viernes, 17 de enero de 2020

PC de Chile: ¡VIVA LA EXPLOSIÓN POPULAR DEL 18 Y 19 DE OCTUBRE! ¡VIVAN LAS SUBSIGUIENTES PROTESTAS POPULARES!


¡Proletarios de todos los países, uníos!



¡VIVA LA EXPLOSIÓN POPULAR DEL 18 Y 19 DE OCTUBRE!
¡VIVAN LAS SUBSIGUIENTES PROTESTAS POPULARES!

¡ABAJO LAS CONVOCATORIAS PACIFISTAS DEL OPORTUNISMO
ELECTORERO!


Saludamos las combativas acciones de protesta contra el alza del costo de vida que dieron lugar a la explosión popular del 18 y 19 de octubre en Santiago de Chile, y las posteriores protestas populares que desde el seno de las convocatorias interesadamente pacíficas, se han desarrollado hasta hoy en el país.

El desborde en función de presionar al gobierno a la negociación o
El desborde en función de educar en la violencia y contra el revisionismo.
A la luz del marxismo leninismo maoísmo, reivindicamos las acciones del 18 y 19, como una explosión popular, por tres razones: por su carácter espontaneo, de masas y por el uso de violencia revolucionaria. En las semanas que siguieron se desarrollaron las protestas populares (acciones violentas) en todo el país, surgidas en el seno de marchas pacíficas convocadas por organizaciones amarillas pacifistas como No + AFP, ANEF, CUT, feministas burguesas, etc. las que formaron una “mesa de unidad social”. El oportunismo (frente amplio) y en particular, el pc-teillier (revisionistas renegados del marxismo), se declararon contrarios a la violencia de las protestas populares; y confesaron no ser conductores directos de las marchas pacíficas; sin embargo controlan las organizaciones “sociales” mencionadas. En los últimos años estas organizaciones han estado convocando por separado sucesivas marchas pacíficas, cuyo contingente les sirvió de base para la llamada “más grande marcha” del millón doscientos que se reunieron el 25 de octubre en Santiago. Esta marcha de carácter pacífico, incluso “lúdico” y de “encuentro familiar”, fue ensalzada por el gobierno y por la oposición, como expresión de la democracia burguesa imperante en el país. Esto no es novedad. Para el 8 de marzo de este año, las feministas burguesas fueron congratuladas también por el gobierno y la oposición, por apagar los fuegos de las barricadas en Santiago.
Aquí lo fundamental es que en el seno de estas marchas pacíficas se presentó una lucha en dos planos: Por un lado entre el carácter pacífico de las marchas convocadas por el oportunismo y el carácter violento de las protestas populares surgidas en su seno, por otro lado al interior de las protestas populares, entre quienes buscaban desborde de la legalidad en función de presionar al gobierno a la negociación (incluso utilizando indirectamente al lumpen) y quienes buscaban desborde de la legalidad en función de educar a las masas en el uso de la violencia revolucionaria (aplicarla contra la gran propiedad, respetando la mediana y pequeña) y en la lucha contra el revisionismo (pacifista y electorero).

