Citas:
" La Revolución de Octubre no se puede
considerar sólo una revolución circunscrita `a un marco nacional´.
Es, ante todo, una revolución de carácter internacional, de carácter mundial,
pues representa un viraje radical en la historia de la humanidad, un viraje del
viejo mundo, del mundo capitalista, al mundo nuevo, al mundo socialista."
"La Revolución de Octubre se caracteriza, ante
todo, por haber roto el frente del imperialismo mundial, por haber derribado la
burguesía imperialista en uno de los mayores países capitalistas y haber
colocado en el Poder al proletariado socialista.
La clase de los asalariados, la clase de
los perseguidos, la clase de los oprimidos y de los explotados se elevó por
vez primera en la historia de la humanidad a la posición de clase dominante,
contagiando con su ejemplo a los proletarios de todos los países.
Esto significa que la Revolución de
Octubre inició una nueva época, la época de las revoluciones proletarias
en los países del imperialismo."
" La vieja `teoría´ de que los
explotados no pueden arreglárselas sin los explotadores, al igual que la cabeza
y las otras partes del cuerpo no pueden arreglárselas sin el estómago, no es
patrimonio exclusivo de Menenio Agripa, célebre senador romano en la historia
antigua. Esta `teoría´ es hoy la piedra angular de la `filosofía´ política de la socialdemocracia, en general, y de la
política socialdemócrata de coalición con la burguesía imperialista, en
particular. Esta `teoría´, que ha adquirido el carácter de prejuicio,
es actualmente uno de los obstáculos más graves para el desarrollo
revolucionario del proletariado de los países capitalistas. Uno de los
resultados más importantes de la Revolución de Octubre consiste en que ha
asestado el golpe de gracia a esta falsa `teoría´."
"No se puede acabar con el capitalismo
sin acabar con el socialdemocratismo en el movimiento obrero. Por eso, la
era de la agonía del capitalismo es, al mismo tiempo, la era de la agonía del
socialdemocratismo en el movimiento obrero.
La gran importancia de la Revolución de
Octubre reside, entre otras cosas, en que anuncia el triunfo inevitable del
leninismo sobre el socialdemocratismo en el movimiento obrero mundial."
EL CARACTER INTERNACIONAL
DE LA REVOLUCION DE OCTUBRE
DE LA REVOLUCION DE OCTUBRE
En el X aniversario de Octubre
La Revolución de Octubre no se puede
considerar sólo una revolución circunscrita "a un marco nacional".
Es, ante todo, una revolución de carácter internacional, de carácter mundial,
pues representa un viraje radical en la historia de la humanidad, un viraje del
viejo mundo, del mundo capitalista, al mundo nuevo, al mundo socialista.
En el pasado, las revoluciones acababan,
generalmente, con la sustitución de un grupo de explotadores por otro grupo de
explotadores en el timón del gobierno. Cambiaban los explotadores, pero la
explotación continuaba. Así ocurrió en la época de los movimientos libertadores
de los esclavos. Así ocurrió en el período de las sublevaciones de los siervos.
Así ocurrió en el período de las conocidas "grandes" revoluciones de
Inglaterra, de Francia y de Alemania. No me refiero a la Comuna de París, que
fue el primer intento del proletariado -- glorioso y heroico, pero, con todo,
un intento fallido -- de volver la historia contra el capitalismo.
La Revolución de Octubre se distingue por
principio de estas revoluciones. Se propone como objetivo, no el que una
forma de explotación sustituya a otra forma de explotación, que un grupo de
explotadores reemplace a otro grupo de explotadores, sino la supresión de toda
clase de explotación del hombre por el hombre, la supresión de todos y cada uno
de los grupos de explotadores, la instauración de la dictadura del
proletariado, la instauración del Poder de la clase más revolucionaria entre
todas las clases oprimidas que han existido hasta hoy, la organización de una
nueva sociedad, de la sociedad socialista sin clases.
Precisamente por eso, el triunfo
de la Revolución de Octubre marca un cambio radical en la historia de la
humanidad, un cambio radical en los destinos históricos del capitalismo
mundial, un cambio radical en el movimiento de liberación del proletariado
mundial, un cambio radical en los métodos de lucha y en las formas de
organización, en el modo de vida y en las tradiciones, en la cultura y en la
ideología de las masas explotadas del mundo entero.
En esto reside la razón fundamental de
que la Revolución de Octubre sea una revolución de carácter internacional, de
carácter mundial.
