en instrumentos del imperialismo – al abandonar el objetivo de destruir el viejo Estado y construir el nuevo. Eso es lo que ocurrió no solamente con los "viejos" partidos revisionistas, sino también con los llamados partidos "marxistas-leninistas" que se prestaron a negar y atacar el maoísmo. Y, de acuerdo con el principio de que "uno se divide en dos", el revisionismo inevitablemente va expresándose incluso en los Partidos maoístas y bajo el mismo membrete del maoísmo: en el cuestionamiento de la dictadura del proletariado, en la política de "acuerdos de paz" y revisionismo armado, en sustituir la revolución de nueva democracia por una lucha por la democracia burguesa, en sustituir la lucha de clases por la conciliación y el pacifismo burgués, etc. 

Esta lucha entre marxismo y revisionismo, entre revolución y capitulación, se expresa en cada Partido comunista y cada organización revolucionaria. El aplastamiento de las posiciones revisionistas es una necesidad indispensable y decisiva para poder triunfar en las revoluciones democráticas, socialistas y culturales, y lo que corresponde a cada comunista en el mundo es unirse con la izquierda de cada Partido comunista u organización revolucionaria, y rechazar y combatir implacablemente a la derecha, al revisionismo en cada uno de dichos Partidos u organizaciones. Este es nuestro punto de partida cuando vemos la situación actual de cada revolución. Ver por ejemplo la situación actual en Nepal, donde la guerra popular, heroicamente llevada a cabo por las masas obreras y campesinas del país, fue traicionada - y las fuerzas revolucionarias desarmadas - por un puñado de dirigentes revisionistas, ahora sentados en el parlamento como representantes del viejo Estado reaccionario. Lo que corresponde a los comunistas en tal situación es reconstituir el Partido y reiniciar la guerra popular. Es decir, centrar en la guerra popular como forma principal de lucha para así destruir el viejo Estado y construir el nuevo Poder hasta la conquista del Poder en todo el país. Muy diferente de lo que se ve en los pronunciamientos del Partido Comunista de Nepal-maoísta, formado en 2012 por Kiran, que "vamos a hacer la guerra sí el gobierno ignora nuestras demandas". ¿Es decir, que solo se va a destruir el viejo Estado reaccionario "sí es necesario"? ¿Sí el gobierno reaccionario 'acepta' las demandas reformistas, no es necesario armar al pueblo y construir el nuevo Poder? El fundamento de tales posiciones es la idea de que la dictadura burguesa, en ciertas condiciones, a través del parlamento burgués, podría convertirse en dictadura conjunta o proletaria sin una victoriosa guerra popular en la cual las fuerzas revolucionarias aniquilan a las fuerzas reaccionarias y se construye y defiende el nuevo Poder con las armas en las manos del pueblo. Tales posiciones no corresponden a los comunistas; no se trata de "táctica" o aplicación, sino de revisar los principios fundamentales del marxismo. Lo que corresponde a los comunistas de Nepal no es "representar" al pueblo en los aparatos de la reacción, sino armar al pueblo con ideología y con fusiles, organizar a las masas para que ejerzan su Poder. En Nepal, confrontando un ejército contrarrevolucionario grande, los comunistas van a tener que reconstituir el Partido en medio de acciones armadas, armar a las milicias populares ideológicamente y con armas; si no se cavan su tumba. No hay que caer en el militarismo, que centra tan solo en construir un ejército y "presionar" al viejo Estado en vez de armar a las masas y construir el nuevo Poder. 

En Nepal como en todos los países, mientras la izquierda, los comunistas, mantienen el rumbo de la revolución y aplican los principios de nuestra ideología universal, aplastando el cretinismo parlamentario y todo revisionismo, la revolución cobra relevancia y puede avanzar. Es por ello que la reacción y el revisionismo, para poder usurpar el Partido y plasmar la capitulación, tienen la necesidad de encarcelar y asesinar a los dirigentes que mantienen el rumbo - como hicieron en China después de la muerte del Presidente Mao. 

