viernes, 30 de marzo de 2012

                                  SOBRE LA MORAL COMUNISTA



                                    DEL REALISMO PROLETARIO

                              (JOSE CARLOS MARIÁTEGUI, 1929)



El Cemento de Fedor Gladkov y Manhattan Transfer de John Dos Pasos. Un libro ruso y un libro yanqui. La vida de la U.R.S.S. frente a la vida de la U.S.A. (Los dos super Estados de la historia actual se parecen y se oponen hasta en que, como las grandes empresas industriales, —de excesivo contenido para una palabra—, usan un nombre abreviado: sus iniciales). (Véase L'autre Europe de Luc Durtain). El Cemento y Manhattan Transfer aparecen fuera del panorama pequeño-burgués de los que en Hispanoamérica, y recitando cotidianamente un credo de vanguardia, reducen la literatura nueva a un escenario europeo occidental, cuyos confines son los de Cocteau, Morand, Gómez de la Serna, Bontempelli, etc. Esto mismo confirma, contra toda duda, que proceden de los polos del mundo moderno.

España e Hispanoamérica no obedecen al gusto de sus pequeños burgueses vanguardistas. Entre sus predilecciones instintivas está la de la nueva literatura rusa. Y, desde ahora, se puede predecir que El Cemento alcanzará pronto la misma difusión de Tolstoy, Dostoyevsky, Gorky.

La novela de Gladkov supera a las que la han precedido en la traducción, en que nos revela, como ninguna otra, la revolución misma. Algunos novelistas de la revolución se mueven en un mundo externo a ella. Conocen sus reflejos, pero no su conciencia. Pilniak, Zotschenko, aun Leonov y Fedin, describen la revolución desde fuera, extraña a su pasión, ajena a su impulso. Otros, como Ivanov y Babel, descubren elementos de la épica revolucionaria, pero sus relatos se contraen al aspecto guerrero, militar; de la Rusia Bolchevique. La Caballería Roja y El Tren Blindado pertenecen a la crónica de la campaña. Se podría decir que en la mayor parte de estas obras está el drama de los que sufren la revolución, no el de los que la hacen. En El Cemento los personajes, el decorado, el sentimiento, son los de la revolución misma, sentida y escrita desde dentro. Hay novelas próximas a, ésta entre las que ya conocemos, pero en ninguna se juntan, tan natural y admirablemente concentrados, los elementos primarios del drama individual y la epopeya multitudinaria del bólchevismo.

La biografía de Gladkov, nos ayuda a explicarnos su novela. (Era necesaria una formación intelectual y espiritual como la de este artista; para escribir El Cemento), Julio Alvarez del Vayo la cuenta en el prólogo de la versión española en concisos renglones, que, por ser la más ilustrativa presentación de Gladkov, me parece útil copiar.