Y en esto radica también la profunda
simpatía que sienten las clases oprimidas de todos los países por la Revolución
de Octubre, en la cual ven la garantía de su liberación.
Podrían señalarse varias cuestiones
fundamentales en las que la Revolución de Octubre influye sobre el desarrollo
del movimiento revolucionario del mundo entero.
1. La Revolución de Octubre se
caracteriza, ante todo, por haber roto el frente del imperialismo mundial, por
haber derribado la burguesía imperialista en uno de los mayores países
capitalistas y haber colocado en el Poder al proletariado socialista.
La clase de los asalariados, la clase de
los perseguidos, la clase de los oprimidos y de los explotados se elevó por
vez primera en la historia de la humanidad a la posición de clase dominante,
contagiando con su ejemplo a los proletarios de todos los países.
Esto significa que la Revolución de
Octubre inició una nueva época, la época de las revoluciones proletarias
en los países del imperialismo.
Esta revolución desposeyó a los
terratenientes y capitalistas de los instrumentos y medios de producción,
convirtiéndolos en propiedad social y contraponiendo, de este modo, la
propiedad socialista a la propiedad burguesa. De esta manera, puso en evidencia
la mentira de los capitalistas de que la propiedad burguesa es inviolable,
sagrada y eterna.
Esta revolución arrancó el Poder a la
burguesía, despojó de los derechos políticos a la burguesía, destruyó la
máquina del Estado burgués y entregó el Poder a los Soviets, contraponiendo, de
este modo, al parlamentarismo burgués, como democracia capitalista, el
Poder socialista de los Soviets, como democracia proletaria. Tenía razón
Lafargue al decir, ya en 1887, que, al día siguiente de la
revolución, "todos los antiguos capitalistas serían privados de los
derechos electorales”
De esta manera, la Revolución de Octubre
puso en evidencia la mentira de los socialdemócratas de que hoy es posible el
tránsito pacífico al socialismo por la senda del parlamentarismo burgués.
Pero la Revolución de Octubre no se
detuvo ni podía detenerse aquí. Después de destruir lo viejo, lo burgués,
emprendió la edificación de lo nuevo, de lo socialista. Los diez años de la
Revolución de Octubre son diez años de edificación del Partido, de los
sindicatos, de los Soviets, de las cooperativas, de las organizaciones
culturales del transporte, de la industria y del Ejército Rojo. Los éxitos
indiscutibles, alcanzados por el socialismo en la U.R.S.S. en el frente de la
edificación, han demostrado claramente que el proletariado puede
gobernar con éxito el país sin burguesía y en contra de la
burguesía, puede levantar con éxito la industria sin burguesía y en
contra de la burguesía, puede dirigir con éxito toda la economía
nacional sin burguesía y en contra de la burguesía, puede
edificar con éxito el socialismo, a pesar del cerco capitalista.
La vieja "teoría" de que los
explotados no pueden arreglárselas sin los explotadores, al igual que la cabeza
y las otras partes del cuerpo no pueden arreglárselas sin el estómago, no es
patrimonio exclusivo de Menenio Agripa, célebre senador romano en la historia
antigua. Esta "teoría" es hoy la piedra angular de la
"filosofía" política de la socialdemocracia, en general, y de la
política socialdemócrata de coalición con la burguesía imperialista, en
particular. Esta "teoría", que ha adquirido el carácter de prejuicio,
es actualmente uno de los obstáculos más graves para el desarrollo
revolucionario del proletariado de los países capitalistas. Uno de los
resultados más importantes de la Revolución de Octubre consiste en que ha
asestado el golpe de gracia a esta falsa "teoría".
¿Acaso es necesario todavía demostrar
que estos resultados, y otros semejantes, de la Revolución de Octubre no han
podido ni pueden dejar de ejercer gran influencia sobre el movimiento
revolucionario de la clase obrera de los países capitalistas?
Hechos tan notorios para todo el mundo
como los progresos del comunismo en los países capitalistas, como la creciente
simpatía de los proletarios de todos los países hacia la clase obrera de la
U.R.S.S. y, por último, la afluencia de delegaciones obreras al País de los
Soviets, indican de un modo indiscutible que la semilla lanzada por la
Revolución de Octubre empieza ya a dar sus frutos.
