GUERRA
POPULAR EN EL PERÚ (II)
En
1993, tras la captura del Presidente Gonzalo, y de inmediato,
comienza el ataque del nuevo revisionismo encabezado por Avakian al
Presidente Gonzalo, al PCP, a la guerra popular en el Perú y al
maoísmo. Del Presidente Gonzalo se dice o insinúa que es autor de
las «cartas de paz» para difamarle y atacar el maoísmo. En
concreto, el Comité del MRI entonces declara que «desde octubre de
1993 se desarrolla una lucha muy importante en el seno del PCP»,
toma una cita del Presidente Mao tsetung «tratar la enfermedad para
tratar al paciente», llama a «buscar la verdad en los hechos» e
insinúa la posibilidad de la autoría de las «cartas de paz» por
el Presidente Gonzalo. Estas afirmaciones chocan con la posición del
Comité Central del PCP que defiende de forma firme y contundente que
las «cartas de paz» son una patraña contrarrevolucionaria montada
por la CIA con el objetivo de acabar con la guerra popular, y la LOD
(MOVADEF) una organización creada por la misma CIA; tampoco gustó a
los avakianistas el manejo de la lucha de dos líneas por parte del
CC del PCP.
Basta
leer el fragmento de la entrevista a Prachanda incluida en el
documento publicado en la pasada entrega de esta campaña, para
comprobar que entonces se desata una dura lucha de dos líneas en el
MRI, entre las posiciones del PCP y las posiciones del Comité del
MRI encabezado por Avakian. En la misma entrevista, Prachanda aclara
que en esa lucha de dos líneas que se desarrolla entre el PCP
dirigido por su CC y el nuevo revisionismo existen cuestiones claves
como la diferente concepción de la lucha de dos líneas y de forma
implícita la negación de la verdad de clase («verdad política»)
por parte del nuevo revisionismo.
Los
avakianistas, como anteriormente la LOD, también van a asumir y
asumen el «cambio de condiciones», de
ahí su combate contra lo que denominan «dogmatismo» y su
capitulación ante el imperialismo y la reacción. Sostienen que es
necesario reconocer el final de una etapa: la restauración del
capitalismo en los países socialistas supone un cambio cualitativo y
la entrada a una nueva etapa de «repliegue general» de la
revolución proletaria mundial. Con la justificación
de que hay que prepararse
para la muy futura nueva ola revolucionaria es necesario, según
estos burgueses, revisar la ideología revolucionaria para no repetir
errores, «ser creativo» , comenzando entonces un sistemático
ataque al maoísmo, al Presidente Gonzalo, al CC del PCP y a la
guerra popular en el Perú.
La
conclusión de Avakian tras su balance de la «ola revolucionaria
pasada» es que es necesario alentar el «disentimiento», que en las
experiencias de dictadura del proletariado se «demostró» que
cuando no hay libertad de opinión para la burguesía se crea
resentimiento y las bases para la restauración del capitalismo y lo
que es más importante, que para desarrollar el maoísmo son
necesarias «otras fuentes» no proletarias, es decir, en términos
de clase, la burguesía: intelectuales, artistas y científicos. La
«nueva síntesis»de Avakian abiertamente propone un papel
fundamental para los intelectuales y artistas en la construcción del
socialismo:
«Pero,
por otro lado, si no abrimos espacio para una gran diversidad y para
que la gente explore muchos caminos, va a causar un tremendo
resentimiento y, además, no vamos a tener el proceso dinámico y
multifacético que permite que surja al mayor grado posible la verdad
y nos dé la capacidad de transformar la realidad» (Avakian, Bob,
Dictadura
y democracia, y la transición socialista al comunismo.
2005)
El
«caso» Lysenko (1898-1976) es usado por Avakian (1) y los
avakianistas para «demostrar» lo dañino de la «verdad de clase»
(2) y que lo justo es basarse en la «verdad objetiva», con
independencia de quien la defienda. En el caso Lysenko los
avakianistas observan un ejemplo claro de como los comunistas tratan
de imponer sus ideas de forma «mafiosa», al margen de la «verdad
objetiva», que en este caso estaba supuestamente del lado de los
«científicos» disidentes. Más o menos lo que se afirman los
avakianistas es que Lysenko, por ser partidario del comunismo fue
apoyado por el camarada Stalin, aunque estaba equivocado, mientras
que científicos reaccionarios en lo político y que poseían la
«verdad objetiva», que
no se dejaron cegar por prejuicios políticos, fueron perseguidos de
forma injusta.
