martes, 28 de enero de 2014

PRESIDENTE MAO TSE-TUNG (JEFATURA IX)




SOBRE EL PROBLEMA DE STALIN COMENTARIO SOBRE LA CARTA ABIERTA
DEL CC DEL PCUS (II)
Por la Redacción del Renmin Ribao y
la Redacción de la revista Hongqi
(13 de septiembre de 1963)


La dirección del PCUS negó por completo a Stalin bajo el rótulo de la llamada “lucha contra el culto a la personalidad”.

Al plantear la llamada “lucha contra el culto a la personalidad”, los dirigentes del PCUS no se propusieron, como decían, restablecer “las normas de vida del Partido y principios de dirección leninistas”. Por el contrario, contravinieron a la teoría de Lenin sobre la relación entre jefes, partido, clase y masas, y al principio del centralismo democrático del Partido.

Los marxista-leninistas sostienen que todo partido revolucionario del proletariado, para ser el verdadero Estado Mayor del proletariado en la lucha, debe resolver acertadamente el problema de la relación entre jefes, partido, clase y masas, y organizarse según el principio del centralismo democrático. Semejante partido debe tener un núcleo dirigente más o menos estable, compuesto de un número de jefes probados en largas luchas que sepan conjugar la verdad universal del marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución.

Los jefes del partido del proletariado, ya sean miembros del Comité Central o de los comités locales, surgen de la lucha de clases y del movimiento revolucionario de las masas.

Son infinitamente fieles a las masas, están íntimamente ligados a ellas, saben sintetizar con acierto sus ideas y poner luego en práctica las ideas así sintetizadas. Los jefes de este tipo son representantes verdaderos del proletariado y generalmente reconocidos como tales por las masas. La presencia de jefes de este tipo en un partido del proletariado es indicio de la madurez política de dicho partido; en ellos reside la esperanza de la victoria de la causa del proletariado.

Lenin tenía toda la razón cuando decía:

Ninguna clase en la historia ha podido subir al Poder a menos que destacara a sus jefes políticos, a sus representantes avanzados, capaces de organizar movimientos y dirigirlos” (1)
.
También decía:

Es una tarea difícil y de larga duración formar a jefes del Partido, experimentados y de alto prestigio. Pero, sin ello, la dictadura del proletariado y la ‘voluntad única’ de éste no son más que frases vacías.” (2)

El Partido Comunista de China siempre se ha atenido a la teoría marxista-leninista sobre el papel de las masas populares y del individuo en la historia, a la teoría marxista-leninista sobre la relación entre jefes, partido, clase y masas, y al centralismo democrático del Partido. Persistimos constantemente en la dirección colectiva, pero nos oponemos al empequeñecimiento del papel de los jefes. Concedemos importancia al papel de los jefes, pero nos oponemos a todo elogio del individuo que sea desmesurado y no responda a la realidad, y nos oponemos a la exageración de su papel. Ya en 1949, a sugerencia del camarada Mao Tse-tung, el Comité Central del PCCh adoptó una resolución según la cual se prohibe celebrar públicamente los cumpleaños de los dirigentes del Partido y denominar lugares, calles o empresas con sus nombres.

Nuestra posición consecuente y justa difiere en forma radical de la llamada “lucha contra el culto a la personalidad” planteada por la dirección del PCUS.

Se torna más y más claro que, al plantear la llamada “lucha contra el culto a la personalidad”, los dirigentes del PCUS no se proponen desarrollar la democracia, aplicar la dirección colectiva ni oponerse a la exageración del papel del individuo, como lo declaran, sino que persiguen objetivos totalmente ocultos.

1 Lenin, “La tarea urgente de nuestro movimiento”, Obras Completas, t. IV.
2 Lenin, “Una carta a los comunistas alemanes”, Obras Completas, t. XXXII.




PROPOSICIÓN
ACERCA DE LA LINEA GENERAL
DEL MOVIMIENTO
COMUNISTA INTERNACIONAL
RESPUESTA DEL
COMITÉ CENTRAL DEL
PARTIDO COMUNISTA DE CHINA
A LA CARTA DEL
COMITÉ CENTRAL DEL
PARTIDO COMUNISTA DE LA UNIÓN SOVIÉTICA
DEL 30 DE MARZO DE 1963
(14 de junio de 1963)



(20)Desde hace unos años, algunos, violando la teoría íntegra de Lenin sobre la relación entre jefes, partido, clase y masas, han planteado la llamada “lucha contra el culto a la personalidad”; esto es erróneo y perjudicial.

La teoría de Lenin es como sigue:

a) Las masas se dividen en clases;

b) Las clases están generalmente dirigidas por partidos políticos;

c) Los partidos políticos los dirigen, por regla general, grupos más o menos estables de las personas más autorizadas, influyentes, expertas, elegidas para los cargos más responsables y que se llaman jefes.

Lenin dijo: “todo esto es el abecé”.

El partido del proletariado es el Estado Mayor revolucionario y combativo del proletariado. Todo partido proletario debe practicar el centralismo basado en la democracia y formar una fuerte dirección marxista-leninista antes de poder erigirse en vanguardia organizada y combativa. Plantear la llamada “lucha contra el culto a la personalidad” es, en realidad, contraponer los jefes a las masas, socavar la dirección única del partido basada en el centralismo democrático, debilitar la fuerza combativa del partido y desintegrar sus filas.

Lenin criticó los puntos de vista erróneos que contraponen los jefes a las masas. Dijo que esto “es un absurdo ridículo y una imbecilidad”.

El Partido Comunista de China siempre se ha opuesto a exagerar el papel del individuo, ha defendido y aplicado persistentemente el centralismo democrático dentro del Partido, y ha abogado por la ligazón de la dirección con las masas, considerando que, para dirigir con acierto, hay que saber sintetizar las opiniones de las masas.

Algunos vienen efectuando intensamente la llamada “lucha contra el culto a la personalidad”, cuando en realidad hacen todo lo posible para denigrar el partido proletario y la dictadura del proletariado. Al mismo tiempo, no se les escapa ningún medio para ensalzar el papel de ciertos individuos, achacando a otros todos los errores y atribuyéndose todos los éxitos a sí mismos.



SOBRE EL PROBLEMA
DE STALIN
COMENTARIO SOBRE LA CARTA ABIERTA
DEL CC DEL PCUS (II)
Por la Redacción del Renmin Ribao y
la Redacción de la revista Hongqi
(13 de septiembre de 1963)



Se torna más y más claro que, al plantear la llamada “lucha contra el culto a la personalidad”, los dirigentes del PCUS no se proponen desarrollar la democracia, aplicar la dirección colectiva ni oponerse a la exageración del papel del individuo, como lo declaran, sino que persiguen objetivos totalmente ocultos.

