CAMPAÑA CONTRA EL VIEJO Y EL NUEVO REVISIONISMO -
IX ENTREGA
Llamamiento de Alvarez del Vayo (Presidente del FRAP) a la Huelga Nacional Revolucionaria (1974).
FRAP (1975)
«El pensamiento de Mao
Tse-tung es el marxismo-leninismo de nuestra época que guía la lucha de los
pueblos del mundo entero contra el imperialismo y contra las clases dominantes
reaccionarias» (Línea política y programa del Partido Comunista
de España (m-l). Ediciones Vanguardia Obrera. 1966-7?)
La lucha contra
el viejo revisionismo, el imperialismo y la reacción encabezada por el Presidente
Mao Tse-tung es un hecho histórico y trascendental por el impacto que tuvo en
todo el mundo, y que también repercutió
en España. Esta repercusión en España se sumó a
factores internos, como el que el viejo revisionismo en España expresaba
su capitulación a las clases dominantes de forma abierta y sin vergüenza alguna
con la propuesta de «reconciliación nacional» (1955), a lo que se unía el hecho de que gracias a un
cambalache entre la URSS revisionista y el imperialismo yanqui, el gobierno
franquista se convertía en miembro de pleno derecho de la ONU (1955), lo que
significaba el reconocimiento a nivel internacional del gobierno fascista como
representante oficial del Estado Español.
La primera
organización que en España defendió el pensamiento de Mao Tse-tung como «el
marxismo leninismo de nuestra época» en combate al revisionismo «soviético» fue
el PCE (m-l). Posteriormente surgieron otras organizaciones que también se
autodenominaron pensamiento mao-tsetung [PCE(i), OMLE, Komunistak, ORT, etc.].
A principios de los años 70 un gran movimiento de masas se desarrollaba bajo la
bandera del pensamiento mao tse-tung en condiciones muy duras de lucha, que
continuó hasta los primeros años 80. La razón para la desaparición y liquidación
de la mayor parte de estas organizaciones se encuentra ya en los problemas
expresados en ellas antes de 1976. Con la muerte del Presidente Mao se
desencadenó descaradamente el
revisionismo en ellas, desembocando en el ataque al pensamiento mao-tsetung,
principalmente, en su versión dengxiopinista o hoxhista.
Lo mismo ha
ocurrido tras la detención del Presidente Gonzalo y la actual inflexión en la
guerra popular en el Perú dirigida por el PCP y su CC. La labor del nuevo
revisionismo con membrete de «maoísta» tiene también el objetivo de tratar de
liquidar al movimiento comunista internacional (MCI). Como quinta columna del
imperialismo y de la reacción en nuestras filas, ataca el maoísmo, a la guerra
popular en el Perú tratando de aislarla
mientras levanta «revoluciones» de horchata, como Venezuela o Cuba o, lloran a
Mandela, etc., que es la plasmación práctica de su defensa de la teoría de
Krushchev y Togliatti de «múltiples vías al socialismo». Los nuevos
revisionistas se oponen a que el MCI se una en torno a una Línea Política
General, en torno a los principios y en lucha de dos líneas. Defienden la
dispersión del MCI y su liquidación. ¡Que sigan soñando!
En España,
tanto el PTE, [antiguo PCE (i)], como MC,[ antes Komunistak], ORT, etc., bajo
la dictadura fascista siguieron el camino de unirse con otras «fuerzas
democráticas» con el objetivo de que cuando cayera el fascismo se dieran
mejores condiciones para la lucha por el socialismo, el resultado es que cuando
cayó el fascismo la clase obrera no tenía nada, ni Partido, ni Frente, ni
Ejército. En la actualidad vemos como viejos y nuevos revisionistas están
levantando el mismo camino de derrota para el pueblo y la clase obrera bajo lo
que llaman «proceso constituyente», «acuerdo de paz», «socialismo del siglo
XXI», etc..
En cuanto al
PCE (m-l), que no sólo habló de la lucha armada, sino que la inició a través
del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), también
presentaba problemas. Desde su fundación
el PCE (m-l) tiene entre sus objetivos impulsar, e impulsará, un Frente de
lucha como alternativa revolucionaria a las negociaciones del PCE con el Estado
fascista español. El FRAP será la plasmación orgánica de éste.
Uno de los
problemas del PCE (m-l) es la caracterización de España como país semicolonial,
y así lo señaló y criticó el PCE (r): «Otros, como el PCE (m-l) y el FRAP,
afirman que España es un país agrario y colonizado por los yanquis, donde hay
que hacer la revolución ´democrático-popular´ a partir de la lucha en el campo. Estas ideas falsas e
irrealizables han llevado a estos grupos al aventurerismo y al completo
aislamiento» (Gaceta Roja.Nº19. 1976) (1)
Otro error fue concentrar
todos los esfuerzos del Partido y del Frente en la preparación de la llegada
del «momento decisivo», la caída de la dictadura fascista, que tras la caída de
las dictaduras fascistas de Portugal y Grecia, unido a la radicalización de las luchas de las masas
en el interior hacían prever que estaba cercana. Esto llevó al PCE (m-l) a intensificar
las acciones armadas a partir de 1973, a través del FRAP, para preparar las
condiciones de la huelga general revolucionaria.