Como
veremos esta concepción del intelectual como un ser racional en
busca de la «verdad objetiva», aislado de la sociedad, sin
prejuicios, es decir sin juicios previos sobre el objeto de estudio,
frente a los defensores de la «verdad de clase», gente movida por
la emoción y el subjetivismo, se corresponde con la buena imagen que
Avakian y todas las clases dominantes tienen de si mismas y no con la
realidad.
Ya
que los vakianistas han tomado el «caso Lysenko» como sustento para
sus ataques a la «verdad de clase» lo aprovecharemos para
desenmascarar a estos quinta columnistas del imperialismo y la
reacción. Empezaremos, no por Lysenko, sino conociendo el otro polo
de la contradicción de la lucha que se dió en la URSS, bajo la
dirección del camarada Stalin, en
el campo de la Biología.
Comenzamos
con Sir Francis Galton (1822-1911), un hombre culto y de «ciencia»,
creador de la especulación-teoría del carácter hereditario de la
inteligencia. Sus estudios sistemáticos y estadísticos sobre
familias y sus genealogías le llevan a concluir la «verdad
objetiva» de que los ricos son más listos que los pobres, que los
pueblos del sur son más tontos que los pueblos nórdicos y que como
la inteligencia, según esta «lumbrera», es hereditaria; para
preservar la civilización es necesario la «mejora de la especie» a
través de la selección de la descendencia, creando una nueva rama
de la «ciencia»: la eugenesia. Esta «ciencia», la eugenesia, se
convertirá en una legitimación, entre otras cosas, de los programas
de esterilización forzosa de explotados y oprimidos calificados como
«tarados», «asociales» o «inmorales».
Galton
reconocido también como un eminente «científico» observó una
gran «verdad»: los hijos de los millonarios son millonarios, los
hijos de los médicos son médicos y los hijos de los pobres, y sus
nietos, así, generación tras generación, son pobres. Como para Sir
Francis Galton la inteligencia se mide por el éxito social, la
conclusión es que la inteligencia es hereditaria y la imbecilidad
también.
La
eugenesia recuperó las teorías de Mendel con la intención promover
la segregación racial y económica, para ello los eugenistas parten
del supuesto de que la inteligencia se hereda de una generación a
otra siguiendo los mismos principios sobre la herencia de Mendel. La
inteligencia se heredaría como se hereda el color de los ojos o el
color de la piel. Esta comparación no deja de ser una majadería sin
ninguna prueba que la apoyara ni entonces ni ahora. También tomaron
de forma interesada partes de la obra de Darwin:
«Examina
el hombre con el cuidado más escrupuloso el carácter y la
genealogía de sus caballos, de sus toros y de sus perros antes de
emparejarlos. Pero que cuando es él, el que tiene que emparejarse,
cuando llega a su matrimonio, raramente o nunca, se toma tal cuidado.
Aparece entonces impulsado por casi análogos motivos que los
animales inferiores cuando se les deja libre elección, aunque desde
luego es superior a ellos porque sabe evaluar debidamente las dotes
mentales y las virtudes. (...) Debieran ambos sexos abstenerse del
matrimonio si se encuentran en cualquier grado inferior de cuerpo y
de mente; pero confiar en esto es confiar en cosas utópicas, que
jamás llegará a alcanzarse si las leyes de la herencia no se
popularizan de modo que sean enteramente conocidas.» (Darwin. El
origen del hombre y la selección en relación al sexo. 1871)
De
esta forma, entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX,
aparece la eugenesia.
El
imperialismo yanqui a través de la Fundación Rockefeller, el
millonario E. H. Harriman y otros magnates, financia e impulsa este
movimiento. Todavía hoy, la Fundación Rockefeller sigue aplicando
programas de control de natalidad en todo el tercer mundo.