¿Cuáles son, en última instancia, los objetivos de la “lucha contra el culto a la personalidad” sostenida por los dirigentes del PCUS?

Para decirlo con franqueza, no son sino los siguientes:

1. So pretexto de la “lucha contra el culto a la personalidad”, contraponer a Stalin, jefe del Partido, a las organizaciones del partido, al proletariado y a las masas populares;

2. So pretexto de la “lucha contra el culto a la personalidad”, denigrar al partido proletario, la dictadura del proletariado y el sistema socialista; 

3. So pretexto de la “lucha contra el culto a la personalidad”, elevarse a sí mismos y atacar a los revolucionarios fieles al marxismo-leninismo, a fin de abrir el camino a la usurpación de la
dirección del Partido y del Estado por parte de los intrigantes revisionistas;

4. So pretexto de la “lucha contra el culto a la personalidad”, intervenir en los asuntos internos de los partidos y países hermanos y esforzarse por derribar a voluntad la dirección de los partidos y países hermanos;

5. So pretexto de la “lucha contra el culto a la personalidad”, atacar a los partidos hermanos que se atienen al marxismo-leninismo y escindir el movimiento comunista internacional.

La “lucha contra el culto a la personalidad” planteada por Jruschov es una infame intriga política. Semejante persona, como lo señalaba Marx, “como teórico es un cero a la izquierda, pero las intrigas son su elemento.”(1)

La carta abierta del Comité Central del PCUS dice que, “al desenmascarar el culto a la personalidad y luchar contra sus consecuencias”, ellos “colocan en alto lugar a los dirigentes que ... gozan ... de merecida autoridad”. ¿Qué significan estas palabras? Significan que mientras arrastran por el barro a Stalin, los dirigentes del PCUS ponen a Jruschov por las nubes.

1 Marx, “Marx a Bolte”, Obras Escogidas de Marx y Engels (en dos tomos), t. II




SOBRE EL PROBLEMA
DE STALIN
COMENTARIO SOBRE LA CARTA ABIERTA
DEL CC DEL PCUS (II)
Por la Redacción del Renmin Ribao y
la Redacción de la revista Hongqi
(13 de septiembre de 1963)

La carta abierta del Comité Central del PCUS calumnia la posición marxista-leninista en que perseveramos, diciendo que nosotros intentamos “imponer a los demás partidos el orden, la ideología y la moral, las formas y método de dirección, que florecieron en el período del culto a la personalidad”. Semejante afirmación revela aún más lo absurda que es la llamada “lucha contra el culto a la personalidad”.




SOBRE EL PROBLEMA
DE STALIN
COMENTARIO SOBRE LA CARTA ABIERTA
DEL CC DEL PCUS (II)
Por la Redacción del Renmin Ribao y
la Redacción de la revista Hongqi
(13 de septiembre de 1963)


No es nada nuevo en la historia del movimiento comunista internacional, sino una vil treta ya calada por la gente hace mucho tiempo, que los enemigos del marxismo-leninismo utilicen expresiones tales como la “lucha contra el culto a la personalidad” para vilipendiar a los líderes del proletariado y menoscabar la causa de éste.

Durante el período de la I Internacional, el intrigante Bakunin utilizó semejantes expresiones para injuriar a Marx. Al principio, en su deseo de ganarse mañosamente la confianza de Marx, le escribió: “Soy su discípulo, y me siento orgulloso de ello.”(1)

Más tarde, al fracasar su tentativa de usurpar la dirección de la I Internacional, injurió a Marx, diciendo que Marx, “como alemán y judío, es de pies a cabeza un autoritario”(2), un “dictador”(3).

Durante el período de la II Internacional, el renegado Kautsky utilizó similares expresiones para injuriar a Lenin. Levantó calumnias contra Lenin, llamándolo “el dios de los monoteístas”, y diciendo que había “reducido el marxismo no sólo a la condición de una religión de Estado, sino también a la de una superstición medieval u oriental” (4).

Durante el período de la III Internacional, el renegado Trotski también utilizó semejantes expresiones para injuriar a Stalin. Dijo que Stalin era un “déspota” (5) y que “Stalin, el burócrata, estableció el infame culto al jefe, atribuyéndole santidad” (6).

La camarilla titoísta del revisionismo contemporáneo también recurre a semejantes expresiones para injuriar a Stalin, llamándolo “dictador” en un “régimen de absolutismo personal”.

Como se ve, la “lucha contra el culto a la personalidad” que ha planteado la dirección del PCUS tiene su origen en Bakunin, Kautsky, Trotski y Tito, y es utilizada por ellos para oponerse a los líderes del proletariado y socavar el movimiento revolucionario proletario.

Así como los oportunistas en el movimiento comunista internacional no lograron negar a Marx, Engels ni Lenin con sus difamaciones, tampoco Jruschov logrará negar a Stalin con las suyas.

Lenin señaló que una posición privilegiada no aseguraba el éxito de la difamación.

Jruschov pudo aprovecharse de su posición privilegiada para sacar el cuerpo de Stalin del Mausoleo de Lenin; pero nunca logrará, aprovechándose de su posición privilegiada, arrancar la gran imagen de Stalin del corazón de los pueblos de la Unión Soviética y del mundo entero.

Jruschov puede aprovecharse de su posición privilegiada para adulterar de una u otra manera el marxismo-leninismo; pero nunca logrará, aprovechándose de su posición privilegiada, echar por tierra el marxismo-leninismo, que Stalin defendió y que defienden todos los marxista-leninistas del mundo.


(1) M.A. Bakunin, Carta a K. Marx, 22 de diciembre de 1868, Die Neue Zeit, N.°
1, 1900.
(2)Franz Mehring, Karl Marx, la Historia de su Vida.
(3)Engels, “Engels a A. Bebel”, 20 de junio de 1873, Obras Escogidas de Marx
y Engels (en dos tomos), t. II.
(4)Kautsky, La Socialdemocracia contra el Comunismo.
(5)Trotski, Stalin, una Estimación del Hombre y su Influencia.
(6)Trotski, La Burocracia Stalinista y el Asesinato de Kirov, 28 de diciembre de
1934




POR QUÉ CAYÓ JRUSCHOV
Editorial de la revista Hongqi
(21 de noviembre de 1964)

 
En los últimos once años, valiéndose del prestigio del Partido Comunista de la Unión Soviética y del primer país socialista edificados bajo la dirección de Lenin y Stalin, y yendo en contra del verdadero deseo del pueblo soviético, Jruschov hizo todos los males que su poder le permitió. Estos males pueden ser resumidos como sigue: 1. So pretexto de la “lucha contra el culto a la personalidad”, vituperó con el lenguaje más soez a Stalin, líder del Partido Comunista de la Unión Soviética y del pueblo soviético. Al oponerse a Stalin, él se opuso al marxismo-leninismo. Procuró borrar de un plumazo todos los grandes éxitos logrados por el pueblo soviético a lo largo del período de la dirección de Stalin, con el fin de denigrar la dictadura del proletariado, el sistema socialista, el gran Partido Comunista de la Unión Soviética, la gran Unión Soviética y el movimiento comunista internacional. Al proceder así, Jruschov proporcionó la más sucia arma a los imperialistas y reaccionarios de todos los países en sus actividades antisoviéticas y anticomunistas.









miércoles, 22 de enero de 2014

STALIN (SOBRE JEFATURA VIII)





LENIN
(J.STALIN)

Discurso pronunciado en una velada de los alumnos de la escuela militar del Kremlin.