Así también en el campo del pueblo, tenemos la necesidad de aislar, combatir y aniquilar a los delatores y traidores, a los dirigentes revisionistas que entregan a los comunistas a la reacción y difunden la capitulación y el revisionismo en las filas del pueblo. En Perú, cuando la reacción soltó a las ratas de la LOD revisionista y capitulacionista de las cárceles para volver a los comités del Partido y usurparlos, el Partido tuvo que aniquilar a estas cabezas revisionistas, agentes del imperialismo y la reacción. Es una necesidad de la justicia revolucionaria y para preservar y defender al Partido, la revolución y las masas revolucionarias. Así las ratas, por más que tomaron los penales y temporalmente algunos comités regionales, terminaron largándose y hoy solo están en las cárceles reeditando nuevas patrañas contrarrevolucionarias. Lo que quieren tales traidores, en Perú como en otros países, son curules para su campaña de "acuerdos de paz" - que ni a los capituladores en Nepal ni de las FARC les dan. No es un problema de "intercambio de prisioneros" y "libertad", sino de abjurar de la violencia para sofrenar cualquier revolución en el mundo y asegurar el reparto del mundo de los imperialistas. Para nosotros no hay más; las acciones y el trabajo de masas - y además el hecho de que los revisionistas, la CGTP, la CTP aprista han abandonado la lucha por el Poder del proletariado - eso es lo que nos ha permitido mantener el rumbo en las condiciones complejas de la inflexión. 

Estos son los puntos decisivos hoy en cada lucha popular contra el imperialismo, la reacción y el revisionismo en el mundo, en las guerras populares bajo la bandera del maoísmo así como en las luchas de liberación nacional en Palestina, en Kurdistán, en Ucrania y otros lugares: armar al pueblo ideológicamente y militarmente contra los explotadores y sus viejos Estados, contra toda potencia o superpotencia imperialista; un amplio trabajo de masas movilizando a las milicias para iniciar o desarrollar la guerra popular y llevarla hasta la conquista del Poder. 

En este periodo es cuando se van aclarando las ideas y las situaciones para algunos. Los dirigentes en la lucha justa del pueblo kurdo por ejemplo, van decantando después de los genocidios contra su pueblo; tienen que sentar su posición de no ser ficha de ninguna potencia o superpotencia imperialista, tienen que definir sí van a tomar el camino revolucionario o regirse del bastón de mando del traidor Öcalan, que desde la cárcel, en manos de la reacción, en su afán por ser el Mandela de Kurdistán, va difundiendo la capitulación, la conciliación con los explotadores genocidas y el abandonamiento del marxismo.

En todos los Partidos Comunistas y organizaciones revolucionarias la izquierda va avanzando en su comprensión y definiendo sus enemigos, considerando lo que el Partido Comunista del Perú planteó: "un avance audaz" de los comunistas mientras el imperialismo se moviliza para su nuevo reparto del mundo. Lo que temen los imperialistas es que la nueva guerra mundial de reparto - entre los grupos que se van delineando: China-Rusia; Estados Unidos, Alemania (con otras potencias europeas) - llevará a que surja una revolución en Asia. Están conscientes del peso de las masas de esta parte del mundo, con países como India, China y otros. Ya saben que implicaría una revolución triunfante como en China, una revolución democrática, socialista y cultural que se desarrollaría movilizando a otros continentes, porque el maoísmo estaría reafirmándose, pasando sobre los revisionistas de todo tipo - los  "trotskistas",  los llamados "leninistas" o "stalinistas" y otros - ya no habría pretexto para no asumir el marxismo-leninismo-maoísmo como mando y guía de la revolución mundial. Sería la continuación de la Gran Revolución Cultural Proletaria, y por ello países como Nepal, Turquía y la nación de Kurdistán también jugarán un rol fundamental. 