2. La Revolución de Octubre hizo
cuartearse al imperialismo, no sólo en los centros de su dominación, no sólo en
las "metrópolis". Fue también un golpe contra la retaguardia del
imperialismo, contra su periferia, minando la dominación del imperialismo en
las colonias y en los países dependientes.
Al derrocar a los terratenientes y a los
capitalistas, la Revolución de Octubre rompió las cadenas de la opresión
nacional y colonial y liberó de ellas a todos los pueblos oprimidos de un vasto
Estado, sin excepción. El proletariado no puede liberarse sin liberar a los
pueblos oprimidos. Rasgo característico de la Revolución de Octubre es el haber
llevado a cabo, en la U.R.S.S., estas revoluciones nacionales y coloniales, no
bajo la bandera de la hostilidad nacional y de los choques entre las naciones,
sino bajo la bandera de la confianza mutua y de la amistad fraternal entre los
obreros y los campesinos de los pueblos de la U.R.S.S., no en nombre del nacionalismo,
sino en nombre del internacionalismo.
Precisamente por esto, porque en nuestro
país las revoluciones nacionales y coloniales transcurrieron bajo la dirección
del proletariado y bajo la bandera del internacionalismo, precisamente por
esto, los pueblos parias, los pueblos esclavos, se han elevado por vez
primera en la historia de la humanidad a la condición de pueblos verdaderamente
libres y verdaderamente iguales, contagiando con su ejemplo a los
pueblos oprimidos del mundo entero.
Esto significa que la Revolución de
Octubre inició una nueva época, una época de revoluciones coloniales,
que se llevan a efecto en los países oprimidos del mundo en alianza
con el proletariado, bajo la dirección del proletariado.
Antes, "se admitía" que el
mundo estaba dividido, desde tiempos inmemoriales, en razas inferiores y
superiores, en negros y blancos, de los cuales los primeros no son aptos para la
civilización y están condenados a ser objeto de explotación, mientras que los
segundos son los únicos exponentes de la civilización, llamados a explotar a
los primeros.
Hoy, esta leyenda hay que considerarla
destruida y desechada. Uno de los resultados más importantes de la Revolución
de Octubre consiste en que ha asestado el golpe de gracia a esta leyenda,
demostrando en la práctica que los pueblos no europeos liberados, incorporados
al cauce del desarrollo soviético, son tan capaces como los pueblos europeos de
impulsar una cultura realmente avanzada y una civilización realmente
avanzada.
Antes, "se admitía" que el
único método para liberar a los pueblos oprimidos era el método del nacionalismo
burgués, el método de separación de las naciones unas de otras, el método
de desunirlas, el método de acentuar la hostilidad nacional entre las masas
trabajadoras de distintas naciones.
Hoy, esta leyenda hay que considerarla
refutada. Uno de los resultados más importantes de la Revolución de Octubre
consiste en que ha asestado el golpe de gracia a esta leyenda, demostrando en
la práctica la posibilidad y la conveniencia del método proletario, internacionalista,
de liberación de los pueblos oprimidos, como el único método acertado,
demostrando en la práctica la posibilidad y la conveniencia de una alianza
fraternal entre los obreros y campesinos de los más diversos pueblos sobre
los principios de voluntariedad y de internacionalismo. La existencia
de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, prototipo de la futura
unificación de los trabajadores de todos los países en una sola economía
mundial, no puede por menos de servir de prueba inmediata de esto.
Huelga decir que estos resultados, y
otros semejantes, de la Revolución de Octubre no podían ni pueden dejar de
ejercer una gran influencia sobre el movimiento revolucionario de las colonias
y los países dependientes. Hechos como el incremento del movimiento
revolucionario de los pueblos oprimidos en China, en Indonesia, en la India,
etc. y la creciente simpatía de estos pueblos hacia la U.R.S.S. lo evidencian
de modo indiscutible.
Ha pasado la era en que se podía
explotar y oprimir con toda tranquilidad a las colonias y a los países
dependientes.
Ha comenzado la era de las
revoluciones libertadoras en las colonias y en los países dependientes, la era
del despertar del proletariado de estos países, la era de su hegemonía
en la revolución.
3. Al arrojar la semilla de la
revolución tanto en los centros del imperialismo como en su retaguardia, al
debilitar la potencia del imperialismo en las "metrópolis" y al hacer
vacilar su dominación en las colonias, la Revolución de Octubre ha puesto en
tela de juicio la existencia misma del capitalismo mundial en su conjunto.