(23 de enero de 1924)

(...)

UN ÁGUILA DE LAS MONTAÑAS


Llegué a conocer a Lenin en 1903. Por cierto, este conocimiento no fue personal. Nos conocimos por correspondencia. Pero ello me produjo una impresión indeleble, que no se ha desvanecido en todo el tiempo que llevo trabajando en el Partido.

Me encontraba entonces en Siberia, deportado. Al conocer la actuación revolucionaria de Lenin en los últimos años de la década del 90 del siglo XIX y, sobre todo, después de 1901, después de la publicación de lskra, me convencí de que teníamos en él a un hombre extraordinario. No era entonces a mis ojos un simple jefe del Partido; era su verdadero creador, porque solo él comprendía la naturaleza interna y las necesidades imperiosas de nuestro Partido. Cuando lo comparaba con los demás dirigentes de nuestro Partido, me parecía siempre que los compañeros de Iucha de Lenin - Plejánov, Mártov, Axelrod y otros - estaban a cien codos por debajo de él; que Lenin, en comparación con ellos, no era simplemente un dirigente, sino un dirigente de tipo superior, un águila de las montañas, al que era ajeno el miedo en la lucha y que llevaba audazmente el Partido hacia adelante, por los caminos inexplorados del movimiento revolucionario ruso. Esta impresión había calado tan hondo en mi alma, que sentí la necesidad de escribir de ello a un amigo íntimo, emigrado entonces en el extranjero, pidiéndole su opinión. Al cabo de algún tiempo, cuando ya me encontraba deportado en Siberia - era a fines de 1903 -, recibí una contestación entusiasta de mi amigo y, acompañándola, una carta sencilla, pero de profundo contenido, escrita por Lenin, a quien mi amigo había dado a conocer mi carta. La esquela de Lenin era relativamente corta, pero contenía una crítica audaz, una crítica valiente de la labor practica de nuestro Partido, así como una exposición magníficamente clara y concisa de todo el plan de trabajo del Partido para el periodo próximo. Sólo Lenin sabía escribir sobre las cosas mas complejas con tanta sencillez y claridad, con tanta concisión y audacia; en él, cada palabra, más que palabra, es un disparo. Esta esquela sencilla y audaz me reafirmó en el convencimiento de que en Lenin tenía nuestro Partido un águila de las montañas.


(...)

LA FIDELIDAD A LOS PRINCIPIOS

Los jefes de un partido no pueden menospreciar la opinión de la mayoría de su partido. La mayoría es una fuerza que un jefe no puede dejar de tener en cuenta. Lenin lo comprendia tan bien como cualquier otro dirigente del Partido. Pero Lenin nunca fue prisionero de la mayoría, sobre todo cuando la mayoría no se apoyaba en una base de principios. Hubo momentos en la historia de nuestro Partido en los que la opinión de la mayoría o los intereses momentáneos del Partido chocaban con los intereses fundamentales del proletariado. En tales casos, Lenin, sin vacilar, se ponía resueltamente al lado de los principios, en contra de la mayoría del Partido. Es más; en tales casos no temía luchar, literalmente, solo contra todos, estimando, como decía a menudo, que “una política de principios es la única política acertada".

(...)


EL GENIO DE LA REVOLUCIÓN


Lenin había nacido para la revolución. Fue realmente el genio de los estallidos revolucionarios y el supremo maestro en el arte de la dirección revolucionaria. Nunca se sentía tan a gusto, tan contento, como en la época de las conmociones revolucionarias. Con esto no quiero decir, de ninguna manera, que Lenin aprobaba toda conmoción revolucionaria o que se pronunciara siempre y en cualquier circunstancia a favor de los estallidos revolucionarios. De ningún modo. Quiero decir solamente que nunca la clarividencia genial de Lenin se manifestaba con tanta plenitud, con tanta precisión, como durante los estallidos revolucionarios. En los dias de virajes revolucionarios, literalmente se embellecía, se convertía en un vidente, intuía el movimiento de las clases y los zigzags probables de la revolución, como si los leyese en la palma de la mano. Con razón se decía en el Partido: "Ilích sabe nadar entre las olas de la revolución como el pez en el agua".

De aquí la “asombrosa" claridad de las consignas tácticas de Lenin y la “vertiginosa" audacia de sus planes revolucionarios.

Me vienen a la memoria dos hechos que subrayan particularmente esta peculiaridad de Lenin.

Primer hecho. Período en vísperas de la Revolución de Octubre, cuando millones de obreros, campesinos y soldados, empujados por la crisis en la retaguardia y en el frente, exigían la paz y Ia libertad; cuando el generalato y la burguesía preparaban una dictadura militar para hacer la "guerra hasta el fin"; cuando toda la sedicente “opinión pública" y todos los sedicentes "partidos socialistas" estaban contra los bolcheviques y los calificaban de "espías alemanes"; cuando Kerenski intentaba hundir al Partido Bolchevique en la clandestinidad y ya lo había conseguido en parte; cuando los ejércitos, todavía poderosos y disciplinados, de la coalición  austro-alemana se alzaban frente a nuestros ejércitos cansados y en estado de descomposición, y los «socialistas» de la Europa Occidental seguían, tranquilamente, en bloque con sus gobiernos, para hacer «la guerra hasta la victoria completa» ...

¿Qué significaba desencadenar una insurrección en aquel momento? Desencadenar una insurrección en tales condiciones, era jugárselo todo. Pero Lenin no temía el riesgo, porque sabía y veía con su mirada clarividente que la insurrección era inevitable, que la insurrección vencería, que la insurrección en Rusia prepararía el final de la guerra imperialista, que la insurrección en Rusia agitaría a las masas exhaustas del Occidente, que la insurrección en Rusia transformaría la guerra imperialista en guerra civil, que de esta insurrección nacería la República de los Soviets, que la República de los Soviets serviría de baluarte al movimiento revolucionario en el mundo entero.

Sabido es que aquella previsión revolucionaria de Lenin había de cumplirse con una exactitud sin igual.