De ahí la importancia de la guerra popular en la India y otros países asiáticos para la revolución proletaria mundial, de ahí la necesidad del imperialismo y la reacción de fomentar el revisionismo, el cretinismo parlamentario, la conciliación, los “acuerdos de paz” y la capitulación en estos países en particular y en todo el mundo en general, y de ahí la urgente necesidad de los comunistas del mundo de implacablemente combatir y aplastar el revisionismo cuando y donde se presente.

sábado, 17 de enero de 2015

LA MUJER MUSULMANA Y EL VELO - F. FANON





Frantz Fanon (1925-1961), militó en las filas del FLN, luchando en Argelia contra el colonialismo francés, combatiendo al mismo tiempo la concepción del mundo de las potencias coloniales, mostrando al mundo «civilizado»  y colonial como lo que es: una máquinaria racista de explotación y trituradora de vidas. A diferencia del nuevo revisionismo, nunca trató de ser aceptado por el opresor, ni «civilizado» como el amo imperialista: «Es mentira todo encuentro del ocupado con el ocupante.»

            Despojó al feminismo burgués de su máscara «civilizada» y mostró su paternalismo  y el desprecio de éste por la mujer pobre, tanto obrera como campesina. La mujer combatiente  y armada, afirmaba Fanon, se libera a sí misma en la lucha en contra del ejército ocupante y junto al hombre oprimido y explotado. Mostró como la violencia del oprimido retrata al imperialismo y a sus marionetas, pone al descubierto su racismo, no todas las vidas valen lo mismo:

«Desde el momento en que el colonizado escoge la contraviolencia, las represalias policíacas provocan mecánicamente las represalias de las fuerzas nacionales. No hay equivalencia de resultados, sin embargo, porque los ametrallamientos por avión o los cañonazos de la flota superan en horror y en importancia a las respuestas del colonizado. Ese ir y venir del terror desmixtifica definitivamente a los más enajenados de los colonizados. Comprueban sobre el terreno, en efecto, que todos los discursos sobre la igualdad de la persona humana, acumulados unos sobre otros, no ocultan esa banalidad que pretende que los siete franceses muertos o heridos en el paso de Sakamody despierten la indignación de las conciencias civilizadas en tanto que "no cuentan" la entrada a saco en los aduares Guergour, de la derecha Djerah, la matanza de poblaciones en masa que fueron precisamente la causa de la emboscada.»
(Los condenados de la Tierra)

            Fanon fue ferviente defensor de que «el Poder nace del fusil», defendió con su vida  que las masas solo pueden liberarse con la violencia revolucionaria, y también que «las masas hacen la historia». Ya advirtió que la revolución argelina no podía llegar hasta el final si  era dirigida por la burguesía nacional, por sus vínculos con la potencia colonial. No fue un comunista, y por tanto no llegó a ver la necesidad del Partido Comunista, hoy un Partido maoísta militarizado, quizás porque murió demasiado joven. La revolución en Argelia, sin dirección proletaria, se quedó a medias. De esto tenemos que aprender todos los pueblos del mundo.



LAS MUJERES ARGELINAS Y EL VELO
 (Frantz Fanon, 1959)


            Al presentar al argelino como una presa que se disputan con igual ferocidad el Islam y Francia occidental, se revelan con toda claridad las intenciones del ocupante, su filosofía y política. Esto significa, en efecto, que el ocupante descontento con sus fracasos, presenta de manera simplificada y peyorativa el sistema de valores que le sirve al ocupado para oponerse a sus innumerables ofensivas. Lo que significa voluntad de singularización, preocupación por mantener intactos algunos jirones de la existencia nacional y religiosa, se identifica con actitudes mágicas o fanáticas. Esta repulsa del conquistador asume, según las circunstancias o los tipos de situación colonial, formas originales. Las fuerzas de ocupación, al aplicar intensamente su acción psicológica sobre el velo de la mujer musulmana, es evidente que cosecharon algunos resultados. A veces ocurrió que se "salvara" una mujer que, simbólicamente, se quitó el velo. Estas mujeres-test con el rostro desnudo y el cuerpo libre, circulan ahora como moneda corriente en la sociedad europea de Argelia. Alrededor de dichas mujeres reina una atmósfera de iniciación. Los europeos, sobreexcitados por su victoria y en una espacie de trance que se apodera de ellos, evocan los fenómenos psicológicos de la conversión.