"Nacido en 1883 de familia pobre, la adolescencia de Gladkov es un documento más para los que quieran orientarse sobre la situación del campo ruso a fines del Siglo XIX. Continuo vagar por las regiones del Caspio y del Volga en busca de trabajo. "Salir de un infierno para entrar en otro". Así hasta los doce años. Como sola nota tierna, el recuerdo de su madre que anda leguas y leguas a su encuentro cuando la marea contraria lo arroja de nuevo al villorio natal. "Es duro comenzar a odiar tan joven, pero también es dura la desilusión del niño al caer en las garras del amo". Palizas, noches de insomnio, hambre —su primera obra de teatro Cuadrilla de Pescadores evoca esta época de su vida. "Mi idea fija era estudiar. Ya a los doce años al lado de mi padre, que en Kurban se acababa de incorporar al movimiento obrero, leía yo ávidamente a Lermontov y Dostoyevsky". Escribe versos sentimentales, un "diario que movía a compasión" y que registra su mayor desengaño de entonces: en el Instituto le han negado la entrada por pobre. Consigue que lo admitan de balde en la escuela municipal. El hogar paterno se resiste de un brazo menos. Con ser bien modesto el presupuesto casero —cinco kopecks de gasto por cabeza— la agravación de la crisis del trabajo pone en peligro la única comida diaria. De ese tiempo son sus mejores descripciones del bajo proletariado. Entre los amigos del padre, dos obreros "semi-intelectuales" le han dejado un recuerdo inolvidable. "Fueron los primeros de quienes escuché palabras cuyo encanto todavía no ha muerto en mi alma. Sabios por naturaleza y corazón. Ellos me acostumbraron a mirar conscientemente el mundo y a tener fe en un día mejor para la humanidad". Al fin una gran alegría. Gorky, por quien Gladkov siente de joven una admiración sin límites, al acusarle recibo del pequeño cuento enviado, le anima a continuar. Va a Siberia, describe la vida de los forzados, alcanza rápidamente sólida reputación de cuentista. La revolución de 1905 interrumpe su carrera literaria. Se entrega por entero a la causa. Tres años de destierro en Verjolesk. Período de auto-educación y de aprendizaje. Cumplida la condena se retira a Novorosisk, en la costa del Mar Negro, donde escribe la novela Los Desterrados, cuyo manuscrito somete a Korolenko, quien se lo devuelve con frases de elogio para el autor, pero de horror hacia el tema: "Siberia un manicomio suelto". Hasta el 1917 maestro en la región de Kuban. Toma parte activa en la revolución de octubre, para dedicarse luego otra vez de lleno a la literatura. El Cemento es la obra que le ha dado a conocer en el extranjero".

Gladkov, pues, no ha sido sólo un testigo del trabajo revolucionario realizado en Rusia, entre 1905 y 1917. Durante este período, su arte ha madurado en un clima de esfuerzo y esperanza heroicos. Luego las jornadas de octubre lo han contado entre sus autores. Y, más tarde, ninguna de las peripecias íntimas del bolchevismo ha podido escarparle. Por esto, en Gladkov la épica revolucionaria, más que por las emociones de la lucha armada está representada por los sentimientos de la reconstrucción económica, las vicisitudes y las fatigas de la creación de una nueva vida.

Tchumalov, el protagonista de El Cemento, regresa a su pueblo después de combatir tres años en el Ejército Rojo. Y su batalla Más difícil, más tremenda, es la que le aguarda ahora a su pueblo, donde los años de peligro guerrero, han desordenado todas las cosas. Tchumalov encuentra paralizada la gran fábrica de cemento en la que, hasta su huida, —la represión lo había elegido entre sus víctimas—, había trabajado como obrero. Las cabras, los cerdos, la maleza, invaden los patios; las máquinas inertes se anquilosan, los funiculares por los cuales bajaba la piedra de las canteras yacen inmóviles desde que cesó el movimiento en esta fábrica donde se agitaban antes millares de trabajadores. Sólo los Diesel, por el cuidado de un obrero que se ha mantenido en su puesto, relucen prontos para reanimar esta mole que se desmorona. Tchumalov no reconoce su hogar. Dacha, su mujer, en estos tres años se ha hecho una militante, la animadora de la Sección Femenina, la trabajadora más infatigable del Soviet local. Tres años de lucha —primero acosada por la represión implacable, después entregada íntegramente a la revolución— han hecho de Dacha una mujer nueva. Niurka, su hija, no está con ella. Dacha ha tenido que ponerla en la Casa de los Niños, a cuya organización contribuye empeñosamente. El Partido ha ganado una militante dura, enérgica, inteligente; pero Tchumalov ha perdido su esposa. No hay ya en la vida de Dacha lugar para un pasado conyugal y maternal sacrificado enteramente a. la revolución. Dacha tiene una existencia y una personalidad autónomas; no es ya una cosa de propiedad de Tchumalov ni volverá a serlo. En la ausencia de Tchumalov, ha conocido bajo el apremio de un destino inexorable, a otros hombres. Se ha conservado íntimamente honrada; pero entre ella y Tchumalov se interpone esta sombra, esta obscura presencia que atormenta al instinto del macho celoso. Tchumalov sufre; pero férreamente cogido a su vez por la revolución, su drama individual no puede acapararlo. Se echa a cuestas el deber de reanimar la fábrica. Para ganar esta batalla tiene que vencer el sabotaje de los especialistas, la resistencia de la burocracia, la resaca sorda de la contra-revolución. Hay un instante en que Dacha parece volver a él. Mas es sólo un instante en que sus destinos se juntan para separarse de nuevo. Niurka muere. Y se rompe con ella el último lazo sentimental que aún los sujetaba. Después de una lucha en la cual se refleja todo el proceso de la reorganización de Rusia, todo el trabajo reconstructivo de la revolución, Tchumalov reanima la fábrica. Es un día de victoria para él y para los obreros; pero es también el día en que siente lejana, extraña, perdida para siempre a Dacha, rabiosos y brutales sus celos.