Segundo hecho. Primeros días después de la Revolución de Octubre, cuando el Consejo de Comisarios del Pueblo intentaba obligar al faccioso general Dujonin, el comandante en jefe, a suspender las hostilidades y entablar negociaciones con los alemanes a fin de concertar un armisticio. Recuerdo como Lenin, Krilenko (el futuro comandante en jefe) y yo fuimos al Estado Mayor Central, en Petrogrado, para ponernos en comunicación con Dujonin por cable directo. Era un momento angustioso. Dujonin y el Cuartel General se habían negado categóricamente a cumplir la orden del Consejo de Comisarios del Pueblo. Los mandos del ejército se encontraban enteramente en manos del Cuartel General. En Cuanto a los soldados, se ignoraba lo que diría aquel ejército de catorce millones de hombres, subordinado a las llamadas organizaciones del ejército, que eran hostiles al poder de los Soviets. En el mismo Petrogrado, como es sabido, se gestaba entonces la insurrección de los cadetes. Además, Kerenski avanzaba en tren de guerra sobre Petrogrado. Recuerdo que, después de un momento de silencio junto al aparato, el rostro de Lenin se iluminó con una luz extraordinaria. Se veía que Lenin había tomado ya una decisión. “Vamos a la emisora de radio ― dijo Lenin ―; nos prestará un buen servicio: destituiremos, por orden especial, al general Dujonin, nombraremos comandante en jefe al camarada Krilenko y nos dirigiremos a los soldados por encima de los mandos, exhortándoles a aislar a los generales, a cesar las hostilidades, a entrar en contacto con los soldados austro-alemanes y a tomar la causa de la paz en sus propias manos".

Era un «salto a lo desconocido». Pero Lenin no tenía miedo a aquel «salto»; al contrario, iba derecho a él, porque sabía que el ejército quería la paz y que la conquistaría barriendo todos los obstáculos puestos en su camino, porque sabía que aquel modo de establecer la paz impresionaría, sin duda alguna, a los soldados austro-alemanes y daría rienda suelta al anhelo de paz en todos los frentes, sin excepción.

Es sabido que también esta previsión revolucionaria de Lenin había de cumplirse con toda exactitud.

Clarividencia genial, capacidad de aprehender y adivinar rápidamente el sentido interno de los acontecimientos que se avecinaban:  éste era el rasgo peculiar de Lenin que le permitía elaborar una estrategia acertada y una línea de conducta clara en los virajes del movimiento revolucionario.






miércoles, 15 de enero de 2014

J.STALIN (SOBRE JEFATURA VII)




ENTREVISTA CON EL ESCRITOR
ALEMÁN EMILIO LUDWIG
(Extracto)

5 de diciembre de 1931

LUTDWIG: Le agradezco en extremo que haya tenido a bien recibirme. Llevo más de veinte años estudiando la vida y la actividad de eminentes personalidades históricas. Creo que conozco bien a la gente, pero, en cambio, no entiendo nada de las condiciones sociales y económicas.

STALIN: Es usted modesto en exceso.


LUDWIG: No; es exactamente como lo digo. Por esta precisa razón le haré preguntas que quizá le parezcan extrañas. Hoy mismo he visto aquí, en el Kremlin, algunas reliquias de Pedro el Grande, y la primera pregunta que quiero hacerle es la siguiente: ¿Admite usted un paralelo entre su persona y Pedro el Grande? ¿Se Considera usted como el continuador de la obra de Pedro el Grande?

STALIN: De ningún modo. Los paralelos históricos son siempre aventurados. Ese paralelo carece de sentido.

LUDWIG: Pero Pedro el Grande hizo mucho por el desarrollo de su país, para trasplantar a Rusia la cultura occidental.


STALIN. ― Sí, naturalmente, Pedro el Grande hizo mucho para elevar a la clase de los terratenientes y para desarrollar a la naciente clase de los comerciantes. Pedro el Grande hizo mucho por crear y consolidar el Estado nacional de los terratenientes y de los comerciantes. Tengo que añadir que la elevación de la clase de los terratenientes, la ayuda prestada a la clase naciente de los comerciantes y la consolidación del Estado nacional de esas clases se efectuaron a costa de los campesinos siervos, que eran esquilmados implacablemente.

En Cuanto a mí, no soy más que un discípulo de Lenin, y el fin de mi vida es ser su digno discípulo.

El objetivo a que he consagrado mi vida es la elevación de otra clase: la clase obrera. Mi objetivo no es consolidar un Estado "nacional" cualquiera, sino consolidar un Estado Socialista y, por lo tanto, un Estado internacional, cuyo robustecimiento contribuye Siempre a fortalecer a toda la clase obrera internacional. Si cada uno de mis pasos en la labor para elevar a la clase obrera y consolidar el Estado Socialista de esta clase no persiguiera el fin de asegurar y mejorar la situación de la clase obrera, estimaría que mi vida no tenía sentido.

Ya ve usted que su paralelo no es acertado. En Cuanto a Lenin y a Pedro el Grande, este último fue una gota de agua en el mar, y Lenin, todo un océano.

LUDWIG: El marxismo niega que el individuo desempeñe un gran papel en la historia. ¿No ve usted una contradicción entre la concepción materialista de la historia y el hecho de que usted reconozca, a pesar de todo, el gran papel de las personalidades históricas?

STALIN: No, no hay en esto ninguna contradicción. El marxismo no niega en modo alguno el papel de las personalidades eminentes, como tampoco niega que los hombres hacen La historia. En la Miseria de la filosofía y en otras obras de Marx puede usted hallar la afirmación de que son precisamente los hombres quienes hacen la historia. Pero, naturalmente, los hombres no hacen la historia obedeciendo a su fantasía, como les viene a la cabeza. Cada nueva generación encuentra condiciones determinadas, ya dadas cuando ella aparece. Y el valor que representan los grandes hombres depende de en qué medida saben comprender correctamente estas condiciones y cómo modificarlas. Si no comprenden estas condiciones y quieren modificarlas según les sugiere su fantasía, caen en la situación del Quijote. Así, pues, y exactamente según Marx, no se debe oponer los hombres a las condiciones. Son precisamente los hombres los que hacen la historia, pero sólo en la medida en que comprenden bien las condiciones dadas con que se encuentren y sólo en la medida en que comprenden cómo se debe modificarlas. Así es, por lo menos, como comprendemos a Marx nosotros, los bolcheviques rusos. Y hemos estudiado a Marx durante decenios.

LUDWIG. ­-— Hace aproximadamente treinta años, cuando estudiaba yo en la Universidad, muchos profesores alemanes, que se consideraban partidarios de la concepción materialista de la historia, nos inculcaban la idea de que el marxismo niega el papel de los héroes, el papel de las personalidades heroicas en la historia.