            El afán rabioso del colonialista por despojar de su velo a la mujer musulmana, y su decisión de ganar a toda costa la victoria del velo, provocan la respuesta del autóctono. Aquí, encontramos una de las leyes de la sicología de la colonización. En un primer momento, la acción y los proyectos del ocupante determinan los centros de resistencia en torno a los cuales se organiza la voluntad de afirmación de un pueblo.

            El blanco era el negro. Pero es el negro quien crea la negritud. A la ofensiva colonialista sobre el velo. Lo que era un elemento diferenciado en un conjunto homogéneo, adquiere un carácter tabú; la actitud de las argelinas frente al velo se interprete como una actitud global frente a la ocupación extranjera. El colonizado frente a la acción del colonialista en tal y cual sector determinado, la afectividad inversa del conquistador en su trabajo pedagógico, en sus ruegos, en sus amenazas, deja alrededor del elemento privilegiado un verdadero universo de resistencia. Resistir al ocupante en este terreno preciso significa infligirle una derrota espectacular, y sobre todo mantener la "coexistencia" dentro de sus dimensiones de conflicto y guerra latente. Es alimentar una atmósfera de paz armada.

            La argelina como sus hermanos, había montado minuciosamente los mecanismos de defensa que le permiten hoy desempeñar un papel capital en la lucha liberadora. Pero todavía será necesario aprender una nueva técnica: llevar bajo el velo un objeto pesado, "muy peligroso de manipular", y dar la impresión de tener las manos libres, que no hay nada bajo el velo sino una pobre mujer o una joven insignificante. No se trata sólo de cubrirse con el velo. Es preciso adoptar un tal "aire de Fátima" que tranquilice al soldado porque "ésta no es capaz de hacer nada". Es bien difícil. Además, están los policías que interpelan a escasos metros una mujer con velo que no parece particularmente sospechosa. Y está la bomba; por la expresión patética del responsable sabemos que se trata de eso, o de la bolsa de granadas, ligadas al cuerpo por un sistema de cordones y correas. Porque las manos deben quedar libres, para exhibirlas desnudas, para presentarlas humildes y sencillamente a los militares para que no busquen más. Mostrar las manos vacías y aparentemente móviles y libres es el signo que desarma al soldado enemigo.

            Ahora bien, el invasor ha sido avisado y en las calles se presenta el cuadro clásico de las mujeres argelinas detenidas contra los muros, sobre cuyos cuerpos se deslizan incansablemente los famosos detectores magnéticos llamados popularmente "sartenes". Todas las mujeres con velo, todas las argelinas son sospechosas. No hay discriminación. Es el período durante el cual los hombres, las mujeres, los niños, todo el pueblo argelino vive a la vez su unidad, su vocación nacional y el crisol de la nueva sociedad argelina.

            Ignorando o simulando ignorar esta nueva conducta, el colonialismo francés reinicia el 13 de mayo de 1959 su clásica campaña de occidentalización de la mujer argelina. Muchachas del servicio doméstico amenazadas con perder su trabajo, pobres mujeres arrancadas de sus hogares son conducidas a la plaza pública y despojadas simbólicamente de sus velos al grito de: "¡Viva Argelia francesa!". Espontáneamente y sin consignas, las mujeres argelinas, que desde hace tiempo abandonaron el velo, vuelven a usar el haik, afirmando así que no es verdad que la mujer se libera por una simple invitación de Francia y del general De Gaulle. El colonialismo quiere que todo emane de él. Pero la tendencia psicológica dominante del colonizado es la de endurecerse frente a cualquier invitación del conquistador. Desde el 13 de mayo se vuelve a usar el velo, pero definitivamente despojado de su dimensión exclusivamente tradicional. Existe, por lo tanto, un dinamismo histórico del velo que se percibe en forma muy concreta, en el desarrollo de la colonización de Argelia. Al principio, el velo es un mecanismo de resistencia, pero para el grupo social continúa fuertemente arraigado. Se usa por tradición, pero también porque el ocupante quiere desvelar a Argelia. Lo que había sido preocupación de conducir al fracaso las ofensivas psicológicas o políticas del ocupante, se convierte en medio, en instrumento. El velo ayuda a la argelina para responder a los nuevos interrogantes planteados por la lucha.