En
1906 se crea con la financiación de John Harvey Kellogg en Michigan
la «Fundación para la mejora de la raza». La «Oficina de Registro
de Eugenesia» es fundada por un «venerable» ciudadano y reputado
«hombre de ciencia» Charles Benedict Davenpor. Con los datos
recogidos sobre árboles genealógicos Davenport llegó a una
conclusión: los pobres lo son por ser personas inferiores. El
programa de «reforma social» de los eugenistas, hombres de
«ciencia» y reputados intelectuales de su época, llegaron a
plantear incluso la posibilidad del exterminio del «inferior» para
preservar la civilización del peligro de la multiplicación de los
«tontos-pobres». El «II Congreso Internacional de Eugenesia»
(1921), se celebró bajo una pomposa consiga que dejaba claro el rol
que se asignaban los eugenistas: «La eugenesia es la auto-dirección
de la evolución humana».
En
Estados Unidos, leyes de esterilización forzosa se empezaron a
aplicar a principios del siglo XX. Durante el siglo pasado unas
70.000 personas fueron esterilizadas, la mayoría sin su
consentimiento.
En
Noruega 40.891
personas, el 75% mujeres, fueron esterilizadas entre 1934-1976.
En
Suecia en 1922 se crea el Instituto «Nacional de Biología de las
Razas», los resultados de los estudios del Instituto sirven para la
aprobación en 1934 de la ley de esterilización, votada por todos
los partidos políticos, y derogada en 1977. En este tiempo más de
60.000 personas fueron esterilizadas por ser una «carga para la
sociedad» y 4.500 fueron lobotomizadas por «indeseables».
En
Alemania, en 1902 el doctor Woltman crea la revista
«Sociología-Antropológica». En 1904 el doctor Ploetz funda los
«Archivos de Antropología y Biología Social» y en 1905 la
«Sociedad Eugenésica». En 1908, en la colonia alemana de África
del Sur quedan prohibidos los matrimonios mixtos. 1913 se publica el
libro de E. Fischer, profesor de anatomía de la Universidad
Friburgo, «Los Bastardos de Rehobother y el problema de la
bastardización humana». 1920, se publica el libro del psiquiatra
Hoche y del jurista Binding: «La impunidad en la aniquilación de
los inútiles». En 1923 Baur; Fischer; Lenz, publican: «Herencia
humana y eugenesia», que parece que fue libro de cabecera de Hitler
durante su prisión. Erwin Bauren en 1927 abre su «Instituto para el
Cultivo Experimental de Plantas» en Müncheberg. Con Rüdin
(eminente eugenista), Baur se dedicó a la investigación del
mendelismo, defendiendo la higiene racial. En 1927, La «Sociedad
Kaiser Wilhelm» abre un Instituto para el estudio de la
«antropología, teoría de la herencia humana y eugenesia». 1930,
el profesor Lenz muestra su satisfacción con la llegada a la
Universidad de Jena, por imposición del Ministerio del Interior nazi
del Land de Turingia, del antropólogo racista H.F.K. Günter: «Pese
a los reparos a que ha dado lugar la forma de su nombramiento, hemos
de congratularnos del hecho como tal.». 1931, Lenz publica «El
`antisemitismo´» donde defiende que: «La cuestión de la calidad
hereditaria es cien veces más importante que la lucha por el
capitalismo o el socialismo.». 1931, Himmler crea una oficina
racial: las licencias matrimoniales serán concedidas según
criterios de «higiene racial». Lenz considera que esto era un
«experimento digno de aplauso». 1932, el Consejo de Sanidad del
Land de Prusia respalda una ley de esterilización con el lema: «La
eugenesia al servicio de la previsión social.» El 30 de enero de
1933 Hitler se convierte en canciller del Reich. El 14 de julio de
1933 se publica la «Ley para prevenir la procreación de hijos de
enfermedades hereditarias»: permite la esterilización forzosa en
los casos de «imbecilidad congénita, esquizofrenia, demencia
maniaco-depresiva, epilepsia hereditaria...», etc.
