SOBRE
LA GRAN GUERRA DE LA UNIÓN SOVIÉTICA
POR
LA SALVACIÓN DE LA PATRIA
J.
STALIN
(Discurso
radiodifundido el 3 de julio de 1941)
¡Camaradas!
¡Ciudadanos!
¡Hermanos
y hermanas!
¡Combatientes
de nuestro ejército y nuestra flota!
¡Me
dirijo a vosotros, amigos!
La
pérfida agresión militar de la Alemania hitleriana contra nuestra
patria, iniciada el 22 de junio, prosigue. Pese la resistencia
heroica del Ejército Rojo, y aunque las divisiones de élite del
enemigo y las mejores unidades de su aviación han sido ya derrotadas
y han encontrado la muerte en los campos de batalla, el enemigo
continúa avanzando, lanzando al frente nuevas fuerzas. Las tropas
hitlerianas han podido apoderarse de Lituania, de una gran parte de
Letonia, de la parte oeste de Bielorrusia, de una parte de la Ucrania
occidental, La aviación fascista extiende la acción de sus
bombarderos, sometiendo a bombardeo a Murmansk, Orcha, Moguilev,
Smolensk, Kiev, Odessa, Sebastopol. Un grave peligro pesa sobre
nuestra Patria.
¿Cómo
ha podido ocurrir que nuestro glorioso Ejército Rojo haya abandonado
a las tropas fascistas una serie de ciudades y regiones? ¿Son
realmente invencibles las tropas fascistas alemanas como proclaman
sin cesar los propagandistas fascistas fanfarrones?
No,
por supuesto. La historia demuestra que jamás ha existido ni existe
un ejército invencible. Se pensaba que el ejército de Napoleón era
invencible. Pero fue batido sucesivamente por las tropas rusas,
inglesas, alemanas. El ejército alemán de Guillermo estaba
considerado también invencible durante la primera guerra
imperialista; y sin embargo, se vio infligir muchas derrotas por las
tropas rusas y anglo-francesas, y por último fue batido por las
tropas anglofrancesas. Es preciso decir lo mismo del actual
ejército alemán fascista de Hitler. Todavía no había encontrado
una resistencia seria en el continente europeo. Sólo en nuestro
territorio ha encontrado seria resistencia. Y si, a consecuencia de
esta resistencia las mejores divisiones del ejército fascista alemán
han sido batidas por nuestro Ejército Rojo, es que el ejército
fascista hitleriano también puede ser batido y que lo será como lo
fueron los ejércitos de Napoleón y de Guillermo.
El
que una parte de nuestro territorio haya sido invadido, no obstante,
por las tropas fascistas alemanas se explica sobre todo por el hecho
de que la guerra de la Alemania fascista contra la U.R.S.S. ha sido
desencadenada en condiciones ventajosas para las tropas alemanas y
desventajosas para las tropas soviéticas. En efecto, las tropas de
Alemania, como país que desencadena la guerra, fueron movilizadas
íntegramente. Ciento sesenta divisiones lanzadas por Alemania contra
la U.R.S.S. y llevadas a las fronteras de este país, estaban
dispuestas para esperar Sólo la señal de ponerse en marcha.
Mientras tanto, a las tropas soviéticas hubo que movilizarlas y
llevarlas a las fronteras. Cosa muy importante aún es que la
Alemania fascista ha violado pérfida e inopinadamente el pacto de no
agresión concluido en 1939 por ella con la U.R.S.S., sin tener en
cuenta que sería mirada por todo el mundo como el país agresor. Se
concibe que nuestro pacífico país, que no quería asumir la
iniciativa de la violación del pacto, no podía adentrarse por ese
camino de felonía.
Se
nos puede preguntar: ¿cómo es que el gobierno soviético ha
aceptado concluir un pacto de no agresión con felones de esa especie
y con monstruos como Hitler y Ribbentrop? ¿No ha cometido el
gobierno soviético un error? Por supuesto que no. El pacto de no
agresión es un pacto de paz entre dos Estados. Y fue un pacto de
esta clase el que Alemania nos propuso en 1939. ¿Podía el gobierno
soviético rechazar esta proposición? Pienso que ningún Estado
pacífico puede rechazar un acuerdo de paz con una potencia vecina,
aunque a la cabeza de esta última se encuentren monstruos y
Caníbales como Hitler y Ribbentrop. Esto, por supuesto, con una
condición expresa: que el acuerdo de paz no afecte, ni directa ni
indirectamente, a la integridad territorial, a la independencia y al
honor del Estado pacífico. Y se sabe que el pacto de no agresión
entre Alemania y la U.
R. S. S. era precisamente un pacto de este género.
(...) Es preciso que no haya en nuestras filas lugar para los llorones y
los cobardes, los sembradores del pánico y los desertores; que
nuestros hombres estén exentos de temor en la lucha y marchen con
abnegación en nuestra guerra liberadora para la salvación de la
patria contra los esclavizadores fascistas. El gran Lenin, que creó
nuestro Estado, dijo que la cualidad esencial de los hombres
soviéticos debe ser el coraje, el valor, la intrepidez en la lucha,
la voluntad de batirse al lado del pueblo contra los enemigos de
nuestra patria. Es preciso que esta excelente cualidad bolchevique se
convierta en la de millones y millones de hombres del Ejército Rojo,
de nuestra Flota Roja y de todos los pueblos de la Unión Soviética.
(...)
Tenemos
que organizar una lucha implacable contra los desorganizadores de la
retaguardia, los desertores, los sembradores de pánicos, los
propagadores de rumores de toda clase, acabar con los espías, los
agentes de la diversión, los paracaidistas enemigos, llevando así
una ayuda rápida a nuestros batallones de lucha. No hay que olvidar
que el enemigo es pérfido, taimado, experto en el arte de engañar y
de expandir falsos rumores. Hay que tener en cuenta todo esto y no
dejarse coger por la provocación. Hay que llevar inmediatamente ante
el tribunal militar, sin tener en cuenta a las personalidades, a
todos los que sembrando el pánico y dando muestras de cobardía,
obstaculizan la obra de la defensa.
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