El problema del Estado. 
A mediados de noviembre 11 partidos burgueses firmaron con el gobierno reaccionario “el acuerdo por la paz y nueva constitución”. Este acuerdo no fue suscrito pero sí aceptado con reparos por el pc-teillier, este partido burgués que de comunista no le queda nada, entró luego a debatir los detalles del acuerdo en el congreso y anunció que participarían en el proceso constituyente. No es la primera vez que el pc-teillier incurre en este oportunismo de “no firmo pero acepto”, lo mismo hicieron en el plebiscito de los años ochenta, y en el apoyo encubierto dado por Marin a la candidatura de Lagos; posteriormente bajo dirección de Teillier, dieron abierto apoyo a Bachelet en cuyo gobierno participaron como parte de la alianza reaccionaria “nueva mayoría”. Hoy apoyan la no violencia y las marchas pacíficas, las que según ellos, son de carácter “social” (el único que ha mencionado demagógicamente “la lucha de clases” es el traidor al magisterio, el vendido Gajardo). Tras ese carácter “social” de las marchas pacíficas, está el interés de separar sociedad de Estado, colocar ilusoriamente al Estado por encima de la sociedad, de las clases sociales, y difundir que este Estado es susceptible de ser corrompido o democratizado según sean los partidos y personas que lo administren (la mal llamada “clase política”). Esta farsa, esta ilusión, les sirve a los oportunistas (frente amplio) y revisionistas renegados del marxismo (pc-teillier), para justificar su negra participación en el Estado chileno con el “cuento” de democratizarlo; y engañan a la masa, negando la existencia de clases sociales colocando en su lugar, a los ciudadanos; negando la existencia de lucha de clases reemplazándola por los pacíficos movimientos “sociales” de los ciudadanos y la participación en elecciones.
Lejos de esta farsa, lejos de estas ilusiones, lo real es que en Chile existen clases sociales que luchan entre sí alineadas en dos frentes antagónicos: explotados y explotadores, oprimidos y opresores, pueblo y reacción, revolución y contrarrevolución. Lo real es que la gran burguesía y los terratenientes sirvientes del imperialismo principalmente norteamericano, explotan a las cuatro clases que forman el pueblo chileno: proletariado, campesinado, pequeña burguesía y burguesía nacional. Lo real es que el Estado es la máquina que utilizan las dos clases dominantes para ejercer su dictadura sobre el pueblo en todo Chile, por lo que es un Estado terrateniente-burgués. Lo real es que esta dictadura a lo largo de toda la historia republicana, les ha servido y sirve a estas dos clases dominantes, para asegurar por la fuerza de la ley y de la represión, su dominio y la explotación del pueblo; les ha servido para colocar en la mente del pueblo que el único autorizado a ejercer violencia es el Estado (las FFAA y policiales son columna vertebral de todo Estado). Lo real es que los gobiernos de turno han sido y son la forma que toma esa dictadura, la forma en que se administra el Estado, por lo que debajo de estos gobiernos, sean fascistas, de facto, o los más democráticos o con discurso “socialista”, habidos en nuestra historia contemporánea, encontraremos siempre la dictadura de la gran burguesía y los terratenientes feudales, sirvientes del imperialismo.
En consecuencia no corresponde limitarnos a cambiar el tipo de gobierno y reformar el Estado, pues estaremos perfeccionando la vieja máquina de dictadura feudal-burguesa de la minoría (gran burgueses y terratenientes) sobre la mayoría (el pueblo chileno). Lo que hay que hacer es destruirla para eliminar esa dictadura, destruirla con lucha armada, con guerra popular, porque las clases dominantes jamás dejaran el poder voluntaria y pacíficamente; y construir un nuevo Estado democrático popular de todo el pueblo chileno, el cual será la dictadura de la mayoría popular conducida por el proletariado sobre la minoría que hoy nos explota, pues ésta minoría derrocada pero no eliminada, pretenderá recuperar a fuego y sangre su gran propiedad privada que le confiscaremos. Llamamos a este proceso de destrucción y construcción simultáneas, revolución democrático-nacional. 