Tampoco
en la URSS el proletariado y las masas se libraron de los eugenistas
y del «determinismo biológico». Con el apoyo de los seguidores
soviéticos de Mendel, a principos de los años treinta del siglo
pasado llega a la URSS el científico estadounidense H.J. Muller
(1890-1967) invitado por el genetista Vavilov. Muller era un
reconocido genetista, discípulo de T.H. Morgan, Premio Nobel de
Medicina en 1933. En 1925 fue nombrado profesor de zoología de la
Universidad de Texas. Simpatizante de la Revolución Rusa es uno de
los miembros fundadores del Consejo de Amistad Americano-Soviética y
presidente de la Sociedad Científica Americano-Soviética. Pero
además de un ferviente adimirador de Stalin, Muller era también un
eugenista radical. Tomando el ejemplo de las prácticas realizadas
con el ganado propuso la creación de bancos de esperma de hombres
«selectos» y la inseminación de las mujeres con este esperma con
«pedigree». Muller defendía su «verdad objetiva»: que la
inseminación artificial era el pilar de la nueva sociedad soviética
y garantía del triunfo comunista.
Entonces
aparece la figura de Lysenko como uno de los hombres de ciencia
soviéticos que combatieron las ideas falsas y reaccionarias de
Muller y los «mendelistas» soviéticos. Sin embargo el imperialismo
y el revisionismo han convertido el «caso Muller» en el «caso
Lysenko». Asegura el viejo y el nuevo revisionismo que las ideas de
Lysenko causaron graves daños al socialismo al poner por encima la
«verdad política» a la «verdad objetiva», desconocemos como se
pueden cuantificar los daños de Lysenko, pero las consecuencias de
las ideas delirantes de los eugenistas si son cuantificables:
segregación racial y económica, esterilizaciones forzadas y
exterminio de los «menos aptos».
El
pilar de la biología soviética lo constituyen los trabajos de Iván
Vladímirovich Michurin
(1855-1935) que fue considerado en la URSS y por el camarada Stalin
como el único representante verdadero de las teorías de Darwin,
siendo Lysenko un discípulo suyo. El resultado práctico de la
investigación de los «mendelistas» en el campo de la agricultura
es: nada. I.V. Michurin con su trabajo de selección de plantas e
hibridación a través de la realización de injertos dejó al pueblo
soviético 150 variedades de árboles frutales mejoradas. En 1934
I.V. Michurin escribe:
«El
sueño de mi vida se está realizando: las nuevas y preciosas
variedades de plantas frutales creadas por mí, pasan de los terrenos
de ensayos no a casa de tal o cual rico kulak, sino a los huertos de
los koljoses y los sovjoses donde reemplazan a las viejas variedades
de calidad inferior y débil rendimiento».
Se
afirma de forma falsa que la obra de I.V. Michurin se opone a Darwin.
Se ha utilizado el argumento de autoridad, empleando el nombre de
Darwin, para negar los descubrimientos de I.V. Michurin; pero no es
Darwin el que niega la posibildad de nuevas variedades de plantas sin
hibridación sexual, sino los «mendelistas» soviéticos:
«...
bajo ciertas condiciones desconocidas se pueden efectuar
hibridaciones por injerto» (Ch. Darwin. La variación en los
animales y plantas domesticados. 1875. Edición digital:
http://www.jesuspurroy.cat/docs/variacion2013.pdf)
Tampoco
es Darwin el que niega la relación entre medio y variación, sino,
otra vez, los «mendelistas» soviéticos:
«Estos
hechos demuestran que pequeños cambios en las condiciones de vida
causan variabilidad, y además muestran que una variedad puede
habituarse a nuevas condiciones. (...) El trigo adquiere rápidamente
nuevos hábitos de vida. Lineo clasificó las clases de verano e
invierno como especies distintas; pero el señor Monnier ha
demostrado que la diferencia entre ellas es únicamente temporal.
Plantó trigo de invierno en primavera, y sólo una de cada 100
plantas produjeron semillas maduras; estas fueron plantadas y
replantadas, y en tres años plantas que maduraban todas su semilla.
A la inversa, casi todas las plantas criadas a partir de trigo
estival, que fueron plantdas en otoño, perecieron de frío; pero
unas pocas se salvaron y produjeron semillas, y en tres años esta
variedad estival se había convertido en una variedad invernal.»
(Ibid.)
En
todo caso lo único que defendió Michurin frente al «determinismo
biológico», hoy representado por gente como E.O. Wilson o R.