STALIN. ― Eran vulgarizadores del marxismo. El marxismo nunca ha negado el papel de los héroes. Por el contrario, reconoce que el papel que representan es considerable, pero con las reservas que acabo de hacer.






LENIN COMO ORGANIZADOR Y JEFE
DEL PARTIDO COMUNISTA DE RUSIA

23 de abril de 1920


Hay dos grupos de marxistas. Ambos actúan bajo la bandera del marxismo y Se consideran marxistas "genuinos". Sin embargo, distan mucho de ser idénticos. Es más: los separa un abismo, pues sus métodos de trabajo son diametralmente opuestos.

El primer grupo se limita, por lo común, a reconocer verbalmente el marxismo en lo externo, a proclamarlo solemnemente. Por incapacidad o por falta de deseo de penetrar en la esencia del marxismo, por incapacidad o por falta de deseo de llevarlo a la práctica, este grupo convierte los vivos y revolucionarios principios del marxismo en fórmulas sin vida y que nada dicen.

Este grupo no basa su actividad en la experiencia, en las enseñanzas del trabajo práctico, sino en citas de Marx. No saca sus instrucciones y directivas del análisis de la realidad viva, sino de analogías y de paralelos históricos. El divorcio entre las palabras y los hechos es el principal mal de este grupo. De aquí sus desilusiones y su eterno descontento con la suerte, que lo traiciona a cada paso y lo deja "con un palmo de narices". Este grupo lleva el nombre de menchevismo (en Rusia), de oportunismo (en Europa). El camarada Tyszka (Jogiches) caracterizó con bastante tino a este grupo en el Congreso de Londres, cuando dijo que no se mantenía en el punto de vista del marxismo, sino que yacía sobre él.

El segundo grupo, por el contrario, traslada el centro de gravedad del problema, del reconocimiento verbal del marxismo, a su aplicación, a su realización práctica. Este grupo concentra principalmente su atención en determinar las vías y los medios para la realización del marxismo que correspondan a la situación y en modificar esas vías y esos medios cuando la situación cambia. Este grupo no saca sus instrucciones y sus directivas de analogías y paralelos históricos, sino del estudio de las condiciones circundantes. Este grupo no basa su actividad en citas y máximas, sino en la experiencia práctica, comprobando cada paso suyo en la experiencia, aprendiendo de sus propios errores y enseñando a los demás a construir una nueva vida. Esto explica, en rigor, por que no hay divorcio entre las palabras y los hechos en la actuación de este grupo y por que en ella la doctrina de Marx conserva toda Su vital fuerza revolucionaria.

Se pueden aplicar con toda razón a este grupo las palabras de Marx de que los marxistas no pueden contentarse con interpretar el mundo, Sino que deben ir más lejos, para transformarlo. Este grupo lleva el nombre de bolchevismo, de comunismo.
El organizador y el jefe de este grupo es V. I. Lenin.


miércoles, 8 de enero de 2014

J.STALIN (SOBRE LA JEFATURA VI)








Recordad, amad, estudiad a Ilich, nuestro maestro, nuestro
jefe.
Luchad y venced a Ios enemigos interiores y exteriores, como
Io hacía Ilich.
Edificad Ia nuevo vida, el nuevo modo de vida, Ia nueva
cultura, como lo hacia Ilich.
Nunca; despreciéis lo pequeño en el trabajo, pues de lo pe-
queño se construye lo grande; en esto reside uno de los im-
portantes preceptos de Ilich.

J.Stalin


 21 de enero de 1925

 



HISTORIA DEL PARTIDO COMUNISTA (BOLCHEVIQUE)

Redactado por una comisión del CC del PCUS de la URSS
Aprobado en 1938 por el Comité Central

 (...)

La clase obrera de la Unión Soviética respondió a la muerte de Lenin apretando todavía más sus filas en torno al Partido leninista. En aquellos días luctuosos, todo obrero consciente meditó acerca de su actitud ante el Partido Comunista, el Partido que ponía en práctica los mandamientos de Lenin. Al Comité Central del Partido llegaron miles y miles de declaraciones de obreros sin partido pidiendo su ingreso en el Partido bolchevique. El Comité Central, haciéndose eco de este movimiento de los obreros de vanguardia, admitió su ingreso en masa en el Partido y abrió las puertas de éste a la promoción leninista. Ingresaron en el Partido nuevas decenas de millares de obreros. Ingresaron en él los que estaban dispuestos a dar la vida por la causa del Partido, por la causa de Lenin. En poco tiempo, pasaron a engrosar las filas del Partido bochevique más de 240.000 obreros. Se adhirió al Partido la parte más avanzada de la clase obrera, la más consciente y revolucionaria, la más audaz y disciplinada. Esta fué la promoción Ieninísta de nuevos afiliados al Partido.

La muerte de Lenin puso de manifiesto cuán estrechamente unido estaba el Partido bolchevique a las masas obreras y cuán entrañablemente querían estas al Partido leninista.En el II Congreso de los Soviets de la U.R.S.S., celebrado en los dias de duelo por la muerte de Lenin, el camarada Stalin pronunció, en nombre del Partido, un solemne juramento. En él dijo:


“Nosotros, los comunistas, somos hombres de un temple
especial. Estamos hechos de una trama especial. Somos los
que formamos el ejercito del gran estratega proletario, el ejér-
cito del camarada Lenin. No hay nada más alto que el honor
de pertenecer a este ejército. No hay nada superior al título de
miembro del Partido cuyo fundador y jefe es el camarada
Lenin . . .

Al dejarnos, el Camarada Lenin nos legó el deber de
mantener en alto y Conservar en toda su pureza el gran títu-
lo de miembro del Partido. Te juramos, camarada Lenin
que ejecutaremos con honor este mandato! . . .

Al dejarnos, el Camarada Lenin nos legó el deber de velar
por la unidad de nuestro Partido como por las niñas de
nuestros ojos. Te juramos, camarada Lenin, que ejecuta-
remos con honor también este mandato! . . .

Al dejarnos, el camarada Lenin nos legó el deber de con-
servar y fortalecer la dictadura del proletariado; te jura-
mos, camarada Lenin, que no escatimaremos esfuerzo para 
ejecutar con honor también este mandato! . . .

Al dejarnos, el camarada Lenin nos legó el deber de,
afianzar, con todas nuestras fuerzas, la alianza de los obre­
ros y campesinos. Te juramos, camarada Lenin, que eje-
cutaremos con honor igualmente este mandato!. . .

El camarada Lenin nos hablaba insistentemente de la ne-
cesidad de una alianza voluntaria y libre entre los pueblos
de nuestro país, de la necesidad de su colaboración fraternal
dentro del marco de la Unión Soviética. Al dejarnos, el
camarada Lenin nos legó el deber de reforzar y extender la
Union de las Repúblicas. Te juramos, camarada Lenin,
que ejecutaremos con honor también este mandato! . . .

Lenin nos indicó repetidas veces que el fortalecimiento
del Ejercito Rojo Y su perfeccionamiento constituye una de
las más importantes tareas de nuestro Partido. Juremos, pues,
camaradas, que no escatimaremos esfuerzo para fortalecer
nuestro Ejército Rojo Y nuestra Flota Roja! . . .


Al dejarnos, el camarada Lenin nos legó el deber de
permanecer fieles a los principios de la
Internacional Comunista. Te juramos, camarada Lenin,
 que no regatearernos nuestra vida para fortalecer
y extender la unión de los trabajadores del mundo entero,
la Internacional Comunistal".


Tal fue el juramento del Partido bolchevique a su jefe, a Lenin, cuya obra perdurará a través de los siglos.

miércoles, 1 de enero de 2014

LA LUCHA EN TORNO AL MAOISMO




DOCUMENTOS FUNDAMENTALES
PARTIDO COMUNISTA DEL PERÚ
1988

¿Qué es lo fundamental del maoísmo? Lo fundamental del maoísmo es el Poder. El Poder para el proletariado, el Poder para la dictadura del proletariado, el Poder basado en una fuerza armada dirigida por el Partido Comunista. Más explícitamente: 1) El Poder bajo dirección del proletariado, en la revolución democrática; 2) el Poder para la dictadura del proletariado, en las revoluciones socialista y culturales; 3) el Poder basado en una fuerza armada dirigida por el Partido Comunista, conquistado y defendido mediante la guerra popular.
Y ¿qué es el maoísmo? El maoísmo es la elevación del marxismo-leninismo a una tercera, nueva y superior etapa en la lucha por la dirección proletaria de la revolución democrática, el desarrollo de la construcción del socialismo y la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado, como revolución cultural proletaria; cuando el imperialismo profundiza su descomposición y la revolución ha devenido la tendencia principal de la historia, en medio de las más complejas y grandes guerras vistas hasta hoy y la lucha implacable contra el revisionismo contemporáneo.
Sobre la LUCHA EN TORNO AL MAOISMO. Escuetamente, en China la lucha por establecer el pensamiento Mao Tsetung comienza en 1935, en la Reunión de Tsunyi, cuando el Presidente Mao asume la dirección del Partido Comunista de China; el 45, el VII Congreso acordó que el PCCh se guiaba por el marxismo-leninismo y las ideas Mao Tsetung, especificación suprimida por el VIII, pues, en él primó una línea derechista. El IX Congreso del 69, resume la GRCP y sanciona que el P.C.Ch. se guía por el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung; hasta ahí se avanzó.
A nivel internacional adquiere influencia a partir de la década del 50; pero es con la GRCP que se difunde intensamente y su prestigio se eleva poderosamente y el Presidente Mao pasa a ser reconocido jefe de la revolución mundial y generador de una nueva etapa del marxismo-leninismo; así gran número de Partidos Comunistas asumen la denominación marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung. A nivel mundial el maoísmo se enfrentó abierta y encarnizadamente con el revisionismo contemporáneo desenmascarándolo profunda y contundentemente, igualmente lo hizo en las propias filas del PCCh, lo cual elevó más aún la gran bandera roja del Presidente: la tercera, nueva y superior etapa de la ideología del proletariado internacional. En la actualidad el maoísmo afronta el triple ataque del revisionismo soviético, chino y albanés. Pero, además, hay incluso quienes reconocen grandes aportes del Presidente y hasta su desarrollo del marxismo, unos consideran que seguimos en la etapa del marxismo-leninismo y otros que solamente aceptan pensamiento Mao Tsetung pero en modo alguno maoísmo.
En el país, obviamente los revisionistas que siguen el bastón de mando de sus diferentes amos Gorbachov, Teng, Alía o Castro atacaron y siguen atacando furiosamente al maoísmo; entre éstos hay que condenar, desenmascarar y combatir implacablemente al encallecido revisionismo de Del Prado y su pandilla del llamado "Partido Comunista Peruano"; las sinuosidades rastreras del autodenominado "Partido Comunista del Perú, Patria Roja" que de autoerigirse en "grandes maoístas" pasaron a siervos de Teng, luego de haberlo condenado cuando su defenestración del 76; así como el antimaoísmo de la denominada "Izquierda Unida" en cuyo seno pululan todos los revisionistas y hasta posiciones antimarxistas pasando por los falsos marxistas y oportunistas de diversa laya. Enarbolar el maoísmo como espejo revelador de revisionistas para combatirlos implacablemente en función del desarrollo de la guerra popular y el triunfo de la revolución democrática en marcha, es insoslayable e inabdicable tarea de carácter estratégico.
El Partido Comunista del Perú, a través de la fracción dirigida por el Presidente Gonzalo que impulsó la reconstitución, asumió el marxismo-leninismo-maoismo el año 1966; el 79 la consigna de ¡Enarbolar, defender y aplicar el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung!; el 81: ¡Hacia el maoísmo!; y, el 82 el maoísmo como parte integrante y desarrollo superior de la ideología del proletariado internacional: el marxismo-leninismo-maoísmo. Es con la guerra popular que hemos comprendido más profundamente lo que implica el maoísmo y asumido el solemne compromiso de ¡Enarbolar, defender y aplicar el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo!; y, bregar incansablemente por coadyuvar a ponerlo como mando y guía de la revolución mundial, única rojísima e inmarcesible bandera que es garantía de triunfo para el proletariado, las naciones oprimidas y los pueblos del mundo en su inexorable marcha combatiente, de legiones de hierro hacia el dorado y por siempre resplandeciente comunismo.