En la novela, el conflicto de estos seres se entrecruza y confunde con el de una multitud de otros seres en terrible tensión, en furiosa agonía. El drama de Tchumalov no es sino un fragmento del drama de Rusia revolucionaria. Todas las pasiones, todos los impulsos, todos los dolores de la revolución están en esta novela. Todos los destinos, los más opuestos, los más íntimos, los más distintos, están justificados. Gladkov logra expresar, en páginas de potente y ruda belleza, la fuerza nueva, la energía creadora, la riqueza humana del más grande acontecimiento contemporáneo.

viernes, 23 de marzo de 2012

                               SOBRE LA MORAL COMUNISTA





ELOGIO DE "EL CEMENTO"



He escuchado reiteradamente la opinión de que la lectura de El Cemento de Fedor Gladkov no es edificante ni alentadora para los que, fuera todavía de los rangos revolucionarios, busquen en esa novela la imagen de la revolución proletaria. Las peripecias espirituales, los conflictos morales que la novela de Gladkov describe no serían, según esta opinión, aptos para alimentar las ilusiones de las almas hesitantes y miríficas que sueñan con una revolución de agua de rosas. Los residuos de una educación eclesiástica y familiar, basada en los beatísimos e inefables mitos del reino de los cielos y de la tierra prometida, se agitan mucho más de lo que estos camaradas pueden imaginarse, en la subconciencia de su juicio.

En primer lugar, hay que advertir que El Cemento no es una obra de propaganda. Es una novela realista, en la que Gladkov no se ha propuesto absolutamente la seducción de los que esperan, cerca o lejos de Rusia, que la revolución muestre su faz risueña, para decidirse a seguirla. El pseudo-realismo burgués —Zola incluido— había habituado a sus lectores a cierta idealización de los personajes representativos del bien y la virtud. En el fondo, el realismo burgués, en la literatura, no había renunciado al espíritu del romanticismo, contra el cual parecía reaccionar irreconciliable y antagónico. Su innovación era una innovación de procedimiento; de decorado, de indumentaria. La burguesía que en la historia, en la filosofía, en la política, se había negado a ser realista, aferrada a su costumbre y a su principio de idealizar o disfrazar sus móviles, no podía ser realista en la literatura. El verdadero realismo llega con la revolución proletaria, cuando en el lenguaje de la crítica literaria, el término "realismo" y la categoría artística que designa, están tan desacreditados, que se siente la perentoria necesidad de oponerle los términos de "suprarrealismo", "infrarrealismo", etc. El rechazo del marxismo, parecido en su origen y proceso, al rechazo del freudismo, como lo observa Max Eastman en La Ciencia de la Revolución tan equivocado a otros respectos, es en la burguesía una actitud lógica,—e instintiva—, que no consiente a la literatura burguesa liberarse de su tendencia a la idealización de los personajes, los conflictos y los desenlaces. El folletín, en la literatura y en el cinema, obedece a esta tendencia que pugna por mantener en la pequeña burguesía y el proletariado la esperanza en una dicha final ganada en la resignación más bien que en la lucha. El cinema yanqui ha llevado a su más extrema y poderosa industrialización esta optimista y rosada pedagogía de pequeños burgueses. Pero la concepción materialista de la historia, tenía que causar en la literatura el abandono y el repudio de estas miserables recetas. La literatura proletaria tiende naturalmente al realismo, como la política, la historiografía y la filosofía socialistas.

