martes, 8 de marzo de 2022

 


¡Proletarios de todos los países, uníos!

¡VIVA EL DÍA DE LA MUJER!
¡ENARBOLAR, DEFENDER Y APLICAR EL FEMINISMO PROLETARIO!

"El presidente Mao nos excitó a 'contar con nuestras propias fuerzas, desligarnos de las tareas domésticas y participar en las actividades productivas y sociales'. Nosotras queríamos responder a esa excitativa, dar también el gran salto adelante. Pero ¿cómo arreglárnoslas? Fue entonces cuando en este distrito una veintena de mujeres se decidieron a “franquear la puerta de la familia” para crear una fábrica de barrio. Para tal efecto, el comité de manzana nos prestó dos hangares vacíos. Viendo las cosas desde cierto ángulo se puede decir que teníamos todo en contra: éramos pocas, sin ningún equipo, sin guarderías ni comedores, sin ninguna experiencia en producción (todas éramos amas de casa), ni siquiera sabíamos qué producir. Pero por otro lado teníamos grandes triunfos en la mano: no era para aportar un poco más de comodidad a nuestra familia por lo que habíamos decidido trabajar: queríamos trasformar la sociedad, trasformar la condición femenina. ¡Que las mujeres abrieran la puerta de la casa que les obstruía la vista! No queríamos ya servir a nuestra familia, queríamos servir al pueblo."

"Nosotras formamos parte de la clase obrera, ¿cómo podrá ésta dirigir el país si la mitad de sus miembros permanece inculta, incapaz de asimilar técnicas nuevas? ¡No sabemos nada! Muy bien, ¡aprendamos! ¡En páginas blancas es en donde se escriben las más bellas historias!”

(Ma Yu Yin, obrera china durante la Gran Revolución Cultural Proletaria)

“El primer antagonismo de clases que apareció en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en la monogamia; y la primera opresión de clases, con la del sexo femenino por el masculino"

(F. Engels - El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado)

La explotación y opresión de la mujer, así como la lucha por su emancipación, están desde el comienzo inseparables de la lucha de clases. El origen y el fundamento de la opresión de la mujer – y de toda la teoría de la “naturaleza femenina” – están en la explotación de la mujer en la casa y en la propiedad privada. El aislamiento de las mujeres en la casa las separa de la lucha de clases y de toda la vida social. Con la revolución burguesa y el desarrollo del capitalismo, la creciente incorporación de las mujeres en la producción social genera un salto en la lucha femenina, pero siendo un sistema basado en la explotación y la propiedad privada, el capitalismo no permite la emancipación plena de la mujer, sino sólo una igualdad jurídica formal y cierto grado de libertad para una minoría de mujeres privilegiadas.

Con la transformación de la burguesía desde una clase revolucionaria a una clase reaccionaria, el movimiento femenino burgués gradualmente pierde su capacidad de trasformar la condición femenina y acabar con la opresión, y con la ascendencia del proletariado como clase revolucionaria surge el feminismo proletario, indesligablemente ligado a la revolución proletaria y la lucha por acabar con la propiedad privada y toda explotación. Hoy, en la época del imperialismo en su crisis general y última, se demuestra en forma cada vez más extrema el rasgo característico del imperialismo, la “reacción política en toda la línea” como decía el gran Lenin, y se expresa inevitablemente en el feminismo burgués también. Consecuentemente, vemos hoy como los chupasangres y genocidas imperialistas han convertido el feminismo burgués en un instrumento ideológico y político más para promover y defender la dictadura burguesa, la explotación de la clase obrera y las guerras imperialistas de rapiña. Ya no es un feminismo para emancipar a las mujeres trabajadoras y explotadas del mundo, sino para dar la “libertad individual” y privilegios a una pequeña minoría de mujeres en función de movilizarlas en apoyo al sistema imperialista mientras que promueve la prostitución y la explotación intensificada de la mayoría de las mujeres.