            El amor ardiente de la mujer musulmana por su hogar no es una limitación del universo. No es odio al sol, a las calles o a los espectáculos. No es una fuga del mundo. En condiciones normales, debe existir una doble corriente entre la familia y el conjunto social. El hogar funda la verdad social, pero la sociedad autentifica y legitima a la familia. La estructura colonial es la negación misma de esta recíproca justificación. La mujer argelina, al restringirse, al elegir una forma de existencia limitada en el espacio, afianzaba su conciencia de lucha y se preparaba para el combate. En este encerrarse en el hogar, acompañado de la negación de una estructura impuesta; este repliegue sobre el núcleo fecundo que representa una existencia recogida pero coherente, constituyó durante mucho tiempo la fuerza fundamental del ocupado. Sólo la mujer, con ayudas de técnicas conscientes, puede iniciar la articulación de ciertos dispositivos. Lo esencial es que el ocupante se estrelle contra un frente unificado.  De ahí el carácter esclerótico que debe resistir la tradición.

            En realidad, la efervescencia y el espíritu revolucionario son alimentados en el hogar por la mujer musulmana. Y es que la guerra revolucionaria no es una guerra de hombres. No es una guerra con fuerzas en activos y con reservas. La guerra revolucionaria, tal como la lleva a cabo el pueblo argelino, es una guerra total en la que la mujer no se limita a tejer o a llorar a sus mártires. La mujer musulmana está en el corazón del combate. Detenida, torturada, violada, abatida, es un testimonio viviente de la violencia del ocupante y de su inhumanidad. Enfermera, agente de enlace, combatiente; en cualquier caso es un testigo de la profundidad y de la densidad de la lucha. El lugar de la mujer musulmana en la sociedad argelina se afirma con tal vehemencia que es fácil explicarse la turbación del ocupante. Sucede que la sociedad argelina no es una sociedad sin mujeres que se había descrito tan minuciosamente en Europa. A nuestro lado, nuestras hermanas musulmanas destruyen cada día más los dispositivos enemigos y liquidan definitivamente las viejas mitificaciones.


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viernes, 9 de enero de 2015

LA CUESTIÓN NACIONAL- J.V.STALIN


LA CUESTION NACIONAL
(LOS FUNDAMENTOS DEL LENINISMO)
J. V. Stalin

"Las distintas reivindicaciones de la democracia -- dice Lenin --, incluyendo la de la autodeterminación, no son algo absoluto, sino una partícula de todo el movimiento democrático (hoy, socialista) mundial. Puede suceder que, en un caso dado, una partícula se halle en contradicción con el todo; entonces, hay que desecharla" (v. t. XIX, págs. 257-258).


            Así se plantea la cuestión de los distintos movimientos nacionales, y del carácter, posiblemente reaccionario, de estos movimientos, siempre y cuando, naturalmente, que no se los enfoque desde un punto de vista formal, desde el punto de vista de los derechos abstractos, sino en un plano concreto, desde el punto de vista de los intereses del movimiento revolucionario.

            Otro tanto hay que decir del carácter revolucionario de los movimientos nacionales en general. El carácter indudablemente revolucionario de la inmensa mayoría de los movimientos nacionales es algo tan relativo y peculiar, como lo es el carácter posiblemente reaccionario de algunos movimientos nacionales concretos. El carácter revolucionario del movimiento nacional, en las condiciones de la opresión imperialista, no presupone forzosamente, ni mucho menos, la existencia de elementos proletarios en el movimiento, la existencia de un programa revolucionario o republicano del movimiento, la existencia en éste de una base democrática.