Dawkins, es lo siguiente:
«En
general, la influencia de todos los factores exteriores sobre la
estructura del organismo de los híbridos es tan poderosa que la
mayor parte del tiempo domina sobre los factores de transmisión
hereditaria de las cualidades y propiedades de las plantas
originarias. En particular, esta influencia se ejerce fuertemente
sobre la planta-madre cuando se forman en la estructura de los
granos, los embriones del futuro organismo híbrido obtenido, al
principio de su etapa de desarrollo, favoreciendo ciertos caracteres
hereditarios e impidiendo manifestarse a los demás. Casi siempre el
mayor o menor éxito de una influencia de ese género depende
únicamente del cruce de las plantas.»
Al
convertir Muller y los «mendelistas» soviéticos la construcción
del socialismo en un problema técnico, que es lo que pretenden el
viejo y el nuevo revisionismo, alejado de la lucha de clases, la
aplicación del programa eugenésico de Muller hubiera dejado la
dirección de la sociedad soviética en manos de una minoría de
técnicos y científicos. Tampoco Muller ocultó su desprecio por
obreros y campesinos que contaban, según los eugenistas, con una
dotación genética inferior, aunque tampoco existiera ninguna prueba
genética que diera sustento a tal sentimiento.
Aquí
volvemos a retomar la metáfora de los Avakianistas sobre los
intectuales y los científicos representados como personas racionales
y que aislados de la sociedad sólo buscan la «verdad objetiva». El
«caso Lysenko-Muller» es una refutación clara de esta metáfora.
Ya que los nuevos revisionistas afirman que este caso es un ejemplo
claro de imposición de la «verdad de clase» sobre la «verdad
objetiva» es de suponer que para tener una «sociedad más vibrante»
y fomentar el «disentimiento» hubiera sido necesario avivar las
teorías nacionalistas, racistas y clasistas de la eugenesia, para
que el «intelectual» que las sustenta no se sienta «oprimido». Es
más, el Estado Soviético debió impulsar los experimentos
aberrantes de Muller, como el intento de cruzar monos con personas, y
permitir que los más pobres acabemos en manos de estos expertos como
cobayas de laboratorio. ¡Sacrifiquémonos, no hay que avivar el
rencor del intelectual! Bajo la dirección del camarada Stalin la
eugenesia fue aplastada y Muller expulsado de la URSS.
Es
necesario recalcar que los avakianistas y todos los revisionistas,
que tanto hablan de de crear una sociedad donde compitan «múltiples
puntos de vista», lo que no toleran es que un ferroviario sin
formación especializada (I.V. Michurin) y un campesino (Lysenko)
combatieran a la burguesía en el campo de la biología con éxito,
en concreto a «científicos» de «gran prestigio». Lo que
defienden con palabras edulcoradas los nuevos revisionistas es sólo
libertad para la burguesía y dictadura contra el proletariado y las
masas en todos los campos, incluido el de las ideas.
Una
enseñanza fundamental de las experiencias de dictadura del
proletariado, y que el nuevo revisionismo combate, es que la
burguesía tras perder el poder político y económico establece su
cuartel general en el campo de la cultura, con el objetivo de crear
condiciones favorables para la restauración capitalista. En la URSS
la lucha de dos líneas, entre la línea roja y el troskismo primero
aparece como un problema literario:
«El
camarada Troski ha expuesto sus tesis en las Lecciones de Octubre.
Parecía una controversia puramente literaria. Pero el conflicto ha
dado lugar a una vasta campaña política del Partido. No es posible
ver en ella una controversia `personal´. En ese caso la discusión
no habría adquirido un tono tan apasionado. Es evidente que en los
orígenes y en la base de la discusión existen factores objetivos
que en un primer momento salieron a la superficie en forma de
polémica `literaria´.» (Bujarin. Una Nueva Revelación Sobre la
Economía Soviética.)
En
Hungría la contrarrevolución de 1956 se gesta en los círculos
Petofi, compuestos por intelectuales y estudiantes, y en China la
oposición al Presidente Mao Tsetung toma primero la forma de obras
literarias, etc., de ahí la importancia clave de la Revolución
Cultural Proletaria. La cuestión es si el proletariado y las masas
van a permitir a la burguesía que desde el campo de la cultura
difunda sus ideas, su moral, sus costumbres y sus prácticas con el
objetivo de crear las condiciones para la restauración capitalista o
es necesario que las masas barran esta basura para consolidar la
dictadura del proletariado y seguir transformando la realidad.