El Cemento pertenece a esta nueva literatura, que en Rusia tiene precursores desde Tolstoy y Gorki. Gladkov no se habría emancipado del más mesocrático gusto de folletín si al trazar este robusto cuadro de la revolución, se hubiera preocupado de suavizar sus colores y sus líneas por razones de propaganda e idealización. La verdad y la fuerza de su novela, —verdad y fuerza artísticas, estéticas y humanas—, residen, precisamente, en su severo esfuerzo por crear una expresión del heroísmo revolucionario —de lo que Sorel llamaría "lo sublime proletario"—, sin omitir ninguno de los fracasos, de las desilusiones, de los desgarramientos espirituales sobre los que ese heroísmo prevalece. La revolución no es una idílica apoteosis de ángeles del Renacimiento, sino la tremenda y dolorosa batalla de una clase por crear un orden nuevo. Ninguna revolución, ni la del cristianismo, ni la de la Reforma, ni la de la burguesía, se ha cumplido sin tragedia. La revolución socialista, que mueve a los hombres al combate sin promesas ultraterrenas, que solicita de ellos una extrema e incondicional entrega, no puede ser una excepción en esta inexorable ley de la historia. No se ha inventado aún la revolución anestésica, paradisíaca, y es indispensable afirmar que el hombre no alcanzará nunca la cima de su nueva creación, sino a través de un esfuerzo difícil y penoso en el que el dolor y la alegría se igualarán en intensidad. Glieb, el obrero de El Cemento, no sería el héroe que es, si su destino le ahorrase algún sacrificio. El héroe llega siempre ensangrentado y desgarrado a su meta: sólo a este precio alcanza la plenitud de su heroísmo. La revolución tenía que poner a extrema prueba el alma, los sentidos, los instintos de Glieb. No podía aguardarle, asegurados contra toda tempestad, en un remanso dulce, su mujer, su hogar, su hija, su lecho, su ropa limpia. Y Dacha, para ser la Dacha que en El Cemento conocemos, debía a su vez vencer las más terribles pruebas. La revolución al apoderarse de ella total e implacablemente, no podía hacer de Dacha sino una dura y fuerte militante. Y en este proceso, tenía que sucumbir la esposa, la madre, el ama de casa; todo, absolutamente todo, tenía que ser sacrificado a la revolución. Es absurdo, es infantil, que se quiera una heroína como Dacha, humana, muy humana, pero antes de hacerle justicia como revolucionaria, se le exija un certificado de fidelidad conyugal. Dacha, bajo el rigor de la guerra civil, conoce todas las latitudes del peligro, todos los grados de la angustia. Ve flagelados, torturados, fusilados, a sus camaradas; ella misma no escapa a la muerte sino por azar; en dos oportunidades asiste a los preparativos de su ejecución. En la tensión de esta lucha, librada mientras Glieb combate lejos, Dacha está fuera de todo código de moral sexual: no es sino una militante y sólo debe responder de sus actos de tal. Su amor extra-conyugal carece de voluptuosidad pecadora. Dacha ama fugaz y tristemente al soldado de su causa que parte a la batalla, que quizás no regresará más, que necesita esta caricia de la compañera como un viático de alegría y placer en su desierta y gélida jornada. A Badyn, el varón a quien todas se rinden, que la desea como a ninguna, le resiste siempre. Y cuando se le entrega, —después de una jornada en que los dos han estado a punto de perecer en manos de los cosacos, cumpliendo una riesgosa comisión, y Dacha ha tenido al cuello una cuerda asesina, pendiente ya de un árbol del camino, y ha sentido el espasmo del estrangulamiento—, es porque a los dos la vida y la muerte los ha unido por un instante más fuerte que ellos mismos.

viernes, 16 de marzo de 2012

Avance de la revista Sol Rojo No. 37:


ELECCIONES EN ESPAÑA

En uno de los periódicos de la prensa burguesa, que es la única que se puede comprar en los quioscos, se podía leer pocos días antes de las pasadas elecciones generales: "El vencedor de las elecciones generales [...] se encontrará con una economía en estado de shock, al filo de una nueva recesión y con el desempleo en niveles intolerables". Una breve y acertada descripción del estado de la economía española. Han sido unas elecciones de urgencia, no hay que olvidar que han sido elecciones anticipadas, donde la burguesía monopolista española ha buscado un nuevo recambio para que lleve a cabo las próximas reformas económicas, es decir los próximos ataques a la clase obrera y a los más desfavorecidos. El hundimiento electoral del partido gobernante, el PSOE, quemado por toda una política de recortes sociales, de ataques a las condiciones de vida de la clase obrera, de aventuras imperialistas, etc., ha demostrado que en este momento ya no es útil para llevar adelante los próximos ajustes necesarios para la clase dominante con el objetivo de tratar de reimpulsar al capital monopolista español.

De estas votaciones va a salir un nuevo consejo de administración, ahora presidido por el líder de la derecha Rajoy, que siga protegiendo los intereses del capital monopolista español. En el interior pocas sorpresas se esperan. Más crisis y más explotación. En el exterior ya se están dando los primeros pasos hacia un mayor acercamiento al imperialismo alemán. Imperialismo en colusión y pugna con el imperialismo yanqui. Recordar el caso de Libia y la reciente inauguración del gaseoducto submarino  Nord-Stream. Merkel además de hablar del gran honor de participar en la inauguración de éste añadió que "se trata del mayor proyecto de infraestructura energética de nuestro tiempo y un ejemplo de la cooperación entre Rusia y la Unión Europea." La sociedad Nord-Stream está integrada por la rusa Gazprom, las alemanas Eon y Basf, la francesa GDF Suez y la holandesa Gasunie. Gazprom distribuirá el gas  a Alemania y desde ahí se distribuirá a la UE, se espera que a 26 millones de hogares. Por tanto habrá que prestar atención a los próximos pasos del imperialismo español en el exterior y qué repercusiones tiene este acercamiento al imperialismo Alemán sin romper la alianza con el imperialismo yanqui.

Y si las elecciones se han dado en plena crisis económica también se han realizado dentro de una evidente crisis política. Labor de los comunistas y revolucionarios es convertir esto en un cuestionamiento del sistema de Estado, de toda dictadura de la burguesía, sea con la monarquía o la república, con capitalismo liberal o planificado. 

Durante los últimos meses cientos de miles de personas en todo el Estado español han gritado "¡No nos representan!" a los elegidos para los cargos públicos en los diferentes circos electorales. A esto hay que unir que cientos de miles de manifestantes han salido a las calles al margen de los sindicatos estatales (CC.OO. y UGT) y de los partidos parlamentarios. El 19 de Junio bajo el lema "¡Caminemos contra la crisis y el capital hacia la huelga general! se reunieron en Madrid más de medio millón de personas, repetimos, al margen de la mafia sindical de CC.OO. y UGT y de los partidos parlamentarios. Estos son sólo los primeros síntomas de lo que está por venir. Que a la crisis económica, y a su profundización, le siga una mayor crisis política y social.

Para dar unos pocos datos de la cada vez mayor falta de legitimidad de la dictadura de la burguesía en su forma actual bastan ver los datos del barómetro de opinión del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de Octubre. En la encuesta se puntúa del 1 al 10 y estos son algunos de los resultados: los gobiernos autonómicos puntuaron con 3,93 y los parlamentos autonómicos 3,52, el Parlamento 3,52, el Gobierno 3,24 y los partidos políticos 2,76. El barómetro de opinión no distingue entre clases, todos somos ciudadanos, pero no puede caber ninguna duda de que el descrédito de estas instituciones que representan la dictadura de la burguesía todavía es mayor dentro de la clase obrera y sobre todo entre nuestros jóvenes proletarios.