Si, bajo las condiciones del
imperialismo, el desarrollo espontáneo del capitalismo se ha transformado -- en
virtud de su desigualdad, en virtud del carácter inevitable de los conflictos y
de los choques armados y, por último, en virtud de la carnicería imperialista
sin precedentes -- en un proceso de descomposición y agonía del capitalismo, la
Revolución de Octubre y, como resultado de ella, el desprendimiento de un país
enorme del sistema mundial del capitalismo, no podían por menos de acelerar
este proceso, socavando, paso a paso, las bases mismas del imperialismo
mundial.
Más aún. La Revolución de Octubre, al
hacer cuartearse el imperialismo, creó, al mismo tiempo, con la primera
dictadura proletaria, una base potente y abierta para el movimiento
revolucionario mundial, base que este movimiento no había tenido jamás
antes y en la que ahora puede apoyarse. Creó un centro potente y abierto del
movimiento revolucionario mundial, centro que no había tenido jamás
antes y en torno al cual ese movimiento puede ahora adquirir cohesión,
organizando el frente único revolucionario de los proletarios y de los
pueblos oprimidos de todos los países contra el imperialismo.
Esto significa, en primer lugar, que la
Revolución de Octubre infirió una herida de muerte al capitalismo mundial, de
la que éste no se repondrá jamás. Y por eso precisamente, el capitalismo jamás
recobrará el "equilibrio" y la "estabilidad" que tenía
antes de Octubre.
El capitalismo podrá estabilizarse
parcialmente, podrá racionalizar su producción, entregar el gobierno del país
al fascismo, reprimir temporalmente a la clase obrera, pero no volverá jamás a
disfrutar de la "tranquilidad" y la "seguridad", del
"equilibrio" y la "estabilidad" de que hacía gala antes,
pues la crisis del capitalismo mundial ha alcanzado un grado tal de desarrollo,
que la hoguera de la revolución se encenderá inevitablemente, ya en los centros
del imperialismo, ya en la periferia, haciendo trizas los remiendos
capitalistas y aproximando, día tras día, la caída del capitalismo. Punto por
punto como en la conocida fábula: "si saca el rabo, se le hunde el hocico;
si saca el hocico, se le hunde el rabo".
Esto significa, en segundo lugar, que la
Revolución de Octubre elevó a cierta altura la fuerza y la importancia, la
valentía y la voluntad combativa de las clases oprimidas del mundo entero,
obligando a las clases dominantes a tenerlas en cuenta como un factor nuevo
e importante. Hoy, ya no se puede ver en las masas trabajadoras del mundo una
"multitud ciega" que vaga en las tinieblas y carece de horizontes, ya
que la Revolución de Octubre encendió el faro que les alumbra el camino y les
brinda perspectivas. Si antes no había una tribuna universal pública,
desde la que se pudieran manifestar y plasmar los anhelos y las aspiraciones de
las clases oprimidas, hoy esta tribuna existe y es la primera dictadura
proletaria.
¿Acaso puede dudarse de que si esta
tribuna fuese destruida, sobre la vida politico-social de los "países
adelantados" se abatirían para largo tiempo las tinieblas de una negra y
desenfrenada reacción? No puede negarse que el simple hecho de la existencia
del "Estado bolchevique" pone un freno a las negras fuerzas de la
reacción y facilita a las clases oprimidas la lucha por su liberación. Y esto
es precisamente lo que explica ese odio bestial que los explotadores de todos
los países sienten hacia los bolcheviques.
La historia se repite, aunque sobre
bases nuevas. Lo mismo que antiguamente, en la época de la caída del feudalismo,
la palabra "jacobino" provocaba en los aristócratas de todos los
países horror y repugnancia, también hoy, en la época de la caída del capitalismo,
la palabra "bolchevique" provoca horror y repugnancia en la burguesía
de todos los países. Y a la inversa: así como antes el asilo y la escuela de
los representantes revolucionarios de la burguesía ascensional era
París, hoy el refugio y la escuela de los representantes revolucionarios del proletariado
ascensional es Moscú. El odio a los jacobinos no salvó al feudalismo del
derrumbamiento. ¿Acaso puede dudarse de que el odio a los bolcheviques no
salvará tampoco al capitalismo de su caída inevitable?
Ha pasado la era de la
"estabilidad" del capitalismo, arrastrando consigo la leyenda de la
inamovilidad del orden burgués.