En
vez de combatir a la burguesía en el campo de las ideas, Avakian
propone la conciliación con estas ideas y fomentarlas, a la vez que
trata de desarmar al proletariado al asegurar que necesitamos la
«verdad objetiva» de la burguesía para avanzar. En Nepal esta
capitulación ante el imperialismo se plasmó en la defensa del viejo
Estado en su forma republicana y multipartidista.
En
este punto retomamos la concepción de la lucha de dos líneas de
Avakian y los avakianistas. Cuando aparecen las «cartas de paz» y
la LOD se estructura en las prisiones, la posición del CC del PCP es
que las «cartas de paz» son una patraña del imperialismo y la LOD
una organización creada por la CIA. Cuando el imperialismo y la
reacción libera a miembros de la LOD de las cárceles con el
objetivo de tomar aparatos del Partido son aniquilados. Avakian se
escandaliza y plantea que los problemas de conciencia no se pueden
resolver por medio de la violencia.
Los
argumentos de Avakian parecen recogidos del propio Presidente Mao
Tsetung:
«Los
problemas de carácter ideológico y los problemas de controversia en
el seno del pueblo, pueden resolverse únicamente por el método
democrático, por medio de la discusión, la crítica, la persuasión
y educación, y no por métodos coactivos o represivos» (Presidente
Mao Tsetung. Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en
el seno del pueblo. 1957)
Pero,
en este caso concreto, el enfermo no era tal, sino un cadáver
podrido creado por el imperialismo que no estaba por «curarse o
enmendarse», y sólo la quinta columna del imperialismo puede
plantear que una organización creada por la CIA es parte del pueblo.
Sólo se puede curar a alguien que ha cometido errores, si:
«Una
persona que ha cometido errores, no oculta su enfermedad por temor al
tratamiento, ni persiste en sus errores hasta hacerse incurable, sino
que, honesta y sinceramente, desea curarse y enmendarse, debemos
acogerla y curarle la enfermedad para que se convierta en un buen
camarada.» (Presidente Mao Tsetung. Rectifiquemos el estilo de
trabajo en el Partido.1942)
Esto
nos permite volver a la «verdad basada en los hechos» de los
Avakianistas es tan «objetiva», que para mantener su tesis de que
el engendro de la LOD es parte del pueblo, e incluso del PCP, no sólo
combate desde 1993 la posición del CC del PCP, sino que elude el
hecho de la existencia de pruebas, hechos, ya públicos que
demuestran que tanto las «cartas de paz» como la LOD (MOVADEF) son
creaciones de la CIA.
Avakian
sólo es un ejemplo más de que el mundo de los intelectuales forma
parte de la sociedad en la que viven y que organizan la realidad
conforme a la posición de clase que toman, por eso el Presidente Mao
Tsetung indica que primero rojos, posición de clase proletaria, y en
segundo lugar expertos. Veamos otro ejemplo de acercamiento
«objetivo» a la realidad:
«Bean,
un colaborador del Instituto de Anatomía de la Universidad
norteamericana John Hopkins, había publicado el resultado de
experiencias que mostraban que las partes frontales de la corteza
cerebral de los negros eran relativamente menos desarrolladas que la
de los blancos, y que el cerebro de los negros poseía ciertas
particularidades estructurales que venían a confirmar `el hecho
establecido´, según la expresión de Bean, de la inferioridad de
los negros. Como a Mall, director del citado Instituto, no le
convencían los argumentos de Bean, investigópor su cuenta en la
misma colección de cerebros, pero sin saber, a diferencia de Bean
cuáles pertenecían a negros y cuáles a blancos. Así que Mall y
sus colaboradores los clasificaron en dos grupos según los
caracteres indicados por el propio Bean, y así que determinaron
luego la raza de los individuos a que pertenecían cada uno de los
cerebros, comprobándose que la distribución en aquellos dos grupos
era casi idéntica. `Es probable -subraya Klineberg- que, seguro de
encontrar signos de inferioridad en los negros y sabedor, además, de
los individuos a que pertenecían los cerebros, Bean
`descubriese´entre ellos una diferencia que, de hecho, no existía.»