El feminismo proletario no es una mera teoría política para criticar al feminismo burgués o proponer un modelo teórico para la emancipación de la mujer; el feminismo proletario es la práctica de millones de mujeres que bajo la dirección de las obreras comunistas y revolucionarias durante el siglo pasado alcanzaron avances enormes. En la Unión Soviética socialista desde la Revolución de Octubre hasta la restauración del capitalismo en 1956, millones de mujeres obreras y campesinas conquistaron el derecho de trabajar en la producción lado a lado con los hombres en condiciones de igualdad, el derecho a la educación y de incorporarse como soldados del Ejército Rojo para la defensa del país y de la revolución; avances conquistados por las mujeres mismas, aplicando la ideología del proletariado, en lucha constante contra la derecha dentro del Partido Comunista y del Estado socialista, y con el firme apoyo y la dirección justa y correcta de Lenin, el Camarada Stalin y el Partido.

La revolución socialista en China, especialmente la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP), generó el mayor y más radical movimiento femenino de la historia. Habiendo acabado con la opresión feudal de la mujer en la revolución democrática e incorporándose cada vez más en la lucha de clases durante la construcción socialista, cientos de millones de mujeres obreras y campesinas se movilizaron en la GRCP contra la derecha revisionista en el Partido encabezada por Liu Shao-chi, la cual planteó el regreso de las mujeres a la casa y difundió la teoría reaccionaria de la “naturaleza deficitaria de la mujer”. Aplicando el pensamiento Mao Tse-tung y con el firme apoyo del Presidente Mao y toda la izquierda del Partido, las mujeres revolucionarias tomaron grandes iniciativas, aplastando la línea revisionista en la práctica de la lucha de clases.

Estos avances magníficos del feminismo proletario inspiraron a las mujeres en todo el mundo, radicalizando la lucha incluso en los países imperialistas. Hoy, después de las restauraciones del capitalismo en la URRS y en China y la consiguiente ofensiva contrarrevolucionaria general en el mundo, hemos visto un resurgimiento del feminismo burgués más reaccionario que nunca. Las mujeres en todo el mundo siguen luchando heroicamente contra la opresión y por sus derechos, pero sin una línea de clase y sin dirección proletaria el movimiento es manipulado y utilizado por la reacción. Frente a la lucha justa contra el abuso sexual y toda la cultura sexual degenerada del imperialismo, los reaccionarios han sido forzados a hacer ciertas concesiones, pero al mismo tiempo asegurando la dirección burguesa del movimiento y utilizándolo para embellecer al imperialismo, pintar de “progresista” todo el sistema de explotación y opresión y justificar las guerras de rapiña y la agitación racista contra las naciones oprimidas.

Así vemos ahora a un lado un feminismo dirigido por una pequeña minoría de mujeres burguesas y pequeño burguesas principalmente en los países imperialistas, representando los intereses del imperialismo y negando y rechazando los mencionados enormes avances de la lucha femenina, y al otro lado un creciente movimiento feminista proletario, principalmente en los países oprimidos y representando los intereses de la gran mayoría de las mujeres, las proletarias y oprimidas, e indesligablemente ligado a la revolución proletaria mundial para así poder finalmente acabar con el imperialismo y la explotación y la opresión de la mujer en todo el mundo. En estas condiciones no puede existir un solo movimiento femenino unido al margen de la lucha de clases, y fingir una supuesta “unidad” solo significa ocultar las contradicciones innegables y la escisión inevitable, así convirtiendo el movimiento femenino en un movimiento “por y en beneficio de las clases explotadoras” que “actúa como elemento de divisionismo y freno de la lucha popular”.

¡VIVA EL FEMINISMO PROLETARIO!
¡APLASTAR EL IMPERIALISMO Y EL PATRIARCADO CON GUERRA POPULAR!
¡POR UNA LÍNEA DE CLASE EN EL MOVIMIENTO FEMENINO!

Movimiento Popular Perú
8 de Marzo de 2022


No hay comentarios:

Publicar un comentario