Para acabar de sintetizar las condiciones económicas, políticas y sociales en las que se desarrollaron las pasadas votaciones es importante señalar que se celebraron en pleno "proceso de paz" en Euskal Herria, asunto que abordaremos más adelante.

En esta situación de crisis económica, política y social fueron llamados a votar 35.776.615 personas. Y a pesar de esta crisis, del llamado a la socialdemocracia y del viejo revisionismo a parar a la derecha, a "construir frentes a los que quieren derribar al Estado del bienestar y la democracia" (Cayo Lara de Izquierda Unida –IU), esta vez el miedo a la derecha no ha funcionado. El PSOE se ha desplomado, ha perdido 4,3 millones votantes de los cuales IU el viejo revisionismo heredero del PCE de Carrillo sólo ha recogido unos 500.000. La suma de abstenciones, voto nulo y votos en blanco superó el 30% del electorado. La abstención ha crecido en dos puntos y cabe señalar que ha subido especialmente en lugares donde se concentra la clase obrera. Por ejemplo en Madrid en el barrio de Vallecas la abstención llegó al ascendió al 40,35%, frente a los 37,04% del 2007. En Villaverde Alto, otro barrio obrero de la capital la abstención pasó del 23,8% al 30%, en Nou Barris, Barcelona, otro barrio obrero, fue del 45,66% y podríamos seguir así. Estamos hablando de datos oficiales y, por eso, parciales, con toda seguridad la abstención está por encima de estos números.

En estas circunstancias cabe preguntarse por el papel del viejo revisionismo, IU. Mientras no haya ninguna alternativa electoralista viable a la  “izquierda” de  IU  para la burguesía imperialista española, le va a tocar a los hijos de Carrillo seguir cumpliendo el papel de embellecer al imperialismo español y hacer el papel que ya le tocó al PCE de Carrillo tras la muerte de Franco, que las luchas sociales y especialmente las de la clase obrera no vayan más allá de la legalidad burguesa, no pongan en cuestión el aparato de Estado burgués.

Hemos podido oír durante la campaña electoral a los candidatos de IU llamar a unir fuerzas para forjar un frente contra las políticas “neoliberales”, de sumar para "rescatar la democracia" de las políticas “neoliberales”, de la derecha, de los especuladores, etc. Mucho "socialismo del siglo XXI" y para acabar con la crisis algo “revolucionario”: "salir de la crisis con inversión pública" (Cayo Lara). Incluso Cayo Lara se ha atrevido a hablar de "crear las condiciones para acabar con el capitalismo", actualmente es posible "más que nunca". "El desarrollo tecnológico, científico y social lo hacen posible y las contradicciones que el capitalismo genera con las personas y con la naturaleza empiezan a verse con insuperables". Es decir, la vieja tesis revisionista de Kautsky del “ultraimperialismo”: mucho cientifismo y poco socialismo científico. En lo ideológico, este tipo de revisionistas en todo el mundo repiten las viejas tesis revisionistas ya aplastadas por el marxismo, y en lo político sirven para apoyar a la fracción socialfascista de la burguesía y consolidar las ilusiones demo-burgueses en las filas del pueblo – todo para garantizar la dictadura burguesa.  

Ya defendió Carrillo en su momento el "socialismo democrático" cuyo ingrediente fundamental era la "planificación racional" y que "la posición dominante del sector público en la economía y la hegemonía política de las fuerzas del trabajo y de la cultura asegurarán la marcha progresiva hacia la sociedad sin clases, igualitaria: hacia el socialismo", aclarando que esto necesariamente cambiaba la concepción del Estado capitalista y que "la lucha por democratizarle presupone la renuncia, en su forma clásica, a la idea de un Estado obrero y campesino". El mismo programa que sigue defendiendo hoy IU. Reforma de la dictadura de la burguesía y combate a la dictadura del proletariado. La actual crisis reserva, por ahora, un papel importante para IU, la de contener las luchas y mantenerlas dentro del "orden". Ya lo hizo el PCE de Carrillo y por ahora le toca a sus herederos.