Dos características y dos contradicciones de las protestas y la explosión popular.
Entre varias, consideramos dos características fundamentales: Primero, estos movimientos son parte de este proceso de revolución democrático-nacional, pero no son la revolución misma, porque las protestas y explosiones populares provienen de la condición de pobreza y miseria en que la explotación y opresión feudal burguesa las han sumido y las masas populares que las impulsan lo hacen aunque no tengan conciencia clara de la contradicción antagónica de clases. En segundo lugar, las protestas y explosiones populares lejos de tener un carácter nacional, se presentan de manera desigual en el tiempo y en la geografía, debido al carácter desigual del desarrollo económico y social del país, ocasionado por su condición semifeudal y semicolonial, y por el desigual desarrollo del capitalismo burocrático que sobre esa base semifeudal nos ha impuesto el imperialismo. En este sentido, las condiciones objetivas para realizar la revolución, o lo que es lo mismo, la situación revolucionaria que existe en nuestro país desde todo el siglo XX hasta hoy, esa situación revolucionaria puede estar en desarrollo en una región o localidad y en otras permanecer estacionaria, como lo enseña el maoísmo. Por tanto la lucha por el poder no tiene que esperar a la siguiente explosión popular como lo afirman algunos revisionistas del maoísmo, concordando con los renegados del pc-Teillier, quienes plantean como táctica la “movilización social” y estrategia el paro nacional (su espurio X pleno cc, abril 2019); camino este por el cual pretenden democratizar el viejo Estado terrateniente burgués.
Para nosotros los comunistas consecuentes con la ideología del proletariado, el marxismo leninismo maoísmo, el camino no es la huelga nacional y elecciones, o la insurrección citadina para llegar a acuerdos; el camino es la guerra popular para la conquista del poder, lucha armada prolongada y de masas, que conquista bases de apoyo en el campo y desarrolla frente de defensa del pueblo con guerrillas en la ciudad, hacia la insurrección final y conquista del poder en todo el país. Nosotros no decimos que luego del estallido “social”, hay que cumplir la tarea de debatir, de definir el camino y de construir el partido (diario el pueblo), decimos que el camino está definido, y es: “cercar las ciudades desde el campo” y decimos que el Partido Comunista de Recabarren, está ya en reconstitución desde el año 2009.
Son dos las contradicciones que se expresan en este movimiento popular: la contradicción entre masas populares, hoy principalmente de las ciudades, contra el capitalismo burocrático que está en desarrollo desde principios del siglo XX, (capitalismo que el oportunismo lo reduce al “modelo neoliberal” vigente, quedándose corto con lo de los “30 años”); y la segunda contradicción entre las dos facciones que constituyen la gran burguesía dueña del capital burocrático del país. Con relación a la primera contradicción, fueron masas de estudiantes el día 18 de octubre, a las que se agregaron trabajadores jóvenes el día 19 las que protagonizaron la explosión popular, y los días posteriores se incorporaron principalmente pequeña burguesía baja (menos de 1.000 dólares/mes), y media (en torno de 1.000-1.500 dólares/mes); una parte de la capa media de la pequeña burguesía sirvió de colchón social al revisionismo y oportunismo, dando lugar a las marchas pacíficas. Con relación a la segunda contradicción la facción burocrática de la gran burguesía, pretende reemplazar el sistema privado de AFP por un sistema estatal global para capitalizarse y por otro lado busca colocar en una nueva constitución el papel empresarial del Estado como necesario para cumplir con las demandas “sociales” de la sociedad. Los oportunistas del “frente amplio” y del falso pc, son los encargados en actitud reptante, de difundir estos objetivos de la facción burocrática de la gran burguesía.