Ha comenzado la era del
hundimiento del capitalismo.
4. No se debe considerar que la
Revolución de Octubre es sólo una revolución en el campo de las relaciones
económicas y politico-sociales. Es, al mismo tiempo, una revolución en los
cerebros, una revolución en la ideología de la clase obrera. La Revolución de
Octubre surgió y se consolidó bajo la bandera del marxismo, bajo la bandera de
la idea de la dictadura del proletariado, bajo la bandera del leninismo, que es
el marxismo de la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias.
Representa, por tanto, el triunfo del marxismo sobre el reformismo, el triunfo
del leninismo sobre el socialdemocratismo, el triunfo de la III Internacional
sobre la II Internacional.
La Revolución de Octubre abrió un abismo
infranqueable entre el marxismo y la ideología socialdemócrata, entre la
política del leninismo y la política de la socialdemocracia.
Antes, hasta el triunfo de la
dictadura del proletariado, la socialdemocracia podía alardear con la
bandera del marxismo, sin negar abiertamente la idea de la dictadura del
proletariado, pero sin hacer tampoco nada, absolutamente nada, por acercar la
realización de esta idea; se comprende que esta actitud de la socialdemocracia
no suponía amenaza alguna para el capitalismo. Entonces, en aquel período, la
socialdemocracia se identificaba formalmente, o casi se identificaba, con el
marxismo.
Hoy, después del triunfo de la
dictadura del proletariado, cuando todo el mundo ha visto con claridad
meridiana a dónde conduce el marxismo y qué puede significar su triunfo,
la socialdemocracia ya no puede alardear con la bandera del marxismo, ya no
puede coquetear con la idea de la dictadura del proletariado, sin crear cierto
peligro para el capitalismo. Después de haber roto hace ya mucho con el
espíritu del marxismo, se ha visto obligada a romper también con la bandera del
marxismo, enfrentándose abierta y francamente contra la obra del marxismo,
contra la Revolución de Octubre, contra la primera dictadura del proletariado
habida en el mundo.
Ahora tenía que desentenderse y se
desentendió, en efecto, del marxismo, ya que, en las condiciones actuales, no
es posible llamarse marxista sin apoyar abierta y abnegadamente la primera
dictadura proletaria del mundo, sin librar una lucha revolucionaria contra la
propia burguesía, sin crear las condiciones para el triunfo de la dictadura del
proletariado en el propio país.
Entre la socialdemocracia y el marxismo
se ha abierto un abismo. Desde ahora, el único portador y baluarte del
marxismo es el leninismo, el comunismo.
Pero las cosas no han parado aquí.
Después de deslindar los campos entre la socialdemocracia y el marxismo, la
Revolución de Octubre fue más allá, arrojando a la primera al campo de los
defensores directos del capitalismo contra la primera dictadura
proletaria habida en el mundo. Cuando señores como los Adler y Bauer, los Wels
y Levi, los Longuet y Blum difaman al "régimen soviético", ensalzando
la "democracia" parlamentaria, quieren decir con ello que luchan y
seguirán luchando en pro de la restauración del orden capitalista en la
U.R.S.S., en pro del mantenimiento de la esclavitud capitalista en los
Estados "civilizados".
La actual ideología socialdemócrata es
el puntal ideológico del capitalismo. Lenin tenía mil veces razón al
decir que los actuales políticos socialdemócratas son "verdaderos agentes
de la burguesía en el seno del movimiento obrero, lugartenientes
obreros de la clase de los capitalistas" y que, en "la guerra civil
entre el proletariado y la burguesía", se colocarán
inevitablemente "al lado de los 'versalleses' contra los 'comuneros'".
No se puede acabar con el capitalismo
sin acabar con el socialdemocratismo en el movimiento obrero. Por eso, la
era de la agonía del capitalismo es, al mismo tiempo, la era de la agonía del
socialdemocratismo en el movimiento obrero.
La gran importancia de la Revolución de
Octubre reside, entre otras cosas, en que anuncia el triunfo inevitable del
leninismo sobre el socialdemocratismo en el movimiento obrero mundial.
Ha terminado la era de la
dominacion de la II Internacional del socialdemocratismo en el movimiento
obrero.
Ha comenzado la era de la
dominación del leninismo y de la III Internacional.
Publicado
el 6 y el 7 de noviem-
bre de 1927 en el num. 255 de Pravda. |