 El "proceso de paz" se ha reflejado en las elecciones con un aumento de la participación en el País Vasco, la abstención bajó del 35,97% de las anteriores elecciones al 30,80% esto unido a los muy buenos resultados de la izquierda abertzale son la plasmación de que la esperanza de poder llegar a la independencia por vía democrática, e incluso al socialismo, ha calado en buena parte de la izquierda abertzale. Lo que ahora propone ETA no es algo nuevo, partiendo de unas supuestas "nuevas condiciones" acaba con el cuento de que las masas desarmadas y sin Partido pueden conseguir algo. Aunque hoy parecen mayoritarias estas posiciones dentro de la izquierda abertzale no puede caber ninguna duda de que los comunistas y revolucionarios vascos sabrán hacer balance y darle la vuelta a esta situación, toca aplastar todo “acuerdo de paz” y aplastar el cretinismo parlamentario.

Para terminar, cabe señalar que la abstención superó los once millones. Que el rechazo al circo electoral se da sobre todo dentro de la clase obrera. Que las elecciones han traído un gobierno con mayoría absoluta y fuerte en el parlamento. Ya veremos cuánto tarda en entrar en crisis. Que sólo cabe una mayor agudización de la crisis dentro del marco de crisis global del imperialismo. Que la crisis política y social seguirá profundizándose. Que el revisionismo y el reformismo tratarán de seguir haciendo su papel de "policía bueno" para desviar a la clase obrera de su camino al socialismo y al comunismo. Cabe señalar otra vez como punto negativo y fundamental la falta de Partido Comunista marxista-leninista-maoísta, principalmente maoísta que inicie guerra popular para acabar con este podrido sistema de explotación y opresión y lleve adelante la revolución socialista mediante la guerra popular. Las condiciones están dadas.

miércoles, 7 de marzo de 2012

¡VIVA EL DÌA DE LA MUJER OBRERA!


¡Proletarios de todos los países, uníos!

¡VIVA EL DÍA DE LA MUJER OBRERA!

Mujeres explotadas, sin derechos laborales, ejerciendo los trabajos más precarios, asesinadas, torturadas, violadas en sus propias casas, mujeres conducidas al suicidio como única salida. Esta es la realidad de millones de mujeres proletarias y prueba palpable de que los cambios en las leyes, el reconocimiento de derechos por parte del Estado imperialista español, la incorporación de la mujer en el mercado de trabajo no ha traído para la mayoría de las mujeres la igualdad sino la frustración. Cuanto más conciencia ha ido adquiriendo la mujer proletaria de su posición en la sociedad más impotencia causa comprobar que la realidad sólo ha cambiado para un pequeño número de mujeres, las burguesas.

Hay que destacar que no todo ha sido impotencia y frustración y que ahí donde la lucha de la mujer proletaria se unió y se une con la lucha por el comunismo la vida de la mujer proletaria, de la mujer campesina pobre ha cambiado y ha pasado de la tutela del marido, de la tutela del Estado burgués a ser protagonista de los grandes cambios revolucionarios que han estremecido el mundo: las luchas antimperialistas, las revoluciones de nueva democracia, las revoluciones socialistas y la Gran Revolución Cultural Proletaria. Y protagonista de su propia emancipación.

Repasando la historia podemos comprobar que en una de las grandes crisis del imperialismo, y paralelamente a la paralización del feminismo burgués, incapaz de dar ninguna respuesta a la crisis y desaparecido durante la I Guerra Mundial, es la Revolución Rusa dirigida por el Partido Bolchevique y el miedo a su expansión a los demás países imperialistas lo que obliga a las burguesías monopolistas inglesa, sueca y alemana a conceder el derecho al voto, revisar el derecho matrimonial y hereditario asegurándose los derechos de la mujer burguesa.

Anteriormente, la Rusia soviética trajo la igualdad de derechos y obligaciones, el derecho al divorcio sin el consentimiento del marido, el derecho al aborto, la protección de la mujer soltera, se garantizaba el acceso a la educación y al trabajo en pie de igualdad con el hombre. Era la revolución proletaria, la instauración de la dictadura del proletariado la garantía de la defensa de los derechos de la mujer.

