miércoles, 15 de agosto de 2012

SOBRE LA MORAL COMUNISTA. Presidente Mao Tse-Tung


INFORME SOBRE UNA INVESTIGACION DEL MOVIMIENTO CAMPESINO EN JUNAN

                                                                       Marzo de 1927
 
 
 
LOS LLAMADOS "EXCESOS"

Hay otros que opinan: "Cierto que las asociaciones campesina son necesarias, pero están cometiendo demasiados excesos." Así razonan los que mantienen una posición intermedia. Pero, ¿qué ocurre en realidad? Es verdad que en las aldeas los campesinos "se han desmandado" hasta cierto punto. Las asociaciones campesinas, que gozan de autoridad suprema, no dejan ni abrir la boca a los terratenientes y reducen a polvo su prestigio. Todo esto viene a ser como si después de derribarlos por tierra les pusieran el pie encima. Lo campesinos amenazan a los déspotas locales y shenshi malvado diciendo: "Te vamos a anotar en el otro registro!" Les impone multas, los cargan de contribuciones y destruyen sus palanqueen; Irrumpen en masa en las casas de los déspotas locales y shenshi malvados que se oponen a las asociaciones campesinas, deguellan su cerdos y consumen sus cereales. Se permiten incluso arrellanarse u momento en los lujosos lechos de sus hijas y nueras. A la menor provocación, efectúan arrestos, colocan cucuruchos de papel a la arrestados y los hacen desfilar por las aldeas, diciéndoles: "Ahora sí que nos vas a conocer bien, shenshi malvado!" Haciendo cuanto les viene en gana y volviendo todo patas arriba, han creado un especie de terror en el campo Eso es lo que algunos llaman cometer "excesos", "sobrepasar los límites justos al corregir un error" "cometer actos abusivos". Tales opiniones parecen razonables, pero en realidad son también erróneas. En primer lugar, son los propios déspotas locales, shenshi malvados y terratenientes sin ley quienes han forzado a los campesinos a actuar así. Por siglos, se han aprovechado de su poder para tiranizar y pisotear a los campesinos; de ahí que éstos hayan reaccionado tan enérgicamente. Las rebeliones más violentas y los desórdenes más graves han tenido lugar invariablemente allí donde los déspotas locales, shenshi malvados y terratenientes sin ley habían perpetrado los peores ultrajes. La mirada de los campesinos es penetrante. Se dan perfecta cuenta de quién es malo y quién no lo es, quién es el peor y quién no es tan perverso, quién merece severo castigo y quién trato clemente, y muy rara vez el castigo no corresponde al crimen. En segundo lugar, hacer la revolución no es ofrecer un banquete, ni escribir una obra, ni pintar un cuadro o hacer un bordado; no puede ser tan elegante, tan tranquila y delicada, tan apacible, amable, cortés, moderada y magnánima. Una revolución es una insurrección, es un acto de violencia mediante el cual una clase derroca a otra. La revolución en el campo es una revolución mediante la cual el campesinado derroca el poder de la clase terrateniente feudal. Sin recurrir a la máxima fuerza, el campesinado jamas lograría derrocar el poder de los terratenientes, profundamente arraigado a través de los milenios. El campo necesita de un poderoso auge revolucionario, pues sólo éste puede agitar a los millones y millones de campesinos y convertirlos en una gran fuerza. Los "excesos" arriba mencionados son precisamente producto de la fuerza de los campesinos despertada por el poderoso auge revolucionario en las zonas rurales. Estos "excesos" son sumamente necesarios en el segundo período del movimiento campesino, el de acción revolucionaria. En este período, es imprescindible imponer la autoridad absoluta de los campesinos, prohibir toda crítica malévola a las asociaciones campesinas, derrocar todo el poder de los shenshi, derribarlos por tierra e, incluso, ponerles el pie encima. Los llamados "excesos" en este segundo período tienen todos un significado revolucionario. Para decirlo con toda franqueza, en todas las aldeas se necesita un breve período de terror. De lo contrario, resulta absolutamente imposible aplastar las actividades de los contrarrevolucionarios en el campo y derrocar el poder de los shenshi. Para corregir un error, hay que sobrepasar los límites justos; de otra manera, el error no será corregido (1). Los que critican los "excesos" aparentemente se diferencian de los que gritan "Muy mal!", pero en el fondo unos y otros comparten el mismo punto de vista y sostienen la misma teoría de los terratenientes, que defiende los intereses de las clases privilegiadas. No podemos dejar de combatir resueltamente esta teoría, que obstaculiza el ascenso del movimiento campesino y, por consiguiente, socava la revolución.


EL LLAMADO "MOVIMIENTO DE LA CHUSMA"

El ala derecha del Kuomintang afirma: "El movimiento campesino es un movimiento de la chusma, de campesinos holgazanes." Comentarios como éste se oyen con frecuencia en Changshá. Fui al campo y oí decir a los shenshi: "Está bien crear asociaciones campesinas, pero los que ahora trabajan en ellas no sirven, hay que reemplazarlos!" En nada difiere esta opinión de lo que dice el ala derecha del Kuomintang. Tanto los shenshi como el ala derecha de Kuomintang dicen que está bien organizar el movimiento campesino (como éste ha surgido ya, nadie se atreve a decir lo contrario), pero que la gente que lo dirige es incapaz. Sienten particular odio hacia los encargados de las asociaciones campesinas de base, y los tildar de "chusma". En suma, todos los que en otros tiempos eran despreciados y arrojados al barro y pisoteados por los shenshi y que no tenían un lugar en la sociedad ni derecho a opinar, ahora han levantado la cabeza. No sólo han levantado la cabeza, sino que han tomado el Poder. Ellos son ahora los dueños de las asociaciones campesinas de los cantones (el nivel más bajo), a las que han transformado en una fuerza terrible. Levantan sus ásperas y ennegrecidas manos y las ponen sobre la cabeza de los shenshi. Atan a los shenshi malvados les colocan cucuruchos de papel y los hacen desfilar por las aldeas tirándolos de una soga (a esto se llama en Siangtan y Siangsiang "hacen desfilar por los poblados", y en Liling, "hacer desfilar por los campos"). A diario machacan los oídos de los shenshi con sus agrias e implacables acusaciones. Los campesinos dictan órdenes y lo dirigen todo. Aquellos que eran inferiores a todos, están ahora por encima de todos, y por eso se afirma que "el mundo se ha vuelto patas arriba"

 (1)  La antigua expresión china "sobrepasar los límites justos al corregir un error" antes era citada con frecuencia para poner trabas a las actividades de la gente únicamente se permitían reformas dentro de los límites del orden establecido en tanto que se prohibía todo acto dirigido a destruir por completo el viejo orden Se consideraban "justas" las acciones dentro de dichos límites, en tanto que aquélla orientadas a la completa destrucción del viejo orden eran descritas como "sobrepasa los límites justos". Esta es también una teoría propia de los reformistas y de lo oportunistas dentro de las filas revolucionarias. El camarada Mao Tse-tung refuta aquí esta teoría reformista. Su frase "Para corregir un error, hay que sobrepasa los límites justos; de otra manera, el error no será corregido" significa que para terminar con el viejo orden feudal hay que emplear métodos revolucionarios de masas y no métodos revisionistas, métodos reformistas.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario