jueves, 27 de junio de 2013

GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA



El día 21 del presente mes se celebró en Madrid un encuentro entre compañeros y camaradas de varias organizaciones revolucionarias. El tema a debate fue la Gran Revolución Cultural Proletaria, presentándose dos ponencias como base de la lucha de dos líneas. Queremos saludar a todos los asistentes, amigos, compañeros y camaradas,  y saludar especialmente a la organización que puso la infraestructura necesaria para el desarrollo del importante evento. El siguiente documento es la ponencia presentada por el MIP.




«El paso del capitalismo al comunismo llena toda una época histórica. Mientras esta época no finalice, los explotadores siguen inevitablemente abrigando esperanzas de restauración, esperanzas que se convierten en tentativas».
J.Stalin citando a Lenin. «Fundamentos del Leninismo»



la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP) (1966-1976) es el más estremecedor proceso político y la mayor movilización de masas que ha visto la humanidad. Hito histórico en el desarrollo de la dictadura del proletariado hacia el afianzamiento de la clase obrera en el poder, por tanto de trascendental importancia histórica en la inevitable marcha hacia el comunismo.

La Gran Revolución Cultural Proletaria es lo más trascendental del desarrollo del marxismo-leninismo por el Presidente Mao, es la solución del gran problema pendiente de la continuación de la revolución en condiciones de dictadura del proletariado para llegar al comunismo y conjurar el peligro de restauración capitalista.

La Decisión del Partido Comunista de China sobre la GRCP (1966) establece los objetivos  de ésta: «Nuestro objetivo actual es aplastar, mediante la lucha, a los que ocupan puestos dirigentes y siguen el camino capitalista, criticar y repudiar a las “autoridades” reaccionarias burguesas en el campo académico, criticar y repudiar la ideología de la burguesía y demás clases explotadoras, y transformar la educación, la literatura y el arte y los demás dominios de la superestructura que no se corresponden a la base económica del socialismo, a fin de facilitar la consolidación y desarrollo del sistema socialista”. Por tanto, la revolución cultural marca los blancos en esta etapa de la revolución: los dirigentes seguidores de la vía capitalista dentro del Partido y del Estado.

El tópico “he aquí la fábrica del Estado y el Estado es el partido y el Partido son las masas y por tanto la fábrica es de las masas” fue barrido por la Revolución Cultural. También la tesis del “desarrollo de las fuerzas productivas” como motor de la historia fue aplastada. Los seguidores de la vía capitalista siguiendo a Deng y sus gatos, «da lo mismo si el gato es blanco o negro si caza ratones», llegaron y llegan al extremo de sostener que «cuanto mayor es la ganancia que una empresa socialista obtiene de esta manera (aumentando la producción, practicando una economía estricta, elevando la productividad del trabajo y reduciendo los costos), más riqueza se crea para el socialismo» a la vez que, como burgueses que son,  llaman a la disciplina de la clase obrera, a trabajar duro y a obedecer a los cuadros técnicos. 

 Lo que la burguesía puede llegar a tolerar e incluso incentivar es la «autogestión» ya sea yugoslava o piquetera, el cooperativismo o el sindicalismo, lo que no puede permitir es acabar con la división del trabajo capitalista dentro de la fábrica ni  la desaparición de la clase obrera, la clase explotada. Incluso puede permitir la planificación de la producción en un país, pero la planificación sin dictadura del proletariado, el capitalismo monopolista de estado no sólo no es socialismo, sino que es un producto propio de la época que vivimos, la del imperialismo, la del capital monopolista y su tendencia a la centralización del capital.

Por eso los comunistas chinos insistieron tanto en poner la política al mando, esto significó volver a poner la lucha de clases en el centro, el motor de la historia y centrar la economía política en la transformación de las relaciones de producción y no en las necesidades de la acumulación capitalista. 

Precisamente por esto, esta movilización en el campo de las ideas no tendría ningún sentido si no sirviera para transformar la realidad. Cuando en 1966 se inicia la GRCP todavía persiste en China la pequeña propiedad agrícola, la división en la fábrica entre cuadros técnicos y obreros, entre trabajo manual e intelectual, sigue la diferencia entre campo y ciudad, entre comunas ricas y comunas pobres, entre las zonas de la costa más desarrolladas y las del interior menos desarrolladas, entre trabajo doméstico y trabajo social, persiste el elitismo en la educación, etc., es decir hay toda una base material para el desarrollo de la ideología del individualismo burgués. La Revolución Cultural era la primera de sucesivas revoluciones culturales donde las masas bajo dirección del Partido Comunista, y en condiciones de dictadura del proletariado, transforman  la sociedad para caminar hacia una nueva sociedad sin clases, el comunismo.


SOBRE LA DICTADURA DEL PROLETARIADO.

«En cada lugar y unidad donde haya que tomar el poder, es necesario poner en práctica la política de triple integración revolucionaria al establecer un órgano provisional de poder que sea revolucionario y representativo y que goce de autoridad proletaria. Es preferible que este órgano de poder se llame Comité Revolucionario» (Presidente Mao tse-tung, 1967).

En toda la República Popular China se van a ir formando nuevos órganos de poder expresión de la dictadura del proletariado, los miembros de esos órganos del nuevo poder elegidos por las masas podían ser revocados en cualquier momento por éstas. El primer caso es el de una fábrica de vidrio de Shangai donde se constituye un «comité para empeñarse en la revolución y promover la producción», de ahí la experiencia se generaliza a toda la nación. De esta forma se extienden por toda la República Popular China los Comités Revolucionarios de «triple unión», formados por cuadros del Partido Comunista Chino, representantes de las masas y representantes de la milicia o del Ejército Popular y encargados de la gestión de las provincias, municipios y centros de trabajo, un frente único bajo la dirección de la clase obrera contra la burguesía enquistada en el Partido y en el Estado. Así tenemos Partido Comunista, Frente, expresado en el nuevo poder, Ejército Rojo y la milicia, las masas armadas.


LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL EN LA INDUSTRIA.

«El pueblo debe tener derecho a hacerse cargo de la superestructura. Por lo que se refiere a los derechos del pueblo, no podemos admitir que el Estado esté administrado por sólo una parte de la gente y que el pueblo sólo pueda disfrutar de sus derechos al trabajo, instrucción y seguros sociales bajo el control de ciertas personas» (Presidente Mao Tse-Tung, Notas de lectura sobre el manual de economía política de la Unión Soviética. 1960)

«En la página 414 del manual se habla de los diferentes derechos que gozan los trabajadores, pero no se mencionan sus derechos de gestión del país, a la gestión de las diversas empresas, de las organizaciones culturales y de la educación. En realidad estos son los derechos más importantes de los trabajadores en el sistema socialista. Estos derechos fundamentales, sin los cuales el derecho a trabajar, a la instrucción, al descanso, etc., no tienen ningún valor». (Presidente Mao Tse-Tung, Notas de lectura sobre el manual de economía política de la unión Soviética. 1960)

Durante la GRCP la lucha contra los seguidores de la vía capitalista también tiene su manifestación en los centros de trabajo. El problema de las diferencias salariales, de la división del trabajo entre obreros y expertos, entre trabajo manual y trabajo intelectual diferenciaron a la línea roja de la línea burguesa.

 Los comunistas siempre hemos sido muy claros, y ya, en nuestro Programa, el «Manifiesto Comunista», se rechaza la división del trabajo dentro de la fábrica capitalista: “la industria ha transformado el pequeño taller del maestro patriarcal en la gran fábrica capitalista del capitalista industrial. Masas de obreros, hacinados en la fábrica, están organizados en forma militar. Como soldados rasos de la industria están colocados bajo la vigilancia de una jerarquía completa de oficiales. No son solamente esclavos de la clase burguesa, del Estado burgués, sino diariamente, a todas horas, esclavos de la máquina, del capataz y, sobre todo, del patrón de la fábrica.”

La burguesía propuso el incentivo material como motor de desarrollo de la economía, en concreto se especificó en el «salario por piezas» frente al salario por tiempo, más produces más cobras, poniendo el peso sobre el interés individual, trabajo para ganar más. En el caso de los cuadros técnicos: estudio para ganar más y tener mejor posición social. Se trataba de dividir a la clase obrera. Los que «mejor» trabajan, los más «capaces» más cobran.

Para el proletariado y los comunistas el objetivo es que el proletariado también ejerza su dirección en el centro de trabajo. Los problemas que se plantean en el centro de trabajo no son teóricos, hasta entonces todas las innovaciones técnicas relacionadas con el mayor bienestar de los obreros eran rechazadas por los cuadros técnicos seguidores de la vía capitalista por considerarlas poco beneficiosas económicamente, mientras que aquellas que aseguraban la sumisión del trabajador a la burguesía eran reforzadas, ahora las innovaciones técnicas se ejecutaban bajo el control obrero, dando énfasis al aspecto político y subordinado el técnico al político.

 Al mismo tiempo se trata de reducir las diferencias salariales y limitar la división del trabajo entre trabajo manual y trabajo intelectual. Sobre el tema del incentivo material la propia derecha trató de desarmar a la clase obrera, incentivó el individualismo y trató de justificar las diferencias salariales entre obreros y entre técnicos y obreros como si esto fuera un fenómeno natural debido a las diferencias en las aptitudes «naturales» de cada individuo y no por las relaciones de producción existentes.

Por tanto, en los propios centros de trabajo no solamente los cuadros técnicos participan del trabajo manual si no que los propios obreros participan de la gestión de los centros de trabajo para que la producción sirva a las necesidades de las masas. Cabe destacar la relación entre la universidad, los institutos técnicos y los centros de trabajo. Los investigadores participan del trabajo con los propios trabajadores manuales, toman contacto con las necesidades de las masas y desarrollan su labor científica con objetivos prácticos al servicio de éstas. A la vez estas estancias en los centros de producción sirven para que los trabajadores eleven sus conocimientos teóricos sobre los problemas prácticos que aparecen en el día a día, participan en las labores de investigación e innovación y controlan el proceso productivo.


LA TESIS DEL DESARROLLO DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS:

La tesis del desarrollo de las fuerzas productivas ha sido defendida constantemente por la burguesía infiltrada dentro del movimiento comunista internacional. Trosky, en su combate por la restauración del capitalismo en la URSS socialista también levantó ésta bandera: «El marxismo considera el desarrollo de la técnica el resorte principal del progreso, y construye el programa comunista sobre la dinámica de las fuerzas productivas». Una vez triunfante la contrarrevolución en la URSS tras la muerte de Stalin, la burguesía en el poder también pone el acento en la técnica. En un folleto distribuido por la delegación soviética en la Conferencia Sindical Internacional de los Ingenieros, Cuadros y Técnicos (El papel de los Ingenieros y de los Técnicos en la URSS. Turín, 1975) se pudo leer: «El ingeniero, como educador de la joven generación de la clase obrera, juega un papel muy importante». Ya no son los cuadros los que tienen que ser educados por las masas, ahora es la clase obrera la que tiene que ser educada por los técnicos, que son los que conocen a fondo los problemas del «resorte principal del progreso», la técnica. No debe extrañar que con la restauración capitalista en la URSS la clase obrera, ahora sin partido, no se dejara engañar por el «Estado de todo el pueblo», el envoltorio con el que se quería disfrazar la dictadura de la burguesía, y boicoteara la producción tanto con sus luchas como con la pasividad en el trabajo y el absentismo laboral.

Volviendo a la GRCP, frente a la tesis del desarrollo de las fuerzas productivas, el Presidente Mao puso en el centro la lucha de clases y en el problema del poder. Para la burguesía la fábrica es sólo una unidad de producción que da problemas técnicos o disciplinarios, para los comunistas el centro de trabajo, además de ser un lugar dedicado a la producción, es un lugar donde la clase obrera y la burguesía se disputan el poder y los Comités Revolucionarios, los órganos a través de los cuales la clase obrera ejerce su dictadura, ponen la política al mando, llevan adelante la revolución y promueven la producción siendo el desarrollo de la milicia, el pueblo armado la garantía contra la restauración capitalista.

Sobre el final de la GRCP y el golpe de estado de Teng compartimos plenamente la valoración del PCP: “La restauración del capitalismo en China, después del golpe contrarrevolucionario del 76, no es la negación de la GRCP, sino llanamente parte de la contienda entre restauración y contrarrestauración y, por el contrario, nos muestra la trascendental importancia histórica que tiene la GRCP”.

Como trascendental es el salto que dio la ideología comunista durante la GRCP, no podemos olvidar que la GRCP nos dio el maoísmo, la tercera y superior etapa del marxismo, siendo el Presidente Gonzalo al que le ha correspondido la tarea de establecer el maoísmo como tercera y superior etapa del marxismo.

EL PCP Y LA REVOLUCIÓN CULTURAL:

Como uno de los desarrollos del Presidente Gonzalo al maoísmo plantea la militarización y la construcción concéntrica de los partidos comunistas. Tres son las razones:

La primera porque estamos en la ofensiva estratégica de la Revolución Proletaria.

Las otras dos razones hacen referencia al problema de la lucha entre restauración capitalista y contrarrestauración en el socialismo, al problema de la continuación de la lucha de clases bajo dictadura del proletariado.
Aprendiendo de la experiencia de la GRCP y de la situación que se dio en la China socialista donde coexistieron dos cabezas, la política y la militar, lo que permitió el golpe de estado de 1976 y la restauración capitalista, el Presidente Gonzalo planteó:

1. Que los partidos comunistas deben militarizarse y ejercer la dictadura omnímoda de los tres instrumentos, forjarse en la guerra popular y potenciar la organización armada de las masas, la milicia popular, para que engulla al ejército. Por esto nos dice “forjar a los militantes comunistas, primero y principalmente, como combatientes y como administradores”; por eso todo militante estará forjado en la GP y alerta contra cualquier intento de restauración”.

2. Porque marchamos a una sociedad militarizada. Militarizando al Partido plasmamos un paso hacia la militarización de la sociedad que es la perspectiva estratégica para garantizar la dictadura del proletariado. La sociedad militarizada es el mar armado de masas de que nos hablaban Marx y Engels, que cautela la conquista y defensa del Poder conquistado.


LA GRCP Y EL NUEVO REVISIONISMO

Las principales tesis levantadas por el nuevo revisionismo, que se autodenomina como maoísta, ya fueron combatidas y aplastadas por el Presidente Mao y los comunistas chinos durante la GRCP.

Sobre «la teoría del genio», que se une a la vieja tesis de «Quienes trabajan con la mente gobiernan; quienes trabajan con las manos son gobernados», nos reafirmamos en que el conocimiento sólo puede venir de la práctica revolucionaria y de que son las masas las que hacen la historia. Como el Presidente Mao dijo: «los humildes son los más inteligentes; la élite es la más ignorante».

Sobre la teoría de la benevolencia que «implica amar a todos los hombres» nos reafirmamos en la violencia revolucionaria y en la dictadura del proletariado. El Presidente Mao señaló: «Para corregir un error, hay que sobrepasar los límites justos, de otra manera el error no será corregido», también sobre el movimiento campesino en China especificó: «Para decirlo con toda franqueza , en todas las aldeas se necesita un breve periodo de terror», es decir para destruir el viejo orden hacen falta grandes movimientos de masas y realmente revolucionarios. Las masas no quieren un socialismo ni de intelectuales ni de «rostro humano».

Sobre «la doctrina del medio» que afirma que «Si dos partes luchan entre sí, se hacen hostiles; si están en paz, llegan a la amistad», la rechazamos y la aplastamos, estamos por la lucha de clases. La clase obrera y los pueblos del mundo quieren la revolución y no conciliar con la burguesía, solamente luchando se puede avanzar. Dentro de las organizaciones revolucionarias y dentro de los Partidos comunistas sólo se puede avanzar combatiendo las actitudes,ideas, posiciones burguesas que se dan dentro mediante lucha de dos líneas y no conciliando.

El marxismo se ha desarrollado siempre en lucha. Así la experiencia de la Revolución de Octubre y el combate al revisionismo de la II Internacional nos dio el leninismo. Del mismo modo la Revolución China y la Gran revolución Cultural Proletaria, el combate al revisionismo soviético y a la burguesía dentro del propio PCCH, representada por Liu Sao Chi, Deng y Lin Piao nos dieron el maoísmo, y hoy el maoísmo, la ideología del proletariado, se desarrolla sobre la experiencia de las guerras populares y guerras revolucionarias que se están desarrollando en el mundo principalmente la guerra popular en el Perú dirigida omnimodamente por el PCP y en combate a la burguesía disfrazada de maoísta como la LOD y la LOI tanto en el propio Perú como a nivel internacional.


 MIP (Movimiento por el Internacionalismo Proletario), 
Mayo 2013

jueves, 20 de junio de 2013

lunes, 17 de junio de 2013

AVANCE SOL ROJO Nº 39

                                                                                     ¡Proletarios de todos los países, uníos!

Avance de la revista Sol Rojo Nº 39


¡DESENMASCARAR LA "NUEVA SÍNTESIS" Y TODO EL NUEVO REVISIONISMO!
!VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO, PRINCIPALMENTE EL MAOÍSMO!


"En efecto, para nadie es un secreto que, en el seno de la socialdemocracia internacional contemporánea, se han formado dos tendencias, cuya lucha tan pronto se reaviva y estalla en llamas, como se calma y adormece bajo las cenizas de imponentes "resoluciones de armisticio". En qué consiste la "nueva" tendencia que asume una actitud "crítica" frente al marxismo "viejo, dogmático", lo ha dicho Bernstein y lo ha mostrado Millerand con suficiente claridad.

 La socialdemocracia debe transformarse, de partido de la revolución social, en un partido democrático de reformas sociales, Bernstein ha apoyado esta reivindicación política con toda una batería de "nuevos" argumentos y consideraciones bastante armoniosamente concordados. Ha sido negada la posibilidad de fundamentar científicamente el socialismo y de demostrar, desde el punto de vista de la concepción materialista de la historia, su necesidad e inevitabilidad; ha sido negado el hecho de la miseria creciente, de la proletarización y de la exacerbación de las contradicciones capitalistas; ha sido declarado inconsistente el concepto mismo del "objetivo final" y rechazada en absoluto la idea de la dictadura del proletariado; ha sido negada la oposición de principios entre el liberalismo y el socialismo; ha sido negada la teoría de la lucha de clases, pretendiendo que no es aplicable a una sociedad estrictamente democrática, gobernada conforme a la voluntad de la mayoría, etc."
(V.I. Lenin - ¿Que hacer?, 1902)

El Movimiento Comunista Internacional (MCI) se encuentra hoy en una situación de dispersión. Vemos que los golpes del imperialismo, la reacción y el revisionismo contra las fuerzas de la revolución proletaria mundial han tenido éxitos de corto plazo en su intención de despojar el MCI de sus principios y su guía, de sembrar escisión; en concreto, así vemos la traición de la LOD y la LOI en Perú, bajo dirección directa y en colaboración con el imperialismo yanqui, y su equivalente en Nepal, donde los traidores revisionistas, teniendo el control pleno del partido, han capitulado y vendido la revolución por un plato de lentejas. Pero el aspecto principal de esta situación en el MCI no son los ataques del enemigo. No es que el enemigo es tan poderoso, como dicen algunos, o que las masas no quieren la revolución, como dicen otros. No, el problema principal, la raíz de la dispersión en el MCI, es el derechismo en sus propias filas; el revisionismo y el oportunismo, hoy bajo la máscara de un llamado “maoísmo”, es decir lo que llamamos el nuevo revisionismo - línea burguesa cuya esencia es la capitulación frente al imperialismo y la reacción y la negación del marxismo. Como siempre, la derecha insiste en que la dispersión es el producto del "dogmatismo" y "errores" supuestamente cometidos por los comunistas y revolucionarios, mientras los comunistas, como siempre, insistimos en que la unidad se alcanza enarbolando, defendiendo y aplicando los principios de la ideología universal del proletariado, hoy el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo, para mantener el rumbo de la revolución hasta el Comunismo. Es decir, que la lucha para unir al MCI, apuntando a la nueva Internacional Comunista cuyo núcleo esté dirigido por los Partidos que dirijan guerra popular, es fundamentalmente una lucha para imponer el maoísmo como único mando y guía de la revolución proletaria mundial, y la tarea reaccionaria asignada a los revisionistas es atacar, revisar, neutralizar y domesticar el maoísmo con el objetivo negro e imposible de aplastarlo. Como ya sabemos, el PCR de EE.UU. y su cabeza Bob Avakian desde el comienzo del MRI se han opuesto a la lucha por el maoísmo en diferentes formas, mientras algunos otros han tomado una posición vacilante o ambigua.

Parte del problema de la situación actual es que mientras casi todos los Partidos y organizaciones se expresan en contra del nuevo revisionismo de Avakian y la capitulación, lo hacen solo en términos muy generales, evitan tomar posición sobre puntos específicos, e incluso expresan posiciones convergentes con el nuevo revisionismo y los capituladores. Por eso insistimos que, para desarrollar la lucha de dos líneas necesaria para unir a los comunistas a nivel mundial, cada uno tiene que tomar posición clara y firme. Enarbolar, defender y aplicar el maoísmo no significa enarbolar y defender una palabra, un mero símbolo, mientras en la práctica se aplica el pragmatismo o el oportunismo. El maoísmo consiste en los principios que son productos de toda la experiencia concreta del proletariado y del MCI, y cuando luchamos contra el nuevo revisionismo que quiere revisar estos principios, tenemos que especificar: ¿Cómo se expresa el revisionismo que estamos criticando? ¿De dónde viene y a donde lleva? Algunos camaradas piensan que "no hay que profundizar la lucha ideológica, no hay que centrar tanto en principios o etiquetas, eso solo lleva a dividirnos; hay que dedicarnos a la práctica y unirnos". Lo que estos camaradas no entienden, o no quieren entender, es que la práctica revolucionaria no se puede separar de la teoría, de las experiencias históricas y nuestra posición sobre ellas. Si uno mecánicamente defiende políticas obsoletas con el fin de librarse de la tarea de hacer la revolución, o para hacer carrera en organizaciones revisionistas, eso sí es dogmatismo. Pero cuando los comunistas inquebrantablemente defienden los principios de la revolución proletaria, productos de la práctica de la lucha de clases, porque son los principios que garantizan el inicio y el rumbo de la revolución hasta el comunismo, eso no es dogmatismo sino marxismo.

Hace un año, el PCR de EE.UU. publicó un documento (Carta a los Partidos y las organizaciones participantes del Movimiento Revolucionario Internacionalista, Mayo de 2012) donde sintetiza su posición en cuanto a la situación actual y la lucha dentro del MCI. Lo hace en palabras ambiguas, imprecisas y pretenciosas, en un intento de esconder la esencia burguesa de su posición, y es claro que el motivo del documento es 1) dirigirse a los intelectuales del MCI, apelando a su origen pequeño burgués, llamando a su derecha y a su temor frente a la revolución proletaria y 2) dirigirse a los nuevos camaradas, que no conocen bien la historia del MCI y del MRI, para así poder revisar la historia. Es el deber de los comunistas tomar posición sobre estos puntos, y más aún cuando se ve que posiciones convergentes con ellas se expresan dentro de nuestras filas a nivel mundial. Aquí vamos a ver algunos de los puntos centrales del documento mencionado, no porque el PCR y Avakian en sí son muy importantes, sino porque ellos quieren devenir y ser reconocidos como cabeza del nuevo revisionismo, y porque son puntos que son centrales en el nuevo revisionismo en su conjunto, y que se expresan no sólo en el PCR sino en varios Partidos y organizaciones a nivel mundial.



Idealismo en vez de materialismo

Según Avakian, el maoísmo "se está dividiendo en dos", y es verdad. De hecho, el MCI se está dividiendo en dos: a un lado los comunistas, que están por continuar y desarrollar el camino del glorioso Movimiento Comunista Internacional, y al otro lado los revisionistas, que están por romper con este camino, que repiten, en otras palabras, la patraña del imperialismo y la reacción de que "el comunismo ha fallado" y todas las demás mentiras y ataques de las clases explotadoras. Según Avakian y sus seguidores, la historia del MCI y toda la práctica de los comunistas y de los países socialistas, están llenas de "errores" tan graves que es necesario romper con este legado comunista y comenzar de nuevo.  Pero notar que según esta "nueva visión" los supuestos graves "errores" no son debidos al derechismo, a posiciones burguesas, ni relacionados con las condiciones concretas de la lucha de clases, sino que tienen su origen en errores del marxismo en sí, en "errores" teoréticos cometidos por los comunistas, por Marx, Lenin, Stalin, el Presidente Mao etc. quienes han aplicado la ideología a la realidad concreta y así se han desviado de un supuesto marxismo puro, perfecto y de moral alta.  Así es el idealismo de Avakian, y se expresa en todo su análisis de la revolución mundial: para el, todo lo bueno viene de las cabezas de los grandes genios, y todo lo malo viene de errores cometidos por los comunistas, combatientes y masas que han aplicado la teoría en la práctica.

Consecuentemente, para ellos la formación del MRI en 1984 y sus declaraciones no fueron productos del desarrollo de la revolución, de la aplicación del maoísmo en la práctica - como el inicio (1980) y desarrollo de la guerra popular en Perú  - sino al revés:

"La formación del MRI dio ánimo y orientación a los comunistas revolucionarios de todo el mundo. El MRI entró en una lucha política e ideológica unificado y basándose en lo que, en ese momento, era una comprensión avanzada reflejada en la Declaración1. Unidos sobre esta base fundamental, los camaradas de diferentes países se comprometieron en la práctica comunista revolucionaria según la estrategia y la etapa de desarrollo del proceso revolucionario en sus países específicos. En algunos casos, de acuerdo con el carácter básico del país y las condiciones concretas, más notablemente en Perú y Nepal, los camaradas pudieron hacer verdaderos avances en dirigir a las masas en Guerra Popular." (Carta a los Partidos y las organizaciones participantes del Movimiento Revolucionario Internacionalista, El Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, Mayo de 2012) [Nota: todas las traducciones al español de las citas del documento original en inglés son nuestras]

Nuestra posición sobre el asunto está en la Línea Internacional del PCP:
"En el otoño de 1980, trece Partidos y organizaciones comunistas suscribieron una declaración: "A los marxistas-leninistas, a los obreros y a los oprimidos de todos los países" por la cual llaman a los comunistas a unirse en torno al marxismo-leninismo y toman al Presidente Mao pero sin considerarlo una nueva etapa y que no tiene vigencia universal, labor conducida por el Partido Comunista Revolucionario de los EE.UU, principalmente. El año 83 el PCR de los EE.UU. se vinculó con el PCP y lo invitó a suscribir la declaración del 80, el PCP no estuvo de acuerdo porque no estaba ahí considerado el pensamiento Mao Tsetung y más aún nosotros ya nos basábamos en el marxismo-leninismo-maoísmo. En marzo del 84 se llevó a cabo la II Conferencia de estas organizaciones donde se acordó la conformación del Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI) y aprobaron una declaración conjunta en la que se habla de unirse en torno al marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung. Nuestra posición sobre la incorporación del PCP al MRI está condensada en una carta escrita al Comité del Movimiento Revolucionario Internacionalista, de octubre del 86: 'Dos cuestiones quisiéramos reiterar acerca de este punto. Primeramente, desde el inicio de nuestras vinculaciones el punto de partida de nuestras divergencias fue el sustancial y decisivo problema del marxismo-leninismo-maoísmo como única, verdadera y nueva etapa del desarrollo de la ideología del proletariado, de vigencia universal y principalmente del maoísmo como clave de la cuestión; y, en consecuencia, nuestra disconformidad con la nominación de marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung. Sin embargo, hemos pensado y pensamos que resolver éste, para nosotros indispensable punto de partida, es complejo, demanda tiempo y, especialmente desarrollar la revolución'."

Para el PCR, por otro lado, todos los éxitos eran debidos al "entendimiento avanzado" de los dirigentes del MRI. Pero los problemas no. Lo malo, una vez más, viene de los comunistas que están en la arena del combate:

"Pero los camaradas en diferentes países encontraron también serios obstáculos, y en algunos lugares el proceso revolucionario dio marcha atrás o se estancó, lo cual ha tenido un impacto en el MRI en su conjunto."(ibid.)

De hecho, todo el documento, y toda la "nueva síntesis" de Avakian, se caracteriza no por el materialismo histórico y dialectico, sino por el idealismo y la metafísica. En su análisis de cualquier problema, siempre llega a la conclusión idealista, de que toda solución y todo problema tienen su origen en el mundo de las ideas, no en la práctica de la lucha de clases:

"Lo más fundamental es que, las cosas han llegado a un punto muerto no debido a la obstrucción de uno u otro partido, o a la inactividad del CoMRI [Comité del Movimiento Revolucionario Internacionalista] frente las agudas diferencias sobre línea, ni siquiera fundamentalmente debido a la muy real traición de la revolución en Nepal con todas su negativas consecuencias (sobre lo que tendremos más que decir más adelante). Mas bien, la crisis del MRI y del movimiento comunista internacional más en general surgió debido a que la comprensión sobre la que estaba basado el movimiento, a la cual hemos llamado marxismo-leninismo-maoísmo, se está ‘dividiendo en dos’”.(ibid.)

¡Genial! ¡Lo que este señor ha descubierto entonces, es que la razón de porque el MCI se está dividiendo en dos - es porqué se está dividiendo en dos! La posición de clase de los traidores en Nepal, el surgimiento de la LOD en Perú, su ligazón con los planes del imperialismo y la reacción, la política de un partido frente al parlamentarismo burgués y las "conversaciones de paz", y la incapacidad total del CoMRI de tomar firme posición y dar guía correcta al movimiento - estos factores para Avakian son meros detalles no importantes. Por supuesto, en su análisis de la lucha en el MRI, no mencionan la posición tomada por el PCR frente a la patraña de los "acuerdos de paz", es decir el no asumir y defender la declaración del Comité Central del PCP, que correctamente desenmascaró la patraña como plan reaccionario dirigido por el imperialismo yanqui, sino dedicarse a hacer "investigaciones" y dar cabida a las llamadas “autocríticas” y declaraciones hechas por los capituladores junto con la reacción en las prisiones, así contribuyendo al plan del enemigo. Ni siquiera mencionan que han aplicado la misma política de "esperar" e "investigar" en cuanto a los "acuerdos de paz" en Nepal, y que mientras el PCP han luchado contra estas posiciones revisionistas en una serie de reuniones desde en torno del 2001, el PCR (y el CoMRI) se han callado totalmente hasta el 2009, cuando la traición ya era un hecho innegable, e incluso dicen que recién la línea revisionista en Nepal tomó el control del partido en 2005.

Consecuentemente, cuando declaran que la revolución proletaria mundial ha llegado a una "nueva etapa", la cual supuestamente explica la necesidad de deshacerse del maoísmo y asumir la "nueva síntesis", no pueden especificar en qué consiste esta "nueva etapa". ¿Cuáles son los cambios decisivos en la práctica de la lucha de clases, en la correlación de las fuerzas en el mundo, que caracterizan esta "nueva etapa"? No, para Avakian, lo esencial de la "nueva etapa" es que el mismo ha "descubierto" los llamados "errores" del marxismo y del MCI, no a través de su experiencia de aplicar el marxismo en la práctica, sino simplemente a través de sus propias revelaciones. Revelaciones que son, en realidad, nada más que ecos de la propaganda anticomunista de la reacción e intentos de adaptar el marxismo a los principios podridos, caducos e hipócritas de la burguesía: de "ciencia objetiva" por encima de las clases, de "democracia" y "libertad" por encima de las clases, de "moral" por encima de las clases etc.

Según Avakian, "Existe la necesidad real de un análisis científico de toda esta experiencia [de la revolución proletaria mundial]". Claro que sí, pero sí somos materialistas dialécticos, eso se hace en la práctica, aplicando la experiencia de la clase y del MCI, como está sintetizada en la teoría marxista-leninista-maoísta, principalmente maoísta, a la práctica de cada revolución. La "evaluación" se hace por los comunistas en medio de la lucha de clases, dirigiendo a las masas, iniciando y desarrollando guerra popular, no por intelectualoides aislados en su biblioteca. El PCR continua ridículamente: "En verdad, ha habido muy poco análisis de los verdaderos obstáculos y contradicciones en el proceso de hacer la revolución". ¿Ha habido muy poco análisis? Entonces, los clásicos del marxismo, todos los textos de Marx, Lenin y el Presidente Mao, y los documentos del Partido Comunista del Perú y otros, ¿qué son, sino exámenes de los 'verdaderos obstáculos y contradicciones en el proceso de hacer la revolución', basados en la práctica concreta de hacer la revolución? No, para Avakian no se puede confiar en ellos, porque son contaminados por la práctica revolucionaria, sucia, compleja y sangrienta. En realidad, Avakian desprecia a los comunistas y revolucionarios, que tienen que tomar decisiones difíciles, probar las teorías en la guerra y en las complejas situaciones de la lucha de clases, "cruzando el río de sangre", como dice el Presidente Gonzalo. Para Avakian, "científico" significa "imparcial", sin posición de clase y alejado de la práctica, y consecuentemente, el más grande teórico es el que no hace nada (y por consiguiente, podemos entender mejor porque el PCR no dirige ni participa en ninguna de las luchas del proletariado estadounidense). Como decía el gran Lenin: “Únicamente quien no hace nada no se equivoca”.



La "nueva síntesis" - ¿más científico, o más burgués?

"En términos de filosofía y método, la nueva síntesis, en un sentido significativo, está refundamentando el marxismo de manera más plenamente sobre sus raíces científicas" dice Avakian. ¿Pero qué significa "científico" para él? Como ya sabemos, no es la primera vez que intelectuales o científicos burgueses intentan negar el marxismo con el argumento de que "no es científico", Popper siendo uno de los más famosos. Queda claro entonces, que "científico" significa una cosa para los burgueses, y otra cosa para nosotros. Lo que significa para nosotros está magistralmente sintetizado por el Presidente Mao:

"Efectivamente, el conocimiento del hombre queda confirmado sólo cuando éste logra los resultados esperados en el proceso de la práctica social (producción material, lucha de clases o experimentación científica). [...] La filosofía marxista -- el materialismo dialéctico -- tiene dos características sobresalientes. Una es su carácter de clase: afirma explícitamente que el materialismo dialéctico sirve al proletariado. La otra es su carácter práctico: subraya la dependencia de la teoría respecto a la práctica, subraya que la práctica es la base de la teoría y que ésta, a su vez, sirve a la práctica. El que sea verdad o no un conocimiento o teoría no se determina mediante una apreciación subjetiva, sino mediante los resultados objetivos de la práctica social. El criterio de la verdad no puede ser otro que la práctica social. El punto de vista de la práctica es el punto de vista primero y fundamental de la teoría materialista dialéctica del conocimiento." (Presidente Mao Tse-tung - Sobre la Práctica) [subrayado nuestro]

Por consiguiente, para los marxistas, si queremos demostrar sí una teoría es científica o no, tenemos que ver la relación entre la teoría y la realidad concreta. Tenemos que mostrar y analizar con ejemplos específicos como la teoría ha sido aplicada en la práctica y en que ha resultado. Pero para Avakian eso no es necesario. Para él, es suficiente declarar que el marxismo de Marx, de Lenin y del Presidente Mao supuestamente no obedece a algunos principios abstractos supuestamente "científicos". Vulgarmente, Avakian repite la misma vieja cantaleta de los intelectuales anticomunistas y revisionistas desde Bernstein hasta Jrushchov y Teng: que el marxismo, como aplicado por los comunistas, es "hegeliano", que es "simplista" y "mecánico", que su determinismo - es decir la verdad demostrada por Marx de la inevitabilidad de la derrota del capitalismo y la realización de la sociedad sin clases, el comunismo - es "fatalista" y "religiosa". Así como su predecesor Trotsky, Avakian quiere socavar la autoridad de los jefes del proletariado a toda costa. Como Trotsky decía en el 90 aniversario del Manifiesto Comunista: "El Manifiesto también requiere correcciones y agregados", porque "el pensamiento revolucionario no tiene nada en común con la adoración de ídolos".

Así por ejemplo, cuando se trata del determinismo, porque no puede refutar la verdad marxista, Avakian recurre, una vez más, a tonterías.  La tesis marxista, de que la sociedad así como la naturaleza se mueve según leyes, y que conociendo estas leyes, el ser humano puede deducir científicamente que un cierto proceso inevitablemente va a llevar a una cierta etapa de su desarrollo - esta verdad marxista, según Avakian, es "teleológica", es decir la idea de que "la naturaleza o la historia están dotadas de una especie de voluntad o propósito". Así Avakian, sin ni siquiera tratar de refutar esta verdad con argumentos científicos, puede llegar a su conclusión deseada: que "el marxismo es religión" - una frase recurrente en la propaganda anticomunista. Avakian dice "refundamentar el marxismo sobre sus raíces científicas", pero en realidad niega "la posibilidad de fundamentar científicamente el socialismo y de demostrar, desde el punto de vista de la concepción materialista de la historia, su necesidad e inevitabilidad" (Lenin), y se une con Hoxha, Wang Ming y Jrushchov, quienes acusaron al Presidente Mao Tsetung de ser "nacionalista", "idealista" y de tener una "mentalidad campesina".

La siguiente cita del Gran Lenin muestra claramente que la "nueva sintesis" de Avakian no es tan nueva, sino que pertenece a una vieja tradición de teoréticos burgueses dedicados a "refutar" el marxismo:

"...la idea del conflicto entre el determinismo y la moralidad, entre la necesidad histórica y la importancia del individuo. Para ello, [Mijailovski] borroneó un montón de papeles, llenó un abismo con sus absurdas habladurías sentimentales y pequeñoburguesas: para solucionar este conflicto a favor de la moralidad y el papel del individuo. En realidad no existe tal conflicto: lo inventó el señor Mijailovski, temeroso (y no sin razón) de que el determinismo quite terreno a la moralidad pequeñoburguesa por la cual tanto cariño siente. La idea del determinismo que establece la necesidad de los actos del hombre y rechaza la absurda leyenda del libre albedrío, no niega en un ápice la inteligencia ni la conciencia del hombre, como tampoco la valoración de sus acciones. Muy por el contrario, sólo la concepción determinista permite hacer una valoración rigurosa y acertada, sin imputar todo lo imaginable al libre albedrío. Del mismo modo, tampoco la idea de la necesidad histórica menoscaba en nada el papel del individuo en la historia: toda la historia se compone precisamente de acciones de individuos que son indudablemente personalidades. (Lenin - QUIENES SON LOS "AMIGOS DEL PUEBLO" Y COMO LUCHAN CONTRA LOS SOCIALDEMOCRATAS, 1894)

(Al respecto del determinismo marxista, ver también el artículo de Mariátegui publicado en este número de Sol Rojo).

Avakian, así como cientos de otros revisionistas, sibilinamente nos acusa de ser "religiosos" e "idealistas", porque no nos conciliamos con su idea de un llamado marxismo "científico" en el sentido burgués, un marxismo frio, de seres que habitan en el Topos Urano de Platón, sin sentimientos, sin raíces profundas en las masas y sin una meta final inevitable. Los intelectuales burgueses temen a las masas explotadas y oprimidas armadas con la fuerza de una fe, como dice Mariátegui: "Las masas reclaman la unidad. Las masas quieren fe. Y, por eso, su alma rechaza la voz corrosiva, disolvente y pesimista de los que niegan y de los que dudan, y busca la voz optimista, cordial, juvenil y fecunda de los afirman y de los que creen." (J.C. Mariátegui - El 1° de Mayo y el Frente Único). Y el marxismo sí es una fe, pero no es la fe idealista y metafísica en fuerzas sobrenaturales, utilizada por las clases explotadoras para sustentar su dominio, sino la fe en la fuerza incontenible de las masas trabajadoras mismas y su capacidad de transformar el mundo. Nos reafirmamos en la posición marxista, dialéctica y materialista del Presidente Mao Tse-tung, y vemos que Avakian y los demás intelectuales burgueses tienen mucho en común con el "Viejo Sabio":

"Después de refutar la errónea idea del Viejo Sabio, siguió cavando día tras día, sin cejar en su decisión. Dios, conmovido ante esto, envió a la tierra dos ángeles, que se llevaron a cuestas ambas montañas. Hoy, sobre el pueblo chino pesan también dos grandes montañas, una se llama imperialismo y la otra, feudalismo. El Partido Comunista de China hace tiempo que decidió eliminarlas. Debemos perseverar en nuestra decisión y trabajar sin cesar; también conmoveremos a Dios. Nuestro Dios no es otro que las masas populares de China. Si ellas se alzan y cavan junto con nosotros, ¿por qué no vamos a poder eliminar esas montañas?" (Mao Tse-tung - EL VIEJO TONTO QUE REMOVIO LAS MONTAÑAS)



¿Internacionalismo proletario o internacionalismo burgués?

Según Avakian, existe en el MCI una "tendencia hacia el nacionalismo, hacia la separación de la lucha revolucionaria de un país específico, incluso levantándola por encima, de la lucha revolucionaria mundial general por el comunismo". Así, una vez más Avakian se distingue como continuador de Trotsky, quien atacó y conspiró contra la Unión Soviética con argumentos similares: que no se puede construir el socialismo en un país, que hay que esperar hasta que hay revolución en los demás países. En su supuesta critica de "tendencias nacionalistas", Avakian y el PCR no hablan de ningún ejemplo concreto, no hablan de los errores que sí se han cometido en algunos casos (la política del 'bastón de mando', de 'exportar la revolución etc.), porque su intención no es "evaluar", sino cuestionar, atacar y "romper" con la revolución proletaria en sí. Avakian, como todos los propagandistas de la ofensiva contrarrevolucionaria general, mezcla el chauvinismo nacionalista de los imperialistas con la defensa de la patria que llevan acabo los pueblos oprimidos del Tercer Mundo y la defensa de la patria en un país socialista. En realidad, con su "critica" a las "tendencias nacionalistas", Avakian apunta contra todos los Partidos y organizaciones que no aceptan el hegemonismo del PCR y quienes están por aplicar el maoísmo a las condiciones concretas de la revolución en sus países. El camarada Stalin, desenmascarando el revisionismo de Trotsky, decía que para Trotsky "a nuestra revolución no le queda más que una perspectiva: vegetar en sus propias contradicciones y podrirse en vida, esperando la revolución mundial.". Es una descripción que corresponde bien a la política del PCR.



La dictadura del proletariado, la verdad de clase, y la "objetividad" burguesa

"Esa es nuestra consigna de lucha, esa es nuestra verdad proletaria, la verdad de la lucha contra el capital, la verdad que lanzamos a la cara del mundo del capital, con sus melosas, hipócritas y pomposas frases sobre libertad e igualdad en general, sobre libertad e igualdad para todos." (V.I. Lenin - El Poder Soviético y la posición de la mujer, 1919)

"Toda observación debe apoyar a favor o en contra de un punto de vista claramente expresado y sólo así rendir frutos y servicios a los demás." (Charles Darwin)

Avakian, otra vez en conformidad con toda la propaganda de la ofensiva contrarrevolucionaria general encabezado por el imperialismo yanqui, prosigue con su ataque contra la dictadura del proletariado. Aunque dice que la defiende, en realidad la ataca, apuntando a despojarla de su carácter de clase e introducir en ella los principios del liberalismo burgués.

"Bob Avakian ha reconocido y enfatizado la necesidad en la sociedad socialista de un papel mayor para el disentimiento, de una mayor promoción del fermento intelectual y de tener un ámbito más amplio para la iniciativa y la creatividad en las artes."

Vemos que el PCR no quiere ensuciar sus revelaciones con ejemplos de la realidad concreta, de la práctica, sino prefieren hablar en abstracto, en general, insinuando cosas sin decirlas abiertamente. ¿Cómo ha sido reprimido el "fermento intelectual" en los países socialistas? ¿Cómo ha sido restringido el "ámbito más amplio para la iniciativa y la creatividad en las artes"? Tenemos un dicho: "bajo la generalidad se esconde el revisionismo". Para los comunistas, lo decisivo es el carácter de clase de la dictadura, el carácter de clase de la democracia, y el carácter de clase de los intelectuales y de su creatividad. Pero Avakian, cuando habla de "disentimiento" (otra palabra favorita de la propaganda reaccionaria), no menciona el carácter de clase de tal "disentimiento". De hecho, el carácter proletario de la dictadura, es decir la dictadura de la clase obrera sobre las clases explotadoras, es precisamente lo que Avakian está atacando cuando critica "la tendencia hacia una 'reificación' del proletariado”. Y cuando habla del "papel importante que juegan los intelectuales", estos intelectuales supuestamente tampoco no tienen carácter de clase.

"…la noción de la ‘verdad de clase’, la cual de hecho se opone a la comprensión científica de que la verdad existe objetivamente, no varía de acuerdo a los diferentes intereses de clase y no depende de la concepción de clase que uno lleva en la búsqueda de la verdad. La concepción científica y método científico del comunismo — si se asume y aplica correctamente como ciencia viva y no como dogma— proporciona, en un sentido general, los medios más coherentes,  sistemáticos y comprensivos para llegar a la verdad, pero no eso no es lo mismo que decir que la verdad en sí tiene carácter de clase ni que los comunistas están destinados a conocer la verdad acerca de un fenómeno específico mientras que las personas que no aplican o incluso se oponen a la concepción y al método comunistas no son capaces de llegar  a importantes verdades."

Así Avakian se une con todos los dirigentes vendeobreros de la socialdemocracia reformista y socialfascista, quienes explícitamente han declarado su intención de "aniquilar el espíritu de clase" del marxismo y establecer la sociedad guiada por la "ciencia objetiva", es decir mantener la dictadura de la burguesía. Así se une con los revisionistas rusos y su "Partido de todo el pueblo" y "Estado de todo el pueblo", y con todos los intelectuales burgueses, seguidores del camino capitalista que han sido el blanco de la Gran Revolución Cultural Proletaria. Según ellos, el motor de la revolución y de la sociedad socialista no es la lucha de clases, no es la lucha del proletariado para consolidar y profundizar su dictadura, sino la "ciencia objetiva". Eso, como los marxistas-leninistas-maoístas ya sabemos, en la realidad significa ciencia burguesa; significa el Poder de los expertos burgueses, y en el contexto de un país socialista significa la restauración del capitalismo. En corto, para Avakian el requisito para poder llegar a la verdad objetiva es ponerse "por encima de las clases"  (lo cual no es posible según la concepción materialista en una sociedad dividida en clases) mientras para nosotros el requisito para llegar a la verdad, particularmente sobre las leyes de la lucha de clases y la revolución, es tener una firme posición de clase proletaria. Es decir, la verdad proletaria es el fundamento científico de nuestra ideología.

La posición nuestra, de los marxistas-leninistas-maoístas, es clara y contundente: estamos por la dictadura del proletariado, dirigido por su vanguardia el Partido Comunista, dictadura ejercida a través del Estado proletario y basada en la fuerza armada del proletariado, dictadura proletaria que abarca la verdadera democracia para el proletariado y el pueblo, y la dictadura sobre las clases explotadoras, los contrarrevolucionarios y los seguidores del camino capitalista. El proletariado, en el sentido de la clase obrera, no en ningún sentido abstracto o difuso, es la clase que dirige la revolución y la construcción del socialismo en unión con las demás clases del pueblo, el campesinado y la pequeña burguesía, que necesariamente en este proceso van a proletarizarse. Eso es particularmente importante en cuanto a los intelectuales, que inevitablemente tienen un papel importante en la revolución: lo que la revolución necesita es forjar intelectuales proletarios. Es decir, que los obreros tienen que forjarse no solamente como obreros, sino también como intelectuales marxistas, y los intelectuales de origen pequeño burgués o burgués tienen que forjarse como proletarios. Nuestro Partido ha sintetizado la posición correcta de su fundador J.C. Mariátegui:

"Debemos seguir ese camino [el de Mariátegui - nota del editor]; no estoy planteando que seamos iguales a él, sino sólo seguir su camino. Yo por ejemplo puedo hacer un prologuito, por ejemplo yo puedo hacer algo siguiendo su luz en ese plano y así seré un teoriquito pequeñito, pero estoy por esa senda y si juntamos todas las pequeñas verdades que podamos ir logrando tras el camino de Mariátegui, será un gran río de verdad. ¿Quién tiene más responsabilidad en esto? Los intelectuales, pero no los intelectuales a secas. Nuestra patria, el cambio en nuestro país, el desarrollo no solamente exige intelectuales, sino intelectuales revolucionarios. ¿Qué quiere decir esto? Mao Tse Tung es luminoso y preciso y muy concreto cuando dice que hay que fundirse con las masas explotadas obreras y campesinas. Eso lo dice muy concretamente. Si uno quiere ser intelectual revolucionario tiene que fundirse con las masas, trabajar como ellas, sentir como ellas y pensar como ellas. Pero ése es un proceso porque tengo que dejar mi alto status, mi corbata, tengo que dejar eso en muy buena y santa hora, si con eso voy a lograr ser un intelectual revolucionario. Esta es una reflexión que nos corresponde a todos. Esto nos lleva a lo segundo. En Mariátegui hay que ver al hombre de acción. Cuando Mariátegui asumía una tarea, la cumplía, la ejecutaba y cuando tocaba el problema particular, de su salud, de su familia, ponía familia y problemas tras sus tareas.
Mariátegui era muy consecuente, sacrificó todo a su obra porque comprendía esto, porque era combatiente, el que no es combatiente no es marxista leninista." (PCP - Para entender a Mariátegui)

Y en cuanto a los intelectuales burgueses, incluso aquellos que hoy se llaman "marxistas" o "izquierdistas", nos unimos con la posición del gran Lenin:

“Las fuerzas intelectuales de los obreros y campesinos crecen y se robustecen en la lucha por el derrocamiento de la burguesía, de sus cómplices, los intelectualillos lacayos del capital, que se creen el cerebro de la nación. En realidad no son cerebro, sino mierda”. (Lenin, carta a Gorki del 15 de Septiembre de 1919)



El nuevo revisionismo objetivamente sirve a los planes del imperialismo y la reacción

Hemos tratado aquí algunos de los puntos centrales de la "nueva síntesis" de Avakian, y esperamos que sirva a desarrollar la lucha en el MCI contra el nuevo revisionismo en su conjunto. Como hemos señalado, es necesario desarrollar una lucha implacable no solamente contra Avakian y su "nueva síntesis" en sí, sino también contra todas las posiciones convergentes con la misma. Estas llamadas "criticas" al marxismo no son nada más que repeticiones de viejas posiciones revisionistas y de las mentiras y ataques de la ofensiva contrarrevolucionaria general. Lo nuevo es que hoy las presentan como "maoístas", cuando son realmente ataques contra el maoísmo. Apuntan a evitar que el maoísmo sea reconocido como único mando y guía de la revolución mundial, evitar que se encarne en los pueblos del mundo y entrampar la revolución mundial en el pantano del revisionismo y oportunismo. El PCR y todo el nuevo revisionismo se muestran más activo cumpliendo el papel delineado por la CIA, y en esta década la lucha contra el revisionismo va a agudizarse. Por ello el papel del PCP en marcar y mantener el rumbo es crucial para la revolución peruana, y para preparar al proletariado internacional a como enfrentar al revisionismo en medio de una nueva guerra imperialista mundial. Ese es el marco que se viene, y por ello el imperialismo yanqui busca fundamentar la capitulación en el campo revolucionario para mantener su posición de gendarme. El imperialismo yanqui está perdiendo su hegemonía y necesita al PCR y otros partidos revisionistas para mantener el viejo sistema, para defender la democracia burguesa, es decir el viejo Estado, al igual que su par siamés, la LOD en Perú.

Hay otros puntos importantes de discutir en este debate, como el miserable retorno en las filas comunistas de la tesis revisionista del "culto a la personalidad", la cuestión de la validez universal de la guerra popular y otros, los cuales vamos a tratar en otros artículos. Llamamos a todos los Partidos y organizaciones del MCI a participar en este debate y desarrollar la lucha de dos líneas para poder unirnos en pensamiento y en acción revolucionaria, sirviendo a la revolución mundial.




http://www.solrojo.org/mpp_doc/SR39_avance.html

jueves, 13 de junio de 2013

LENIN- PREFACIO A LA CORRESPONDENCIA DE F.A.SORGE (III)



 


En 1889 comenzó en Inglaterra un movimiento lozano y enérgico, lleno de nuevo espíritu revolucionario, de los simples obreros no especializados ni cualificados (del gas, del puerto, etc.). Engels estaba entusiasmado de este movimiento y subrayó con admiración el papel de la hija de Marx, “Tussy”, que hacia agitación entre estos obreros. “Lo que más repele aquí —escribe Engels desde Londres el 7 de diciembre de 1889- es la “respectability” burguesa, que se ha hecho consubstancial a los obreros. La desarticulación de la sociedad en numerosas gradaciones, indiscutiblemente reconocidas por todos, cada una de las cuales por separado tiene su propio respeto a los “mejores” y a los “superiores”, data de tiempo tan remoto y está tan arraigada que a la burguesía no le cuesta gran trabajo engañar a las masas. Yo, por ejemplo, estoy muy poco seguro de que John Burns en su fuero interno se enorgullezca más de su popularidad entre los de su propia clase que de la que goza a los ojos del cardenal Manning, del alcalde de Londres y de la burguesía en general. Y Champion, teniente retirado, venía haciendo desde muchos años ciertos negocios sucios con elementos burgueses, sobre todo conservadores, mientras predicaba en un congreso clerical el socialismo, etc. Incluso el propio Tom Mann, a quien tengo por el mejor de todos ellos, se complace en contar que va a almorzar con el alcalde de Londres. Sólo al compararlos con los franceses se convence uno de lo bien que influye en este sentido la revolución”[1].
Los comentarios huelgan.

Un ejemplo más. En 1891 se cernía el peligro de guerra europea. Engels mantuvo correspondencia sobre esto con Bebel, y se pusieron de acuerdo los dos en que, si Rusia agredía a Alemania, los socialistas alemanes tendrían que combatir a la desesperada contra los rusos y cualesquier aliados suyos. “Si Alemania fuera estrangulada, nosotros lo seríamos con ella. Pero en el caso de que la lucha tomara un giro favorable, ésta cobraría un carácter tan encarnizado que Alemania podría sostenerse gracias sólo a medidas revolucionarias, por lo que es muy posible que nos viésemos obligados a empuñar el timón del poder y reeditar el año 1793” (carta del 24 de octubre de 1891)[2]

¡Para que se enteren los oportunistas que gritaban a voz en cuello que las perspectivas “jacobinas” aparecidas en 1905 ante el partido obrero ruso nada tenían que ver con la socialdemocracia! Engels indicaba explícitamente a Bebel la posibilidad de que los socialdemócratas hubieran de participar en un gobierno provisional.
Es muy natural que, con semejantes conceptos de las tareas de los partidos obreros socialdemócratas, Marx y Engels tuvieran la fe más halagüeña en la revolución rusa y en su gigantesca trascendencia universal. En su correspondencia vemos, durante casi veinte años, esa apasionada espera de la revolución en Rusia. 

He aquí una carta de Marx del 27 de septiembre de 1877. La crisis oriental[3] despierta el entusiasmo de Marx. “Rusia hace ya mucho que se encuentra en el umbral de grandes, revoluciones, para las que han madurado ya todos los elementos necesarios. La explosión se ha adelantado en muchos años gracias a los golpes asestados por los bravos turcos... La revolución comenzará secundum artem (“según todas las reglas del arte”) por devaneos constitucionales y habrá una bulla de primera (il y aura un beau tapage). Con el beneplácito de la madre naturaleza, llegaremos a vivir ese triunfo”[4]. (Marx tenía a la sazón 59 años de edad.)

La madre naturaleza no dio (y tal vez no pudiera dar) a Marx el beneplácito para vivir “ese triunfo”. Pero él predijo “los devaneos constitucionales”, y sus palabras parecen escritas ayer mismo, tanto sobre la primera como sobre la segunda Duma. Y eso que poner al pueblo sobre aviso de “los devaneos constitucionales” constituyó justamente “el alma viva” de la táctica del boicot, tan odiada por los liberales y los oportunistas... 

He aquí la carta de Marx del 5 de noviembre de 1880. Se alboroza del éxito que El Capital ha tenido en Rusia[5] y se pone de parte de los adeptos de Voluntad del Pueblo y en contra del grupo Reparto Negro[6], recién formado a la sazón. Marx captó con tino los elementos anarquistas de las ideas de los populistas de Reparto Negro y, sin conocer ni tener la posibilidad de conocer entonces la futura evolución de éstos hacia la socialdemocracia, los ataca con toda la fuerza de su sarcasmo flagelador: 

“Estos señores son contrarios a toda acción política revolucionaria. A juicio de ellos, Rusia debe dar un salto al milenio anarco-comunista-ateísta. Mientras tanto, preparan este salto con el más tedioso doctrinarismo. Han tomado los llamados principios de sus doctrinas del difunto Bakunin.”[7]
 
De ahí puede inferirse el valor que, para la Rusia de 1905 y los años ulteriores, habría concedido Marx a la importancia de “las acciones políticas revolucionarias” de la socialdemocracia*

He aquí una carta de Engels, fechada el 6 de abril de 1887: “En cambio, parece que la crisis es inminente en Rusia. Los últimos atentados han provocado un gran desconcierto...” Y en la carta del 9 de abril de 1887 vuelve a lo mismo... “El ejército está lleno de oficiales descontentos que conspiran” (Engels se hallaba entonces impresionado por la lucha revolucionaria de los adeptos de Voluntad del Pueblo y cifraba esperanzas en los oficiales, sin poder ver aún el espíritu revolucionario de los soldados y marinos rusos que se dio a conocer con tanto esplendor dieciocho años más tarde...). “…No creo que el estado actual de cosas perdure un año siquiera. Y cuando en Rusia estalle la revolución (“losgeht”), entonces ¡hurra!”[8].

La carta del 23 de abril de 1887 dice: “En Alemania se suceden las persecuciones (de los socialistas). Dijérase que Bismarck quiere prepararlo todo para que, en el momento que la revolución estalle en Rusia, y eso es cuestión de meses, Alemania pueda seguir al punto su ejemplo” (“los-geschlagen werden”)[9].

Los meses se hicieron larguísimos. Sin duda alguna habrá filisteos que, frunciendo el ceño y torciendo el gesto, condenarán con rigor “el revolucionarismo” de Engels o se reirán condescendientes de las viejas utopías del viejo emigrado revolucionario.

Si, Marx y Engels se equivocaron mucho y a menudo en cuanto a la proximidad de la revolución, en cuanto a las, esperanzas cifradas en la victoria de la revolución (por ejemplo, en 1848 en Alemania) y en cuanto a la creencia de que “la república” alemana estaba próxima (“morir por la república”, escribía Engels sobre aquella época, recordando su estado de ánimo como participante en la campaña militar a favor de la Constitución imperial en 1848-1849[10]). También se equivocaron en 1871, cuando se empeñaron en la empresa de “alzar el sur de Francia, para lo cual (Becker escribe en primera persona de plural, refiriéndose a si mismo y a sus amigos más cercanos, en la carta núm. 14 del 21 de julio de 1871) sacrificábamos y arriesgábamos todo lo que nos era humanamente posible...” Y en la misma carta: “Si en los meses de marzo y abril hubiéramos tenido más dinero, habríamos podido levantar todo el sur de Francia y salvar la Comuna de Paris (pág. 29). Pero semejantes errores de los gigantes del pensamiento revolucionario que trataban de elevar y supieron elevar al proletariado del mundo entero por encima de las tareas mezquinas, ordinarias, de tres al cuarto, son mil veces más nobles, más excelsos, más valiosos y próximos a la verdad en el plano histórico que la impúdica sapiencia del liberalismo oficial que canta, pregona, invoca y proclama la vanidad de las vanidades revolucionarias, la inutilidad de la lucha revolucionaria y el encanto de los desvaríos “constitucionales” contrarrevolucionarios... 

Con sus acciones revolucionarias llenas de errores, la clase obrera rusa conquistará su libertad e impulsaré a Europa; y que los espíritus vulgares sigan envaneciéndose de la infalibilidad de su inacción revolucionaria.



6 de abril de 1907
N. Lenin








* A propósito sea dicho. Si no me falta la memoria, entre 1900 y 1903 me contó, no sé si Plejánov o Vera Zasúlich, que existía una carta de Engels a Plejánov sobre Nuestras discrepancias y sobre el carácter de la revolución inminente en Rusia. Sería interesante saber con exactitud si ha existido tal carta, si se ha conservado y si no es hora ya de publicarla150.


[i] Véase C. Marx y F. Engels. Obras, t. 37, pág. 270.- 261.
[2] Véase C. Marx y F. Engels. Obras, t. 38, pág. l58.- 26l.
[3] Se alude a la guerra ruso-turca de 1877-1878.- 26l.
[4] Véase C. Marx y F. Engels. Obras, t. 34, pág. 229.- 262
[5] Algunos insignes representantes del pensamiento social ruso trabaron conocimiento con las obras de C. Marx ya en la década del 40 del siglo XIX. En I872 vio la luz la primera edición rusa de El Capital, traducido por G. A. Lopatin y N. F. Daniclson. Fue la primera traducción de El Capital a otro idioma.- 262.
[6] Voluntad del Pueblo: organización política secreta de populistas terroristas: que se formé en agosto de 1879. La encabezaba un Comité Ejecutivo. El objetivo inmediato de la organización era derrocar la autocracia zarista y conquistar la libertad política. Su programa contenía la demanda de organizar “un cuerpo permanente representativo del pueblo”, elegido por sufragio universal, la proclamación de libertades democráticas, entrega de la tierra al pueblo y elaboración de las medidas necesarias para poner las fábricas en manos de los obreros. Los adeptos de Voluntad del Pueblo sostuvieron una lucha heroica contra la autocracia zarista, pero, partiendo de la errónea teoría de los héroes “activos” y la multitud “pasiva”, pensaban conseguir la restructuración de la sociedad sin la participación de] pueblo, con sus propias fuerzas, mediante el terror individual, la intimidación y la desorganización del Gobierno. Después del l de marzo de I881 (asesinato de Alejandro II), el Gobierno, con brutales persecuciones, ejecuciones y provocaciones, aniquiló la organización de Voluntad del Pueblo. Reparto Negro: organización formada en I879 al escindirse la organización populista Tierra y Libertad en dos organizaciones: Voluntad del Pueblo y Reparto Negro. En sus reivindicaciones programáticas defendía en lo fundamental la plataforma de Tierra y Libertad. Posteriormente una parte de los adeptos de Reparto Negro evolucionó hacia el marxismo y fundó en 1883 la primera organización marxista rusa: el grupo Emancipación del Trabajo; otros después del l de marzo de 1331 se adhirieron a Voluntad del Pueblo.- 262.
[7] Véase C. Marx y F. Engels. Obras., t. 34, pág. 380.- 462.
150 De Nuestras discrepancias y del carácter de la venidera revolución en Rusia Engels escribió en una carta a V. I. Zasúlich, del 23 de abril de 1885 (véase C. Marx y F. Engels, Obras, t. 36, págs. 259-264).-263.
[8]  [este es 151] Véase C. Marx y F. Engels. Obras, t. 36, págs. 538, 540.- 263.
[9]  [este es 152] Véase C. Marx y F. Engels. Obras, t. 36, pág. 544.- 263.
[10]  [este es 153] Lenin se refiere al ensayo Morir por la república, de la serie La campaña alemana por una constitución imperial (véase C. Marx y F. Engels. Obras, t. 7, págs. l69-207).- 263.

viernes, 7 de junio de 2013

LENIN- PREFACIO A LA CORRESPONDENCIA DE F.A.SORGE (II)


...Mehring tiene razón (en Der Sorgesche Briefwechsel) cuando afirma que Marx y Engels entendían poco de “buenas maneras”: “no se paraban a pensarlo mucho para asestar un golpe, pero tampoco lloriqueaban por cada uno que recibían”. “Si os creéis –escribía  Engels en cierta ocasión- que vuestros alfilerazos podrán pinchar mi vieja piel, gruesa y bien curtida, os equivocáis.”[1] Marx y Engels suponían también en los demás esta imperceptibilidad adquirida por ellos –escribe Mehring.

Año 1893. Ajuste de cuentas a “los fabianos”[2], que se impone de por sí... para juzgar de los bernsteinianos (por algo Bernstein “ha educado” su oportunismo en Inglaterra, en el trato con “los fabianos”). “Aquí, en Londres, los fabianos son una pandilla de arribistas que, sin embargo, tienen bastante sentido común para comprender que la revolución social es inevitable; mas, al no querer confiar esta gigantesca labor únicamente al tosco proletariado, se dignan ponerse a la cabeza de él. El temor a la revolución constituye su principio básico. Son ‘intelectuales’ par excellence. Su socialismo es un socialismo municipal: el municipio y no la nación, al menos en los primeros tiempos, debe adueñarse de los medios de producción. Pintan su socialismo como una consecuencia extrema, pero ineluctable, del liberalismo burgués. De ahí su táctica: no combatir a los liberales con denuedo, como a adversarios suyos, sino llevarlos a las conclusiones socialistas, es decir, embaucarlos, ‘impregnar de socialismo el liberalismo’, no oponer los candidatos socialistas a los liberales, sino pasárselos de contrabando a los liberales, es decir, hacer que salgan elegidos con artimañas... Pero es claro que no comprenden que, obrando así, los engañados serán ellos mismos, o lo será el socialismo.

Los fabianos han publicado, además de distintas porquerías, algunos libros buenos de propaganda, y eso es lo mejor de cuanto han hecho los ingleses en este campo. Pero tan pronto como vuelven a su táctica peculiar, la de velar la lucha entre las clases, la cosa va mal. Por causa de la lucha de clases, los fabianos nos odian con fanatismo a Marx y a todos nosotros.

Como es natural, los fabianos cuentan con muchos partidarios burgueses, por lo que disponen de ‘mucho dinero’...”[3]


APRECIACION CLÁSICA
DEL OPORTUNISMO INTELECTUAL
EN LA SOCIALDEMOCRACIA

Año 1894. El problema campesino. “En el continente –escribe Engels el l0 de noviembre de 1894-, conforme crece el movimiento, se agranda también el afán de éxitos mayores aún, y la caza de campesinos, en el sentido literal de la palabra, se está poniendo de moda. Primero fueron los franceses, quienes declararon en Nantes por boca de Lafargue que no sólo no es cuestión nuestra acelerar la ruina de los pequeños campesinos —el capitalismo se encargará de hacerlo por nosotros—, sino que es necesario defender en realidad al campesino contra el fisco, contra los usureros y latifundistas. Pero, en modo alguno podemos expresar nuestra conformidad con esto. Primero, porque es necio, y segundo, porque es imposible. Luego Vollmar se pronuncia en Francfort en el sentido de que, en general, se propone sobornar a los campesinos, y el campesino a que se refiere es el de la Alta Baviera, distinto del pequeño campesino de la región del Rin, abrumado por las deudas, pues se trata del agricultor medio y rico que explota a mozos y mozas de labranza y vende ganado y cereales. Esto ya no se puede admitir sin renunciar a todos los principios.”[4]
Año 1894, 4 de diciembre: “...Los bávaros se han vuelto requeteoportunistas y se han transformado casi en un simple partido del pueblo (me refiero a la mayoría de los líderes y a muchos principiantes que han ingresado en el partido); en el Landtag bávaro han votado a favor de la totalidad del presupuesto, y Vollmar, sobre todo, ha organizado una agitación entre los campesinos a fin de ganarse no a los mozos de labranza, sino a los agricultores ricos de la Alta Baviera, a los propietarios de parcelas de 25 a 80 acres (de 10 a 30 hectáreas), es decir, a los que de ninguna manera pueden arreglárselas sin obreros asalariados...”[5]

De ahí se desprende que en el curso de más de un decenio Marx y Engels lucharon sistemática e incesantemente contra el oportunismo en el Partido Socialdemócrata Alemán y combatieron el espíritu filisteo intelectual y pequeñoburgués en el socialismo. Este es un hecho de suma importancia. El gran público sabe que la socialdemocracia alemana es tenida por modelo de política y táctica marxistas del proletariado, pero ignora la lucha constante que los fundadores del marxismo hubieron de sostener contra “el ala derecha” (expresión de Engels) de este partido. Y no es casual que poco después de la muerte de Engels se manifestara abiertamente esta lucha, hasta entonces latente. Era el resultado inevitable de decenios de desarrollo histórico de la socialdemocracia alemana.
Y en la actualidad resaltan ante nosotros con singular relieve las dos trayectorias de los consejos, indicaciones, correctivos, amenazas y moralejas de Engels (y de Marx). Los dos exhortaron con la mayor perseverancia a los socialistas anglo-norteamericanos a que se fundiesen con el movimiento obrero y extirpasen de sus propias organizaciones el estrecho y rutinario espíritu de secta. Los dos enseñaron con la mayor perseverancia a los socialdemócratas alemanes a no caer en el filisteísmo, en “el cretinismo parlamentario” (expresión de  Marx en la carta del 19 de septiembre de l879)[6], en el  oportunismo intelectual pequeñoburgués. ¿No es acaso sintomático que nuestras comadres socialdemócratas cacareen tanto sobre los consejos del primer tipo y cierren el pico respecto del segundo? ¿Acaso semejante apreciación unilateral de las cartas de Marx y Engels no es el mejor indicio de que nuestra socialdemocracia, la socialdemocracia de Rusia, presenta cierto...“carácter unilateral”? Hoy, cuando el movimiento obrero internacional descubre síntomas de profunda efervescencia y vacilación, cuando los excesos del oportunismo, del “cretinismo parlamentario” y del reformismo filisteo han hecho surgir los excesos opuestos del sindicalismo revolucionario, la trayectoria general de “los correctivos” hechos por Marx y Engels al socialismo anglo-norteamericano y alemán adquiere una importancia excepcional.

Marx y Engels enseñaban a los socialistas de los países donde no existe un partido obrero socialdemócrata, ni hay diputados socialdemócratas en los parlamentos, ni política socialdemócrata sistemática y consecuente en las elecciones y en la prensa, etc., en estos países los socialistas deben romper a toda costa con el sectarismo estrecho e incorporarse al movimiento obrero a fin de interesar en la lucha política al proletariado. Pues tanto en Inglaterra como en Norteamérica, a lo largo del último tercio del siglo XIX, el proletariado no mostró casi ninguna independencia política. La liza política en estos países —ante la ausencia casi absoluta de tareas históricas de carácter democrático burgués- estaba ocupada enteramente por una burguesía triunfante y satisfecha de sí misma, sin igual en todo el mundo en el arte de embaucar, corromper y sobornar a los obreros.

Creer que estos consejos de Marx y Engels al movimiento obrero anglo-norteamericano pueden ser aplicados lisa y llanamente a las circunstancias de Rusia significa utilizar el marxismo para un mezquino ajuste fraccional de cuentas entre intelectuales y no para asimilar su método ni para estudiar las peculiaridades históricas concretas del movimiento obrero en países determinados.

Por el contrario, en un país donde la revolución democrática burguesa ha quedado sin terminar, donde imperaba e impera “un despotismo militar revestido de formas parlamentarias” (expresión de Marx en su Crítica del Programa de Gotha)[7], donde el proletariado hace ya mucho que participa en la política y aplica una política socialdemócrata, en un país así temían Marx y Engels más que nada el envilecimiento parlamentario y el empequeñecimiento filisteo de las tareas y proporciones del movimiento obrero.

Con tanto mayor motivo debemos recalcar y poner en primer plano, en la época de la revolución democrática burguesa en Rusia, este aspecto del marxismo, porque en nuestro país hay una prensa burguesa liberal extendida, “brillante” y rica, que pregona a miles de voces ante el proletariado la “ejemplar” lealtad, la legalidad parlamentaria, la modestia y la moderación del vecino movimiento obrero alemán.

Esta patraña interesada de los traidores burgueses de la revolución rusa no es fruto de la casualidad ni de la perversidad personal de alguno que otro de los antiguos o futuros ministros del campo de los demócratas constitucionalistas. Es fruto de los profundos intereses económicos de los terratenientes liberales y burgueses liberales de Rusia. Y en la lucha contra esta patraña, contra este “aturdimiento de las masas” (“Massenverdummung”, según expresión de Engels en la carta del 29 de noviembre de 1886)[8], las cartas de Marx y Engels deben servir de arma insustituible para todos los socialistas de Rusia.

La patraña interesada de los burgueses liberales muestra al pueblo “la modestia” ejemplar de los socialdemócratas alemanes, cuyos jefes, los fundadores de la teoría marxista, nos dicen:

“La actuación revolucionaria de los franceses ha puesto al desnudo de manera más repelente aún la hipocresía de los oportunistas de la minoría parlamentaria socialdemócrata alemana, Viereck y Cía.” (se trata de la formación de un partido obrero en el Parlamento francés y de la huelga de Decazeville, que levantó una barrera entre los radicales franceses y el proletariado de Francia[9]). “En los últimos debates socialistas sólo han hablado Liebknecht y Bebel, y ambos muy bien. Con semejantes debates podemos presentarnos nuevamente en buena sociedad, cosa que antes, por desgracia, no siempre ocurría. En general, está bien que a los alemanes, sobre todo después de haber enviado al Reichstag un número tan crecido de filisteos (cosa que era, sin embargo, inevitable), se les dispute el papel de dirigentes del movimiento social internacional. En períodos de calma, todo se vuelve filisteo en Alemania, y en tales momentos, es absolutamente indispensable el aguijón de la competencia francesa...” (Carta del 29 de abril de 1886)[10].

Estas son las enseñanzas que mejor debería asimilar el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, que se halla bajo la influencia ideológica predominante de la socialdemocracia alemana. Nos proporciona estas enseñanzas no sólo alguno que otro pasaje de la correspondencia de las personalidades más grandes del siglo XIX, sino el espíritu y todo el fondo de la crítica de la experiencia internacional del proletariado, crítica que ellos hicieron con franqueza de camaradas, sin la menor diplomacia o interés mezquino.

Demuestran asimismo hasta qué grado están realmente impregnadas de ese espíritu todas las cartas de Marx y Engels, los siguientes pasajes, si bien de índole relativamente privada, no por eso menos sintomáticos.


[1] Lenin cita una carta de F. Engels. a F. Kelly-Wischnewetzky del 2 de mayo de 1838 (véase C. Marx y F. Engels. Obras, t. 37, pág. 49).- 255.
[2] Fabianos: miembros de la Sociedad Fabiana, organización reformista inglesa, fundada en 1884. La Sociedad debe su nombre al caudillo romano del siglo III a. n. e. Fabio Máximo Cunctátor (El Contemporizador), llamado así por su táctica expectante que consistía en rehuir los combates decisivos en la guerra contra Aníbal. Los miembros de la Sociedad Fabiana eran principalmente intelectuales de la burguesía: científicos, escritores y políticos; negaban la necesidad de la lucha de clase del proletariado y de la revolución socialista, y afirmaban que el paso del capitalismo al socialismo sólo es posible mediante pequeñas reformas y transformaciones paulatinas de la sociedad. En 1900 la Sociedad Fabiana ingresó en el Partido Laborista. El “socialismo Fabiano” es una de las fuentes de la ideología de los laboristas.-255.
[3] Lenin cita una carta de F. Engels a F. A. Sorge, del 18 de enero de 1893 (véase C. Marx y F. Engels. Obras, t. 39, pág. 8).- 256.
[4] Véase C. Marx y F. Engels. Obras, t. 39, págs. 257-258. Véase la crítica de la intervención de P. Lafargue y G. Vollmar en el trabajo de F. Engels El problema campesino en Francia y en Alemania.- 257.
[5] Véase C. Marx y F. Engels. Obras, t. 39, pág. 277- 257.
[6] Véase C. Marx y F. Engels. Obras, t. 34, pág. 328.- 257.
[7] Véase C. Marx y F. Engels. Obras, t. I9, pág. 28.- 259.
[8] Véase C. Marx y F. Engels. Obras, t. 36, pág. 490.- 259.
[9] Huelga do Decazeville: huelga declarada espontáneamente por 2.000 mineros del carbón de la ciudad de Decazeville, Francia. La huelga, surgida a consecuencia de las insoportables condiciones de trabajo y el reforzamiento de la explotación de los obreros por los patronos, se prolongó cinco meses, de enero a junio de I886. Los obreros plantearon varias demandas, entre ellas el cierre de la tienda de comestibles del dueño y el despido del gerente que se distinguía por su crueldad. En un choque de la administración con los obreros resultó muerto el gerente. El Gobierno concentró tropas en Decazeville, lo que provocó amplia efervescencia en Francia; en París y en provincias tuvieron lugar mítines de protesta. Durante los tempestuosos debates acerca de la huelga de Decazeville en la Cámara francesa, los diputados burgueses, incluyendo los radicales, a quienes hasta entonces se adherían los diputados obreros, apoyaron al  Gobierno y las represalias contra los huelguistas, lo que determinó que los diputados obreros se separasen de los radicales y formaran un grupo obrero autónomo en la Cámara de Diputados francesa.- 259.
[10] Véase C. Marx y F. Engels. Obras, t. 36, pág. 408.- 260.