Boicot a la nueva constitución. Preparar e iniciar guerra popular.
El campo reaccionario debe cumplir tres tareas fundamentales en todo país atrasado como el nuestro: Profundizar el capitalismo burocrático, reestructurar su viejo Estado e impedir el inicio de una guerra popular o aniquilarla si ya está en curso como es el caso de Perú. El actual proceso constituyente se ubica en la segunda tarea. La constitución es la primera ley que rige el Estado terrateniente burgués, por lo tanto cualquier cambio solo sirve a la reestructuración del mismo y toda reestructuración del Estado se hace en función de los intereses de las clases que lo han creado: la gran burguesía y los terratenientes. La constitución de 1925 favoreció el régimen presidencialista y otorgó al Estado capacidad para controlar empresas estatales. Sobre esta base, en la siguiente década se creó CORFO y principalmente en la del cuarenta, surgieron un conjunto de empresas estatales, como infraestructura de apoyo al desarrollo de los monopolios privados de la gran burguesía compradora, pero estimulando a la vez el surgimiento de elementos burgueses vinculados al papel empresarial del Estado, elementos que fueron formando la facción burocrática de la gran burguesía chilena; todo en una economía de sustitución de importaciones. La constitución de 1980 acentuó en régimen presidencialista y Estado subsidiario del gran capital y la gran propiedad agraria, todo en una economía de libre mercado; esta constitución creó además, mecanismos para defender a los nuevos elementos incorporados a la gran burguesía en los ochenta, con las empresas privatizadas. Desde los años noventa se han venido realizando sucesivas reformas constitucionales, llegando al punto hoy de girar hacia la necesidad de un nuevo acuerdo o colusión entre las dos facciones de la gran burguesía, la facción compradora (monopolios privados o grupos económicos) y la facción burocrática (monopolios estatales, Codelco por ej.). Los acuerdos o colusiones de las dos facciones tienen un derrotero histórico, que en el periodo reciente se remonta al “Estatuto de garantías constitucionales” firmado por la UP y la DC en 1970 y la carta de los 13 de la DC de 1973; un segundo hito es el “plan de transición a la democracia” de los años ochenta; un tercero son las inversiones mixtas (capital estatal y privado) y la agenda pro-crecimiento del gobierno de Lagos con la CPC y SOFOFA en la década del 2000; en esta misma década un cuarto hito es la declaración de Bachelet al final de su primer gobierno quien dijo “hasta hoy la economía era regida solo por el libre mercado, ahora hay que agregarle la política”. Hoy tenemos el debate en torno a los límites y ajustes al modelo neoliberal. ¿Qué plantea el imperialismo? la OCDE en abril del presente año, planteó reimpulsar la clase media porque es el "centro de gravedad económico esencial para apoyar el crecimiento de la productividad, financiar adecuadamente la protección social y sacar a millones de familias de la pobreza", es decir, quieren que en Chile se le dé estabilidad a la “clase media” pauperizada, para que cumpla su papel de equilibrar las fuerzas sociales, incentivando el arribismo, el individualismo en la masa pobre; ha señalado, la OCDE, que para cumplir esa tarea es necesario ampliar los programas de asistencia social hacia la clase media, reformar la educación como vehículo de movilidad social para el arribismo de la masa pobre, reformar la salud y la vivienda, reduciendo costos para la clase media, y reestructurar el sistema de pensiones. En abril de este año Piñera anuncio su plan de protección a la clase media, y se estancó en eso. La OCDE, ha reconocido la necesidad de ajustes al esquema de libre mercado, consistentes en desarrollar ciertas atribuciones al Estado; en su documento de abril plantean que el eje de la “estrategia de desarrollo integral” de cada país latinoamericano es la planificación estatal de las reformas necesarias, en su documento dice “la planificación tradicional se centraba casi exclusivamente en fomentar el crecimiento económico. La planificación contemporánea impulsa una visión más integral y multidimensional del desarrollo, con un fuerte énfasis en la igualdad, la inclusión social y la erradicación de la pobreza. Hoy la planificación del desarrollo identifica como sus instrumentos de política pública preferidos las regulaciones, la inversión pública y las asociaciones público-privadas. De manera fundamental, estas estrategias subrayan la importancia de la participación ciudadana y el empoderamiento en la planificación”; este párrafo de la OCDE que se parece a los discursos del oportunismo del “frente amplio” y del falso pc, plantea crecimiento económico con equidad (igualdad, inclusión y erradicación de la pobreza), conducido por un Estado planificador que interviene a través de regulaciones en el libre mercado, con una fuerte inversión en infraestructura bajo modalidades de inversión mixta de capital estatal y privado, matizado con una participación ciudadana (consultas, plebiscitos, cabildos). Así mismo por estos días, alineándose a sus amos imperialistas, dirigentes de la gran burguesía chilena han admitido que “el modelo requiere ajustarse” otorgándole cierta funcionalidad al Estado. Como vemos, la perspectiva de un nuevo acuerdo entre facciones está en el centro del debate y puede darse, como ocurrió en las décadas cuarenta y cincuenta del siglo pasado, que hoy bajo el alero de una nueva constitución en ciernes, se levante una infraestructura constituida por empresas o monopolios estatales manejados por la facción burocrática, en apoyo al desarrollo de los monopolios privados de la facción compradora.
¿Qué se concluye de este proceso? El punto central del debate hoy es el papel del Estado: subsidiario o interventor y en lo económico: Libre mercado a secas o libre mercado con equidad. En cualquier caso, al pueblo no le beneficia, por lo cual no corresponde participar y por el contrario corresponde desenmascarar por medio del boicot este reaccionario proceso constituyente, que entregará otra constitución acorde con los intereses explotadores. 
Las tareas inmediatas de la reacción son:
-          Resolver la crisis actual y desarrollar el capitalismo burocrático.
-          Impulsar el proceso constituyente actual
-          Reprimir el desarrollo de las protestas populares conjurando la preparación e inicio de la guerra popular.
Las tareas del pueblo son:
-          Desarrollar la lucha popular en torno al alza del costo de vida en ciudad y la tierra en el campo.
-          Boicot a la constitución. Desenmascarar al oportunismo en general y al revisionismo en particular en su intento de arrastrar a la masa tras sus convocatorias “sociales” como presión en su negociación con los demás partidos burgueses y con el gobierno.
-          Desbordar la legalidad por medio de la violencia revolucionaria apuntando al enemigo principal: la gran burguesía, terratenientes y el imperialismo yanqui, educando a las masas en aplastar al revisionismo.

¡Culminar el tránsito a la segunda etapa de reconstitución del Partido Comunista de Recabarren,
en función de preparar e iniciar la lucha armada, en su forma más elevada, como guerra popular!

PC de Chile                                                                                                               Diciembre, 2019

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