            La lucha del emir de Afganistán por la independencia de su país es una lucha objetivamente revolucionaria, a pesar de las ideas monárquicas del emir y de sus partidarios, porque esa lucha debilita al imperialismo, lo descompone, lo socava. En cambio, la lucha de demócratas y "socialistas", de "revolucionarios" y republicanos tan "radicales" como Kerenski y Tsereteli, Renaudel y Scheidemann, Chernov y Dan, Henderson y Clynes durante la guerra imperialista era una lucha reaccionaria, porque el resultado que se obtuvo con ello fue pintar de color de rosa, fortalecer y dar la victoria al imperialismo. La lucha de los comerciantes y de los intelectuales burgueses egipcios por la independencia de Egipto es, por las mismas causas, una lucha objetivamente revolucionaria, a pesar del origen burgués y de la condición burguesa de los líderes del movimiento nacional egipcio, a pesar de que estén en contra del socialismo. En cambio, la lucha del gobierno "obrero" inglés por mantener a Egipto en una situación de dependencia es, por las mismas causas, una lucha reaccionaria, a pesar del origen proletario y del título proletario de los miembros de ese gobierno, a pesar de que son "partidarios" del socialismo. Y no hablo ya del movimiento nacional de otras colonias y países dependientes más grandes, como la India y China, cada uno de cuyos pasos por la senda de la liberación, aun cuando no se ajuste a los requisitos de la democracia formal, es un terrible mazazo asestado al imperialismo, es decir, un paso indiscutiblemente revolucionario.

            Lenin tiene razón cuando dice que el movimiento nacional de los países oprimidos no debe valorarse desde el punto de vista de la democracia formal, sino desde el punto de vista de los resultados prácticos dentro del balance general de la lucha contra el imperialismo, es decir, que debe enfocarse "no aisladamente, sino en escala mundial" (v. t. XIX, pág. 257).

2) El movimiento de liberación de los pueblos oprimidos y la revolución proletaria. Al resolver la cuestión nacional el leninismo parte de los principios siguientes:

a) el mundo está dividido en dos campos: el que integran un puñado de naciones civilizadas, que poseen el capital financiero y explotan a la inmensa mayoría de la población del planeta, y el campo de los pueblos oprimidos y explotados de las colonias y de los países dependientes, que forman esta mayoría;

b) las colonias y los países dependientes, oprimidos y explotados por el capital financiero, constituyen una formidable reserva y el más importante manantial de fuerzas para el imperialismo;

c) la lucha revolucionaria de los pueblos oprimidos de las colonias y de los países dependientes contra el imperialismo es el único camino por el que dichos pueblos pueden emanciparse de la opresión y de la explotación;

d) las colonias y los países dependientes más importantes han iniciado ya el movimiento de liberación nacional, que tiene que conducir por fuerza a la crisis del capitalismo mundial;

e) los intereses del movimiento proletario en los países desarrollados y del movimiento de liberación nacional en las colonias exigen la unión de estas dos formas del movimiento revolucionario en un frente común contra el enemigo común, contra el imperialismo;

f) la clase obrera en los países desarrollados no puede triunfar, ni los pueblos oprimidos liberarse del yugo del imperialismo, sin la formación y consolidación de un frente revolucionario común;

g) este frente revolucionario común no puede formarse si el proletariado de las naciones opresoras no presta un apoyo directo y resuelto al movimiento de liberación de los pueblos oprimidos contra el imperialismo "de su propia patria", pues "el pueblo que oprime a otros pueblos no puede ser libre" (Engels );

h) este apoyo significa: sostener, defender y llevar a la práctica la consigna del derecho de las naciones a la separación y a la existencia como Estados independientes;

i) sin poner en práctica esta consigna es imposible lograr la unificación y la colaboración de las naciones en una sola economía mundial, que constituye la base material para el triunfo del socialismo en el mundo entero;

j) esta unificación sólo puede ser una unificación voluntaria, erigida sobre la base de la confianza mutua y de relaciones fraternales entre los pueblos.

            De aquí se derivan dos aspectos, dos tendencias en la cuestión nacional: la tendencia a liberarse políticamente de las cadenas del imperialismo y a formar Estados nacionales independientes, que ha surgido sobre la base de la opresión imperialista y de la explotación colonial, y la tendencia al acercamiento económico de las naciones, que ha surgido a consecuencia de la formación de un mercado y una economía mundiales.