A pesar de que
en la Línea Política el camino revolucionario de la guerra popular prolongada
se defiende como el único camino del pueblo, lo cierto es que todo el trabajo
se centró en un objetivo a muy corto plazo, la caída del fascismo. A esto se
unió otro error, la relación entre el
Frente y el Ejército: «bajo la dirección del Frente se forjará el Ejército Popular»,
el resultado fue que el FRAP se construyó como un frente armado de masas. La
perspectiva era que las luchas de las masas, huelgas y manifestaciones, con las
acciones del FRAP pasaran a formas más elevadas de combate, refriegas violentas
con las fuerzas de la dictadura, asaltos, motines, ataques, etc. hasta derribar
la dictadura fascista e imponer una
República Popular y Federativa. A la muerte de Franco no había ninguna perspectiva
de construcción de Ejército Rojo, ni de milicia, a corto plazo, era evidente
que las masas dirigidas por su Partido no habían impuesto la República Popular
como paso inmediato al socialismo, ni se construyó Nuevo Poder; el golpe de
estado en China acabó por apagar toda llama revolucionaria en el PCE (m-l). La
dirección del PCE (m-l) en vez de hacer balance de lo logrado, hacer
autocrítica por los errores y aprender de éstos para avanzar por el camino de
la guerra popular y la destrucción del viejo Estado, optó por la
«desmaoización», liquidar el FRAP (1978) y negar la guerra popular. En mayo de
1985, en «Teoría y Práctica» nº 5, pág. 46, el PCE (m-l) «explicaba» de esta
forma la liquidación del FRAP: «Así pues, la política republicana del Partido
se fue adaptando a distintas coyunturas y se plasmó organizativamente de forma
distinta, lo cual no quiere decir que ni el FRAP ni la Convención Republicana
fueron erróneas. Al contrario, fueron correctas en la medida que
correspondieron a unas situaciones concretas, a unas necesidades concretas y a
unas opciones tácticas en un momento
político preciso». Fue, bajo la bandera de Hoxha, una vuelta al viejo
revisionismo. En cuanto a la lucha armada, considerada como algo táctico, era
simplemente Krushchovismo, en cuanto al paso al socialismo: acumulación de
fuerzas (hasta perderlas todas), cretinismo parlamentario, incluida una bochornosa
coalición con el partido prosoviético, y alguna variante de «proceso
constituyente», era menchevismo. Es decir, camino de derrota (“constituyente”,
“ruptura democrática”, “acuerdos de paz”, “socialismo del siglo XXI”, etc.)
consistente en la supuesta necesidad de
una etapa intermedia de revolución democrática burguesa radical de tiempo
ilimitado, entre la etapa actual y el socialismo, donde la clase obrera se
prepararía en mejores condiciones para el asalto del poder. La LOD en el Perú y
Nepal con Prachanda son un buen ejemplo de adónde conduce todo este
revisionismo. La despedida del PCE (m-l) incluyó culpar a las masas del merecido final de la organización: «El error
de análisis del Partido fue doble: no vio ni valoró correctamente las
transformaciones económicas de los 60. Su análisis fue unilateral, sólo
percibió los agentes más negativos: penetración imperialista del capital
extranjero, norteamericano sobre todo; bases militares yanquis; emigración, sin
valorar en toda su dimensión que este fenómeno era válvula de escape que
alejaba al régimen de una situación de paro masivo, que daba la oportunidad de
ahorro a los emigrados y que sus remesas de divisas fortalecía las reservas del
Estado franquista, reforzadas también por el turismo, etc..» (Elementos para un
nuevo proyecto revolucionario. Texto aprobado en el VI Congreso del PCE (m-l).
Marzo de 1992.)
La OMLE [PCE
(r)] fue un caso aparte, se mantuvo firme en la defensa del marxismo-leninismo
y en combate al viejo revisionismo hasta la aparición de la «Teoría de los Tres
Mundos». En 1978 atribuye la «Teoría de los Tres Mundos» al Presidente Mao, o
al menos es señalado como su precursor, para acabar revisando todo lo defendido
hasta entonces.
La OMLE, explica su cambio de posición sobre
la URSS en el año 1978: «Para comenzar diremos que ha sido la vida real, la
evolución de los acontecimientos internacionales, las experiencias que se han
ido acumulando, así como la necesidad de proseguir la lucha revolucionaria en
nuestro país, lo que nos ha obligado a revisar nuestra concepción anterior a
este respecto; de la misma manera, podemos decir, que, en otro momento, las
experiencias vividas y la necesidad de la lucha nos convenció de la justeza de
la política propugnada por el Partido Comunista de China, y por eso nos
adherimos a ella». (Las contradicciones de la política china. Publicado
en «Bandera Roja». 2ª época. Nº37. 1978) (2)
Otra vez la
OMLE sobre la URSS y el viejo revisionismo:
«A la luz de
las experiencias, ¿No estamos autorizados para suponer que la dirección del
PCCH ha estado exagerando, de la manera
que hemos descrito, ciertos rasgos secundarios hasta convertirlos en
principales, mientras que, por otro lado, ocultaba o minimizaba otros de vital
importancia? (Ibid)
«...lo único
que podía justificar la crítica china al «revisionismo» soviético era,
precisamente, el ambicioso proyecto de la Revolución Cultural y su ayuda
decidida a los movimientos revolucionarios. Una vez que dichos proyectos se han
visto en buena medida frustrados por la fuerza de los hechos, la crítica al
revisionismo soviético pierde buena parte de su anterior significado» (Ibid)
En definitiva
era revisar y enterrar todo lo defendido hasta entonces. El balance de este
abandono de lo defendido por todas las organizaciones pensamiento mao tse-tung
es elocuente en todas sus variantes,( hoxhistas, dengxiopinistas, posmodernos,
que los hubo, ver los documentos últimos del MC, etc., ) la práctica
desaparición, fruto de su revisionismo.
(1) Tomado de: El
debate sobre la dictadura del proletariado en el Partido Comunista Francés.
Ediciones de la Torre. Madrid. 1976.
(2) Tomado de:
M.P. (Arenas).Resistencia y Revolución:
recopilación de artículos: años 1977-83.
Alvarez del Vayo en la R.P. China (1957-1963):
Alvarez del Vayo en la R.P. China (1957-1963):
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