(Kosik, Leontiev, Luria. El Hombre Nuevo. Ed. Martinez Roca. 1977)
Pero
no solamente los «dogmáticos» y los «sectarios» vemos la
influencia de la sociedad en el campo de la ciencia. Richard
Lewontin, biólogo, sobre las «modernas teorías» de algunos
genetistas que sustentan programas como el del genoma humano,
sostiene que:
«El
evangélico entusiasmo de los modernos caballeros del santo Grial y
la ingenuidad de sus acólitos de la prensa, a los que han
catequizado, han hecho un fetiche del ADN. Hay también
predisposiciones ideológicas que se han hecho sentir. La descripción
más exacta del ADN es la que dice que éste contiene información
que es leída por la maquinaria de la célula en el proceso
productivo. Sutilmente, el ADN como portador de información es
transformado sucesivamente como copia, como plan rector y como
molécula rectora. Es la transferencia a la biología de la fe en la
superioridad del trabajo intelectual sobre el meramente físico, del
planificador y el diseñador sobre el operario no cualificado que
está en la línea de montaje» (Ibid.)
Avakian
y los avakianistas también transfieren
la fe de la superioridad
del trabajo intelectual sobre el manual. Ésto se expresa en su
idealización de las personas que desarrollan un trabajo intelectual,
que según estos revisionistas son gentes cualificadas para conocer
la verdad e imparciales, que desde su «torre de marfil» trabajan
con el único objetivo de conocer la «Verdad». «Verdad objetiva»,
a la que sólo técnicos e intelectuales tiene acceso, «verdad»
opuesta a la verdad de clase que es subjetiva y distorsiona la
realidad, entrampando según los avakainiastas su conocimiento y la
transformación de ésta.
Al
señalar los problemas de la «emotividad» el nuevo revisinismo
vuelve a mostrar que para las clases explotadoras es un «hecho
objetivo» que todos los oprimidos y explotados, aunque puedan
pensar, son incapaces de razonar, pues la razón está secuestrada
por el sentimiento. De ahí también la necesidad de tomar la «verdad
objetiva» de «otras fuentes» independientes del proletariado, de
las masas y de su práctica revolucionaria:
«De
nuestro lado… durante la guerra produjimos muchos errores. En
algunos casos hicimos explotar bombas y decenas de civiles han
muerto. Eran serios errores. En algunos casos algunos de nuestros
cuadros políticos han sido asesinados. En otros casos nuestros
militantes han asesinado a cuadros de otros partidos. Fueron errores.
Ahora está claro que hemos aprendido de nuestros errores del pasado.
Y, claro, ahora tenemos la responsabilidad de liderar al pueblo desde
el Congreso, desde el gobierno, debemos ir adelante y continuar
liderando al pueblo. ¿Ud. Me está comprendiendo?
R:
Mucho. Muy claramente,
Ud. se imagina cuán claramente entiendo eso.
P:
Lo sé muy bien. En la
lucha política se pone mucho sentimiento. Ud. sabe bien.»
(Entrevista a Prachandra. 2009)
Sobre
la verdad objetiva, no la negamos, afirmamos que existe. Para aclarar
la posición comunista recurrimos a una cita del documento del MPP
«Sobre el plan imperialista de `acuerdos de paz´»:
«Surgió
el criterio de ‘verdad política’, un enfoque que abandonó los
principios y tomó decisiones no sobre la base de ‘buscar la verdad
en los hechos’ ni aplicar nuestra ciencia revolucionaria para
entender la realidad sino sobre la base de lo que parecía ser
‘útil’. En particular, este punto de vista se usó para
justificar la teoría de la patraña planteada por la dirección del
Partido Comunista del Perú (PCP), que insistía, contra toda la
evidencia disponible, que el Presidente Gonzalo no tenía ninguna
relación con la Línea Oportunista de Derecha en el Partido y que
hasta investigar esa posibilidad era la traición más vil.” (Cita
extraída de las cartas del PCR (EE.UU.) 2005 a 2008 a Prachanda)
Avakian
en este texto ya tuerce la realidad y la deforma como buen
revisionista, la cuestión planteada no tenía ninguna relación
con la cuestión de la realidad objetiva, es innegable que existe una
realidad objetiva. Avakian habla de verdad política para presentar
la verdad de clase como algo subjetivo y que no da conocimiento sobre
la realidad. La posición de los comunistas es que el comunismo es
una ideología científica, y no una ciencia a secas como plantea
Avakian. Tiene carácter de clase y sirve a una clase: el
proletariado.