LINEA INTERNACIONAL
PARTIDO COMUNISTA DEL PERÚ
1988

4. EL MOVIMIENTO COMUNISTA INTERNACIONAL. 
EL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO INTERNACIONALISTA

La historia del movimiento comunista internacional es un glorioso proceso de lucha a través del cual los comunistas en el mundo han bregado y bregan por unirse al servicio de la consecución de su meta inalterable, la sociedad comunista. En esta heroica brega se han concretado tres Internacionales.
La Asociación Internacional de los Trabajadores o 
I Internacional fue fundada por Marx y Engels en 1864 y en dura lucha y aplastamiento de las posiciones anarquistas de Bakunin, establece que es una sola la doctrina del proletariado: el marxismo. Lenin dice el papel que cumplió la I Internacional es el poner las bases ideológicas de la doctrina del proletariado. La Internacional se dividió y se imputó a Marx y Engels el haber escindido, ellos respondieron que si esa división no se hubiera producido, la Internacional de todas maneras hubiera muerto asesinada por la unidad poniendo de lado los principios. La II Internacional fue fundada por Engels en 1889, va a servir a la multiplicación de las organizaciones y los partidos; muerto Engels se produce desenfreno del viejo revisionismo el cual va a ser combatido y aplastado por Lenin; esta Internacional entró en bancarrota en la Primera Guerra Mundial cuando sus dirigentes, como Kautsky, Berstein, en vez de combatir la guerra imperialista y transformarla en revolución apoyan esa guerra de rapiña, y a sus burguesías deviniendo en socialpatriotas. En 1919 Lenin forma la III Internacional, la Internacional Comunista, y la concibió como máquina de combate que tiene que asumir la revolución mundial y la construcción de la dictadura del proletariado. En la IC surgen en los años 20 dos problemas de gran repercusión, el problema de Alemania, o sea, la revolución en un país avanzado y el problema de China o sea la revolución en un país atrasado. Posteriormente, la situación se agudiza con el surgimiento y el triunfo del fascismo y sobre cómo concebir el Frente; había criterios revisionistas de Togliatti y Thorez que buscaban sostener el orden y no derrumbarlo y centraban sólo en la lucha contra el fascismo. Para los comunistas y para nuestro Partido hacer el balance de la Internacional Comunista, especialmente de su VII Congreso, ligado a la guerra mundial y al papel del camarada Stalin, es tarea perentoria. En 1943 fue disuelta la Internacional y quedó un Comité de Información.
La lucha de los comunistas por unirse a nivel internacional es dura y compleja y ésta se da después de la Segunda Guerra Mundial contra el revisionismo contemporáreo. En 1948 se condena a Tito. Las ideas de Browder también causaron un nefasto papel. En los años 1957 y 60 se reúnen los partidos comunistas y obreros en Moscú, estos eventos se realizaron después del XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), año 56, en que Jruschov ya ha usurpado la dictadura del proletariado en la URSS y la ataca so pretexto de combatir al camarada Stalin. El peso de la URSS era muy grande en el mundo y en estas circunstancias las reuniones del 57 y el 60 acuerdan posiciones ambiguas no obstante la firme posición de principios sostenida por el PCCh, especialmente por el Presidente Mao, y del Partido del Trabajo de Albania. La posición del Presidente Mao hizo cambiar algunas posiciones del PCUS. En 1961 se celebra el XXII Congreso del PCUS, allí se sistematiza las posiciones del revisionismo contemporáneo.
El Presidente Mao dirigiendo al Partido Comunista de China (PCCh) caló la esencia del revisionismo nuevo que se sistematiza en las "tres pacíficas" y los "dos todos". La coexistencia pacífica, Jruschov tuerce esta tesis de Lenin que diferencia la relaciones entre Estados de las que se dan dentro de los Estados y va a plantear que la línea general del movimiento comunista internacional es "la coexistencia pacífica"; para Jruschov el problema era impedir la guerra porque según él las armas atómicas no distinguían explotadores de explotados y que los hombres debían confraternizar para impedir la desaparición de la humanidad. La "transición pacífica" plantea que la revolución ya no necesitaba la violencia revolucionaria sino que se podía cambiar un sistema social por otro a través de la "vía pacífica", a través de las elecciones, del parlamentarismo. La "emulación pacífica" aquí sostenía que el sistema socialista para destruir al sistema imperialista lo que debía hacer es una emulación para demostrar a los imperialistas que el sistema socialista es superior y así los imperialistas se iban a pasar al socialismo. El "Estado de todo el pueblo" tesis revisionista con la que Jruschov pretendía negar el carácter de clase del Estado y apuntaba concretamente contra la dictadura del proletariado y, el "partido de todo el pueblo" es otro engendro que negaba el carácter de clase del Partido como Partido del proletariado. Así, Jruschov sostuvo que el XXII Congreso del PCUS era el nuevo programa de los comunistas y sustituyó el Manifiesto Comunista por la consigna burguesa de "libertad", "igualdad" y "fraternidad". El Manifiesto es el programa de los comunistas y su negación atizó y agudizó la lucha entre marxismo y revisionismo.
El 14 de junio de 1963 se publica la "Proposición acerca de la línea general del movimiento comunista internacional", conocida también como "la carta china" y fue seguida por la difusión de "los 9 comentarios" en los que brillantemente el Presidente Mao y el PCCh desenmascararon y aplastaron al revisionismo contemporáneo en todas sus facetas.
Entendemos que el Presidente Mao y el PCCh consideraban que no era conveniente en tales circunstancias el conformar una nueva Internacional Comunista porque no estaba definida la base ideológico-política, ésta debía ser el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung, pero especialmente el Partido del Trabajo de Albania dirigido por Hoxha no aceptaba el pensamiento Mao Tsetung y pretendía una Internacional basándose sólo en el marxismo-leninismo sin considerar el nuevo desarrollo que éste tenía porque en esencia Hoxha era opuesto al pensamiento Mao Tsetung.
Con la Gran Revolución Cultural Proletaria se desenvuelve la influencia creciente del Presidente Mao por el mundo, el PCCh centró en problemas muy urgentes como recuperar el Poder en la República Popular China de la usurpación revisionista de Liu Siao-chí y Teng Siao-ping y, cómo continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado. Así el Presidente Mao en la lucha de clases a nivel nacional e internacional contra el revisionismo se convierte en el gran maestro del proletariado y en el Jefe de la revolución mundial, y su pensamiento deviene en la tercera etapa del marxismo, en esa época los comunistas decíamos marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung. El Partido Comunista del Perú en la VI Conferencia Nacional en enero del 69 adoptó como base de unidad partidaria el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung como producto de la lucha del Presidente Gonzalo y de la fracción roja del partido que desde 1966 ya adhería al marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung aunque el Presidente Gonzalo ya en el 62 va a adherir a las posiciones del Presidente Mao y en esa concepción va a forjar a la fracción roja. Los auténticos comunistas esperábamos que fuera el PCCh el que definiera maoísmo como tercera etapa del marxismo pero muerto el Presidente Mao, en setiembre de 1976, los revisionistas chinos que dieron un golpe contrarrevolucionario apuntaron contra el Presidente Mao y su pensamiento. Así, la unidad de los marxistas entró en graves y complejos problemas, pero el Partido Comunista del Perú se mantuvo firme e inconmovible en la defensa del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung y desenmascaró el golpe contrarrevolucionario y la usurpación revisionista dada en China, fue entonces que el Buró Político Ampliado de octubre del 76 acordó "Ser marxista es adherir al marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung".