Otro hito para la mujer obrera y campesina pobre en el siglo XX ha sido la Revolución China dirigida por el Partido Comunista Chino. De nuevo el movimiento feminista burgués fue incapaz de dar respuesta a la gran crisis del imperialismo que llevó a la II Guerra Mundial y al surgimiento de los fascismos, crisis que además siempre han ido acompañadas por un mayor ataque a la mujer y a sus condiciones de vida.

En 1949 se proclama la República Popular China y con el poder en manos del proletariado la situación de la mujer va a cambiar radicalmente. No sólo por el derecho al divorcio, al aborto, a su acceso a la salud, a la educación, al mundo del trabajo... La reforma agraria significó un gran golpe a la antigua estructura familiar en el campo donde la mujer era una menor ante el marido. Demostrando que no puede haber cambios en las relaciones sociales sin cambios en las relaciones de producción. La mujer participa en primera línea de estas transformaciones dirigida por el Partido Comunista.

Durante la Gran Revolución Cultural Proletaria se aplastó la tesis del “desarrollo de las fuerzas productivas”. Tesis que afirma que con el sólo desarrollo de la técnica se llega al comunismo. La tesis comunista afirma que es la lucha de clases el motor de la historia. La técnica no es neutra: o sirve para consolidar la división del trabajo capitalista o sirve para ir eliminando la diferencia entre trabajo manual y trabajo intelectual, entre dirigentes y dirigidos. Durante la Gran Revolución Cultural Proletaria se desarrollaron los comedores populares, los talleres colectivos de trabajo doméstico de modo que se apuntó a destruir el carácter privado de la familia y de las tareas domésticas. Los hijos ya no son propiedad de la familia o del Estado, es la sociedad, hombres y mujeres, los responsables de su bienestar.

No es cierto que a la revolución económica le tenga que seguir otra revolución para defender los derechos de la mujer. Si la transformación económica no hace de las mujeres personas libres es que no hay Revolución. Por decirlo de alguna manera, la incorporación de la mujer al mundo del trabajo sin transformar las relaciones de producción no libera a nadie. Es en los campos de concentración nazis donde se exponía el lema “El trabajo os hará libres”. En el capitalismo el trabajo no ha liberado al obrero y menos lo va a hacer con la obrera. La técnica no es neutra, el desarrollo de la producción no es neutro, tiene carácter de clase. Es necesario el desarrollo de una nueva economía para transformar la vida social y a la vez es necesaria la lucha de clases dirigida por el Partido Comunista para transformar la economía.

También podemos ver cómo la restauración del capitalismo en China tras la muerte del Presidente Mao ha traído otra vez la explotación y la opresión sobre la mujer pobre. La igualdad legal no ha impedido que la restauración de la pequeña propiedad en el campo haya vuelto a encerrar a la mujer pobre del campo en la casa del marido y el feminicidio de miles de niñas.

Hoy volvemos a ver cómo cambia la situación de la mujer ahí donde se desarrollan guerras populares dirigidas por verdaderos partidos comunistas. En el Perú y bajo la dirección del PCP, partido marxista-leninista-maoísta-pensamiento gonzalo, principalmente pensamiento gonzalo vemos cómo la mujer se incorpora a la vida social, desde la lucha reivindicativa hasta su máxima expresión, la Guerra Popular. Logrando en el Nuevo Poder el lugar que la vieja sociedad le ha negado. Por eso miles de mujeres han dado su vida por la Revolución de forma consciente y voluntaria pues el futuro de ellas está íntimamente ligado al del triunfo de la Revolución.

¡POR UNA LÍNEA DE CLASE EN EL MOVIMIENTO FEMENINO POPULAR!
¡VIVA EL MAOÍSMO! ¡ABAJO EL REVISIONISMO!
¡GUERRA POPULAR HASTA EL COMUNISMO!

Movimiento por el Internacionalismo Proletario – Comité España
Marzo, 2012