La
verdad objetiva (devenida de la realidad objetiva) es una, nadie lo
puede negar: no pueden existir múltiples verdades. Pero todas las
clases sociales no tienen las mismas posibilidades de descubrir la
verdad sobre las leyes de la sociedad; el descubrimiento de la verdad
supone unos límites que son el orígen y la posición de clase. Sólo
una clase, el proletariado, cuando se constituye en “clase para
sí”, cuyos intereses van en el sentido de las leyes de desarrollo
objetivo del mundo, puede descubrir y utilizar la verdad objetiva;
una clase cuyos intereses van en contra de ese sentido no podrá
alcanzarla, y, por el contrario, se oponen a esta verdad, la atacan,
la persiguen, como lo hace Avakian cuando defiende la “verdad” al
margen de las clases y sus intereses. Lo que trata de hacer Avakian
es conciliar al proletariado con la burguesía y poner a la clase
obrera a la cola de ésta. Sobre la base de su “verdad objetiva”
al margen de las clases y de la práctica revolucionaria del
proletariado, trata de que sea la pequeña burguesía la que dirija
los procesos revolucionarios. Según Avakian todos somos iguales ante
la verdad objetiva y los intelectuales pequeñoburgueses, como el
propio Avakian, pueden aportar sus puntos de vista para enriquecer el
proceso revolucionario. Lo fundamental de las ideas de Avakian es la
conciliación con la burguesía.»
(http://www.solrojo.org/mpp_doc/SR40_avance.html)
Entre
tanto, en 2005, cuenta Avakian y el nuevo revisionismo, que de
pronto, y sin ser esperado por nadie, en una día como otro
cualquiera, en un determinado momento y sin nada que lo anunciara, el
Partido Comunista de Nepal (Maoísta), partido que desde el 2001
rechaza de forma abierta, ¡oh!, la «verdad de clase», que reclama
la competencia entre ideas y la competencia multipartidaria para
construir una sociedad «viva» y «vibrante», con «gran diversidad
para que la gente explore muchos caminos», que ha combatido el
«dogmatismo» y el «sectarismo» de «sendero luminoso» incluso
dentro de sus propias filas, ¡Oh, sorpresa!, capitula ante el
imperialismo y la reacción interna.
En
cuanto a Avakian y los avakianistas, hay que decir que son un claro
ejemplo de cómo se mueve la pequeña burguesía. Cuando la
revolución está en ascenso y se ve la aurora de la victoria, se une
a la revolución, cuando surgen las dificultades se pasa al campo del
imperialismo y la reacción.
(1)
«Lysenko quiso solucionar un problema con un método erróneo, pero
peor aun fue el enfoque instrumentalista de los que lo respaldaron, o
sea el punto de vista que dice que las ideas son un instrumento de
nuestros deseos o metas y que busca “rehacer la realidad” a su
imagen y semejanza. Quiere que la realidad sea un instrumento de
metas predeterminadas, en lugar de partir de la realidad tal y como
es y procurar transformarla en su movimiento, cambio y desarrollo
(porque así es la realidad). Esta es una cuestión fundamental de
concepción y metodología.» (Avakian. Revolución. Nº 70. 2006)
Ver
también: Avakian. The Proletariat and the Bourgeoisie... Soaring to
Great Heights... and Grubbing in the Dirt. Revolutionary Worker. Nº
1086, 2001
(2)
«Tenemos que romper más cabalmente con el instrumentalismo, con las
nociones de hacer de la realidad un "instrumento" de
nuestros objetivos, de distorsionarla con nuestros fines, y con la
"verdad política".(Avakian. Conversación de Bob Avakian
con unos camaradas sobre epistemología: Sobre conocer, y cambiar, el
mundo. Obrero Revolucionario. nª 1262. 2004)
Documentos:
https://drive.google.com/file/d/0B0cNhGDp1iorMVBXaWREdTNTcFE/view?u