Con la muerte del Presidente Mao y la usurpación revisionista en China por Teng y sus compinches, los comunistas nos quedamos desperdigados en el mundo sin centro ni base de la revolución mundial; la contrarrevolución sacó sus garras para negar al Presidente Mao y la validez del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung y se desencadenó el triple ataque revisionista de Teng Siao-ping (revisionismo chino), Hoxha (revisionismo albanés) y Brezhnev (revisionismo ruso). Ante esto el Presidente Gonzalo en la I Conferencia Nacional de noviembre del 79 llamó a todo el Partido a enarbolar, defender y aplicar el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung contra el triple ataque revisionista. En estas posiciones el Partido se mantuvo firme y llevó una inalterable posición de principios. En 1980 el PCP inició la guerra popular basándose en el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung y es aplicando y desarrollando la guerra popular que avanzó más en la comprensión del maoísmo como tercera etapa del marxismo, por lo que en la II Conferencia Nacional de mayo del 82 acordó que el marxismo-leninismo-maoísmo era la tercera etapa del marxismo, así el PCP fue el único partido en el mundo que estuvo a la vanguardia en la defensa del maoísmo y asumió el bregar por la unidad de los marxistas-leninistas-maoístas del mundo para que esta ideología sea mando y guía de la revolución peruana y mundial.
La aplicación del marxismo-leninismo-maoísmo debe ser especificada a cada revolución para no caer en una aplicación mecánica y es por esta razón que, la revolución peruana ha generado al Presidente Gonzalo y al pensamiento Gonzalo que es principal en la base de unidad partidaria. Así, cada revolución debe especificar su pensamiento guía sino no hay aplicación del marxismo-leninismo-maoísmo ni desarrollo de una revolución.
En el otoño de 1980, trece Partidos y organizaciones comunistas suscribieron una declaración: "A los marxistas-leninistas, a los obreros y a los oprimidos de todos los países" por la cual llaman a los comunistas a unirse en torno al marxismo-leninismo y toman al Presidente Mao pero sin considerarlo una nueva etapa y que no tiene vigencia universal, labor conducida por el Partido Comunista Revolucionario de los EE.UU, principalmente. El año 83 el PCR de los EE.UU. se vinculó con el PCP y lo invitó a suscribir la declaración del 80, el PCP no estuvo de acuerdo porque no estaba ahí considerado el pensamiento Mao Tsetung y más aún nosotros ya nos basábamos en el marxismo-leninismo-maoísmo. En marzo del 84 se llevó a cabo la II Conferencia de estas organizaciones donde se acordó la conformación del Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI) y aprobaron una declaración conjunta en la que se habla de unirse en torno al marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung. Nuestra posición sobre la incorporación del PCP al MRI está condensada en una carta escrita al Comité del Movimiento Revolucionario Internacionalista, de octubre del 86: "Dos cuestiones quisiéramos reiterar acerca de este punto. Primeramente, desde el inicio de nuestras vinculaciones el punto de partida de nuestras divergencias fue el sustancial y decisivo problema del marxismo-leninismo-maoísmo como única, verdadera y nueva etapa del desarrollo de la ideología del proletariado, de vigencia universal y principalmente del maoísmo como clave de la cuestión; y, en consecuencia, nuestra disconformidad con la nominación de marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung. Sin embargo, hemos pensado y pensamos que resolver éste, para nosotros indispensable punto de partida, es complejo, demanda tiempo y, especialmente desarrollar la revolución".
"En segundo lugar, al suscribir la Declaración derivada de la II Reunión que creó el MRI, lo hicimos con observaciones y hasta claras contraposiciones expresamente planteadas en forma breve, así como reiteradas en reuniones, informes o comunicaciones que obviamente muestran divergencias sobre contradicción principal, situación revolucionaria de desarrollo desigual, guerra mundial y algunos criterios sobre el papel del Movimiento y, puntos más importantes aún como la validez universal del marxismo-leninismo-maoísmo y particularmente la vigencia general de la guerra popular, expresión de la teoría militar del proletariado que recién con el Presidente Mao Tsetung la clase ha plasmado cabal y completamente, así como nuestra insistencia en elevar siempre el gran lema "Proletarios de todos los países, uníos". No obstante, pensábamos y pensamos que la Declaración encerraba y encierra aún una base de unidad relativa cuyo desarrollo y superación lo exigirían el propio avance del Movimiento, como los hechos ya lo están demostrando palmariamente".
Hoy día, la Declaración ha sido tachada por unos de oportunista, por otros que no sirve para resolver los problemas candentes que la revolución exige y que por tanto se debe marchar a una nueva declaración. El PCP considera que el MRI enfrenta problemas en diferentes planos: en lo ideológico avanzar en la comprensión del marxismo-leninismo-maoísmo, este avance es principal y de él depende incluso desarrollar políticamente; en lo político avanzar en definir las contradicciones fundamentales y la principal en el mundo, la cuestión de la tercera guerra mundial y que la revolución es la tendencia principal y de darse guerra imperialista transformarla en guerra popular; en cuanto construcción qué lineamientos hemos de seguir para llegar a conformar la Internacional que necesitamos que debe ser continuación del glorioso Movimiento Comunista Internacional; en cuanto a trabajo de masas partimos de nuestras divisas "las masas hacen la historia" y "la rebelión se justifica" y "el montón colosal de basura" y que el trabajo de masas es para iniciar o desarrollar la guerra popular; en cuanto a dirección, es clave y requiere tiempo para su formación, desarrollo y autoridad reconocidas; y en cuanto a lucha de dos líneas no se la maneja como corresponde. Estos son problemas de desarrollo pero que si no son justa y correctamente manejados pueden devenir en fenómenos de desarticulación y estas posibilidades negativas no pueden menos que preocupar. Consideramos que el Comité del MRI apunta a imponer la denominación "marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung", a encuadrarnos dentro de la declaración y a resolver los problemas de dirección del Comité que dan margen a pensar en la existencia de tendencias hegemonistas.
Teniendo en cuenta esta situación, nos reafirmamos en la IV Conferencia Nacional del PCP de octubre 86 de desenvolvernos como fracción dentro del Movimiento Comunista Internacional para que el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo sea mando y guía de la revolución mundial y llamamos a ¡Enarbolar, defender y aplicar el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo!, puesto que, solamente así el proletariado internacional mediante sus Partidos Comunistas será capaz de dirigir la conquista del Poder y emancipar a los oprimidos para emanciparse a sí mismo como clase.
Estamos por la reconstitución de la Internacional Comunista y consideramos al Movimiento Revolucionario Internacionalista como un paso en ese rumbo, al cual servirá en tanto se sustente y siga una línea ideológica política justa y correcta.
La lucha por imponer el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo como mando y guía de la revolución mundial será larga, compleja, dura pero al final los marxista-leninista-maoístas de la Tierra lo impondremos porque el marxismo no ha dado ni un solo paso en la vida sin lucha.